Nota DPCP:
El blog "Defensa del PCP", a partir de hoy, pondrá a su disposición el libro "Una Compresión Básica del Partido Comunista de China", separado por capítulos a modo de correción de los posibles errores de tipeo y posteriormente compartiremos el libro completo en un solo archivo PDF.
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Capítulo
IX
Los
“Tres excelentes Estilos de Trabajo” del Partido
Según
los estatutos del partido, todos los camaradas del partido deben “desarrollar
el estilo de integrar la teoría con la práctica, mantener estrechos vínculos
con las masas y practicar la crítica y la autocrítica”. Los tres excelentes
estilos de trabajo de nuestro partido constituyen una excelente tradición
establecida por el mismo Presidente Mao, y el valioso legado de nuestro partido
para unir al pueblo y derrotar al enemigo. Todo miembro del partido comunista
debe estudiar, defender y poner en práctica el excelente estilo de trabajo de
nuestro partido con el fin de lograr aún más grandes victorias en la causa de
la revolución y construcción socialistas.
Los “Tres Excelentes Estilos de
Trabajo” Son una Excelente Tradición de Nuestro Partido.
Los
tres excelentes estilos de trabajo de nuestro partido, forjados en el curso de
largos años de luchas revolucionarias son uno de los sellos que distinguen a
nuestro partido de los partidos políticos burgueses y revisionistas. Los
partidos políticos de las diferentes clases tienen diferentes estilos de
pensamiento y de trabajo. Nuestro partido siempre enarbola firmemente el
marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung como su guía para la acción, así
como la concepción del mundo materialista dialéctica e histórica. El partido
nos enseña a combinar conscientemente la verdad universal del
marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución en nuestro país y
a perseverar en el estilo de trabajo de llevar a cabo el estudio e
investigación como también buscar la verdad en los hechos. El partido nos
enseña que las masas son los verdaderos héroes, que la causa de la emancipación
del proletariado es la de centenares de millones de personas. Por lo tanto, en
todas las circunstancias debemos contar con las masas y tener fe en ellas,
forjar estrechos vínculos con ella y seguir la línea de masas. Estamos
convencidos de que ya que nuestro partido representa los intereses
fundamentales del proletariado y las masas trabajadoras, la causa por la que se
levantan es una causa absolutamente justa. Por lo tanto los comunistas somos
francos y abiertos en todas nuestras palabras y hechos, es así que practicamos
valientemente la crítica y la autocrítica. Los tres grandiosos estilos de
trabajo de nuestro partido reflejan las características de clase del
proletariado y su carácter político específico. Por su parte, todos los
partidos burgueses y revisionistas se basan en los intereses personales; los
intereses que ellos representan son los intereses de las clases explotadoras.
Su concepción del mundo es siempre idealista y metafísico, y esto explica
porque ellos siempre confunden lo correcto y lo erróneo, porque sus acciones no
están de acuerdo con sus palabras, porque engañan a las masas, están aislados
del pueblo y temen a la crítica y la autocrítica. No teniendo la verdad de su
lado, y no teniendo a las masas con ellos, no escaparan a su destino –están
condenados a desaparecer de la faz de la tierra.
El
estilo de trabajo del partido siempre ha estado estrechamente ligado a su
línea. Un estilo de trabajo definido corresponde a una línea política definida,
y el estilo de trabajo siempre sirve a una línea definida. Bajo la guía de una
correcta línea, el excelente estilo de trabajo del proletariado puede
desarrollarse en su mayor grado; pero si nos apartamos de esta correcta línea y
seguimos una línea errónea, estamos obligados a ver difundidos todos los
estilos insanos de trabajo y los vicios de la burguesía. Cuando estaba
dirigiendo a nuestro partido en la aguda lucha contra líneas oportunistas de
derecha e “izquierda”, el Presidente Mao siempre prestaba mucha atención a
corregir el estilo de trabajo en el partido. El Análisis de las Clases en la Sociedad China (149), escrito por el Presidente Mao en la época de la primera
guerra civil revolucionaria, es un brillante ejemplo de la integración de la
teoría marxista-leninista con la realidad concreta de la revolución china. En
los días iniciales de la fundación del Ejército Rojo, el Presidente Mao
escribió las “Tres Principales Reglas de Disciplina y las Seis Advertencias”
(posteriormente desarrolladas en las “Tres Principales Reglas de Disciplina y
las Ocho Advertencias”) para preparar a nuestro partido y nuestro ejército en
el excelente estilo de trabajo de integrarse con las masas y persistir en la
lucha. En 1942, mientras dirigía personalmente el movimiento de rectificación
en Yenán, el Presidente Mao emitió el llamado a “Combatir el subjetivismo para
rectificar el estilo de estudio, combatir el sectarismo para rectificar el
estilo en las relaciones de partido, y combatir el cliché en el partido para
rectificar el estilo literario.” (150), y por medio de eso liquidar la
influencia de las líneas oportunistas de derecha y de “izquierda” en la
ideología y el estilo de trabajo. En el VII congreso del partido, el Presidente
Mao, sintetizando profundamente nuestra experiencia básica en la construcción
del partido, arrojó más luz sobre los tres grandiosos estilos de trabajo del
partido, dando nuevo impulso a esta excelente tradición. En vísperas de la liberación
total de nuestro país, en la II sesión plenaria del VII Comité Central,
señalando que la victoria podría dar lugar en el partido a sentimientos de
arrogancia, codicia, complacencia y búsqueda de placer, el Presidente Mao
advirtió a todo el partido: “A los camaradas debe enseñárseles a ser modestos,
prudentes y libres de arrogancia e impetuosidad en su estilo de trabajo. A los
camaradas debe enseñársele a preservar el estilo de vida sencilla y lucha
ardua”. (151) Después de que todo el país había sido liberado, adhiriéndose a
los tres grandiosos estilos de trabajo de modestia, prudencia, y ardua lucha,
nuestro partido repelió los corrosivos ataques de los proyectiles almibarados
de la ideología burguesa, y garantizó así el continuo desenvolvimiento de la
revolución y la construcción. Después de la Gran Revolución Cultural
Proletaria, y en particular a lo largo del movimiento de crítica a Lin Piao y
rectificación del estilo de trabajo, el estilo de trabajo del partido busca la
verdad en los hechos y seguir la línea de masas, así como sus gloriosas
tradiciones de modestia, prudencia y ardua lucha -un estilo de trabajo y una
tradición saboteados por Lin Piao y su camarilla -sufrieron un nuevo
desarrollo, permitiéndole a todo el partido avanzar con nuevo rigor.
La
experiencia histórica demuestra que los tres grandiosos estilos de trabajo del
partido han tenido una profunda influencia en todo el partido y el pueblo de
todas las nacionalidades, garantizando la implementación de la línea
revolucionaria del Presidente Mao, y jugando un importante papel en el
victorioso desarrollo de la revolución y la construcción. Los comunistas de la
vieja generación están familiarizados con esta excelente tradición de nuestro partido,
pero aún se enfrentan con la cuestión de cómo avanzar bajo nuevas condiciones
históricas visto que los muchos nuevos miembros del partido se enfrentan con la
cuestión de aprenderlo, heredarlo, y avanzarlo. Debemos perpetuar esta
excelente tradición de nuestro partido de generación en generación: es
sumamente importante para la consolidación del partido.
El Estilo de Trabajo de Integrar la
Teoría con la Práctica
La
teoría a que se hace referencia aquí es la teoría revolucionaria del
proletariado: el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung; y la práctica es
nuestra práctica revolucionaria concreta -la práctica de los tres grandes
movimientos revolucionarios, la lucha de clases, la lucha por la producción y
la experimentación científica. Integrar la teoría con la práctica significa
estudiar y resolver los problemas prácticos encontrados en el proceso de
nuestra revolución y construcción utilizando la posición, el punto de vista y
el método del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung. El Presidente Mao
utiliza esta expresión: “Disparar la flecha al blanco” (152). Como la flecha es
al blanco, tal es la relación de la teoría a la práctica. Si vamos a disparar
con precisión esta flecha de la teoría para dar en el blanco de la práctica,
debemos adherirnos al siguiente método: utilizar la práctica como el punto de
partida con el fin de estudiar la teoría marxista-leninista para un propósito
definido y resolver los problemas surgidos en los tres grandes movimientos
revolucionarios, y de esta teoría deriva nuestra posición, punto de vista y
método. Si hay un divorcio entre la teoría y la práctica, estamos obligados a
disparar al azar. Si utilizamos una correcta teoría simplemente para
empecinarnos en cháchara vacía, nos absorbemos en ella sólo para dejarla a un
lado y no hacer nada sobre esto, entonces es inútil, aunque esta teoría es lo
más grandioso. Sólo si tratamos los problemas que surgen en el curso de la
práctica revolucionaria, si los analizamos, estudiamos y resolvemos utilizando
el arma teórica del marxismo-leninismo, podemos ligar la teoría con la práctica
y disparar la flecha al blanco.
El
Presidente Mao dice: “La estrecha integración de la teoría marxista-leninista
con la práctica de la revolución china es el principio ideológico
constantemente seguido por nuestro partido.” (153). La historia de nuestro
partido es una historia de creciente integración de la verdad universal del
marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución china; es la
historia del triunfo de todo el partido bajo la dirección del Presidente Mao
sobre las líneas oportunistas de derecha e “izquierda”. Al dirigir la
prolongada lucha de la revolución china y la situación de cada clase. El
resolvió correctamente una serie de problemas que surgieron en la época de la
revolución socialista en nuestro país, estableciendo correctas orientaciones
políticas, línea y principios para nuestro partido, y garantizando nuevas y aún
mayores victorias para la causa de la revolución y la construcción en nuestro
país. La experiencia histórica del partido ha mostrado que integrando la teoría
con la práctica y avanzando de acuerdo con la línea revolucionaria del
Presidente Mao, el partido siempre se ha desarrollado y la causa revolucionaria
salió siempre victoriosa. Por el contrario, cuando quiera que divorciamos la
teoría de la práctica, y nos apartamos de la línea revolucionaria del
Presidente Mao, el partido sufrió reveses, y la causa revolucionaria encontró
fracasos. Por lo tanto decimos que la victoria de la revolución china es la
extraordinaria victoria de la integración de la teoría marxista-leninista con
la práctica de la revolución china, la extraordinaria victoria de la línea
revolucionaria del Presidente Mao y del Pensamiento Mao Tsetung.
Unir
la teoría con la práctica es el estilo de estudio revolucionario proletario por
el que siempre abogó el Presidente Mao. Hay dos actitudes opuestas hacia el
estudio del marxismo-leninismo. La primera es la correcta actitud marxista de
integrar la teoría con la práctica. Con esta actitud, utilizamos la teoría y el
método marxista-leninista para realizar sistemáticos y detallados estudios e
investigaciones del entorno y combinar el entusiasmo revolucionario con lo
práctico. Con esta actitud, podemos disparar la flecha al blanco. La otra
actitud es la actitud subjetiva de divorciar la teoría de la práctica. Este es
un mal estilo de estudio, un estilo que no corresponde al marxismo-leninismo
-el dañino estilo de todos los oportunistas y revisionistas. Somos conscientes
de que la cuestión del estilo de estudio es una cuestión de método de
pensamiento, que concierne a los cuerpos dirigentes, a todos los cuadros y a
toda la militancia del partido; es una cuestión relacionada con nuestra actitud
hacia el marxismo-leninismo y la actitud de todos los camaradas del partido en
su trabajo. Por esto es por lo que la cuestión de estilo de estudio siempre ha
estado estrechamente ligada con la lucha de dos líneas. La oposición y lucha
entre los dos estilos de estudio es el reflejo de la lucha de dos líneas sobre
el problema del estudio. Elevando la cuestión de estilo de estudio al nivel de
una cuestión de espíritu de partido, el Presidente Mao ha revelado
profundamente la esencia del estilo de trabajo subjetivo que divorcia la teoría
con la práctica: “Adoptar este estilo como norma de conducta es hacerse daño a
sí mismo, adoptarlo para educar a los demás; es causarle daño y adoptarlo para
dirigir la revolución es, perjudicarla”. “Es manifestación de que no existe
espíritu de partido o que este es incompleto”. (154)
Liu
Shao-chi, Lin Piao y otros estafadores de su tipo, así como los cabecillas de
diversas líneas oportunistas estaban caracterizados en lo ideológico por la
separación que hacían de lo subjetivo y objetivo como también de la teoría y la
práctica. Ellos siempre se oponían febrilmente al principio de integrar la
teoría con la práctica, siempre combatían el marxismo-leninismo pensamiento Mao
Tsetung, promoviendo a cambio, el apriorismo idealista. Con el fin de practicar
el revisionismo, tuvieron que oponerse primero a los principios fundamentales
del marxismo-leninismo. Lin Piao sostenía que los clásicos del
marxismo-leninismo solo trataban cosas del “pasado”, estaban “demasiados
distantes de nosotros”, ya eran “obsoletos” y que no era necesario estudiarlos.
Al sacar a relucir esta ultrarreacionaria teoría, él apuntaba a negar
totalmente los principios fundamentales del marxismo-leninismo con el fin de
difundir su basura revisionista y hacer realidad su complot
contrarrevolucionario de restauración capitalista. Al mismo tiempo, Lin Piao se
oponía con toda su energía a la práctica revolucionaria, abogaba por la
reaccionaria teoría del “genio” y negaba que la práctica es la fuente fundamental
del conocimiento. Sostenía que debemos proceder “de lo subjetivo a lo
objetivo”, de la “idea a la realidad” e invertía por completo las relaciones
entre teoría y práctica, lo subjetivo y lo objetivo. Por lo tanto, al tiempo
que criticamos la contrarrevolucionaria línea revisionista de Lin Piao, debemos
criticar constantemente el nocivo estilo de estudio antimarxista-leninista
propagado por él y debemos eliminarlo.
Para
defender el principio de integrar la teoría con la práctica, debemos adoptar la
actitud científica de buscar la verdad en los hechos. “Hechos” son todas las
cosas que existen objetivamente; “verdad” se refiere a sus relaciones internas;
y “buscar” quiere decir estudiarlas. En el trabajo cotidiano, mostrar la
actitud científica de buscar la verdad en los hechos significa estudiar y
captar las leyes que gobiernan el desarrollo de las cosas objetivas, bajo la
guía del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung; significa ligar la línea
política, orientación y principios del partido así como las instrucciones de
los niveles superiores, a la situación actual de nuestra área o unidad; también
significa discutirlas y realizarlas a cabalidad, esforzarnos por hacer que lo
subjetivo concuerde con lo objetivo, e integrar la teoría con la práctica para
disparar la flecha al blanco en nuestro trabajo, y lograr los resultados
esperados.
Para
defender el principio de integrar la teoría con la práctica debemos estudiar e
investigar la situación social. Estudiar e investigar es el método científico
del marxismo-leninismo; cuando emprendemos tal tarea, debemos hacer
investigación profunda y detallada de la situación actual, y luego analizar y
estudiar el material recopilado “desechar la cáscara para quedarse con el
grano, descartar lo falso para conservar lo verdadero, pasar de un aspecto a
otro y de lo externo a lo inter… dar un salto del conocimiento sensorial al
racional” (155); debemos saber cómo discernir lo importante de lo secundario,
captar la esencia de un fenómeno, y distinguir lo verdadero de lo falso con el
fin de sacar las conclusiones que concuerden mejor con la realidad, y llevar a
cabo nuestro trabajo basado en la realidad.
El Estilo de Trabajo de Mantener
Estrechos Vínculos Con las Masas
Mantener
estrechos vínculos con las masas y discutir todos los asuntos con ellas es el
excelente estilo de trabajo de nuestro partido, la fuente de la fuerza que nos
permite derrotar a todos los enemigos y superar todas las dificultades.
El
marxismo sostiene que las masas populares son los amos de la historia; ellas
son la fuerza decisiva que hace avanzar la sociedad. No sólo son las masas las
creadoras de la riqueza espiritual y material del mundo, sino que sus luchas
revolucionarias son la fuerza motriz que hacen avanzar la sociedad. Los
esclavos son los hacedores de la historia; este es un punto de vista
materialista histórico fundamental. Marx y Engels señalaron: “El movimiento
histórico es obra de las masas”, (156) y Lenin escribió: “el socialismo vivo,
creador, es obra de las masas mismas”;(157) el Presidente Mao también indicó:
“El pueblo y sólo el pueblo es la fuerza motriz de la historia mundial”: (158)
Para mantener estrechos vínculos con las masas, debemos estar firmemente
imbuidos con la idea de que “las masas son los verdaderos héroes” (159) estar
convencidos de que la fuerza de revolución reside en las masas populares, y
reconocer plenamente su glorioso papel como las hacedoras de la historia. La
razón por la que nuestro partido puede dirigir a las masas populares es
precisamente debido a que representa los intereses de las masas, le sirve a
ellas de todo corazón, manteniendo estrechos vínculos con ellas, lucha por el
logro del comunismo.
Mantener
estrechos vínculos con las masas es una gloriosa tradición de nuestro partido.
En la época de la revolución democrática, nuestro partido, bajo la dirección de
la línea revolucionaria del Presidente Mao Tsetung, fundó el Ejército Popular
de Liberación, y estableció bases revolucionarias movilizando plenamente a las
masas y confiando en ellas. De esa forma, después de 28 años de heroica lucha,
teniendo solo millo y fusiles improvisados, tuvo éxito en derrotar a los
bandidos fascistas japoneses que se creían invencibles, y en destruir el
reaccionario ejercito del Kuomintang de ocho millones de soldados, apertrechado
por el imperialismo norteamericano. Durante aquellos años de dura lucha,
nuestro partido y nuestro Ejército Popular, compartiendo en las buenas y en las
malas con las masas, derrotaron a un poderoso enemigo y lograron la victoria
total en la revolución de nueva democracia. Después de la liberación de todo el
país, movilizando plenamente a las masas y confiando resueltamente en ellas,
nuestro partido ha aplastado las desorganizaciones y sabotajes fomentados por
los enemigos tanto de dentro como de fuera del país. Exhibiendo el espíritu
revolucionario de independencia, autoconfianza y ardua lucha y con resolución
para siempre avanzar despacio pero firmemente, ha convertido a la vieja China,
pobre, atrasada y agobiada por la crisis en una nueva China socialista que está
en camino a la prosperidad. En el curso de la Gran Revolución Cultural
Proletaria, iniciada y dirigida personalmente por el Presidente Mao, nuestro partido
movilizó a las masas a gran escala, confiando en ellas, y mediante la práctica
de la amplia democracia bajo la dictadura del proletariado, levanto un
extraordinario movimiento de masas que fue desencadenado como un incontenible
torrente, aplastando los dos cuarteles generales burgueses -uno encabezado por
Liu Shao-chi y el otro por Lin Piao- logrando así muchas importantes victorias
en la Gran Revolución Cultural Proletaria. Incontables hechos muestran que las
masas populares, armadas con el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung son
invencibles; dado que tenemos fe en las masas, confiamos en ellas y mantenemos
estrechos vínculos con ellas, estamos condenados a lograr la victoria.
Tener
estrechos vínculos con las masas o estar divorciadas de ellas (o incluso
temerles u oponerse al movimiento revolucionario de masas) no es simplemente
una cuestión de método sino por el contrario una cuestión fundamental de
posición y concepción del mundo. Es también una importante cuestión en la lucha
entra la línea revolucionaria del Presidente Mao y las líneas oportunistas de
derecha e “izquierda”. Todos los cabecillas de las líneas oportunistas son
idealistas, toman obstinadamente el bando de la burguesía, siempre calumnian y
desprecian a las masas con toda su fuerza. Niegan el grandioso papel de las
masas populares como las hacedoras de la historia, se oponen a la línea de
masas del partido, son hostiles hacia los movimientos de masas revolucionarios
dirigidos por el partido y los sabotean. En la época de la primera guerra civil
revolucionaria, el cabecilla de línea oportunista de derecha, Chen Tu-hsiu,
calumniaba al proletariado chino diciendo que era “infantil”, que “no
constituía una fuerza revolucionaria independiente”, sostenía que el pueblo
chino era “indisciplinado”, “conservador” y que “le sería difícil triunfar en
la revolución”. El no tenía fe en el poder de la revolución, llevaba a cabo una
línea capitulacionista, y llevó a la derrota al heroico movimiento
revolucionario. Con el fin de cambiar la línea básica del partido para todo el
período histórico del socialismo, Liu Shao-chi, Lin Piao y otros estafadores de
su ralea trabajaron con toda su fuerza para sabotear la línea de masas del
partido y su excelente estilo de trabajo de mantener estrechos vínculos con las
masas. Difundiendo abiertamente la teoría del “atraso de las masas”, Liu
Shao-chi se opuso a la movilización de las masas durante el “movimiento de las
cuatro limpiezas” (160) y durante la Gran Revolución Cultural Proletaria,
implementó una línea reaccionaria burguesa y reprimió el movimiento
revolucionario de masas. En cuanto a Lin Piao, armó un alboroto sobre la
“teoría del genio”, y descaradamente se atribuyó el mismo el título de “genio”,
que poseía “conocimiento innato” y “conciencia innata”. Al mismo tiempo
calumniaba a las masas de obreros y campesinos tratándolos de escoria
interesada solamente en “enriquecerse y buscar placer” que no sabía nada más
que de “aceite, sal, soya, salsa, vinagre y leña”. Lin Piao y su camarilla
también propagaron la tontería de que “los héroes y los esclavos hacen la
historia juntos”, tratando de este modo de utilizar el sofisma doble para negar
los principios fundamentales del marxismo-leninismo. Debemos criticar por
completo la concepción de la historia reaccionaria e idealista de Liu Shao-chi
y Lin Piao, fortaleciendo constantemente los vínculos entre el partido y las
masas y avanzar valientemente según las líneas políticas establecida por el X
congreso.
Para
mantener estrechos vínculos con las masas, debemos discutir los asuntos con
ellas y escuchar modestamente sus opiniones El Presidente Mao nos enseña que
“las gentes con verdadero conocimiento personal son quienes están comprometido
en la práctica en todo el mundo” (161) Combatiendo en las líneas de frente de
los tres grandes movimientos revolucionarios, las amplias masas populares
tienen un rico conocimiento práctico. Sólo escuchando modestamente las
opiniones de las masas y discutiendo los asuntos con ellas podemos concentrar
su sabiduría, utilizar sus innovaciones, sintetizar su experiencia y obtener el
conocimiento correcto necesario para dirigir la práctica revolucionaria. Para
discutir los asuntos con las masas, debemos escuchar sus opiniones. Debemos
escucharlas cuando no tenemos destreza en el trabajo, cuando surgen
dificultades, o cuando no tenemos suficiente experiencia, y esto es tanto más
necesario cuando conocemos bien la situación, cuando el trabajo está yendo bien
y cuando alcanzamos victorias. Debemos escuchar todas las opiniones de las
masas, sea que estemos de acuerdo con ellas o no. Debemos siempre dejar que
todo el mundo diga lo que tenga que decir, que la gente exprese lo que tienen
en su mente. Debemos recoger el conocimiento de las masas, diferenciar lo que
se es de valor de lo que no lo es, y sobre la base del Pensamiento Mao Tsetung,
lograr unidad de pensamiento. Sólo de esta forma podemos poner en pleno juego
la iniciativa y creatividad de las masas, concentrar su sabiduría en el mayor
grado posible y darle mayor impulso al desarrollo de la revolución y la
construcción. A algunos camaradas les gusta decirlo todo y no dejan que las
masas ventilen sus puntos de vista. Ya sea en el trabajo de investigación o en
la solución de un problema, ellos quieren ser los únicos en resolverlo -no
dejan que nadie hable- los demás sólo pueden oírlos a ellos y obedecer sus
órdenes. Este estilo de trabajo es completamente incorrecto; sólo puede impedir
que las masas se expresen plenamente sus puntos de vista, apagando su
iniciativa y perjudicando la relación entre ellas y el partido.
Para
mantener estrechos vínculos con las masas, debemos asumir una correcta actitud
hacia ellas, y tratarlas correctamente. El marxismo siempre ha sostenido que es
sólo teniendo fe en las masas, confiando en ellas y manteniendo estrechos
vínculos con ellas que cada individuo puede jugar su papel a plenitud y
contribuir mejor a la causa de las masas populares. Si sobrestimamos el papel
del individuo y subestimamos la fuerza de las masas populares, si persistimos
en creer que todo lo que hacemos es bueno y que cualquier cosa que hacen las
masas no vale la pena, entonces estamos invirtiendo las posiciones respectivas
de las masas y los individuos, y deslizándonos en el pantano del idealismo
histórico. En lo que respecta a los cuadros y militantes del partido, con el
fin de tratar correctamente a las masas, deben convertirse voluntariamente en
alumnos de las masas, aprender modestamente de ellas, ser visto por ellas como
gente trabajadora sencilla y echar profundas raíces entre ellas. Los cuadros
del partido deben tomar parte continuamente en el trabajo productivo colectivo,
conservar siempre las características del pueblo trabajador y ser una sola cosa
junto con las masas.
Para
tratar correctamente a las masas, también debemos saber cómo utilizar el
marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung para dirigirlas. Para los miembros
del partido comunista, mantener estrechos vínculos con las masas significa
aprender de ellas; también significa propagar el marxismo-leninismo-pensamiento
Mao Tsetung en medio de ellas con el propósito de armarlas y organizarlas. En
cuanto al método de tratar con las masas, de una parte debemos combatir la
teoría de la “omnisapiencia del liderato” y el “atraso de las masas”, derrotar
el dañino estilo de trabajo del burocratismo y el autoritarismo; y de otra
parte, debemos oponernos a la línea de; “si las masas lo quieren de esa forma,
que así sea” y derrotar la dañina tendencia de ir a la cola de las masas. Es la
única forma en la que podemos aplicar correctamente la línea revolucionaria del
Presidente Mao y cumplir adecuadamente el trabajo del partido.
Para
mantener estrechos vínculos con las masas debemos practicar el estilo de
trabajo de modestia, prudencia y ardua lucha. En todo momento, los miembros del
partido comunista debemos respirar el mismo aire que las masas y compartir la
misma suerte; no podemos buscar comodidad y placeres y desdeñar la vida dura
diaria. Aun cuando hayamos sido promovidos, no debemos de vista el estilo de
trabajo de ser modestos, prudentes y mantener estrechos vínculos con las masas;
aun cuando tengamos mejores condiciones de vida, no debemos abandonar el estilo
de ardua lucha. Sólo de esta forma podemos oponernos efectivamente a la
corrupción de las ideas y el estilo de vida burgueses y nunca apartarnos de las
masas, de modo que nuestro partido mantenga siempre relaciones con las masas,
como el pez con el agua, para ganar aún mayores victorias en la revolución y la
construcción.
El Estilo de Trabajo de Practicar la
Crítica y la Autocrítica
La
crítica y la autocrítica son afiladas armas con las cuales fortalecer la
construcción del partido en lo ideológico, consolidar su unidad y aumentar su
capacidad de combate. Objetivamente, existen contradicciones dentro del
partido. Existe el reflejo dentro del partido de las contradicciones de clase y
de las contradicciones entre lo viejo y lo nuevo en la sociedad. La crítica y
la autocrítica constituyen el medio básico con el cual librar correctamente la
lucha interna del partido y resolver las contradicciones internas del partido.
A lo largo de todo el período histórico del socialismo, ya que todavía existen
las clases, las contradicciones de clase y la lucha de clases, las viejas
ideas, la vieja cultura y las viejas costumbres de la burguesía y otras clases
explotadoras influencian a los miembros de nuestro partido y corroen su cuerpo
cada día y cada minuto. Para combatir la infección causada en el cuerpo de
nuestro partido por el polvo y los gérmenes políticos de la burguesía, y para
resistir la corrupción de los miembros del partido por las ideas burguesas y
las ideas de las otras clases explotadoras, debemos librar una activa lucha
ideológica y derrotar todas las ideas no-proletarias con la ideología
proletaria. Las luchas internas del partido deben ser reguladas por métodos
correctos. En el caso de problemas ideológicos en el seno del pueblo, no
debemos ser abusivos ni utilizar los puños ni las armas. Para resolver estas
disputas, sólo debemos utilizar los métodos de discusión, persuasión, crítica y
autocrítica. Debemos ver que la crítica y la autocrítica sean utilizadas para
desarrollar las cosas positivas, superar las deficiencias, corregir los errores
y así, sobre la base de una correcta línea, fortalecer la unidad y
consolidación del partido.
La
crítica y la autocrítica representan para los comunistas un arma esencial para
“deshacernos de lo rancio y tomar lo fresco”. (162) En lo ideológico y
remodelar la concepción del mundo. Ya que los miembros de nuestro partido
tienen diferentes orígenes de clase, provienen de diferentes capas del pueblo y
viven en una sociedad en la que existen clases, las ideas burguesas y la fuerza
de las viejas costumbres continuamente influencian a los miembros del partido y
corroen las filas del partido. En las mentes de muchos camaradas, aún persiste
en algún grado ideas no-proletarias. Sólo agarrando el arma de la crítica y la
autocrítica y trabajando duro por “deshacernos de lo rancio y tomar lo fresco”,
podemos posiblemente derrotar las diversas ideas no-proletarias y contener la
corrupción por la ideología burguesa y la ideología de todas las otras clases
explotadoras. Además, ya que nuestro conocimiento del mundo objetivo es
necesariamente limitado, es difícil evitar las deficiencias y los errores en
nuestro trabajo. La práctica frecuente de la crítica y la autocrítica con el
fin de exponer los errores y deficiencias que surgen en nuestro trabajo nos
permitirá barrer el idealismo y sintetizar nuestras experiencias para continuar
avanzando. Esto nos permitirá hacer mejor nuestro trabajo y hacer más grandes
contribuciones al partido y al pueblo.
El
Presidente Mao siempre le ha dado gran importancia a la crítica y la
autocrítica. El señaló en su artículo “Sobre la corrección de las ideas
erróneas en el partido”: “la crítica interna del partido es un arma para
fortalecer la organización del partido y aumentar su capacidad de combate”.
(163) El movimiento de rectificación en Yenán en 1942 fue un movimiento
completo de educación marxista, así como un movimiento de crítica y autocrítica
a gran escala. Después de la liberación de todo el país, nuestro partido
dirigió de nuevo varios movimientos de rectificación. Durante la Gran
Revolución Cultural Proletaria, las masas, por centenares de millones,
utilizaron las armas de ventilar libremente los puntos de vista, cartelones de
grandes caracteres, grandes debates e intercambio extensivo de experiencia
revolucionaria con el fin de desenmascarar al puñado de personas en puestos de
dirección en el partido seguidores del camino capitalista. (164) De esa forma,
aplastaron los dos cuarteles generales burguesas dirigidos por Liu Shao-chi y
Lin Piao y denunciaron y criticaron nuestros errores y deficiencias en el
trabajo, fortaleciendo así grandemente la unidad del partido. Mediante el
movimiento de crítica a Lin Piao y rectificación del estilo de trabajo, y
mediante la crítica profunda de los crímenes contrarrevolucionarios y las
falacias revisionistas de la camarilla anti-partido de Lin Piao, toda la
militancia del partido ha aumentado enormemente su experiencia en la lucha de
dos líneas, elevando su conciencia con respecto a la práctica de la crítica y
la autocrítica y la gloriosa tradición del partido de la crítica y la
autocrítica ha sido por lo tanto fortalecida.
Para
realizar correctamente la crítica y la autocrítica, debemos primero aplicar
conscientemente el principio de “unidad-crítica-unidad”. Esto significa que
debemos partir del deseo de unidad y hacer una clara distinción entre lo
verdadero y lo falso, mediante la crítica y la lucha, y sobre esta nueva base,
alcanzar una nueva unidad. Cuando libramos la crítica y la autocrítica, debemos
combatir dos actitudes erróneas: la primera consiste de hablar solo de la
unidad, sin criticar ni combatir los errores y deficiencias. A los camaradas
que adoptan esta actitud les gusta evitar contradicciones. Ante la lucha ellos
mantienen su boca cerrada, no refutan las concepciones incorrectas cuando las
oyen y no se oponen a las acciones que hacen daño al partido cuando las ven:
“En cualquier circunstancia, no toman posición, para evitar mayores
complicaciones”. Comportarse de esta forma igual que el “Viejo Sabio” es
absolutamente erróneo. La segunda actitud es hablar solo de crítica y lucha,
sin ningún deseo de unirse con los camaradas que han cometido errores. Los
camaradas que adoptan esta actitud hacen juicios precipitados y acusaciones al
alzar. Este método no sólo es incapaz de resolver algún problema, sino que
también hace daño a los camaradas individualmente y a la unidad del partido. El
Presidente Mao nos ha enseñado que “las declaraciones deben basarse en los
hechos y la crítica debe centrarse en la política”. (165) Cuando se lleva a
cabo la crítica y la autocrítica debemos buscar la verdad en los hechos y
convencer a la gente con argumentos razonados; debemos hacerlo regularmente y a
tiempo, no esperar que los problemas se acumulen y se conviertan en sumamente
graves y luego tratar de rectificar todo a la vez. Seguir este método puede
llevar a duras pérdidas mientras que intervenir a tiempo significa que se
pueden reducir las pérdidas. Debemos depurar toda la vida de la organización
utilizando el arma de la crítica y la autocrítica de manera profunda de modo
que la vida organizativa del partido siga siendo vigorosa. Los camaradas
dirigentes en todas las organizaciones del partido a todos los niveles deben
participar en la vida de la organización de la misma forma que los militantes
comunes; deben escuchar modestamente las opiniones y críticas de otros
militantes, emprender regularmente la autocrítica y esforzarse por hacer el
trabajo lo mejor posible.
Para
llevar a cabo correctamente la crítica y la autocrítica, quienes critican deben
aplicar el principio: “Decir todo lo que sabes y decirlo sin reservas”; si
tienen sugerencias que hacer, deben hacerlas, si descubren deficiencias y
errores, deben criticarlas. Al mismo tiempo, deben prestar cuidadosa atención a
su actitud, método y resultados. En cuanto a quienes son criticados deben tener
en mente la causa del partido y actuar según los principios: “No culpar al que
habla sino poner cuidado a lo que dice” y “Corregir los errores si los ha
cometido y guardarse de cometerlos si no los ha cometido” y escuchar
modestamente las críticas formuladas por otros. Debemos atrevernos a aceptar la
verdad y corregir nuestros errores. No importa quien haga una crítica, si es
correcta debemos aceptarla. Aun cuando la crítica hecha por otros no esté de
acuerdo con la realidad o si un análisis o la crítica hecha por otros no esté
de acuerdo con la realidad o si un análisis o la crítica no son hechos muy
conscientemente, debemos sin embargo oírlos pacientemente, tomar lo que es
bueno de ella y no culpar al crítico, ni mucho menos utilizar esto como un
pretexto para rechazar la crítica. No debemos sonreír ante los halagos ni enfurecernos
ante las críticas, ni menos comportarnos como “un tigre al que no se le puede
tocar el trasero”. Algunos camaradas, cuando han cometido un error y han sido
criticados, no tratan de sacar lección de ello de manera positiva, sino que por
el contrario piensan que ya no pueden “mantener erguida la cabeza” y se vuelven
pasivos y apáticos en su trabajo, lo que sólo agrega nuevos errores a los
primeros. En cuanto a los camaradas que, después de haber sido criticados
guardan rencor y buscan vengarse de quienes los han criticado, están haciendo
algo expresamente prohibido por la disciplina del partido, algo contra lo que
debemos guardarnos resueltamente. Los cuadros del partido deben ser
especialmente estrictos consigo mismos y servir como modelos para las masas y
los miembros del partido. Cuando critiquen a alguien deben por supuesto
defender los principios, pero también deben prestar atención al método:
investigar, buscar la verdad en los hechos, nunca hablar o actuar a la ligera o
como resultado de rumores, ni reprender a alguien por nada. Respecto a las
críticas formuladas por los miembros del partido y las masas, deben tener
amplitud mental proletaria, escucharlas con modestia, sacar conclusiones de las
sugerencias de otros, extraer de ellas material para su educación política,
corregir sus deficiencias y errores y hacer bien su trabajo.
Para
llevar a cabo correctamente crítica y autocrítica, debemos emprender el
“analizarnos” rigurosamente entre nosotros mismos. El Presidente Mao nos
enseña: “La lucha del proletariado y las masas revolucionarias por cambiar el
mundo comprende el cumplimiento de las siguientes tareas: cambiar el mundo
objetivo y, al mismo tiempo su propio mundo subjetivo-cambiar su capacidad
cognoscitiva y cambiar la relación entre el mundo subjetivo y el mundo
objetivo”. (166) Para cambiar nuestro propio mundo subjetivo, debemos primero
“analizarnos” rigurosamente nosotros mismos. En todo, uno se divide en dos
(167) Esto también es cierto cuando nos examinamos nosotros mismo: si bien es
necesario considerar nuestras fortalezas y logros, debemos tener aún más en
mente nuestras debilidades y deficiencias. Solo examinando regularmente
nuestras deficiencias y errores, podemos los miembros del partido comunista
mantener siempre nuestro estilo de trabajo de prudencia y modestia, y
comprendernos adecuadamente nosotros mismos para que podamos sopesar nuestro
verdadero mérito. Si no nos conocemos nosotros mismos, no podemos aplicar en
nosotros el principio de que uno se divide en dos; si vemos sólo nuestros
logros y no nuestras deficiencias, estamos sujetos a caer en la ceguera. Si no
analizamos y eliminamos por completo nuestras deficiencias y errores, nos
perjudicamos nosotros mismos y perjudicamos la revolución. Sólo practicando
regular y conscientemente la crítica y la autocrítica podemos evitar volvernos
vanidosos a pesar de los elogios, recordar nuestras deficiencias cuando
alcanzamos victorias, ni volvernos arrogantes ante el éxito, ni desalentarnos
cuando enfrentamos fracasos, permaneciendo siempre con mente clara y lleno de
elevado espíritu revolucionario y vigorosa voluntad para la lucha
revolucionaria, nunca detenerse en el camino de continuar la revolución y
prepararnos para hacer elementos avanzados del proletariado, merecedores del hombre.
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