Nota DPCP:
El blog "Defensa del PCP", a partir de hoy, pondrá a su disposición el libro "Una Compresión Básica del Partido Comunista de China", separado por capítulos a modo de correción de los posibles errores de tipeo y posteriormente compartiremos el libro completo en un solo archivo PDF.
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Capítulo
V
Los Principios del Partido de “Los
Tres Qué Hacer y los Tres Qué No Hacer”
Los estatutos del partido
plantean que los camaradas deben adherir a los principios de “practicar el
marxismo y no el revisionismo, unirnos y no dividirnos, y ser francos y
abiertos y no urdir intrigas ni maquinaciones”. Estos tres principios sobre qué
hacer y qué no hacer representan una profunda síntesis de la experiencia
histórica de nuestro gran líder el Presidente Mao respecto de las dos líneas en
el partido. Ellos constituyen la norma que nos permite distinguir la línea
correcta de la línea incorrecta. Son los tres principios básicos que los
miembros del partido deben respetar. Todo miembro del partido debe tener
siempre en mente estos tres principios y adherir a ellos para librar la lucha
de dos líneas dentro del partido activamente y de manera correcta.
· Practicar el Marxismo y No el
Revisionismo
De
estos tres principios formulados por el Presidente Mao sobre lo que
hay que hacer y lo que no hay que hacer, el más
fundamental es practicar el marxismo y no el revisionismo. Una persona que
practica el marxismo y no el revisionismo y que sirve de todo corazón a los
intereses de la amplia mayoría de la población de China y del mundo necesariamente
trabaja por la unidad y es franca y abierta; una persona que practica el
revisionismo y sirve a la minoría de elementos de las clases explotadoras
inevitablemente trabaja por la escisión y toma parte de intrigas y
maquinaciones.
Por más
de 50 años, las luchas dentro de nuestro partido entre la línea marxista
representada por el Presidente Mao y las diversas líneas oportunistas siempre
han sido, en última instancia, sobre la cuestión de si practicar el marxismo o
el revisionismo. Esta es una importante cuestión respecto al futuro de la
revolución proletaria, el carácter del partido político proletario y el destino
del estado de dictadura del proletariado. Por esto es por lo que el principio
de “Practicar el marxismo y no el revisionismo” (79) es esencial para construir
el partido político del proletariado –constituye la orientación política a la
que debemos adherir y la garantía de que nuestro partido y nuestro estado nunca
cambiará su carácter.
El
marxismo y el revisionismo son dos sistemas ideológicos diametralmente
opuestos. El marxismo es el sistema ideológico del proletariado; es una
poderosa arma en las manos de todos los revolucionarios para comprender y
transformar el mundo de una manera correcta. El marxismo representa los
intereses básicos del proletariado y demás trabajadores. Muestra al
proletariado y demás trabajadores de todo el mundo el camino a través del cual
puede lograr su liberación y guiarlos en derribar a la burguesía y todas las
demás clases explotadoras y luchar heroicamente por la máxima realización del
comunismo. El revisionismo –u oportunismo de derecha- es una tendencia de
pensamiento ideológica burguesa internacional. El Presidente Mao ha
especificado: “Es revisionismo negar los principios fundamentales del marxismo
y negar su verdad universal”. (80). Los revisionistas hacen desaparecer [soslayan]
las diferencias entre socialismo y capitalismo, entre la dictadura del
proletariado y la dictadura burguesía. Ellos ondean la bandera de la revolución
y se cubren con el manto del marxismo-leninismo a lo sumo para distorsionar y
vaciar de su contenido los principios fundamentales del marxismo. Promueven
primero y ante todo lo que es aceptable para la burguesía y satisface las
necesidades de ésta. Estas son las maquinaciones habitualmente empleadas por
los revisionistas. Bajo las condiciones de dictadura del proletariado los
revisionistas actúan de manera más solapada, se disfrazan aún más hábilmente,
difunden falsos rumores y falacias con el fin de engañar a las masas y
perjudicar la revolución.
Lenin
señalaba que, objetivamente, los oportunistas son “un destacamento político de
la burguesía, conductores de su influencia, y sus agentes en el movimiento
obrero”. (81). Los elementos oportunistas son instrumentos manipulados por la burguesía,
así como por el imperialismo, el revisionismo y la reacción; ellos son sus
agentes internos como externos, saben que es más fácil tomar una fortaleza
desde dentro. Es preferible para ellos que elementos revisionistas que han
infiltrado el partido ascienda para botear la revolución y derrocar la
dictadura del proletariado en, contraposición a tener que hacerlo los mismo
terratenientes y capitalistas, y esto es especialmente cierto en una época en
que los terratenientes y capitalistas gozan de tan poco aprecio. Si en un país
socialista los revisionistas tienen éxito en usurpar el Pode en el partido y el
estado, la historia puede retroceder, el país puede cambiar de color y el
proletario y demás trabajadores conocerán de nuevo el sufrimiento. En la Unión
Soviético, desde que la camarilla Jruschov-Brezhnev subió al escenario,
usurpando el poder en el partido y el gobierno, habían transformado al primer estado
de dictadura del proletariado fundado por Lenin en un país socialimperialista.
En nuestro país, los arribistas, conspiradores, traidores e impenitentes seguidores
del camino capitalista –Liu Shao- chi y Lin Piao, aun cuando las cosas fueran
diferentes con ellos- tenían el mismo carácter ya sea en los frentes ideológico
o político o en su vida diaria, ellos estabas aburguesados de los pies a la
cabeza, ¡estaban completamente podridos! El Presidente Mao ha planteado: “El
ascenso del revisionismo al poder significa el ascenso de la burguesía al Poder”.
(82). Esto es completamente cierto.
Practicar
el marxismo y no el revisionismo –este es el principal criterio para distinguir
la línea correcta de la línea incorrecta. Practicar el marxismo es defender los
principios del proletariado y captar las leyes objetivas del desarrollo social
de acuerdo con la concepción del mundo del materialismo dialectico e histórico.
Es analizar científicamente las relaciones entre clases y cada período
histórico con el fin de elaborar una línea política y unos principios correctos
y llevar al proletariado y a las amplias masas populares a la victoria
revolucionaria. Los cabecillas revisionistas representan los intereses de las
clases explotadoras. Al tener la concepción del mundo del idealismo y la
metafísica, ellos elaboran e implementan una línea incorrecta y tratan de sabotear
la causa revolucionaria del proletariado. De este modo quienes practican el
marxismo y quienes practican el revisionismo tienen intereses de clase y
concepciones del mundo diametralmente opuesto, y naturalmente elaboran líneas
completamente diferentes que tienen resultados completamente diferentes para la
revolución.
El punto esencial de la
línea básica planteada por el Presidente Mao para nuestro partido para todo el
período histórico del socialismo es que es necesario consolidar la dictadura
del proletariado, impedir una restauración capitalista y llevar a cabo la
revolución socialista hasta el fin. Esta línea representa los intereses
fundamentales del proletariado y de todo el pueblo trabajador; refleja las
leyes objetivas del desarrollo social que son independientes de la voluntad del
hombre. Si nos apegamos a la línea básica del partido; es posible hacer avanzar
continuamente nuestro partido y nuestro estado por el camino socialista. Si nos
apartamos de esta línea, corremos el riesgo de tomar el camino erróneo, el
camino capitalista. Es precisamente por esta razón que durante el período del
socialismo, el criterio por el cual podemos diferenciar el marxismo del
revisionismo es si se mantiene o se cambia la línea básica del partido, Lin
Piao y su camarilla eran agentes de los capitalistas y terratenientes que ya
habían sido derrocados en nuestro país, así como el imperialismo, el
revisionismo y la reacción del exterior. Representando los intereses y deseos
de estas clases reaccionarias, ellos implementaron una contrarrevolucionaria
línea revisionista y tramaron un golpe de estado contrarrevolucionario. Su
criminal objetivo era usurpar el poder en los niveles superiores del partido y
el estado, transformar por completo la línea básica y los principios políticos
del partido, derrocar la dictadura del proletariado y restaurar el capitalismo.
En la lucha entre las dos líneas dentro del partido, la diferencia básica
reside en el hecho de que un bando representa al proletariado y el otro a la
burguesía, un bando quería el socialismo y el otro la restauración del
capitalismo. En síntesis, un bando practicaba el marxismo, el otro practicaba
el revisionismo.
El marxismo considera la
lucha dentro del partido como el reflejo de la lucha de clases en la sociedad.
Debemos ver la lucha entre las dos líneas en el partido desde el punto de vista
marxista de la lucha de clases, utilizando el método del análisis de clases.
Mientras haya lucha de clases en la sociedad, no puede haber tregua en la lucha
de dos líneas en el partido. Debemos siempre ver la lucha contra los elementos
revisionistas en el partido en términos de clase. Con el fin de camuflar su
criminal objetivo de practicar el revisionismo, Lin Piao y sus acólitos
utilizaron todos los medios para distorsionar el carácter de clase de la lucha
de dos líneas en el partido, inventaron supuestas contradicciones entre los
“niveles superiores e inferiores” y entre “estas fuerzas y aquellas” (83) y
trataron de hacer pasar la lucha en el partido como una lucha por el Poder personal.
Todo esto era completamente absurdo y venenoso.
Y no puede haber
concesiones en la lucha entre el proletariado y la burguesía, entre marxismo y
revisionismo. Los comunistas somos materialistas dialécticos y creemos que en
una sociedad en la que existan clases, la lucha de clases es siempre la fuerza
motriz del desarrollo social y que el desarrollo del proletariado también tiene
lugar mediante luchas internas. Por esto es por lo que debemos no sólo
reconocer la existencia objetiva de la lucha de clases y la lucha de dos líneas
sino también seguir el desarrollo del proceso orientarlo librando activamente
estas luchas. Debemos tomar la iniciativa para atacar a los enemigos de clase,
emprendiendo la crítica del revisionismo y siempre manteniéndonos vigilantes
para que impedir que individualistas burgueses, arribistas y conspiradores
usurpen la dirección en cualquier nivel del partido y el estado. Incesante y
persistentemente debemos criticar el revisionismo, mirar penetrantemente a
través de las falacias de los revisionistas en los frentes político, ideológico
y teórico y liquidar su perniciosa influencia de modo que nuestro partido y
nuestro estado siempre continúen progresando de acuerdo con la línea
revolucionaria del Presidente Mao.
Unirnos
y No Dividirnos
La salvaguardia de la
unidad del partido es un tesoro invaluable para el triunfo de la revolución
proletaria. El Presidente Mao ha señalado dos aspectos de esto: “Uno es la
unidad interna del partido y el otro la unidad del partido con el pueblo. Estas
son dos de las más valiosas armas para superar las dificultades, y todos los
camaradas del partido deben quererlas”. (84) Para poder dirigir al proletariado
y a todo el pueblo trabajador en su gran misión histórica de abolir las clases
explotadoras y alcanzar el comunismo, el partido político del proletariado debe
contar con una correcta línea política, así como con la solidez de su propia
organización. Sólo un partido unido puede unir a las amplias masas, formar un
grande y poderoso ejército proletario, triunfar sobre sus enemigos dentro y
fuera del partido y alcanzar la victoria en la lucha revolucionaria. Sin unidad
revolucionaria no puede haber victoria revolucionaria. Unidad revolucionaria y
victoria revolucionaria están siempre estrechamente ligadas. Por esto es por lo
que el proletariado y su partido político siempre han considerado el constante
fortalecimiento de la unidad del partido y la construcción, y han hecho de la
preservación de la unidad revolucionaria su consigna de combate. Como proclama La
Internacional: “El mundo va a cambiar de base; el género humano será La
Internacional”. (85)
Mantener la unidad es
garantizar la implementación de la línea correcta. El partido comunista de
China es el núcleo dirigente de todo el pueblo chino. Sólo si se une el partido
puede haber una sola ideología, una sola voluntad y una sola dirección para su
acción, y que pueden implementarse completamente los principios políticos
correctos. En el curso de los duros años de la lucha revolucionaria, nuestro partido,
bajo la previsora dirección del Presidente Mao, confiando en su unidad y en la
unidad entre el partido y el pueblo, pudo garantizar la implementación de la
línea general para la nueva democracia, derrotar a los tres principales
enemigos, y establecer el estado de dictadura del proletariado. Después de la
liberación, de manera similar nuestro partido pudo garantizar la implementación
de la línea básica para todo el período histórico del socialismo, derrotar los
repetidos ataques de enemigos de clase internos y externos, y lograr grandes
victorias en la revolución y construcción socialistas.
Trabajar por la unidad o
tratar de causar escisiones: este es un importante criterio que nos permite
diferenciar la línea correcta de la incorrecta. Cuando hablamos de la unidad,
queremos decir unidad basada en los principios; queremos decir unidad en torno
al Comité Central del partido encabezado por el Presidente Mao; unidad sobre la
base del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung. Nos unimos para consolidar
la dictadura del proletariado. Es sólo defendiendo firmemente estos principios
que será posible lograr la auténtica unidad de todo el partido y avanzar en la
implementación de la línea correcta. Los líderes de las líneas oportunistas
dentro del partido practicando el revisionismo en el frente político, trabajan
invariablemente por escisiones en el frente organizativo. El revisionismo es la
fuente ideológica y política del escisionismo. Los elementos revisionistas son
siempre escisionistas –esta es una ley objetiva que ha sido plenamente
demostrada por todas las luchas entre las dos líneas que han tenido lugar
dentro del partido.
En la época de la
revolución democrática, entre los Che Tu-hsiu, Lo Chang-lungs, y Chang Kuo-taos
y compañía, (86) algunos organizaron grupos de oposición, otros establecieron
su propio Comité Central. Todos ellos conspiraron para dividir el partido. Chu
Chin-pai, Li Li-san, (87) Wang Ming, y otros practicaron el sectarismo en el
frente organizativo, rechazaron el liderazgo del Presidente Mao, y atacaron a
los camaradas que sostenían la línea correcta. En la época de la revolución
socialista, Kao Kang, Jao Shu-shi (88). Peng Teh-huai y Liu Shao-chi, en el
frente organizativo, todos establecieron alianzas antipartido o conformaron
cuarteles generales burgueses para realizar actividades escisionistas con el
fin de usurpar el poder y causar la restauración. Lin Piao, arribista y
conspirador burgués, fue el más grande escisionista en nuestro partido. Con el
fin de implementar su línea revisionista y sus principios políticos
contrarrevolucionarios, y oponerse a los principios políticos revolucionarios
proletarios del Presidente Mao, él, más que ningún otro, reclutó fanáticos en
la organización, formó sectas, animó a las fuerzas contrarrevolucionarias,
organizó un cuartel general burgués y se opuso al Comité Central del partido
dirigido por el Presidente Mao. Él y sus cómplices hicieron todo lo que
pudieron por sabotear la unidad de nuestro partido, nuestro ejército y nuestras
filas revolucionarias. Desarrollaron una línea dirigida a avanzar sus fines,
practicaron extensamente el favoritismo en la selección de cuadros e
implementaron una consistente línea reaccionaria burguesa de “golpear a la gran
mayoría para proteger a un puñado”. (89) Clamaron que querían “redistribuir el
poder” y “luchar por el poder del liderato”, lo que finalmente los llevó a
lanzar un golpe de estado contrarrevolucionario armado, con la vana esperanza
de asesinar a nuestro gran líder el Presidente Mao, establecer otro comité central
y capitular ante el socialimperialismo bandido, conspirador y escisionista, era
el enemigo de todo el partido, el ejército y el pueblo. Para ocultar sus
actividades criminales que apuntaban a sabotear la unidad revolucionaria, y a
dividir el partido, Lin Piao alegaba que “debemos cooperar aunque no estemos de
acuerdo”. Esta falacia ignora las bases ideológicas de unidad en el partido y
las filas revolucionarias; niega el contenido de clase de esta unidad con la
esperanza de hacernos renunciar a los principios revolucionarios y a la lucha
contra el revisionismo. Debemos criticarlo de una manera absolutamente cabal.
La unidad del partido no
se da sola. Mientras haya clases y lucha de clases en la sociedad,
inevitablemente habrá lucha en el partido entre las dos líneas, entre quienes
quieren la unidad y quienes quieren la escisión. El Presidente Mao ha dicho:
“Fuera de nuestro partido hay otros partidos, dentro de él hay agrupaciones;
esto siempre ha sido así”. (90) Abordar correctamente la lucha dentro del partido
es una condición necesaria para fortalecer el partido. En nuestro partido hay
camaradas que, si bien se han unido a éste en lo organizativo, no se hace
posible que las ideas burguesas y pequeñoburguesas se manifiesten
continuamente, formando un obstáculo para la unidad del partido. Además, aún es
posible que muchos renegados, agentes secretos, arribistas burgueses, y
elementos ajenos a la clase obrera se cuelen en nuestro partido. Tales
individuos son agentes de las clases terratenientes y burguesa en las filas del
partido, y con el fin de llevar a cabo su plan de restauración capitalista
ellos siempre se empeñarán en actividades escisionistas y buscarán sabotear la
unidad del partido. Esto explica el porqué de la falta de unidad en el partido
es también reflejo de la lucha de clases. Para preservar la unidad del partido
y depurar sus filas, debemos, basándonos en los principios del
marxismo-leninismo, librar activamente la lucha dentro del partido.
Para librar esta lucha de
una manera correcta, es necesario distinguir estrictamente entre los dos tipos
de contradicciones. Al tratar con camaradas que han cometido errores, es
necesario actuar de conformidad con los principios de unidad, crítica, unidad
(92) y “aprender de los errores pasados para evitarlos en el futuro y curar la
enfermedad para salvar al paciente” (93) con el fin de lograr los dos objetivos
de aclarar las ideas y unir a los camaradas. En cuanto al muy pequeño número de
elementos podridos que se han colocado en nuestro partido, es absolutamente
necesario desenmascararlos, luchar resueltamente contra ellos y expulsarlos del
partido. Nos oponemos resueltamente a las actividades escisionistas de los
revisionistas, pero no las tememos. ¿Por qué es que ninguno de los repetidos
intentos de los líderes de las líneas oportunistas por dividir el partido ha
tenido éxito? Fracasaron porque tenemos la previsora dirección de nuestro gran
líder el Presidente Mao y del comité central, tenemos una línea
marxista-leninista, y hemos perseverado en la lucha contra el oportunismo y el
revisionismo. Ellos fracasaron porque los corazones del partido y el pueblo
laten en armonía; porque todos los miembros del partido quieren la unidad y
desaprueban las escisiones. Así, cuando los líderes de las líneas oportunistas querían
provocar división, fracasaban por completo y tenían un vergonzoso fin. Después
de deshacerse de estos fardos, nuestro partido está más depurado, más fuerte, y
más unido que nunca. Es precisamente mediante las luchas contra el oportunismo
y el revisionismo que nuestro partido ha crecido, y ha sido mediante la lucha
contra el escisionismo que se ha construido su unidad.
Ser
Francos y Abiertos, No Urdir Intrigas Ni Maquinaciones
¿Es una persona franca y
abierta, o urde intrigas y maquinaciones? Esto forma una línea divisoria entre
los revolucionarios proletarios y los arribistas burgueses. Con el fin de
oponerse a la línea del Presidente Mao e implementar una línea revisionista,
todos los agentes de la burguesía que se han colado dentro del partido inevitablemente
buscan provocar escisiones. Los medios tácticos que emplean consisten en llevar
a cabo todo tipo de intrigas y maquinaciones. Los miembros del partido comunista
debemos adherir firmemente la línea revolucionaria del Presidente Mao, mantener
absoluta unidad revolucionaria y ser siempre francos y abiertos.
Ser franco y abierto son
cualidades del proletariado que encaran su espíritu de partido. El proletariado
es la más grandiosa clase revolucionaria en la historia de la humanidad, la
clase que es más previsora, la menos egoísta y la más radical en la revolución.
El proletariado encarna la dirección en la que se está desenvolviendo la
historia. Sus intereses de clase coinciden por completo con los de todo el
pueblo trabajador. Está completamente convencido de que su causa es justa, y
está seguro de que su causa a la larga triunfará. Por esto es por lo que el
proletariado y su partido son siempre francos y abiertos; por esto es por lo
que siempre proclaman abiertamente sus opiniones y metas políticas. Hace más de
100 años, Marx y Engels ya habían declarado solemnemente en el Manifiesto del partido
comunista: “Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos.
Proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando
por la violencia todo el orden social existente. Que las clases dominantes
tiemblen ante una revolución comunista. Los proletarios no tienen nada que
perder en ella más que sus cadenas. Tienen en cambio un mundo que ganar”. (94)
En su informe político ante el VII Congreso Nacional del partido comunista de
China, el Presidente Mao señaló claramente: “Los comunistas no ocultamos
nuestras concepciones políticas. Definitivamente y sin ninguna duda, nuestro
futuro o programa máximo es llevar a China hacia el socialismo y el comunismo.
Tanto el nombre de nuestro partido como nuestra concepción del mundo señalan
inequívocamente a este supremo ideal futuro, un futuro de incomparable brillo y
esplendor.” (95).
Ser francos y abiertos
–este es el estilo de trabajo militante del partido del proletariado y una
importante garantía para la completa implementación de la línea correcta. El
presidente Mao ha dicho: “Para el proletariado el arma más afilada y efectiva
es una seria y militante actitud científica”. (96) Nuestro partido ha sido
construido en favor de los intereses de todos; está al servicio de la inmensa
mayoría de la población China y del mundo. No busca intereses personales aparte
de los elevados intereses de las más amplias masas populares. Servir al pueblo
de todo corazón es para nosotros los comunistas el objetivo que está por encima
de todo. Partiendo de este objetivo, son determinados el programa, la línea, la
orientación y los principios políticos de nuestro partido. Por esto es por lo
que es posible obtener el caluroso apoyo de las amplias masas populares. La
verdad está de nuestro lado, así como lo está la inmensa mayoría de las amplias
masas de obreros y campesinos. Esto es
lo que nos permite, cuando implementamos los principios políticos revolucionarios
proletarios del Presidente Mao, tener firmes posiciones, enarbolar alto nuestra
bandera para que todo el mundo la vea, y, con una actitud científica de
basarnos en los hechos, realizar propaganda entre las amplias masas
revolucionarias, movilizarlas, y asir la línea y los principios políticos del
partido para ponerlos al servicio de las masas, para llevarlas a avanzar
victoriosamente según la línea revolucionaria del Presidente Mao.
Ser francos y abiertos
son cualidades políticas que todos los comunistas deben tener. Como explica el
Presidente Mao: “El comunista debe ser sincero y franco, leal y activo, poner
los intereses de la revolución por encima de su propia vida y subordinar sus
intereses personales a los de la revolución; en todo momento y lugar ha de
adherirse a los principios justos y luchar infatigablemente contra todas las
ideas y acciones incorrectas…”. (97) Desde el día en que ingresa al partido, un
comunista debe dedicar toda su vida a la causa del partido. Por esto es por lo
que los comunistas deben ser políticamente francos y abiertos, atreverse a
proclamar públicamente sus concepciones políticas y luchar contra toda
actividad perjudicial y todas las tendencias erróneas. En el frente
organizativo, deben ser francos en su trato de conformidad con los principios
del partido. En su estilo de trabajo, no deben comportarse como políticos
burgueses, no se deben empeñar maquinaciones ni intrigas.
Las maquinaciones e
intrigas son características de las clases explotadoras y sus partidos
políticos. Los intereses de las clases explotadoras y los intereses de las
amplias masas son diametralmente opuestos. Las clases explotadoras no se
atreven a proclamar sus verdaderas intenciones que son explotar y oprimir al
proletariado y a todo el pueblo trabajador, de modo que siempre tratan de hacer
pasar sus propios intereses de clase a los de toda la humanidad. Aun cuando
trabajan todos los días por su causa contrarrevolucionaria, para adoptar una
falsa apariencia siempre tienen en sus labios mentiras como “benevolencia,
justicia y virtud”, “libertad, fraternidad, igualdad”, (98) etc., con las cuales
engañan al pueblo trabajador y ocultan el carácter de la dictadura de las
clases explotadoras, con el fin de preservar su dominio reaccionario. Los
cabecillas de las líneas oportunistas ocultos en el partido representan todos
los intereses de las clases explotadoras, que son sólo un puñado; ellos son los
enemigos del proletariado, y el pueblo trabajador y no pueden proclamar
abiertamente sus objetivos políticos reaccionarios. De este modo sólo pueden
sobrevivir urdiendo intrigas y maquinaciones. Si fueran a dejar su engaño, sus
conspiraciones, sus intentos por aumentar su poder por cualquier medio, y su
difusión de falacias, no podrían continuar un solo día. Todos los cabecillas de
las diversas líneas oportunistas que han aparecido en la historia de nuestro
partido, han sido, sin excepción expertos en conspirar e intrigar. Sea que nos
guste o no, tales individuos aún existen objetivamente. Su comportamiento es
característico de todos los oportunistas y todos los revisionistas, y está
determinado por su carácter de clase reaccionario.
Lin Piao y su camarilla
antipartido pusieron en práctica una línea revisionista contrarrevolucionaria y
utilizaron todo tipo de pérfidas tácticas contrarrevolucionarias. En el frente
político, ellos pretendían apoyar al partido y el socialismo, pero en secreto,
estaban afilando sus cuchillos, insultando a los dirigentes revolucionarios, a
la dictadura del proletariado, y al sistema socialista. En el frente teórico,
ellos podían soltar unas cuantas frases marxistas-leninistas, citando “tal y
tal referencia” para impresionar a la gente, pero en realidad, se empeñaban en
el fraude, confundiendo, lo correcto y lo erróneo esforzándose por torcer, distorsionar
y desmembrar abusivamente el marxismo-leninismo. En el frente organizativo
ellos hacían falsos llamados a la “unidad”, pero lo que hacían de hecho era
reclutar elementos nocivos, formar facciones al servicio de sus intereses,
establecer cuarteles generales burgueses, y finalmente meterse en actividades
escisionistas. Su estilo de trabajo era supuestamente obedecer mientras en la
realidad se oponían, hablar de una forma y pensar de otra, tener varias caras.
Tan pronto como eran descubiertos, se defendían pasando al ataque, pretendían
hacer autocrítica, derramaban unas cuantas lágrimas si era necesario, asumían
una expresión de preocupación con el fin de ponerse mejor al acecho en las
sombras y esperar un momento oportuno para mostrarse una vez más. En resumen,
Lin Piao y su puñado de fanáticos constituían una camarilla de conspiradores
contrarrevolucionarios que “nunca se aparecían sin una copia de las citas en su
mano y nunca abrían su boca sin gritar “viva” y le decían cosas bonitas en su
cara pero lo apuñalaban por la espalda”. (99) Eran los más feroces enemigos del
proletariado y de todo el pueblo trabajador. En su plan de un golpe de estado
armado contrarrevolucionario, contenido en el “Proyecto Borrador 571” (100) se
revelaban como una banda de conspiradores y arribistas burgueses
contrarrevolucionarios. Naturalmente tuvieron el mismo destino de todos los
conspiradores y arribistas –tenían un vergonzoso fin y eran completamente
destruidos.
“Los
Tres Qué Hacer y los Tres Qué No Hacer” Son Tres Principios Básicos Que Deben
Observar los Miembros del Partido Comunista
Durante la Gran
Revolución Cultural Proletaria derrocamos los 2 cuarteles generales de la
burguesía dirigidos por Liu Shao-chi y Lin Piao logrando así grandes victorias,
pero la lucha sin embargo no ha acabado. La lucha de clases en la sociedad y la
lucha entre las dos líneas en el partido continuarán por un largo tiempo. Todos
los comunistas deben acatar los principios de “Los Tres Qué Hacer y los Tres
Que No Hacer” y atreverse a luchar contra todas las líneas y tendencias
incorrectas con el fin de ser activistas en las líneas de frente que continúan
la revolución bajo la dictadura del proletariado.
Para practicar el
marxismo y no el revisionismo, un comunista debe primero “Leer y estudiar
seriamente y tener una buena comprensión del marxismo” (101) con el fin de
poder, bajo condiciones de una compleja lucha, discernir la orientación
correcta y el camino correcto, e implementar resueltamente la línea
revolucionaria proletaria del Presidente Mao. Los comunistas debemos estudiar
conscientemente y comprender cabalmente el marxismo-leninismo-pensamiento Mao
Tsetung, tomar parte activa en la práctica de los tres grandes movimientos
revolucionarios, profundizar nuestra comprensión del espíritu y la esencia de
la línea revolucionaria del Presidente Mao y elevar constantemente nuestro
nivel de conciencia de cómo implementarla. Sólo de esta forma podemos aumentar
continuamente nuestra capacidad de distinguir el marxismo verdadero del falso,
distinguir la línea correcta de la incorrecta, y las ideas correctas de las
ideas incorrectas. Es sólo de esta forma que impediremos que seamos engañados,
que podremos neutralizar la dañina influencia de las ideas burguesas y
revisionistas, adoptar la posición proletaria, perseverar en el camino
socialista, y seguir practicando el marxismo y no el revisionismo.
Para practicar el
marxismo y no el revisionismo, un comunista también debe criticar el
revisionismo y la concepción burguesa del mundo. Librar la gran crítica
revolucionaria significa utilizar las ideas proletarias para derrotar las ideas
burguesas, utilizar el marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung para criticar
el revisionismo. Si, durante el período del socialismo, no libramos tal crítica
en una amplia escala, las ideas burguesas y revisionistas podrán difundirse
libremente, envenenar a las masas, y jugar un papel muy pernicioso en sabotear
la base económica del socialismo, corromper el partido y llevar al
derrocamiento de la dictadura del proletariado. Para persistir en la correcta
orientación socialista y consolidar la dictadura del proletariado, debemos
criticar el revisionismo y la concepción burguesa del mundo y llevar a cabo
adecuadamente lucha-crítica-transformación en la superestructura, incluyendo
los diversos sectores de la cultura. Para librar una auténtica crítica
revolucionaria, debemos asir la idea de librar una guerra prolongada,
comprender en detalle la línea básica del partido y utilizar plenamente los
ejemplos negativos que nos dan Liu Shao-chi y Lin Piao para criticar el
revisionismo en profundidad. Esta es la única forma de evitar el riesgo de
apartarnos de la orientación general de la lucha y la única forma en que
podemos trazar una clara línea de demarcación entre lo que forma parte de la
línea y lo que es ajeno a ella. El revisionismo es todavía el principal peligro
hoy en el mundo. Estudiar el marxismo y criticar el revisionismo son dos tareas
a largo plazo que nos permitirán elevar el nivel ideológico del partido.
Tanto dentro como fuera
del partido, los comunistas deben unir la mayor cantidad de gente y ser
abiertos a está. Cuando los comunistas resolvemos todo tipo de cuestiones
dentro del partido, debemos mostrar espíritu comunista, considerar todo el
partido y su unidad como lo básico, y tomar los intereses del partido como
punto de partida –esto son los importantes principios para consolidar la unidad
del partido. En las filas revolucionarias, los comunistas deben actuar como
modelos de unidad. Sea que los cuadros provengan de fuera de su área o dentro
de ella, sean cuadros militares o locales (civiles), sean viejos o nuevos,
siempre deben tomar como su punto de partida los intereses del partido. Deben
tener una visión comprehensiva, valorarse entre sí y ayudarse entre sí, con el
fin de fortalecer la unidad y luchar juntos. En síntesis, los miembros del
partido comunista debemos abrirnos al pueblo, bajo ninguna circunstancia
debemos considerarnos superiores, mostrar sectarismo ni meternos secretamente
en actividades escisionistas. No debemos preocuparnos por la fama o el lucro.
Nunca debemos partir de nuestros intereses personales ni tratar de obtener una
posición por medios fraudulentos. En todos los asuntos debemos obedecer las
instrucciones del Presidente Mao y el comité central, y luchar resueltamente
contra toda actividad dirigida a sabotear la unidad del partido.
Los comunistas deben ser
gente honesta, franca y abierta. Para ser así, los miembros del partido comunista
debemos tener firmes posiciones y enarbolar alto nuestra bandera para que todos
la vean; atrevernos a apegarnos a los principios y atrevernos a luchar. Debemos
formular claramente nuestras opiniones sobre toda cuestión política importante,
adoptar una actitud clara, de aprobación u oposición, y no comportamos de manera
ambigua o equívoca. Para ser francos y abiertos, también debemos tener la
actitud de buscar la verdad en los hechos. Cuando hablamos, o cuando abordamos
una cuestión, debemos tener una actitud estrictamente científica, ni exagerar
ni minimizar la importancia de las cosas, hablar con sencillez, pegarnos a la
realidad, y hacer las cosas honestamente. Debemos oponernos resueltamente al
insidioso estilo de trabajo de decir una cosa y hacer otra, decir lo correcto y
lo erróneo. No podemos actuar en contradicción con lo que decimos, repudiar
después una reunión que apoyamos durante ella; y mucho menos podemos
engreírnos, tratar de ampliar nuestra influencia, ni llevar el vulgar estilo de
trabajo burgués hacia dentro del partido comunista. Los comunistas son la
vanguardia del proletariado y debemos ser francos y abiertos en el frente
político, ser sinceros, modestos aprender conscientemente de ellos y
corregirlos realmente. No debemos actuar como si quisiéramos ocultar nuestra
enfermedad con el fin de no ser curados, no ocultar nuestros errores ni
negarnos a aceptar ser criticados. Mucho menos debemos tratar de justificar
nuestros errores. O echarles la culpa de ellos a algunos otros. El Presidente
Mao ha dicho: “Creo que debemos hacer las cosas honestamente, porque sin una
actitud honesta absolutamente imposible cumplir algo en este mundo”. (103)
Debemos seguir absolutamente está enseñanza del Presidente Mao, hablar y actuar
honestamente, y ser gente recta, franca y honesta.
Los principios de “Los
Tres Qué Hacer y los Tres Que No Hacer” constituyen una poderosa arma
ideológica que nos guía en librar la lucha de dos líneas. Debemos seguir las
enseñanzas del Presidente Mao respecto a estos tres principios, pase lo que
pase, y tenerlos grabados en nuestros corazones en el curso de las prolongadas
luchas, tanto presentes como futuras. Debemos apegarnos a estos tres
principios, librar la lucha de dos líneas dentro del partido de una manera
activa y correcta, para llevar la revolución socialista hasta el fin.
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