Nota DPCP:
El blog "Defensa del PCP", a partir de hoy, pondrá a su disposición el libro "Una Compresión Básica del Partido Comunista de China", separado por capítulos a modo de correción de los posibles errores de tipeo y posteriormente compartiremos el libro completo en un solo archivo PDF.
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Capítulo
VIII
Disciplina
del Partido
Los
estatutos del partido estipulan: “Todo el partido debe observar la disciplina
unificada: El individuo está subordinado a la organización, la minoría está
subordinada a la mayoría, el nivel inferior está subordinado al nivel superior,
y todo el partido está subordinado al comité central”. La disciplina del
partido es una condición necesaria para garantizar la implementación de la
línea, para fortalecer la unidad y consolidación del partido, para refinar su
organización, consolidar la dictadura del proletariado, y lograr la victoria en
la revolución. Todo miembro del partido comunista debe someterse
conscientemente a ésta disciplina y mantenerla.
La Disciplina Garantiza la
Implementación de la Línea
“La
disciplina constituye la garantía para la implementación de la línea; sin ella,
el partido no podrá dirigir a las masas y al ejército para librar una lucha
victoriosa”. (136) Esta directiva del Presidente Mao revela profundamente la
relación entre la disciplina y la línea, y muestra la importancia de la disciplina
revolucionaria en la implementación de la línea del partido y el cumplimiento
de sus tareas militantes. La disciplina organizativa del partido está
determinada por su línea política, y al mismo tiempo, garantiza la
implementación de su línea. La línea básica del partido para todo el período
histórico del socialismo como lo definió el Presidente Mao, es una línea
marxista-leninista y constituye el principio fundamental para todo nuestro
trabajo. Sólo persistiendo en esta línea es posible fortalecer la disciplina
proletaria en el partido y lograr una auténtica “unidad en pensamiento,
política, plan, mando y acción” (137) de todo el partido. Desviarse de esta
línea, implementar una línea errónea, significa inevitablemente sabotear la
disciplina proletaria del partido y convertir en palabra huecas la voluntad
unificada del proletariado. Este es un aspecto de la relación entre disciplina
y la línea. De otra parte, para dirigir al proletariado y a las amplias masas
revolucionarias en la implementación de la línea básica del partido, nuestro
partido necesita una disciplina unificada para garantizar un alto grado de
centralismo y unidad en sus filas sobre la base del
marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tsetung. Si no hay disciplina unificada, si
cada quién actúa por su cuenta y hace solo lo que quiere, si no hay unidad de
dirección y acción, es difícil implementar la línea del partido y permitirle al
partido jugar su papel como vanguardia del proletariado.
En
el período de la dictadura del proletariado, es más importante que nunca
mantener una única disciplina en todo el partido. Esto se debe a que durante
este periodo histórico debemos llevar a cabo adecuadamente la tarea básica de
consolidar la dictadura del proletariado en cada una de las organizaciones
primarias, debemos acelerar el ritmo de construcción socialista, impedir la
restauración capitalista internamente, e impedir la agresión y subversión del
imperialismo y el socialimperialismo externamente; esto sólo puede lograrse
mediante el fortalecimiento de la disciplina proletaria. Como señaló Lenin:
“quien quiera que debilite siquiera un poco la férrea disciplina del
proletariado (especialmente durante el tiempo de su dictadura), realmente ayuda
a la burguesía contra el proletariado”. (138) Esto muestra claramente que
durante el período histórico de la transición del capitalismo al comunismo,
debemos fortalecer continuamente la férrea disciplina del proletariado con el
fin de consolidar la dictadura del proletariado e impedir la restauración del
capitalismo. Toda acción que apunte a debilitar la disciplina del partido sólo
puede objetivamente ayudar a la burguesía en combatir al proletariado, y
debilitar e incluso sabotear la dictadura del proletariado.
El
fortalecimiento de la disciplina del partido es algo que el Presidente Mao nos
ha enseñado repetidamente. En el período de la segunda guerra civil
revolucionaria, en su obra Sobre la Corrección de las Ideas Erróneas en el partido,
(139) el Presidente Mao critica severamente el ultrademocratismo, el rechazo a
la organización y otras tendencias dañinas que socavan la disciplina del
partido. En ella, recalcó que todo el partido debe obedecer las resoluciones
del partido y respetar su disciplina, y elaboró la orientación que debe
seguirse en la construcción de nuestro partido y nuestro Ejército en lo
ideológico y organizativo. Durante la guerra de resistencia contra el Japón, el
Presidente Mao escribió otra de sus brillantes obras, “Contra el liberalismo”,
(140) en la que le enseña a todo el partido como superar el negativo
liberalismo con el espíritu revolucionario del marxismo-leninismo. Sintetizando
la experiencia de nuestro partido en la lucha contra la línea oportunista de
Chang Kuo-tao, el Presidente Mao recalcó una vez más la importancia de la
disciplina unificada del partido y señaló de forma penetrante: “quien quiera
que viole (los) artículos de disciplina rompe la unidad del partido”. (141)
Durante la guerra de liberación, el Presidente Mao también declaró: “El
ejército avanza, la producción avanza. Cuando nuestro espíritu de disciplina
esta fortalecido, salimos siempre victoriosos en la revolución”, (142) guiando
así a todo el partido, el ejército y el pueblo hacia la victoria en todo el
país. Desde la liberación de todo el país el Presidente Mao ha recalcado una y
otra vez la necesidad de fortalecer la disciplina del partido y ha arrojado luz
sobre la relación dialéctica entre libertad y disciplina. En el transcurso de
dirigir al partido, el ejército y el pueblo para derrotar a la camarilla
antipartido de Lin Piao, el Presidente Mao formuló los tres principios
fundamentales de los “los tres qué-hacer y los tres qué no-hacer” y señaló la
necesidad de “educar a los cuadros a las masas, a los miembros del partido y al
pueblo en las tres reglas cardinales de disciplina y las tres advertencias”.
(143) Con esta guía, el pueblo pudo aplastar por completo el criminal complot
de la camarilla antipartido de Lin Piao, para restaurar el capitalismo como
resultado del entrenamiento dado por el mismo Presidente Mao, en el curso de la
larga lucha revolucionaria el riguroso respeto por la disciplina se ha
convertido en una gloriosa tradición de nuestro partido y en una poderosa arma
para consolidar su unidad y derrotar al enemigo.
Con
el fin de cambiar la línea marxista-leninista del partido y llevar a cabo sus
secretas actividades escisionistas, los líderes de todas las líneas
oportunistas siempre han utilizado todos los medios para oponerse a la
disciplina del partido y han hecho todo lo posible para sabotearla. A lo largo
de la historia de nuestro partido, todos ellos han actuado de esta forma, desde
Chen Tu-hsiu, Wang Ming y Chang Kuo-ta, hasta Liu Shao-chi, Lin Piao y otros
timadores del mismo tipo. Todos ellos eran secretarios, escisionistas y
bandidos que querían sabotear la disciplina del partido. En lo que respecta a
Lin Piao y su camarilla antipartido, de otra parte ellos sabotearon
frenéticamente la disciplina centralizada del partido, organizaron un cuartel
general burgués, se opusieron al comité central dirigido por el Presidente Mao,
y trataron de tomar el poder del partido mediante la subversión; de otra parte,
dentro de su camarilla antipartido, impusieron una disciplina fascista a gran
escala bajo el pretexto de respetar la disciplina del partido. Todo esto
apuntaba a oponerse a la línea básica del partido y a implementar una línea
revisionista contrarrevolucionaria. Debemos realizar una crítica profunda de
los crímenes de Lin Piao y compañía quienes sabotearon la disciplina del
partido, y debemos esforzarnos por fortalecer y consolidar esta disciplina.
Respetar Conscientemente la
Disciplina del Partido
El
Presidente Mao nos enseña que los comunistas deben ser “modelos en el respeto
de la disciplina del partido”. (144) Para respetar la disciplina del partido,
debemos acatar los estatutos del partido que estipulan que el individuo está
subordinado a la organización, la minoría a la mayoría, el nivel inferior al
nivel superior, y todo el partido al comité central.
El
individuo está subordinado a la organización: esto significa que los miembros
del partido deben someterse sin vacilación a las resoluciones y directivas de
los organismos del partido, e implementarlas, y no deben violarlas bajo ningún
pretexto. Sin embargo, los miembros del partido que no estén de acuerdo con las
decisiones o las directivas del partido tienen el derecho de mantener su
opinión, así como el derecho de saltar niveles e informar sus puntos de vista
directamente al comité central y su presidente.
La
minoría debe someterse a la mayoría: esto significa que las resoluciones
emitidas por los organismos del partido deben ser firmemente implementadas por
los miembros del partido. Cuando la opinión de una minoría es rechazada,
quienes están en minoría deben apoyar la decisión adoptada por la mayoría.
Cuando sea necesario, es posible pedir que la cuestión se ponga de nuevo en la
agenda para discusión en una futura reunión, pero en ningún caso se debe
permitir mostrar la oposición mediante la acción.
El
nivel inferior está subordinado al nivel superior: esto significa que los
organismos del partido de niveles inferiores deben acatar resueltamente las
decisiones, directivas y tareas determinadas por los organismos del partido de
niveles inferiores deben acatar resueltamente las decisiones, directivas y
tareas determinadas por los organismos a niveles superiores, y deben garantizar
su implementación. No es permitido ir contra los intereses de todo el partido
con el fin de servir a los intereses de una de sus partes, ni es permitido
sabotear la unidad centralizada de todo el partido negándose a aceptar las
decisiones de los niveles superiores, u oponiéndoseles.
Todo
el partido está subordinado al comité central: este el principio supremo de
nuestra disciplina partidaria. El comité central del partido dirigido por el
Presidente Mao es el núcleo dirigente de todo el partido, el ejército y el
pueblo. Las directivas del Presidente Mao y los llamados del comité central
representan, de forma concentrada, los intereses del proletariado y de toda la
población de nuestro país, y constituyen nuestra garantía fundamental de lograr
victorias en la revolución y en la construcción. En todo momento, en toda
circunstancia, debemos hablar y actuar de conformidad con la instrucción del
comité central del partido dirigido por el Presidente Mao, impedir y superar
resueltamente el ultrademocratismo, el espíritu del independentismo, y otras
formas de comportamiento que sabotean la disciplina del partido.
Por
supuesto, respetar la disciplina del partido no significa someterse a ella
ciegamente. En nuestro partido, la correcta línea representada por el
Presidente Mao es la que ocupa una posición dirigente, pero determinadas línea
y tendencias erróneas pueden aparecer de tiempo en tiempo. Si estas líneas y
tendencias erróneas son apoyadas como correctas por mucha gente en determinadas
zonas o determinados sectores, un miembro del partido comunista debe hacerles
frente en favor del interés común, atreverse a ir contra la corriente y luchar
por defender la línea revolucionaria del Presidente Mao y la disciplina del
partido.
Para
que sea respetada la disciplina del partido, debe elevarse el nivel de
conciencia de los miembros del partido en este campo. La disciplina proletaria
es una disciplina consciente –es fundamentalmente diferente de la disciplina
reaccionaria de la burguesía. La disciplina de la burguesía es establecida
sobre la base de la explotación y esclavización del pueblo, y sólo puede
mantenerse mediante medidas opresivas o mentiras. Lenin señalaba que la
disciplina proletaria, por otra parte está basada en la conciencia de todos los
miembros del partido, que está basad en la conciencia de todos los miembros del
partido, que es mantenida, puesta a prueba y reforzada “por la conciencia de
clase de la vanguardia proletaria y por su devoción a la revolución, por su
perseverancia, autosacrificio y heroísmo”. (145) Si bien la disciplina del
partido es de carácter obligatorio, su implementación depende sobre todo del
alto nivel de conciencia de los miembros del partido. Esta consciencia tiene su
origen en la devoción de los miembros del partido y el pueblo y en su alto
sentido de responsabilidad hacia la causa revolucionaria. Con este alto nivel
de conciencia política, se hace posible que ellos pongan los intereses
personales a los de la revolución primero, subordinen sus propios intereses
personales a los de la revolución, e incluso no teman entregar sus vidas para
preservar la disciplina del partido. Con este elevado nivel de conciencia política,
se hace posible que ellos, sin importar qué tan difíciles sean las
circunstancias, implementen resueltamente la disciplina del partido y “no teman
ni a las penurias ni a la muerte”; (146) se hace posible que ellos, sin
importar qué tan difíciles sean las circunstancias, implementen resueltamente
la disciplina del partido y “no teman ni a las penurias ni a la muerte”; (146)
se hace posible que ellos , incluso cuando están separados del liderato y
cuando no hay quien los supervise, sean sumamente autoexigentes y respeten
conscientemente la disciplina del partido. Con el fin de mantener los secretos
del partido, Liu Hu-lan se mantuvo inquebrantable, siendo completamente
decidido ante los inmisericordes torturadores, y se sacrificó heroicamente bajo
la espada del enemigo, defendiendo los intereses del partido. Para mantener el
secreto del sitio en el que estaban ocultos los voluntarios del ejército, Chiu
Shao-yun permaneció inmóvil y callado mientras su cuerpo era devorado por las
llamas, respetando rigurosamente la disciplina del campo de batalla. Pagó con
su vida, garantizando así el exitoso cumplimiento de las tareas de la batalla.
Todos los miembros del partido comunista, sacando inspiración de estos mártires
revolucionarios, deben estudiar conscientemente los clásicos del
marxismo-leninismo y las obras del Presidente Mao, esforzarse por elevar el
nivel de conciencia ideológica, fortalecer su revolucionario espíritu de
partido y actuar como modelos de respeto consciente de la disciplina del
partido.
Para
que se respete la disciplina del partido, debemos oponernos decididamente a
todas las prácticas que la socavan. Todos los comunistas deben ceñirse a las
posiciones del partido y mostrar el espíritu revolucionario de ser intrépidos.
Deben ceñirse a los principios revolucionarios del proletariado y luchar contra
todos los complots que apunta a socavar la disciplina del partido, que son
tramados por agentes de la burguesía infiltrados en el partido; y deben
oponerse a todas las prácticas que vayan contra la disciplina del partido. El
que este sentimiento esté presente o ausente nos da una medida de la fuerza o
debilidad del espíritu de partido de un comunista. En nuestro partido hay
camaradas que adoptan una actitud conscientemente liberal hacia prácticas que contravienen
la disciplina del partido: “dejar las cosas a la deriva si ellas no le afectan
personalmente”, “decir lo menos posible, aunque se sepa perfectamente bien lo
que está erróneo” o “ser sofisticado y actuar con precaución sólo para evitar
ser culpado”. Este es el vulgar y podrido estilo de la burguesía, que es tan
ajeno al carácter revolucionario de los comunistas como el agua al fuego. Si no
luchamos contra las prácticas que socavan la disciplina del partido, si no las
denunciamos, si adoptamos una actitud liberal hacia ellas, nos arriesgamos a no
ser capaces de distinguir lo bueno de lo malo, permitiendo que se difunda un
pernicioso estilo de trabajo, y perjudicando así los intereses del partido. El
Presidente Mao nos enseña cómo debe comportarse un comunista. “siempre y en
todos lados debe ceñirse a los principios y librar una incansable lucha contra
todas las ideas y acciones incorrectas…” (147) Debemos mostrar este espíritu
revolucionario, y luchar por defender la disciplina del partido.
Para
que sea respetada la disciplina del partido, todo comunista
-especialmente los cuadros dirigentes del partido a los diferentes niveles- deben someterse conscientemente a la crítica y el control de las masas. Nuestro estado es un estado socialista de la dictadura del proletariado –la clase obrera, los campesinos pobres y medios y las amplias masas trabajadoras son sus amos, y tienen el poder de ejercer el control revolucionario sobre los cuadros a los diversos niveles del partido y el estado. Sin embargo, existe una minoría de cuadros que no pueden tolerar cuando las masas de dentro o fuera del partido expresan sus observaciones. Esto no es permitido por la disciplina del partido. Debemos mirar esta cuestión desde el plano superior de la lucha de dos líneas para librar una resuelta lucha contra estas actividades que van contra la disciplina del partido.
-especialmente los cuadros dirigentes del partido a los diferentes niveles- deben someterse conscientemente a la crítica y el control de las masas. Nuestro estado es un estado socialista de la dictadura del proletariado –la clase obrera, los campesinos pobres y medios y las amplias masas trabajadoras son sus amos, y tienen el poder de ejercer el control revolucionario sobre los cuadros a los diversos niveles del partido y el estado. Sin embargo, existe una minoría de cuadros que no pueden tolerar cuando las masas de dentro o fuera del partido expresan sus observaciones. Esto no es permitido por la disciplina del partido. Debemos mirar esta cuestión desde el plano superior de la lucha de dos líneas para librar una resuelta lucha contra estas actividades que van contra la disciplina del partido.
Implementar Correctamente la
Disciplina del Partido
Los
estatutos del partido declaro: “Cuando los miembros del partido violan la
disciplina del partido, los organismos del partido a los niveles interesados
deberán, dentro de sus funciones y poderes y según lo amerite cada caso, tomar
medidas disciplinarias apropiadas –advertencia, retiro del cargo en el partido,
puesta a prueba dentro del partido o expulsión del partido”. El objetivo de la
disciplina en nuestro partido no es simplemente castigar, sino sobre todo
educar y ayudar a los miembros que cometieron errores. Sirve para consolidar la
organización del partido y proteger su causa. Es por esta razón que el partido
siempre ha dado mucha educación a sus miembros sobre la cuestión de la
disciplina, para permitirles respetarla conscientemente. Cuando se adopta una
sanción contra un miembro del partido, primero y ante todo es necesario razonar
con él y educarlo repetidamente, para que pueda reconocer sus errores y
corregirlos auténticamente.
Al
aplicar la disciplina del partido, debemos distinguir rigurosamente entre los
dos tipos de contradicciones de diferente carácter, adoptar una diferente
orientación hacia cada uno de ellos, tratarlas separadamente, y resolverlas
correctamente. En lo que concierne a probados renegados, agentes enemigos,
personas en el poder absolutamente impenitentes seguidores del camino
capitalista, degenerados y elementos ajenos a la clase, ellos deben ser echados
del partido y no readmitidos. Para los miembros del partido que han cometido
errores, incluso errores graves, debemos aplicar los principios, “aprender de
los errores pasados para evitarlos en el futuro; curar la enfermedad para salvar
al paciente” ser severos en la crítica ideológica, pero ser indulgentes en el
frente organizativo y adoptar una actitud seria, positiva y calurosa para
ayudarlos a corregir sus errores. Si muestran auténticos sentimientos de
autocorrección, debemos trabajar por educarlos ideológicamente, ayudarlos a
elevar su nivel de conciencia y a regresar al sendero de la línea
revolucionaria del Presidente Mao. Los miembros del partido que cometen errores
deben tener fe en las masas, analizarse severamente a sí mismos, analizar
conscientemente sus errores, esforzarse por transformar su concepción del mundo
para merecer una vez más el aprecio del pueblo. Para la minoría de los miembros
del partido que han cometido graves errores pero se niegan a corregirse incluso
después de repetidos intentos por educarlos, es necesario aplicar la sanción
disciplinaria apropiada según las circunstancias, hasta la expulsión del
partido.
Cuando
se aplica la disciplina del partido a miembros que han cometido errores,
debemos ser serios y prudentes y no actuar a la ligera. El presidente Mao habla
de: “adoptar una prudente actitud en el tratamiento de casos de camaradas
individuales, no subestimar las cosas no perjudicar a los camaradas…” (148) Ser
serios y prudentes no significa dejarnos influenciar por las posiciones o las
cualidades de los miembros del partido que han violado la disciplina, sino que
cuando nos demos cuenta de sus errores, asumamos una actitud científica y
criticarlos seriamente. Sin embargo, al resolver el caso, debemos actuar
prudentemente y adoptar una actitud auténticamente responsable. Cuando los
miembros del partido cometen errores, debemos hacer un completo análisis histórico
y, teniendo en mente los errores cometidos, también debemos ver las cosas
buenas que los miembros han contribuido a la revolución bajo el liderato del
Presidente Mao y el partido, también debemos hacer un análisis concreto de la
naturaleza de los errores circunstancias en las que fueron cometidos, si los
errores siempre se han manifestado, si las personas que han cometido los
errores se han arrepentido de haberlos cometido, y buscando la verdad en los
hechos, debemos tratar correctamente los errores según el método de la unidad
entre la dirección y las masas.
Al
aplicar la disciplina del partido, debemos guardarnos de ser unilaterales, de
ser o demasiado severos o demasiado indulgentes.
Al
tratar con miembros del partido que han cometido errores, debemos por supuesto,
tener en mente que ellos han cometido errores y han puesto en riesgo la causa
del partido, pero también debemos tener en mente que la mayoría de ellos
quieren seguir haciendo la revolución con el partido. Si bien debemos tener en
cuenta el hecho de que ellos no están completamente a la altura de los niveles
requeridos por los miembros del partido comunista, también debemos entender que
la gran mayoría de ellos corregirá sus errores con la ayuda de la educación dad
por el partido. Si bien debemos tener en cuenta el hecho de que ellos no están completamente
a la altura de los niveles requeridos por los miembros del partido comunista,
también debemos entender que la gran mayoría de ellos corregirá sus errores con
la ayuda de la educación dada por el partido y seguirán cumpliendo el papel de
modelos que le corresponde a la vanguardia proletaria. Cuando aplicamos la
disciplina del partido, debemos sobre todo prestar atención a este hecho. Al
tratar los errores cometidos por los miembros del partido es necesario que nos
guardemos de sustituir con sensibilidades espontáneas los principios,
exagerando los hechos de un caso y aplicando reglamentos a toda costa,
aplicando sanciones muy fácilmente o expulsando a una persona del partido muy a
la ligera. Pero es igualmente necesario que no acomodemos impropiamente, que no
despreciemos los estándares requeridos por los miembros del partido ni dejemos
de expulsar a quienes deben ser expulsados o dejemos de abordar casos que deben
abordarse.
En
general, las medidas disciplinarias tomadas contra miembros del partido deben
discutirse en una reunión general de la rama del partido. La reunión debe
permitir que el miembro contra el que se están poniendo las medidas analice su
error y acepte las críticas que se le están haciendo con el fin de ayudarlo. No
deben tomar una decisión sino luego de celebrar una profunda discusión, y
después, debe informarse al nivel inmediatamente superior sobre lo que se haya
decidido. La decisión tomada y cualquier sanción impuesta deben comunicársele
por escrito a la persona interesada. Si el miembro del partido contra el que se
han tomado las medidas no está de acuerdo con la conclusión y la sanción, tiene
derecho a pedir que se discuta de nuevo o a comunicar su queja a los cuerpos superiores,
incluso hasta el comité central del partido. Los organismos del partido deben
abordar rápidamente las quejas formuladas por los miembros del partido, y no
deben bloquearlas ni tomar represalias. Si la queja es justificada y la
conclusión y sanción no corresponden a la realidad, deben rectificarse
basándose en los hechos. Si la queja no es justificada, el cuerpo que la recibe
también debe dar sus explicaciones con el fin de ayudar a la persona que ha
cometido errores a reconocerlos y corregirlos. Por supuesto, los miembros del
partido que han cometido errores y han sido sancionados no deben simplemente
tomar cualquier pretexto para causar problemas sin razón.
En
síntesis, la aplicación de la disciplina del partido es un trabajo político e
ideológico sumamente serio en el que no hay espacio para “casis”. Según las
enseñanzas del Presidente Mao debemos implementar conscientemente los
principios del partido, educar a los miembros del partido que han cometido
errores y garantizar que los otros, miembros saquen lecciones de la
experiencia.
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