"El
Comité Central del PCI (Maoísta) condena en términos inequívocos
cualquier intento de los imperialistas encabezados por los EEUU de
atacar Siria y exige que se detengan inmediatamente todos los
preparativos. Hace extensivo su apoyo y solidaridad a todas las
formas de resistencia que pueda emplear el pueblo sirio contra la
intervención imperialista y la proyectada guerra de agresión. El
Comité Central del PCI (Maoísta) considera su resistencia como una más
de las diversas formas de resistencia que las naciones y pueblos
oprimidos del mundo están organizando contra cualquier tipo de
intervención, agresión y control imperialistas"
PARTIDO COMUNISTA DE LA INDIA (MAOÍSTA)
COMITÉ CENTRAL
¡FUERA DE SIRIA TUS SUCIAS MANOS, BELICISTA OBAMA!
¡EL DERECHO A DECIDIR EL FUTURO DE SIRIA CORRESPONDE AL PUEBLO SIRIO Y NADA MÁS QUE A ÉL, NI A LOS IMPERIALISTAS NI A NADIE MÁS!
¡OPONERSE CON TODA FIRMEZA A LA
AGRESIÓN IMPERIALISTA CONTRA SIRIA ENCABEZADA POR LOS NEONAZIS ESTADOUNIDENSES!
5 de septiembre de 2013
Los imperialistas, encabezados por los neonazis
estadounidenses, han estrechado el cerco sobre Siria y están a la espera
de dar el golpe. Del mismo modo que las armas de destrucción masiva
fueron la “razón” alegada para atacar Iraq, los neofascistas
estadounidenses invocan ahora el uso de armas químicas (gas venenoso)
como la “razón” para golpear a Siria. Estados Unidos afirma que existen
pruebas de que el gobierno de Bashar Al-Asad empleó armas químicas
contra el pueblo sirio, provocando la muerte de más de 1.400 personas y
terribles consecuencias a otras. Un equipo de inspectores de la ONU fue a
Siria para investigar las denuncias, pero incluso antes de que se haya
presentado su informe (cuya publicación se supone que aún se demorará al
menos tres semanas más), Obama ya ultima los preparativos bélicos.
Obama llegó al punto de decir que no es su prestigio lo
que está en juego ¡sino el de los Estados Unidos y su Congreso si no
atacan Siria! ¡Naturalmente! El prestigio del asesino en masa nº 1 del
mundo quedará en entredicho si en su hoja de servicios no sigue
figurando matar el máximo número posible de civiles en ataques aéreos.
Incluso antes de que el equipo de investigadores de la ONU estuviese de
vuelta, el Secretario de Estado estadounidense, John Kerry, se dedicó a
vociferar que tenían todas las pruebas de que se utilizaron armas
químicas y de que fue el gobierno de Al-Asad el que las había usado. ¡Es
decir, que a los ojos de los imperialistas de Estados Unidos todos esos
países y personas que pidieron pruebas claras no son más que unos memos
a quienes el amo imperial no tiene por qué responder! Nótese que los
preparativos siempre incluyen las suficientes “mentiras” como para
engañar al mundo sobre la “necesidad” de semejante ataque.
El Comité de Asuntos Exteriores del Senado de Estados
Unidos había dado autorización al Presidente para un ataque limitado
contra Siria por un periodo de dos meses ampliable a otro en función de
ciertas condiciones. Dicho Comité excluyó el envío de tropas de tierra.
Lo que es obvio es que este ataque “limitado” en modo alguno será
“limitado” y no concluirá antes de que, estratégicamente, haya quedado
rota la columna vertebral del régimen de Bashar Al-Asad, una vez
devastado todo el país, con innumerables civiles muertos e inimaginables
daños sobre los bienes y los medios de sustento de las gentes. Los
imperialistas de Estados Unidos quieren desarticular el gobierno de
Al-Asad destruyendo sus infraestructuras militares y económicas
estratégicas clave e instalar en el poder a fuerzas que sirvan a sus
intereses en Siria como ya hicieron en Libia. Damasco es una de las
ciudades habitadas desde más antiguo en el mundo y ahora Obama está
empeñado en destruirla con bombardeos aéreos, como ya hizo Bush con los
daños irreparables que provocó al patrimonio de una de las
civilizaciones más antiguas del mundo en Iraq.
Rusia se opone firmemente a todas estas medidas y está
tratando de que Estados Unidos presente pruebas claras de lo que
sostiene. Putin afirmó prudentemente que si se demuestra sin duda que el
gobierno de Al-Asad en efecto hubiese utilizado armas químicas,
entonces cualquier ataque sobre Siria debería tener la autorización de
la ONU. Pero si Obama ataca sin autorización de la ONU, dicho ataque
sería ilegal, tal como lo calificó Putin. Advirtió de que cualquier
pequeño misil que hiciera blanco en la central nuclear de Damasco podría
provocar una situación de emergencia nuclear y la radiación podría
afectar a una amplia zona y a una gran cantidad de población civil
durante generaciones. También advirtió que un ataque agravaría la crisis
financiera mundial en que están sumidos. China ha afirmado que
cualquier decisión debe tomarse una vez sean presentados los resultados
de la investigación de la ONU y sólo bajo la égida de la ONU. Alemania,
por ahora, también ha adoptado esta postura. Con los buques de guerra de
última generación de los Estados Unidos, que pueden disparar misiles de
larga distancia desde el mar, aproximándose a Siria y un buque espía de
Rusia que acaba de entrar en el Mediterráneo, la situación es
extremadamente tensa en todo Oriente Medio y el mundo.
David Cameron trató de conseguir el voto favorable del
Parlamento británico para participar en el ataque contra Siria junto a
los Estados Unidos. No lo obtuvo, pero nadie sabe que su ambición de
atacar Siria haya decrecido. La autorización de la ONU o cualquier otro
pretexto pueden cambiar este estado de cosas en cualquier momento.
Francia, gobernada por el neofascista Francois Holland, declaró que, a
pesar del rechazo del Parlamento británico a los proyectos de guerra,
está dispuesta a participar en el ataque para castigar al régimen de
Bashar Al-Asad. Es más, la razón de la oposición británica rechazando la
propuesta era que no había pruebas suficientes de que el gobierno de
Al-Asad hubiese utilizado el gas, es decir, pruebas para legitimar la
agresión y para unirse a sus aliados. Sucede la misma historia con los
demócratas y los republicanos en Estados Unidos. Los partidos gobernante
y de la oposición (capitalistas monopolistas y sus títeres) en los
países imperialistas nunca tienen divergencias importantes cuando se
trata del “derecho a atacar” un país. Jamás se discute el hecho de que
sólo al pueblo de un país le corresponde el derecho a decidir su futuro y
no a otros países o fuerzas. Y como siempre estos jefes de Estado
imperialistas hacen oídos sordos ante la enorme corriente de la opinión
pública opuesta a las guerras de agresión en sus países y el mundo, y
prosiguen sus planes agresivamente.
Las Naciones Unidas, como es su costumbre, están
tratando de proporcionar por todos los medios las hojas de parra de las
excusas para destruir Siria. Su lista de complicidad desde sus inicios
en todas las guerras imperialistas de agresión es larga. Su velo de
imparcialidad hace tiempo que está rasgado y andrajoso, mostrando su
servilismo a los imperialistas, en especial a los Estados Unidos. Esta
institución supuestamente garantiza la aplicación de cinco principios en
las relaciones entre los Estados con diferentes sistemas sociales: el
respeto mutuo a la integridad territorial y soberanía; la no agresión
mutua; la no injerencia en los asuntos internos; la igualdad y el
beneficio mutuo; y la coexistencia pacífica. Se supone que salvaguarda
los derechos humanos, impide las guerras de agresión y resuelve las
disputas entre naciones por medios diplomáticos y otros medios. De
acuerdo incluso con las reglas y normas que, después de la II Guerra
Mundial, establecieron los países del mundo, incluidos los países
imperialistas, para evitar guerras mundiales, resolver disputas
regionales o guerras locales y que se supone que deben ser aplicadas por
las Naciones Unidas, deberían emplearse toda clase de
negociaciones/medidas diplomáticas y políticas para solucionar crímenes
tan atroces como el uso de armas químicas. Pero este organismo
internacional, que se creó en especial para garantizar la paz mundial,
no hace prácticamente nada para detener la agresión, salvo inútiles
declaraciones abogando por el uso de medios políticos y diplomáticos
para resolver “la crisis siria” y suplicándole a Obama que recabe la
autorización de la ONU para el ataque. ¡La desvergüenza con que Obama
trata de imponer sus planes de agresión le está poniendo difícil hasta a
Su Señoría las ONU justificarlos de esta forma tan descarada!
Irónicamente Estados Unidos está celebrando el 50º
aniversario del discurso del “tengo un sueño” de Martin Luther King
mientras su Presidente Premio Nóbel de la “Paz”, el sanguinario asesino y
destructor de seres humanos y pueblos, no para de ladrar rabioso que
hay que atacar Siria. Aunque no haya logrado nada más, Obama, al menos,
ha demostrado sin género de duda que tener un afroamericano en la Casa
Blanca en sí mismo no sirve para que se cumplan los “sueños” de los
pueblos oprimidos, incluidos los de los negros. El ataque planeado
contra Siria debería servir para abrir los ojos en ese sentido. Obama
persigue los planes imperialistas de hegemonía
mundial de las clases gobernantes de Estados Unidos con igual si no más
fervor e intensidad que otros presidentes “blancos” que le precedieron y
destruyeron naciones sometidas, masacraron a millones de oprimidos de
todo el planeta y arrasaron innumerables ciudades y pueblos durante sus
mandatos. Para las clases dominantes estadounidenses definitivamente
Obama es más “útil” que un “blanco” para engañar al pueblo aunque sólo
por un tiempo.
Estados Unidos no ha dejado de amañar toda una serie de
acusaciones desde 1986 y, en especial, tras el ataque del 11 de
septiembre a sus Torres Gemelas, en el sentido de que Siria supone
también una amenaza para la seguridad global por su apoyo a grupos
“terroristas”. De un modo u otro, Siria se ha convertido en blanco
permanente del imperialismo. Siria se ha convertido en el terreno de
juego de las potencias imperialistas durante los últimos dos años y
medio. Se ha producido un movimiento que exige violentamente la
destitución de Al-Asad. Han tenido lugar innumerables enfrentamientos
armados entre las fuerzas “rebeldes” y las fuerzas gubernamentales, con
el resultado de cientos de miles de vidas pérdidas, la destrucción a
gran escala de bienes y la migración de millones de personas. Los
imperialistas encabezados por Estados Unidos y sus regímenes títeres del
mundo árabe han manipulado diplomática y políticamente a la oposición,
la han ayudado técnica, económica y militarmente, y, de modo masivo y
por distintas vías, la han armado, entrenado y dirigido. Han dejado
meridianamente claro que quieren echar a Al-Asad y que sus títeres se
hagan con el control de Siria. Rusia y China han apoyado al gobierno de
Al-Asad constantemente hasta la fecha y se han opuesto a cualquier tipo
de intervención armada imperialista o de ataque contra Siria. Los
grandes medios empresariales de comunicación han tenido que aceptar a
regañadientes que Al-Asad también cuenta con un apoyo considerable entre
los sirios. Ésta es una de las razones de que no hayan atacado a Siria,
además del apoyo crucial de Rusia, China, Líbano e Irán a Al-Asad,
aunque lo desean tanto como en Libia. De hecho, se ha informado
recientemente de que las fuerzas de Al-Asad se han impuesto a los
rebeldes en sus bastiones, lo cual constituye uno de los motivos de las
prisas [imperialistas] por atacar a Siria.
Nuestro partido, el PCI (Maoísta) siempre ha sostenido
que sólo al pueblo de un país le corresponde el derecho de mantener o
derrocar al régimen de su país. Es el pueblo sirio quien debe decidir si
quiere que Al-Asad esté o no en el poder. Tiene todo el derecho a
rebelarse y a forjar su propio futuro. Pero debido a la intervención
injustificada de los imperialistas en los asuntos internos de Siria el
futuro del país se enfrenta ya a un gran peligro y quizá, en lo venidero
y por mucho tiempo, no vaya a estar en las manos de los sirios.
Los acontecimientos recientes en los países árabes, como
los acaecidos en Egipto tras la primavera árabe, indican a la
perfección hasta qué punto los imperialistas, en especial los Estados
Unidos, tratan de instalar regímenes títeres. Morsi, a pesar de ser una
fuerza de compromiso, fue derrocado sin contemplaciones por oponerse a
algunas intervenciones de los Estados Unidos en sus relaciones
exteriores y encarcelado por los militares. A diario se produce matanzas
de personas que protestan contra el régimen militar. El poderoso
levantamiento de masas y el proceso democrático formal que llevaron a
Morsi al poder, por muchos que fueran sus defectos, fueron aplastados
bajo las botas de hierro de los militares respaldados por Estados Unidos
y las fuerzas del ex presidente [Mubarak]. En casi todos los países que
derrocaron a sus antiguos gobernantes dictatoriales durante la
primavera árabe, se han hecho con el control gobiernos títeres
proimperialistas o fuerzas de compromiso, no obstante las aspiraciones
democráticas del pueblo. Todo ello debe servir de ejemplo revelador a
las fuerzas que tratan de desafiar y cambiar los regímenes dictatoriales
de sus respectivos países. Nunca deben jugar en las manos de los
imperialistas. Ello daría lugar al reemplazo de un dictador por otro
incluso aún peor: el reemplazo necesariamente será servil a los
imperialistas. Cualquier fuerza que persiga la auténtica democracia y se
oponga a los regímenes autocráticos debe hacerlo independientemente y
basándose en sus propias fuerzas mediante la movilización de las masas y
el apoyo de los pueblos del mundo. No debe colaborar con los
imperialistas. En caso contrario, el pueblo se verá obligado de nuevo a
luchar contra las fuerzas serviles al imperialismo aupadas al poder,
como ya está sucediendo en Egipto o en otros lugares del mundo.
Desde la II Guerra Mundial hasta la victoria de la
guerra de liberación nacional de Vietnam, el principal pretexto de las
guerras de agresión de los Estados Unidos fue contener la “propagación
del comunismo”. Con la desintegración de la Unión Soviética la excusa
que con más frecuencia emplean es la “violación de los derechos humanos”
o el “terrorismo” o ambas. A veces la disfrazan de “restauración de la
democracia” o “concesión de la libertad”. Pero siempre la verdadera
razón era y sigue siendo la búsqueda de la hegemonía mundial. Fueron
éstos también los motivos alegados para las diversas guerras de agresión
llevadas a cabo por Francia, Gran Bretaña o la antigua superpotencia
soviética.
El uso de armas químicas esgrimido como motivo para el
ataque ha sido rechazado de plano por el gobierno de Al-Asad, quien
afirmó que fueron los rebeldes los que las habían empleado. Nadie
apoyaría el uso de armas químicas ya fuera por parte del gobierno, ya de
los rebeldes. Si quienes sostienen que los rebeldes usaron las armas
químicas están en lo cierto, entonces, sin duda alguna, los
imperialistas serían quienes les habrían suministrado el gas sarín. Al
haber pasado ya más de dos años y no haber sido derrotado Al-Asad, la
explicación más plausible sobre el uso del gas sarín es que los
imperialistas de Estados Unidos se lo hubiesen facilitado a sus agentes
en Siria para que su empleo pudiera utilizarse como excusa inmediata
para atacar a dicho país. Si se recuerda que Obama ya había advertido a
Siria de que no cruzase la “línea roja” del uso de armas químicas, es
fácil deducir que usarían precisamente esa “línea roja” como excusa.
¡Pero lo sorprendente es la manera en que los
imperialistas de Estados Unidos ponen el grito en el cielo! Como todo el
mundo sabe los imperialistas de Estados Unidos tienen el dudoso récord
en el uso de armas químicas extremadamente destructivas (napalm, agente
naranja, fósforo blanco, por citar algunas) en Vietnam, Iraq y en otros
lugares. La terrible guerra química de 1915 a 1918 llevó a la Sociedad
de Naciones a adoptar el Protocolo de Ginebra de 1925 que prohibió el
uso de armas químicas y biológicas. Aunque Estados Unidos propuso y
contribuyó a la redacción del Tratado, el Senado rechazó en 1926 su
ratificación. En 1970 el Tratado fue remitido de nuevo al Senado, que lo
aprobó sólo cuatro años más tarde. ¡Tal es la doble moral típica de los
Estados Unidos en todo lo relativo al control de armas hasta la fecha!
Hasta el presente los Estados Unidos y otras grandes potencias
imperialistas no están dispuestos a prohibir todo tipo de armas de
destrucción masiva, tales como las bombas de racimo, las armas químicas,
biológicas, nucleares, etc. Entonces, ¿por qué hablan de Siria? Esto
sólo puede responder a los intereses creados para utilizar armas de
destrucción masiva en Siria o en cualquier otra parte del mundo.
Los
halcones imperialistas fabrican armas químicas abierta o
clandestinamente y las venden a sus lacayos o dictadores de los países
atrasados para su uso contra las gentes del común, contra países
enemigos o suministrándoselas a las fuerzas contrarrevolucionarias para
cambiar regímenes. Además de usar armas de destrucción masiva contra la
gente corriente de modo indiscriminado, los imperialistas, en especial
los Estados Unidos e Israel, no han dudado en utilizar armas químicas y
biológicas para tratar de asesinar a jefes de Estado o de organizaciones
que no seguían sus dictados. Si se diera el caso, a quienes habría que
llevar a juicio en primer lugar por la destrucción causada por armas
químicas y biológicas en el mundo entero es a los imperialistas de
Estados Unidos y a toda la pandilla de matones imperialistas a sus
órdenes o en connivencia con ellos.
Es obvio que Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia,
Israel y Turquía quieren un régimen títere en el poder en Siria para
fomentar sus intereses geopolíticos en Oriente Medio debido a su
ubicación estratégica así como para apoderarse de sus recursos
naturales, principalmente petróleo. También les allanaría el camino para
poder penetrar en los países de Asia central que alguna vez fueron
parte de la URSS-Comunidad de Estados Independientes con el fin de
controlar el petróleo y otros ricos recursos de esos países. Esta
situación significará un gran desafío a la creciente influencia rusa y
china, y contribuirá a establecer una hegemonía aún mayor de su socio
subalterno, Israel, en Oriente Medio. Israel ocupa los Altos del Golán
en Siria desde la Guerra de los Seis Días de 1967 y se ha atrincherado
allí de modo permanente desde la guerra árabe-israelí de 1973. Israel
quiere conservar los Altos del Golán, mientras Siria, traicionada por
los acuerdos de Camp David, no ha dejado de exigir la devolución
incondicional de dicho territorio.
Siria se ha mantenido firme en su oposición a las
intervenciones y designios imperialistas de Estados Unidos e Israel en
Oriente Medio. Siria también ha apoyado la causa palestina con
frecuencia. El apoyo de Hezbollah (Líbano) a Al-Asad y a la causa
palestina y su enconada oposición a Israel es otra espina que los
imperialistas quieren sacarse con este ataque. Asimismo, este ataque
supondría de nuevo una amenaza aún mayor al inflexible Irán que también
se mantiene firme en su oposición a los intereses hegemónicos de Estados
Unidos e Israel en la región y se opone en la actualidad con encono a
cualquier intento de atacar Siria: dos pájaros de un tiro.
Las destrucciones causadas en una región concreta
durante la I o la II Guerras Mundiales son menores en comparación con la
devastación que han causado y causan las guerras imperialistas de
agresión o las guerras por delegación instigadas y apoyadas por los
bloques imperialistas rivales después de la II Guerra Mundial. La
estrategia de usar misiles de largo alcance lanzados desde mares lejanos
y los bombardeos aéreos desde gran altitud lo destruye todo –ya sea
humano o material- sobre el territorio así bombardeado. Con el uso
diario, indiscriminado e insensible de aviones no tripulados han
provocado muchos más estragos a los civiles que en cualquier otro
momento histórico. Estas guerras de agresión no sólo destruyen el
patrimonio incalculable de civilizaciones pasadas y las vidas de las
generaciones presentes sino también el futuro de varias generaciones
venideras. El daño es en muchos casos irreparable.
El neo-Hitler Obama derrama lágrimas de cocodrilo cuando
afirma que han sido asesinados en Siria civiles, mujeres y niños
inocentes debido al gas tóxico y que no pueden tolerarlo. Por supuesto
que la matanza de inocentes no se puede tolerar. ¿Pero no es de pura
lógica que lo mismo se puede aplicar a los incontables niños, mujeres y
civiles inocentes asesinados en los sistemáticos ataques de aviones no
tripulados de los Estados Unidos en Pakistán, Yemen, Afganistán, etc.?
¿Y qué pasa con los cientos de miles de personas inocentes asesinadas en
Iraq, Afganistán o Palestina desde hace décadas (y eso sin tener en
cuenta todas las atrocidades previas perpetradas por los imperialistas
en innumerables países atrasados durante la época colonial y
posteriormente)? ¿Por qué hay siempre un silencio conspirativo sobre
estas cuestiones?
Es una broma cruel que los Estados Unidos, que tiene
esas enormes cantidades de armas, incluidas armas nucleares que pueden
destruir la Tierra varias veces (y que no han dudado lo más mínimo en
utilizarlas donde y cuando han querido), atacasen Iraq so pretexto de
que tenía armas de destrucción masiva. Otra incongruencia es que los
Estados Unidos, que detonaron la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki
en Japón, se desgañitan vociferando sobre el posible desarrollo de armas
nucleares por parte de Irán. Los imperialistas no se molestaron
siquiera en mostrar un atisbo de “razones” por el estilo para atacar a
Libia y asesinar a Gaddafi. Recuérdese que nunca se encontraron armas de
destrucción masiva en Iraq; aunque Irán tiene todo el derecho de
fabricar armas nucleares, su gobierno, no obstante, ha expresado
reiteradamente que no tiene intención de fabricar ese tipo de armas; y
el gobierno sirio niega rotundamente haber utilizado armas químicas.
A uno se le viene a la memoria el ingenioso cuento
popular del cordero destinado a ser devorado por el lobo con
independencia de si bebe agua río arriba o río abajo. Nacer cordero es
razón suficiente para ser devorado; como disponer de abundantes recursos
naturales o simplemente estar ubicado en una posición geográfica
estratégica es suficiente para ser ocupado. No es más que la clásica
hambre imperialista de hegemonía mundial teñida de justicia salvaje de
la selva. Los pueblos del mundo deben darse cuenta de que todos los
pretextos de violaciones de los derechos humanos lanzados a nuestra cara
como justificaciones de las guerras de agresión por los neonazis no son
más que patrañas para atiborrar el hambre insaciable de recursos de los
imperialistas y su descarada búsqueda de la hegemonía mundial.
El sistema capitalista mundial está empantanado en una
crisis financiera global. [Los países imperialistas] recurren a las
guerras de agresión, además de a los rescates y al saqueo cada vez más
despiadado de los recursos de los países “atrasados” del mundo ricos en
materias primas. Pero todos estos intentos de superar la crisis no hacen
sino hundir al sistema aún más profundamente en ella. Los imperialistas
se piensan que están acumulando riquezas cuando lo que están
amontonando en realidad es el odio y la ira de las masas oprimidas del
mundo con cada uno de sus actos de agresión y saqueo. Son tan torpes que
no han aprendido lección alguna de la historia, no han aprendido que
las guerras de agresión conducirán finalmente a su derrocamiento. La
guerra de agresión contra Siria nunca les ayudará a superar la crisis
política y económica de larga duración en la que están hundidos hasta el
cuello: tan sólo les servirá para profundizar aún más dicha crisis.
Todo esto es ya evidente en el mundo entero, con los precios del
petróleo disparados y una extremada volatilidad de los mercados, por no
mencionar la rápida devaluación de las monedas de varios países
atrasados, incluida nuestra propia rupia, en plena caída libre.
El presidente sirio Bashar Al-Asad declaró que lucharán
con uñas y dientes frente a cualquier agresión imperialista contra su
país. El ministro de Exteriores sirio declaró, desafiante, que están
absolutamente preparados para defenderse de la agresión imperialista y
que no darán un paso atrás hasta derrotar a los agresores aunque ello
condujera a una III Guerra Mundial. El gobierno sirio también ha apelado
reiteradamente a la ONU a oponerse al ataque militar de Estados Unidos y
a resolver pacíficamente la crisis. El pueblo sirio es valiente y se prepara para defenderse del ataque aun con el sacrificio de su propia vida.
Aunque Al-Asad haya declarado que se opondrán a
cualquier tipo de agresión imperialista, esto sólo es posible cuando se
moviliza al pueblo y se cuenta con él. Y es igualmente cierto que no hay
régimen que pueda movilizar al pueblo o ganarse su apoyo contra la
agresión imperialista a menos que el pueblo disfrute de democracia.
Hafez Al-Asad, padre de Bashar y ex presidente de Siria, envió tropas a
Iraq en 1991 que participaron en la agresión imperialista. Siria mantuvo
tropas en el Líbano hasta finales de 2005 y ha sido acusada por los
libaneses de injerencia en sus asuntos internos. Los gobernantes de los
países atrasados deben darse cuenta una vez más en el caso que nos ocupa
de que ningún país tiene derecho de injerencia o a enviar tropas a
otros países ya sea en su propio interés o por presiones imperialistas.
Sólo una oposición firme e intransigente a la intervención y a la
agresión imperialistas en cualquier país les podría dar el apoyo de su
propio pueblo y de los pueblos del mundo en su oposición a los
imperialistas.
El gobierno de la India ha declarado que deben esperar
hasta que los inspectores de la ONU informen de los resultados de sus
investigaciones antes de que se tome la decisión de atacar. En realidad
no tiene ninguna objeción al ataque contra Siria si existe autorización
de la ONU. El Estado indio no quiere contrariar ni a Estados Unidos ni a
Rusia y, así, viendo cómodamente los toros desde la barrera, está listo
para adoptar cualquier decisión en un sentido u otro. No se ha opuesto
inequívocamente a ningún tipo de intervención militar en Siria, con o
sin la autorización de Naciones Unidas, por parte de un país agresor o
de un conjunto de países criminales. Al no exigir inequívocamente que se
detengan todos los intentos de atacar Siria, está ayudando en realidad a
los imperialistas en su conspiración para aplastar a ese país. Dado su
vil servilismo a los imperialistas o su pasividad en varias ocasiones
anteriores de guerras de agresión emprendidas por ellos, [su actitud
actual] no sorprende en modo alguno aunque sea absolutamente repugnante y
atroz.
El Comité Central del
PCI (Maoísta) condena en términos inequívocos cualquier intento de los
imperialistas encabezados por los EEUU de atacar Siria y exige que se
detengan inmediatamente todos los preparativos. Hace extensivo su
apoyo y solidaridad a todas las formas de resistencia que pueda emplear
el pueblo sirio contra la intervención imperialista y la proyectada
guerra de agresión. El Comité Central del PCI (Maoísta) considera su
resistencia como una más de las diversas formas de resistencia que las
naciones y pueblos oprimidos del mundo están organizando contra
cualquier tipo de intervención, agresión y control imperialistas. Y
recuerda con toda firmeza que es deber de todo demócrata en este mundo
oponerse inequívocamente y condenar el ataque que proyectan los Estados
Unidos contra Siria.
Las fuerzas antiimperialistas de todo el mundo han
convertido en un clamor sus protestas contra el inminente ataque de
Estados Unidos contra Siria y están saliendo a las calles exigiendo que
se detengan los preparativos. Nuestro Comité Central da la bienvenida a
todas esas protestas y presta su voz de apoyo a todas esas fuerzas
antiimperialistas. Nuestro partido hace un llamamiento a todas sus filas
para que unan sus manos a todas aquellas fuerzas que se oponen a la
guerra contra Siria y transformen la protesta en un movimiento de amplia
base y militante contra todo tipo de intervenciones y guerras
imperialistas de agresión. Nuestro Comité Central llama a todas las
fuerzas, organizaciones y partidos proletarios antiimperialistas, de
nuestro país y del mundo entero, a condenar los flagrantes propósitos de
los imperialistas, dirigidos por Estados Unidos, de atacar Siria. Es
necesario construir el apoyo internacional a la resistencia del pueblo
sirio contra esta guerra de agresión. La resistencia a los imperialistas
en sus propios países desempeñará un papel crucial en la derrota de sus
malvados designios de ocupación y saqueo de otros países. Nuestro
Comité Central defiende la oposición a la guerra en Siria que se
manifiesta en las calles de los Estados Unidos y de otros países
imperialistas. En especial hace un llamamiento a los pueblos de los
Estados Unidos, Francia, otros países imperialistas, Turquía y de
regímenes títeres de Oriente Medio como Qatar y Arabia Saudí, que se
preparan para participar en el ataque a Siria, para que se opongan a los
propósitos de sus gobiernos de destruir Siria y fortalezcan la lucha
unitaria de las naciones y los pueblos oprimidos del mundo contra el
imperialismo.
La guerra de agresión contra Siria bien podría ser la
proverbial gota que colma el vaso del imperialismo estadounidense,
empantanado ya en Iraq y Afganistán. Pero el monstruo del imperialismo
con pies de barro nunca se vendrá abajo solo a pesar de sus innumerables
puntos vulnerables. Para que sea borrado de la faz de la tierra se
necesita el golpe de todos los pueblos oprimidos del mundo. Si los
imperialistas se atreven a atacar Siria, la valentía del orgulloso
pueblo sirio, con una gloriosa historia de resistencia frente a las
intervenciones imperialistas, así como el apoyo de los pueblos del mundo
a dicha resistencia hundirán uno de los últimos clavos en la tapa del
ataúd del imperialismo.
Las condiciones materiales para formar un amplio frente
antiimperialista contra la amenaza, la intervención, el control, la
explotación, la opresión y las guerras de agresión de los imperialistas
contra las naciones y los pueblos oprimidos del mundo están madurando
rápidamente. Sólo un frente antiimperialista de amplia base, militante y
global podrá luchar contra la dominación y la intervención
imperialistas en los ámbitos social, económico, cultural, etc. así como
contra todas las guerras de agresión. Un frente de este tipo allanará el
camino para su definitivo derrocamiento. Sólo podremos alcanzar una
democracia genuina, el progreso y la paz mundial por medio de una lucha
unitaria para derrocar el imperialismo y acabar con todo tipo de
reaccionarios.
Desde el siglo pasado los imperialistas han recurrido al
fascismo y a la guerra para superar sus crisis financieras mientras que
el pueblo ha recurrido a la resistencia y la revolución para oponerse a
ellos y derrotarlos. Las condiciones materiales son cada vez más
favorables para la revolución mundial por lo que nuestro partido hace un
llamamiento al pueblo de nuestro país y a los pueblos del mundo para
emprender la revolución triunfante. Sólo por medio de exitosas
revoluciones podemos acabar de una vez para siempre con todas las
guerras imperialistas e injustas y asegurar la paz mundial.
(Abhay)
Portavoz,
Comité Central,
PCI (Maoísta)
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