Torsiones y vueltas de la revolución
Por Zafia Ryan
Hay dos cosas que realmente enloquecen a la burguesía: las masas
haciendo la Revolución y los líderes revolucionarios en el poder,
apoyándolas y dirigiéndolas. Aunque no es raro que la burguesía atribuya
toda la violencia de la Revolución Cultural al "enérgico" apoyo
personal de Jiang Qing a las masas revolucionarias, una mirada cercana a
su papel demuestra que luchó abrumadoramente para mantener la
orientación de Mao de que el puñado de dirigentes del Partido seguidores
del camino capitalista podían ser derrotados sin violencia. Esto era
objetivamente cierto porque la revolución estaba realmente dentro, a su
vez, de la revolución que tuvo lugar bajo la dictadura del proletariado,
cuya función principal es eliminar a los enemigos de la clase
trabajadora y del pueblo. Esta situación es la contraria a la que hay
actualmente en China, donde debe formarse un nuevo Partido Comunista que
dirija a las masas para derrocar violentamente la dictadura de la
burguesía que fue establecida en 1976.
Por lo tanto, aunque la supresión armada de los principales seguidores
del camino capitalista no era necesario porque el proletariado estaba al
mando, al mismo tiempo Mao no se retractó del hecho de que una vez las
masas estuviesen completamente animadas a hacer la revolución y lograr
cambios políticos radicales, algunas cosas seguramente se irían de las
manos. Tampoco fue sorprendido, porque como ocurrió constantemente en la
GRCP, surgieran líneas opuestas a la centrista, fomentando la violencia
para desviar la lucha política principal. "En los cambios catastróficos
que ha habido el año pasado, ha habido un caos en todas partes. No hay
conexión entre el caos en un lugar y el caos en otro.
Incluso la lucha violenta es muy buena, porque las contradicciones se
resuelven fácilmente una vez se manifiestan. Las pérdidas en esta gran
revolución cultural han sido mínimas, y los logros inmensos". En el
calor del verano de 1966, cuando la Revolución Cultural acababa de
nacer, Jiang Qing luchó contra la tendencia ultraizquierdista que quería
atacar físicamente a los dirigentes revisionistas y a sus partidarios,
evitando el proceso mucho más difícil de lucha ideológica y política que
la izquierda abanderaba. "La lucha por la fuerza sólo puede tocar la
piel y la carne, mientras que la lucha razonando las cosas puede tocar
las almas". En parte, el giro hacia los enfrentamientos violentos fue
espontáneo y una expresión de la aguda lucha de clases: los trabajadores
lucharon verbalmente, pero también arrebataron el control de las calles
a los comités municipales en al menos ocho provincias diferentes a
comienzos de 1967. Se pidió al ejército colaborar con los trabajadores y
los Guardias Rojos y ayudar a restaurar el orden.
Al mismo tiempo, las fuerzas derechistas abogaban abiertamente en
algunas áreas por la violencia, tergiversando ciertos eslóganes e
incitando a las masas a atacar a revisionistas menores para que no se
centrasen en ellos mismos. Por ejemplo, el eslogan "arrastrar un puñado
al ejército" se interpretó literalmente en algunas áreas, y se aplicó en
todas partes donde la derecha podía salirse con la suya; a veces
incluso se llegó a quitar armas a las tropas regulares. Jiang Qing
defendió su postura:
"No caigamos en la trampa. El eslogan no es correcto, ya que en el
Partido, el gobierno y el ejército están, todos, sometidos al liderazgo
del Partido; sólo podemos hablar de arrastrar a unos pocos dirigentes
revisionistas del Partido y nada más. Si hiciésemos lo contrario, sería
acientífico, y el resultado sería que las personas equivocadas estarían
en todas partes, y casi ninguno de los distritos militares diferenciaría
lo bueno de lo malo. Incluso si algunos camaradas, una minoría de
camaradas, algunos compañeros individuales de nuestro ejército
cometiesen graves errores, no es necesario que se les trate de esa
manera...”
Jiang Qing continúa diciendo que a la juventud, por supuesto, le gusta
la acción, pero que es también necesario "ejercitar vuestras mentes"
para llevar a cabo el difícil proceso de lucha-crítica-transformación.
Viajar de un lado a otro atrae a los jóvenes, pero ellos pueden no
conocer las condiciones particulares de todos los sitios y pueden
cometer errores. "Debéis confiar en las masas locales y no hacer las
cosas que deben hacer ellas por sí mismas, así como nosotros no podemos
hacer la revolución en vuestro nombre. Todo lo que podemos hacer es
consultaros y guiaros."
De hecho, no siempre fue tan claro cómo manejar la naturaleza
contradictoria de la violencia producida por el celo revolucionario de
las masas y la intensidad de la situación sin actuar como freno al
impulso revolucionario que era justo y necesario para la transformación
de la sociedad y el ejercicio de la dictadura del proletariado, incluso
en el ámbito de la recuperación del poder político. Si en la revolución
hay desorden y excesos, por los cuales Mao asumió la responsabilidad,
también es objetivamente cierto que reconocerlos y manejarlos
correctamente no siempre puede lograrse hasta que algo de humo
desaparece.
Al mismo tiempo, algunas fuerzas se aprovecharon de esto por sus propias
razones oportunistas. Dentro del propio grupo CRG, al que Jiang ayudó a
dirigir, algunos elementos (como Chen Po-ta) abrazaron abiertamente el
uso de la fuerza, y la gente siguió su ejemplo, especialmente después de
la provocación y motín de las unidades militares que apoyaban a la
derecha en la Ciudad de Wuhan en 1967. Estos líderes del CRG, más tarde
identificados como ultra-izquierdistas, tenían como objetivo crear el
caos y convertirlo en su ventaja, no pudieron ser apartados hasta un
tiempo después.
La derecha también organizó la violencia entre una sección de la Guardia
Roja que se había vuelto en contra de la CRG. Chou En-Lai, por su
parte, siempre tuvo una amplia línea de derecha a pesar de su alianza
con Mao, y que de que a menudo apareciese en público con la izquierda,
jugó un papel muy centrista y siempre enfatizó en la calma y en
restaurar el orden.
Jiang siempre defendió atacar y derrocar al enemigo ideológicamente y
políticamente, y pidió la moderación de las masas cuya ira se despertó
completamente. En sus discursos, señaló que Liu Shao-Chi había sido
echado del poder sin la fuerza de las armas. Sin embargo, cuando las
armas fueron emitidas "para la defensa", a ciertas unidades de la
Guardia Roja y fuerzas rebeldes contra fortalezas derechistas del PLA,
ella iba con ellos.
Su célebre eslogan, "atacar con la razón, defender con la fuerza", no
fue promovido porque tendía a confundir la línea divisoria entre ambas
cosas, y terminó alentando el uso de armas entre otros sectores de la
población, lo que no resolvió el tipo de contradicciones surgidas entre
grupos y organizaciones de masas. ¿Quién iba a saber exactamente dónde
terminaba la defensa y dónde empezaba el ataque? En septiembre de 1967,
Mao regresó a Pekín tras visitar varias regiones, y poco después se
emitió una circular que prohibía la captura de más armas.
"Es fácil hacer la revolución contra los demás, y es difícil hacer la revolución contra uno mismo".
Durante la Revolución Cultural, Jiang Qing desarrolló una estrecha
relación con las masas revolucionarias, quienes llegaron a apreciarla
como líder revolucionaria del Partido. Observando una reunión a la que
asistió, un sinólogo soviético describió a la multitud animada, que
"seguía estallando en aplausos": Después de Chen Po-ta, Kang Sheng y Li
Hsueh-Feng, cuyos discursos no recuerdo completamente, puesto que no
dijeron nada de interés, se dio la palabra a Jiang Qing, que, con su
uniforme militar y sombrero verde, no paraba de moverse. Su discurso
puso en llamas a la sala... ‘vosotros sois la nueva generación
revolucionaria’, dijo. ‘Vosotros sois los que debéis llevar a cabo la
revolución. Tenéis que ir más lejos. Nosotros, la generación más vieja,
nos vamos, y mientras nos vamos, os damos nuestras tradiciones
revolucionarias. El presidente Mao os está dejando China. El Estado
estará en vuestras manos. ¡La escuela de la Revolución Cultural es una
gran escuela!’ El efecto fue inmediato. Desde el momento en el que los
líderes se fueron, la reunión continuó sin cesar. Los locutores se
sustituyeron, todos tratando de superar al otro por su entusiasmo...”
Por el ejemplo que ella misma era, Jiang despertó a otros para que se
atreviesen a ser como ella, a poner todo lo que tenían en la línea del
gobierno político del proletariado, a negarse a ceder ante los astutos y
calculadores contrarrevolucionarios y especialmente a tener claro quién
es el enemigo, distinguiendo entre los dirigentes capitalistas del
Partido y aquellos que están simplemente bajo su influencia por ser
ideológicamente débiles y fáciles de manipular para que se opongan a sus
propios intereses fundamentales.
Era ingeniosa en combinar la confianza revolucionaria en las masas y el
desprecio hacia el enemigo con un liderazgo práctico para guiar el
manejo de complejas y múltiples contradicciones que estallaban por todas
partes mientras el pueblo luchaba por tomar el poder de los caminos
capitalistas.
Dirigiéndose a delegaciones de todas partes y de diversos sectores de la
sociedad, destacó la necesidad de fortalecer la visión ideológica del
proletariado, fomentar la crítica audaz y la autocrítica, luchar contra
ideas opuestas y mantenerse firmes ante las dificultades. Jiang Qing
instó a los veteranos revolucionarios a permanecer jóvenes
políticamente, y a dejarse templar por el fuego de los jóvenes que
estaban abriendo nuevos caminos para el proletariado. Alentó a los
jóvenes también a moderarse en la lucha, y a mirar más allá de la edad y
las características externas para profundizar en la línea política y
actuar de acuerdo a la línea correcta.
Por ejemplo, para ayudar a crear condiciones para que las masas tomen el
poder, en parte luchando contra el faccionalismo que surgió en varios
lugares, el CRG desempeñó un papel importante reuniendo a líderes y
delegados de facciones opuestas para ayudar a resolver problemas y
ayudarlos a distinguir los desacuerdos graves de los secundarios. Y, al
igual que Mao (quien había dicho que las premisas para una gran alianza
son la destrucción del interés egoísta y la devoción completa al pueblo
junto a desarrollar una lucha saludable), Jiang Qing vinculó
estrechamente la cuestión de la conciencia con la posibilidad de unirse
para formar grandes alianzas:
"Camaradas, si creéis que lo que tengo que decir es útil, entonces
intentemos implementarlo. Debemos ser revolucionarios, seguir el
pensamiento de Mao y no a miembros de ese grupo o de esa facción. La
mentalidad ficticia es un rasgo pequeño-burgués; es la mentalidad de la
fortaleza de la montaña, el departamentalismo o el anarquismo en su
forma más seria... Es bueno que ambas partes hagan autocrítica... De
esta manera, nos sentaremos y conversaremos y buscaremos un acuerdo
sobre las cuestiones principales, preservando al mismo tiempo las
diferencias sobre las cuestiones menores. Uniendo en los puntos
principales: la revolución, la Gran Revolución Cultural Proletaria.
"... Si estáis del lado de la línea revolucionaria proletaria conducida
por el presidente Mao, o del lado de la línea tomada por las ratas
capitalistas, es una cuestión muy importante. En este indicio, si todos
vosotros estáis luchando contra la parte superior del Partido en
autoridad tomando el camino capitalista, ¿hay alguna razón para ser
incapaz de unirse o no? Si juzgamos por vuestro carácter ficticio, creo
que trabajáis por vosotros mismos y no por la revolución, por el pueblo y
por el proletariado.
"... Debéis hacer grandes demandas en vosotros mismos y en vuestro
propio grupo, y no en otros. Si os peleáis y lucháis armados, y
apoderándoos de armas, no podéis mantener la cabeza fría ni podéis
distinguir entre lo bueno y lo malo... Es fácil hacer la revolución
contra los demás, pero es difícil hacerla contra uno mismo”.
Mao abordó esto desde otro ángulo: la posibilidad de mantener el poder
político en sí. Hablando de la Revolución Cultural en marzo de 1967,
resumió que la tarea principal es arrebatar el poder de los que toman el
camino capitalista, pero dice: "esto no es en absoluto el objetivo. El
objetivo es resolver el problema de las perspectivas globales. Es la
cuestión de erradicar las raíces del revisionismo". Y argumentó: ¿cómo
se puede considerar la GRCP como una victoria? En otras palabras, sin
poder político, la transformación socialista no podría tener lugar, pero
sin remodelar cada vez más la perspectiva ideológica, sería imposible
sostener el poder.
Cuando Mao declaró que la clase obrera debe liderar todas las esferas de
la sociedad, incluso en todos los aspectos de la cultura y de la
superestructura, se dirigió especialmente a la educación y las artes.
Habló de esto sabiendo que ofendería a algunos e irritaría a otros,
puesto que los intelectuales básicamente no habían abandonado su visión
burguesa. "Por favor, considere si este punto de vista no está
actualizado", preguntó él retóricamente.
Traducción: @Jiang69 y @amisirlou
Fuente: https://elgransaltoadelante.blogspot.cz/2016/12/jiang-qing-las-ambiciones_67.html
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