Solidaridad con las masas del Perú y Colombia
Abril del 2017
Si bien es cierto nuestro pueblo confronta la ofensiva de la gran
burguesía y los grandes terratenientes que arremeten desde el aparataje
electoral, de ninguna manera se desentiende de la crítica situación por la que
está atravesando las masas pobres del Perú y Colombia.
Desde luego que en el Perú, al igual que en Colombia y otros países,
el invierto embiste fuertemente. Y es que eso no hay que verlo básicamente como
un efecto climático, natural, es obvia la responsabilidad que tiene el
imperialismo y el capitalismo en toda esta desgracia, puesto que su propia
naturaleza es depredadora, destructiva, contaminante, y los efectos se ven en
los inusuales y desproporcionadas comportamientos que tiene la naturaleza como
respuesta lógica a tanta agresión. En ese sentido, pretender endosar
–básicamente- a la naturaleza la destrucción, muerte y angustia que abordan a
las masas empobrecidas cada vez que hay un desate natural es cosa de bribones.
Los causante de tanta miseria y dolor están ahí, bien identificados:
Industria irresponsable; minería, explotación petrolífera, empresas madereras, producción
semifeudal, no importa el daño que se haga, lo que cuenta es el enriquecimiento
que dicho sea de paso no es reinvertido en infraestructura social, que atienda
los más elementales requerimientos de vida que demanda el pueblo, sino que
fortalece los sistemas de acumulación de la gran burguesía y los grandes
terratenientes al servicio del imperialismo.
En el Perú, más de un centenar de víctimas mortales y cerca de 700
mil viviendas afectadas.
En Colombia, Mocoa, un alud acaba de quitar la vida a cerca de 190
personas, igual número de heridos, otro tanto de desaparecidos. ¡Cuánto dolor
para nuestro pueblo!
Esa es la violencia que quiere ser invisibilizada, o disimulada con la
“catástrofe natural”.
La responsabilidad del viejo estado en el Perú es por demás
evidente. Masas empobrecidas, sin los más elementales servicios de
alcantarillado, infraestructura vial, miseria, es decir, todo el cuadro
infraestructural para que cualquier manifestación de la naturaleza cause
destrozos y muerte.
La
responsabilidad del estado y régimen narco-paramilitar de Santos en
Colombia es igual. Y hay que decirlo, la responsabilidad que
tiene el oportunismo y el revisionismo armado que capitula en nombre de
la paz
ante el imperialismo y las FFAA de Colombia es enorme, porque empujan a
las
masas a mirar al otro lado, aquel que lo distrae de la lucha por
eliminar todo
lo que genera explotación, opresión, dolor y muerte para el pueblo. Esa
es la
paz que negocia Santos y las FARC para nuestro pueblo, no la que se ve
alterada
por el ruido de los fusiles, sino aquella que les permite seguir
detentando a
la gran burguesía el Poder. Quieren perpetuar la paz que se sustenta en
las
urnas, en el régimen explotación, en la paz de los sepulcros.
Son las condiciones de vida material a la que ha sumido el viejo
Poder de nuestros países a las grandes mayorías, a las masas pobres, explotadas
y oprimidas, las verdaderas razones del por qué esos pueblos son los que ponen
la cuota de muerte, dolor, desolación y angustia ante cualquier fenómeno natural.
Nos solidarizamos con el hermano pueblo de Colombia, del Perú, sumergidos
en la destrucción y la angustia. Pero también nos solidarizamos militantemente
en sus luchas, en ese esfuerzo del proletariado por reorganizar el Partido en
medio de la guerra popular en el Perú, cuyo inevitable triunfo con la
revolución de Nueva Democracia y su tránsito al socialismo eliminará no solo el
viejo poder burgués-terrateniente, las condiciones de explotación de las masas,
las precarias condiciones de vida que tienen ahora los pobres, sino las odiosas
y viejas relaciones de producción que atentan contra la naturaleza, la vida de
los pueblos y el futuro de nuestros hijos.
Nos solidarizamos militantemente con los trabajadores y demás masas
oprimidas de Colombia, pero también nos solidarizamos con sus luchas, por el
importante compromiso de la clase por construir los instrumentos para la
revolución, por su permanente brega contra el viejo poder, el viejo estado, por
su incansable lucha por desenmascarar a las fistulas del revisionismo y
oportunismo, por su incansable decisión de sobrevivir mientras avanza en sus propósitos.
La hora más oscura es la más próxima al amanecer. Pueblo del Perú, de Colombia, hay que resistir ante la arremetida de
la naturaleza, pero también hay que persistir en la lucha contra el
imperialismo, contra el viejo Estado, hay que avanzar en el único propósito que
debe mover nuestra voluntad de lucha: conquistar el Poder con la revolución,
con guerra popular, única garantía que nos permitirá eliminar todas las
condiciones económicas, sociales, políticas, filosóficas que no tienen
capacidad de interactuar con la naturaleza y que hoy nos causan dolor,
explotación, opresión y angustia.
PUEBLO DEL PERÚ Y COLOMBIA, LOS PUEBLOS OPRIMIDOS DEL
MUNDO ESTAMOS CON USTEDES.
IMPERIALISMO, CAPITALISMO, CAPITALISMO BUROCRÁTICO,
VERDADEROS RESPONSABLES DE LA ANGUSTIA Y DOLOR DE LOS PUEBLOS OPRIMIDOS DEL
MUNDO.
SOLO DESTRUYENDO LA VIEJA SOCIEDAD, EL VIEJO
PODER, PODREMOS CREAR LAS CONDICIONES DE VIDA MATERIAL DIGNAS PARA NUESTRO
PUEBLO.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario