Este texto es un extracto del informe leído por Stalin en la
sesión del Soviet de diputados de los trabajadores de Moscú,
conjuntamente con las organizaciones sociales y del Partido, en Moscú,
el 6 de Noviembre de 1943.
Los éxitos del Ejército Rojo no habrían sido posibles sin el apoyo
del pueblo, sin el trabajo abnegado de los ciudadanos soviéticos en las
fábricas y talleres, en las minas y en los depósitos, en el transporte y
en la agricultura. En las duras condiciones de la guerra, el pueblo
soviético ha demostrado ser capaz de garantizar a su ejército todo lo
indispensable y perfeccionar continuamente su material bélico. En todo
el transcurso de la guerra, el enemigo no pudo superar a nuestro
Ejército en la calidad del armamento. Al mismo tiempo, nuestra industria
fortaleció la línea del frente material de guerra en cantidades cada
vez mayores.
El año pasado marcó un punto de inflexión no sólo en el transcurso de
las operaciones militares, sino también en el trabajo de nuestra
retaguardia. Ya no nos enfrentamos con tareas como la evacuación de las
empresas hacia el este y la adaptación de la industria a la producción
de armamentos. El Estado soviético tiene ahora una economía de guerra
eficiente y que crece rapidamente. Por lo tanto, todos los esfuerzos del
pueblo pudieron concentrarse en el aumento de la producción y en la
mejora progresiva del armamento, en particular de los tanques, aviones,
cañones y artillería automotriz. Aquí hemos logrado grandes éxitos. El
Ejército Rojo, con el apoyo de todo el pueblo, recibió regularmente
suministros bélicos y lanzó sobre el enemigo millones de bombas, minas y
proyectiles, derribando en la batalla miles de tanques y aviones. Se
puede decir, con pleno fundamento, que el abnegado trabajo del pueblo
soviético en la retaguardia pasará a la historia, junto con la heroica
lucha del Ejército Rojo, como una hazaña sin precedentes del pueblo en
la defensa de su patria. (Aplausos prolongados.)
Los trabajadores de la Unión Soviética, que en los años de la
construcción pacífica construyeron una poderosa industria socialista
altamente desarrollada durante la Guerra Patria, llevaron a cabo un
intenso y duro trabajo para ayudar al frente, revelando un verdadero
heroísmo en el trabajo.
Todo el mundo sabe que los hitlerianos disponían, para la guerra
contra la URSS, no sólo de la industria altamente desarrollada de
Alemania, sino también de la industria más poderosa de los países
vasallos y ocupados. Sin embargo, los hitlerianos no pudieron mantener
la superioridad cuantitativa del material bélico del que disponían al
comienzo de la guerra contra la Unión Soviética. El hecho de que la
anterior superioridad numérica del enemigo en tanques, aviones, morteros
y armas automáticas fuese liquidada, y de que nuestro ejército no haya
sufrido una seria escasez de armas, municiones y equipos, se debe, en el
primer lugar, al mérito de nuestra clase trabajadora. (Grandes y
prolongados aplausos).
Los campesinos de la Unión Soviética, que en los años de la
construcción pacífica transformaron, sobre la base del régimen
koljosiano, la agricultura atrasada en una agricultura de vanguardia,
han demostrado durante la Guerra Patria un alto grado de conciencia de
los intereses comunes del pueblo. Con el abnegado trabajo de ayudar al
frente, los campesinos soviéticos demostraron que consideran la actual
guerra contra los alemanes como una causa propia, una guerra por su vida
y su libertad.
Es bien sabido que, como resultado de la invasión de las hordas
fascistas, nuestro país fue privado temporalmente de las importantes
zonas agrícolas de Ucrania, del Don y del Kuban. Sin embargo, nuestros
koljoses y sovjoses abastecieron de víveres al ejército y al país sin
ninguna interrupción. Naturalmente que, sin el régimen koljosiano, sin
el abnegado trabajo de los koljosianos y koljosianas, no podríamos haber
resuelto este difícil problema. En el hecho de que, en el tercer año de
guerra, nuestro ejército no tenga escasez de víveres, la población sea
abastecida de víveres y la industria de materias primas, se manifiesta
la fuerza y la vitalidad del régimen koljosiano y el patriotismo de los
campesinos koljosianos. (Aplausos prolongados.)
En la ayuda al frente desempeñó un gran papel nuestro transporte,
principalmente el transporte ferroviario, así como el fluvial, marítimo y
motorizado. Como se sabe, el transporte es un medio de comunicación
importantísimo entre la retaguardia y el frente. Se puede producir una
gran cantidad de armas y municiones, pero si no son enviadas a tiempo al
frente con la ayuda del transporte se convierten en carga inútil para
el frente. Es necesario decir que el transporte desempeña un papel
decisivo en el envío oportuno de armas, de municiones, de víveres, de
equipos, etc. En el hecho de que, a pesar de las dificultades del tiempo
de guerra y de la escasez de combustible, hayamos conseguido
suministrar al frente con todo lo necesario, es obligatorio reconocer el
mérito de nuestros trabajadores y funcionarios del transporte.
(Aplausos prolongados.)
Pero nuestra intelectualidad no va al margen de la clase obrera y del
campesinado en la ayuda al frente. La intelectualidad soviética trabaja
fielmente por la defensa de nuestro país, la mejora continua del
armamento del Ejército Rojo, la tecnología y la organización de la
producción. Ayuda a los trabajadores y a los koljosianos a mejorar la
industria y la agricultura, impulsa, en las condiciones de la guerra,
laciencia y la cultura soviética.
Este honra a nuestra intelectualidad. (Aplausos prolongados.)
Todos los pueblos de la Unión Soviética se han levantado a la vez en
defensa de su patria, considerando, con razón, la actual Guerra Patria
como una causa común de todos los trabajadores, independientemente de la
nacionalidad o las creencias religiosas. Ahora los propios políticos
hitlerianos ven cómo de estúpidos fueron sus planes de discordia y
conflicto entre los pueblos de la Unión Soviética. La amistad de los
pueblos de nuestro país ha resistido todas las dificultades y pruebas de
la guerra y se ha vuelto aún más templado en la lucha común de todos
los pueblos soviéticos contra los invasores fascistas.
En esto reside la fuente de la fuerza de la Unión Soviética. (Grandes y prolongados aplausos).
El Partido de Lenin, el Partido Bolchevique, fue la fuerza dirigente y
guía del pueblo soviético, tanto en los años de la construcción
pacífica como en los días de la guerra. Ningún otro partido ha tenido, o
tiene, entre las masas populares, una autoridad como la de nuestro
Partido Bolchevique. Y esto es natural. Bajo la dirección del Partido
bolchevique, los obreros, campesinos e intelectuales de nuestro país han
conquistado su libertad y han construido la sociedad socialista. En los
días de la Guerra Patria, el Partido se ha presentado ante nosotros
como el inspirador y organizador de la lucha de todo el pueblo contra
los invasores fascistas. El trabajo organizador del Partido se fundió en
un todo y encaminó al objetivo común todos los esfuerzos del pueblo
soviético, subordinando todas nuestras fuerzas y recursos a la causa de
la derrota del enemigo. Durante la guerra, el Partido se identificó aún
más con el pueblo, se unió todavía más estrechamente con las amplias
masas trabajadoras.
En esto reside la fuente de la fuerza de nuestro Estado. (Grandes y prolongados aplausos).
La actual guerra ha confirmado, con todo la fuerza, la conocida
declaración de Lenin de que la guerra es una prueba múltiple de todas
las fuerzas materiales y espirituales de cada pueblo. La historia de las
guerras enseña que a esa prueba sólo resistieron los estados que se
revelaron más fuertes que sus enemigos, en el desarrollo y en la
organización de su economía, en la experiencia, habilidad y espíritu
combativa de sus tropas, en la capacidad de resistencia y unidad del
pueblo durante todo el transcurso de la guerra. Nuestro Estado es
precisamente así.
El Estado soviético nunca fue tan sólido y firme como ahora, en el
tercer año de la Guerra Patriótica. Las lecciones de la guerra muestran
que el régimen soviético mostró ser, no sólo la mejor forma de
organización del desarrollo económico y cultural del país en los años de
la construcción de paz, sino también la mejor forma de movilización de
todas las fuerzas del pueblo para resistir al enemigo en tiempos de
guerra. El poder soviético, creado hace 26 años, transformó nuestro
país, en un breve período histórico, en una fortaleza inexpugnable.
El Ejército Rojo tiene la retaguardia más sólida y más segura de todos los ejércitos del mundo.
En esto reside la fuente de la fuerza de la Unión Soviética. (Grandes y prolongados aplausos).
No hay duda de que el Estado soviético saldrá de la guerra con más
valor y aún más fortalecido. Los invasores alemanes arruinan y devastan
nuestras tierras, tratando de minar el poder de nuestro Estado.
La ofensiva del Ejército Rojo ha puesto de manifiesto, en propociones
aún mayores que antes, el carácter bárbaro de los bandidos del ejército
hitleriano. Los alemanes han exterminado, en nuestros territorios
ocupados por ellos, a cientos de miles de personas de nuestra población
civil. Los malhechores alemanes, como los bárbaros de la Edad Media o
las hordas de Atila, asolan los campos, queman aldeas y ciudades,
destruyen empresas industriales e instituciones culturales. Los crímenes
de los alemanes demuestran la debilidad de los invasores fascistas, ya
que ese procedimiento es propio de los conquistadores efímeros que no
creen en su propia victoria. Y cuanto más desesperada se hace la
situación de los hitlerianos, más feroces son sus atrocidades y saqueos.
Nuestro pueblo no perdonará esos crímenes de los monstruos alemanes.
Obligaremos a los criminales alemanes a responder por todas sus
atrocidades. (Grandes y prolongados aplausos).
En los territorios que temporalmente ocupan los fascistas, tendremos
que restaurar las ciudades, aldeas, fábricas, transportes, granjas
agrícolas y establecimientos culturales destruidos, tendremos que crear
condiciones de vida normales para el pueblo soviético liberado de la
esclavitud fascista. Se desarrolla, ahora mismo, con plena intensidad,
el trabajo de restauración de la economía y de la cultura en las zonas
liberadas. Pero esto es sólo el comienzo. Tenemos que eliminar por
completo, en las zonas liberadas de la ocupación alemana, las
consecuencias de los estragos causados por los alemanes. Esta es una
gran tarea de todo el pueblo. Podemos y debemos hacer frente a esta
difícil tarea en un corto plazo de tiempo.
Traducido por “Cultura Proletaria” de “J. V. Stalin Collected Works”, “Speech at Celebration Meeting of the Moscow Soviet of Working People’s Deputies and Moscow Party and Public Organizations”. 6 de Noviembre de 1943.
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