200 años de Carlos Marx
Estudiar la
guerra civil en Francia:
Enarbolar
la Bandera Roja de la Comuna de París
Núcleo
de Estudios del marxismo-leninismo-maoísmo, Brasil
"¿Qué es la Comuna, esta esfinge que atormenta a los espíritus burgueses?"
Karl Marx
Hoy, con ocasión del aniversario de 147 años de la heroica Comuna de París, y como parte de la Campaña Mundial de celebración de los 200 años de nacimiento del Gran Carlos Marx, publicamos este artículo. En él destacamos el significado e importancia de este gran acontecimiento histórico y la necesidad de estudiar, a la luz del marxismo-leninismo-maoísmo, este imperecedero documento del Movimiento Comunista Internacional, La Guerra Civil en Francia del gran Carlos Marx.
El 18 de marzo de 1871, la Comuna de París, primer intento del proletariado de asaltar los cielos, dio origen a la primera república obrera de la historia. Diez días después de la insurrección popular, el nuevo gobierno revolucionario declaraba la independencia de la Comuna en relación al viejo poder burgués con sede en Versalles.
Fue el heroísmo de los comuneros que, sosteniendo durante 71 días, en París, el poder en manos de las masas proletarias, hizo que la humanidad conozca una nueva forma de Estado: la dictadura del proletariado.
A pesar de la gloriosa lucha que los obreros parisinos emprendieron con las armas en las manos en la defensa del Poder Proletario, enfrentando la más brutal y sanguinaria contrarrevolución, fueron derrotados por las fuerzas militares serviles de la burguesía, de los terratenientes, de los especuladores de la bolsa y de todo tipo de ladrones reunidos en Versalles, que cercaron París y la bombardearon despiadadamente, con el apoyo de las tropas prusianas.
"¿Qué es la Comuna, esta esfinge que atormenta a los espíritus burgueses?"
Karl Marx
Hoy, con ocasión del aniversario de 147 años de la heroica Comuna de París, y como parte de la Campaña Mundial de celebración de los 200 años de nacimiento del Gran Carlos Marx, publicamos este artículo. En él destacamos el significado e importancia de este gran acontecimiento histórico y la necesidad de estudiar, a la luz del marxismo-leninismo-maoísmo, este imperecedero documento del Movimiento Comunista Internacional, La Guerra Civil en Francia del gran Carlos Marx.
El 18 de marzo de 1871, la Comuna de París, primer intento del proletariado de asaltar los cielos, dio origen a la primera república obrera de la historia. Diez días después de la insurrección popular, el nuevo gobierno revolucionario declaraba la independencia de la Comuna en relación al viejo poder burgués con sede en Versalles.
Fue el heroísmo de los comuneros que, sosteniendo durante 71 días, en París, el poder en manos de las masas proletarias, hizo que la humanidad conozca una nueva forma de Estado: la dictadura del proletariado.
A pesar de la gloriosa lucha que los obreros parisinos emprendieron con las armas en las manos en la defensa del Poder Proletario, enfrentando la más brutal y sanguinaria contrarrevolución, fueron derrotados por las fuerzas militares serviles de la burguesía, de los terratenientes, de los especuladores de la bolsa y de todo tipo de ladrones reunidos en Versalles, que cercaron París y la bombardearon despiadadamente, con el apoyo de las tropas prusianas.
El final de la
Comuna de París en mayo de 1871, lejos de significar simplemente una derrota
para la clase obrera, fue un hecho histórico de gran trascendencia, que marcó
para siempre la lucha del proletariado internacional. La
Comuna de París es el primer gran acontecimiento del proceso de la Revolución
Proletaria Mundial y por eso, entorno de la toma de posición sobre ella y su
correcto balance, se separan marxismo y revisionismo.
En el caso de Marx, armado con la ideología científica del proletariado, el materialismo histórico dialéctico, extrae las enseñanzas y el verdadero significado histórico de este grandioso acontecimiento, expuestos en su célebre La Guerra Civil en Francia. Obra, escrita a petición del Consejo General como convocatoria a los miembros de la Asociación Internacional del Trabajo (AIT).
En la introducción publicada en 1891, con ocasión de los veinte años de la Comuna de París, Engels, afirma que pasadas dos décadas y con base en nuevas informaciones obtenidas era necesario "completar un poco" la exposición hecha en Guerra civil en Francia. Junto a esa importante Introducción, Engels también agrega los dos Manifestos del Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores - AIT, sobre la Guerra Franco-Prusiana. Los tres documentos citados, disponibles en prácticamente todas las ediciones, deben ser estudiados como parte de La Guerra Civil en Francia.
Un entusiasta de la Comuna
Algunos meses antes de la revolución en París, en el otoño de 1870, Marx había advertido al proletariado francés de que no debería sublevarse prematuramente, previendo que ésta fracasaría por no contar con un Partido Comunista que la dirija. Sin embargo, cuando la sublevación se produjo, Marx, tomando firme posición de clase, la apoyó incondicionalmente, saludó al proletariado que había osado "asaltar los cielos":
En el caso de Marx, armado con la ideología científica del proletariado, el materialismo histórico dialéctico, extrae las enseñanzas y el verdadero significado histórico de este grandioso acontecimiento, expuestos en su célebre La Guerra Civil en Francia. Obra, escrita a petición del Consejo General como convocatoria a los miembros de la Asociación Internacional del Trabajo (AIT).
En la introducción publicada en 1891, con ocasión de los veinte años de la Comuna de París, Engels, afirma que pasadas dos décadas y con base en nuevas informaciones obtenidas era necesario "completar un poco" la exposición hecha en Guerra civil en Francia. Junto a esa importante Introducción, Engels también agrega los dos Manifestos del Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores - AIT, sobre la Guerra Franco-Prusiana. Los tres documentos citados, disponibles en prácticamente todas las ediciones, deben ser estudiados como parte de La Guerra Civil en Francia.
Un entusiasta de la Comuna
Algunos meses antes de la revolución en París, en el otoño de 1870, Marx había advertido al proletariado francés de que no debería sublevarse prematuramente, previendo que ésta fracasaría por no contar con un Partido Comunista que la dirija. Sin embargo, cuando la sublevación se produjo, Marx, tomando firme posición de clase, la apoyó incondicionalmente, saludó al proletariado que había osado "asaltar los cielos":
"Cuando
la Comuna de París tomó en sus propias manos la dirección de la revolución,
cuando, por primera vez en la historia, simples obreros se atrevieron a violar
el privilegio gubernamental de sus 'superiores naturales' (...) el viejo mundo
se retorció en convulsiones ante
el espectáculo de la bandera roja, símbolo de la repúblkica del trabajo tremolando
sobre o Hotel Le Ville” (p.79 - A Guerra Civil na França, 1871, Marx)
Por medio de cartas e instrucciones verbales que transmitían a los miembros de la AIT, Marx y Engels trataban de orientar a los comuneros, dándoles preciosos consejos. Pero sus indicaciones no siempre llegaban oportunamente a París, pues la ciudad se encontraba sometida a un intenso cerco enemigo.
Además, los miembros de la Comuna, estaban divididos entre una mayoría de blanquistas que prevalecían en el Comité Central de la Guardia Nacional y una minoría de miembros de la AIT, entre los que prevalecían los adeptos de la Escuela socialista de Proudhon. Engels apunta que les correspondió a los proudhonianos la principal responsabilidad por las medidas económicas de la Comuna, mientras que a los blanquistas la principal responsabilidad de las medidas políticas.
"Y, en ambos casos, la ironía de la historia quiso -como sucede generalmente cuando el poder cae en las manos de los doctrinarios- que tanto unos como los otros hicieran lo contrario de lo que la doctrina de su escuela respectiva prescribía. (...) Por eso la Comuna fue la tumba de la escuela proudhoniana del socialismo (...) Esa escuela desapareció de los medios obreros franceses y la teoría de Marx predomina sin discusión” (Engels, Introducción, la guerra civil en Francia).
En la Guerra Civil en Francia Marx definió con aguda claridad el papel de estos elementos oportunistas en el movimiento obrero, demostrando que el movimiento obrero revolucionario en su desarrollo contradictorio y como resultado directo de su acción, acumula lo que Engels llamará "el colosal montón de basura" que necesita ser barrido:
"En todas las revoluciones al lado de los verdaderos revolucionarios, figuran hombres de otra naturaleza. Algunos de ellos, sobrevivientes de revoluciones pasadas, que conservan su devoción por ellas, sin visión del movimiento actual; pero dueños de su influencia sobre el pueblo, por su reconocida honradez y valentía, o simplemente por la fuerza de la tradición; otros, simples charlatanes que, a fuerza de repetir año tras año las mismas declaraciones estereotipadas contra el gobierno del día, obtuvieron por contrabando una reputación de revolucionarios de pura cepa. Después del 18 de marzo salieron también a la superficie hombres de éstos, y en algunos casos lograron desempeñar papeles prominentes. En la medida en que su poder lo permitía, entorpecían la verdadera acción de la clase obrera, lo mismo que otros de su especie entorpecían el desarrollo de todas las revoluciones anteriores. Constituyen un mal inevitable; con el tiempo se les quita de en medio, pero la Comuna no pudo disponer de tiempo "(p.86 - La Guerra Civil en Francia, 1871, Marx).
Carácter internacionalista
Por medio de cartas e instrucciones verbales que transmitían a los miembros de la AIT, Marx y Engels trataban de orientar a los comuneros, dándoles preciosos consejos. Pero sus indicaciones no siempre llegaban oportunamente a París, pues la ciudad se encontraba sometida a un intenso cerco enemigo.
Además, los miembros de la Comuna, estaban divididos entre una mayoría de blanquistas que prevalecían en el Comité Central de la Guardia Nacional y una minoría de miembros de la AIT, entre los que prevalecían los adeptos de la Escuela socialista de Proudhon. Engels apunta que les correspondió a los proudhonianos la principal responsabilidad por las medidas económicas de la Comuna, mientras que a los blanquistas la principal responsabilidad de las medidas políticas.
"Y, en ambos casos, la ironía de la historia quiso -como sucede generalmente cuando el poder cae en las manos de los doctrinarios- que tanto unos como los otros hicieran lo contrario de lo que la doctrina de su escuela respectiva prescribía. (...) Por eso la Comuna fue la tumba de la escuela proudhoniana del socialismo (...) Esa escuela desapareció de los medios obreros franceses y la teoría de Marx predomina sin discusión” (Engels, Introducción, la guerra civil en Francia).
En la Guerra Civil en Francia Marx definió con aguda claridad el papel de estos elementos oportunistas en el movimiento obrero, demostrando que el movimiento obrero revolucionario en su desarrollo contradictorio y como resultado directo de su acción, acumula lo que Engels llamará "el colosal montón de basura" que necesita ser barrido:
"En todas las revoluciones al lado de los verdaderos revolucionarios, figuran hombres de otra naturaleza. Algunos de ellos, sobrevivientes de revoluciones pasadas, que conservan su devoción por ellas, sin visión del movimiento actual; pero dueños de su influencia sobre el pueblo, por su reconocida honradez y valentía, o simplemente por la fuerza de la tradición; otros, simples charlatanes que, a fuerza de repetir año tras año las mismas declaraciones estereotipadas contra el gobierno del día, obtuvieron por contrabando una reputación de revolucionarios de pura cepa. Después del 18 de marzo salieron también a la superficie hombres de éstos, y en algunos casos lograron desempeñar papeles prominentes. En la medida en que su poder lo permitía, entorpecían la verdadera acción de la clase obrera, lo mismo que otros de su especie entorpecían el desarrollo de todas las revoluciones anteriores. Constituyen un mal inevitable; con el tiempo se les quita de en medio, pero la Comuna no pudo disponer de tiempo "(p.86 - La Guerra Civil en Francia, 1871, Marx).
Carácter internacionalista
La Comuna, en
correspondencia con su carácter de clase proletario, demarcó desde el principio
su carácter internacionalista, pues la "bandera de la Comuna es la
bandera de la República Mundial" (p.8). En
medio del cerco prusiano, "nombró a un obrero alemán como Ministro de
Trabajo (...) la Comuna honró a los heroicos hijos de Polonia, colocándolos a
la cabeza de los defensores de París (...) y para marcar nítidamente la nueva
era histórica, que conscientemente se
inauguraba, la Comuna, ante los ojos de los vencedores prusianos, de una parte
y del ejército bonapartista por otro, puso abajo ese símbolo gigantesco de la
gloria guerrera que era la Columna Vendome”.
Marx sintetizó así el deber internacionalista cumplido en la Comuna: "La Comuna concedió a todos los extranjeros el honor de morir por una causa inmortal" (p.82 subrayado nuestro)
El heroísmo revolucionario
En una carta a Kugelmann, aún cuando los combates se desarrollaban en París, Marx destacó el papel del heroísmo y voluntad inquebrantable de los comuneros, "qué iniciativa histórica, qué capacidad de autosacrificio demuestran estos parisinos!", Afirmando que éstas reflejaban "la grandeza de la causa" y que gracias a las mismas, la moral de la clase fue elevada:
"Los canallas burgueses de Versalles (...) plantearon ante los parisinos la alternativa: aceptar el desafío o entregarse sin lucha. La desmoralización de la clase obrera en este último caso habría sido una desgracia mucho mayor que el perecimiento de cualquier número de 'líderes'” (subrayado nuestro).
Con eso Marx nos enseñó que no podemos permitir que la moral de la clase sea mellada, no importa cuántos líderes caigan y que alto precio tenga que ser pagado. Esta preciosa lección nos sirve para aplastar el nuevo revisionismo y su siniestra política de acuerdos de paz y capitulación, enseñando que para "asaltar los cielos" y hacer la revolución hay que estar dispuesto a pagar la cuota, que sólo "quien no teme ser cortado en mil pedazos, desafía al emperador ".
Marx sintetizó así el deber internacionalista cumplido en la Comuna: "La Comuna concedió a todos los extranjeros el honor de morir por una causa inmortal" (p.82 subrayado nuestro)
El heroísmo revolucionario
En una carta a Kugelmann, aún cuando los combates se desarrollaban en París, Marx destacó el papel del heroísmo y voluntad inquebrantable de los comuneros, "qué iniciativa histórica, qué capacidad de autosacrificio demuestran estos parisinos!", Afirmando que éstas reflejaban "la grandeza de la causa" y que gracias a las mismas, la moral de la clase fue elevada:
"Los canallas burgueses de Versalles (...) plantearon ante los parisinos la alternativa: aceptar el desafío o entregarse sin lucha. La desmoralización de la clase obrera en este último caso habría sido una desgracia mucho mayor que el perecimiento de cualquier número de 'líderes'” (subrayado nuestro).
Con eso Marx nos enseñó que no podemos permitir que la moral de la clase sea mellada, no importa cuántos líderes caigan y que alto precio tenga que ser pagado. Esta preciosa lección nos sirve para aplastar el nuevo revisionismo y su siniestra política de acuerdos de paz y capitulación, enseñando que para "asaltar los cielos" y hacer la revolución hay que estar dispuesto a pagar la cuota, que sólo "quien no teme ser cortado en mil pedazos, desafía al emperador ".
Continuando, Marx
estableció el gran papel histórico de la Comuna para la Revolución Mundial. "Afirmó
que por haber" asaltado los cielos "audaz y heroicamente la Comuna
había hecho que la Revolución Mundial entrar en una" nueva fase ", o
sea, con ella el proletariado inicia su proceso de lucha por el poder, entrando
en la etapa de defensa estratégica, afirma que
"gracias a la Comuna de París, la lucha de la clase obrera contra la clase
de los capitalistas y contra el Estado que representa los intereses de ésta entró
en una nueva fase. Sea
cual sea el desenlace inmediato de esta vez, se ha conquistado un nuevo punto
de partida que tiene importancia para la historia de todo el mundo” (subrayado nuestro).
La Violencia Revolucionaria
La Comuna afirmó la necesidad de la violencia revolucionaria y mostró la fuerza de la guerra civil, estableciendo la comprobación práctica del principio marxista según el cual "el poder nace del fusil" y que "sin un ejército popular, el pueblo no tendrá nada". El "fantasma que rondaba Europa", se había convertido en una amenaza real.
Engels en su Introducción, tomando la experiencia de la lucha revolucionaria del proletariado francés, afirmó que "el desarme de los obreros era el primer mandamiento de los burgueses que se encontraban en el timón del Estado. De ahí que después de cada revolución vencida por los obreros, estalla una nueva lucha, que termina con la derrota de éstos” (p.3 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx).
Marx demostró que el núcleo de la política contrarrevolucionaria de Thiers para conjurar y derrotar la revolución era intentar promover el desarme de las masas, "París armada era el único obstáculo serio a que se alzaba en el camino de la conspiración contrarrevolucionaria" (p.56 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx), reafirmando el principio de la violencia revolucionaria afirmó: "París armada era la revolución armada".
Lenin resaltó su importancia para afirmar la guerra civil como el camino para la toma del Poder, al afirmar que "El proletariado ruso recurrió al mismo método de lucha que la Comuna de París fue la primera en utilizar: la guerra civil. (...) el proletariado francés lo demostró por primera vez en la Comuna y el proletariado ruso dio una brillante confirmación”.
La Violencia Revolucionaria
La Comuna afirmó la necesidad de la violencia revolucionaria y mostró la fuerza de la guerra civil, estableciendo la comprobación práctica del principio marxista según el cual "el poder nace del fusil" y que "sin un ejército popular, el pueblo no tendrá nada". El "fantasma que rondaba Europa", se había convertido en una amenaza real.
Engels en su Introducción, tomando la experiencia de la lucha revolucionaria del proletariado francés, afirmó que "el desarme de los obreros era el primer mandamiento de los burgueses que se encontraban en el timón del Estado. De ahí que después de cada revolución vencida por los obreros, estalla una nueva lucha, que termina con la derrota de éstos” (p.3 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx).
Marx demostró que el núcleo de la política contrarrevolucionaria de Thiers para conjurar y derrotar la revolución era intentar promover el desarme de las masas, "París armada era el único obstáculo serio a que se alzaba en el camino de la conspiración contrarrevolucionaria" (p.56 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx), reafirmando el principio de la violencia revolucionaria afirmó: "París armada era la revolución armada".
Lenin resaltó su importancia para afirmar la guerra civil como el camino para la toma del Poder, al afirmar que "El proletariado ruso recurrió al mismo método de lucha que la Comuna de París fue la primera en utilizar: la guerra civil. (...) el proletariado francés lo demostró por primera vez en la Comuna y el proletariado ruso dio una brillante confirmación”.
La dictadura del
proletariado
En su genial síntesis teórica de la experiencia de la Comuna de París, La Guerra Civil en Francia, Carlos Marx consideraba que el principal mérito de los comuneros consistía en que habían intentado, por primera vez en la historia crear un Estado proletario. Todas las revoluciones anteriores no habían ido más allá del simple reordenamiento entre las clases dominantes.
Se limitaban a cambiar una forma de explotación por otra y, en vez de demoler la vieja máquina estatal, se restringían a hacerla pasar de unas manos a otras. Pero la clase obrera, decía Marx, no podía simplemente tomar posesión de la máquina estatal existente y ponerla en funcionamiento para sus propios objetivos.
En su carta a Kugelmann del 12 de abril de 1871, Carlos Marx destacó lo que la Comuna de París había aportado de nuevo a los principios de la lucha revolucionaria: "Si miras el último capítulo de mi El 18 de brumario, constatarás que considero que el próximo experimento de la Revolución Francesa no consistirá más en transferir la maquinaria burocrático-militar de una mano a otra, como se ha hecho hasta entonces, sino en romperla y que ésta es la precondición de toda revolución popular efectiva en el continente”.
La Comuna no sólo demostró en la práctica la justeza de la importantísima tesis formulada por Marx en su obra El 18 Brumario de Luis Bonaparte que afirma la necesidad de destruir previamente la vieja máquina estatal, el viejo Poder, pero predicó la necesidad de construir un nuevo Poder en su lugar, levantando una organización política de nuevo tipo, llamada a sustituir tal máquina.
Engels dice, en su Introducción, que "la Comuna tuvo que reconocer desde el primer momento que la clase obrera, al llegar al Poder, no puede seguir gobernando con la vieja máquina de Estado; que para no perder de nuevo su dominación recién conquistada, la clase obrera tiene que barrer toda la vieja máquina represiva utilizada hasta entonces contra ella” (p.15 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx).
Engels categoricamente sintetizó la experiencia de la Comuna como la expresión más avanzada de la dictadura del proletariado hasta entonces:
"Y he aquí que el filisteo socialdemócrata fue nuevamente tomado de un sano terror con las palabras: dictadura del proletariado. Pues bien, señores, ¿queréis saber cómo es esta dictadura? Miren a la Comuna de París. Tal fue la dictadura del proletariado"(P.18 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx).
Marx y Engels consideraron tan importante esta conclusión, que la introdujeron como única modificación esencial en el documento programático del proletariado, el Manifiesto del Partido Comunista, por medio del prefacio de 1872.
En su genial síntesis teórica de la experiencia de la Comuna de París, La Guerra Civil en Francia, Carlos Marx consideraba que el principal mérito de los comuneros consistía en que habían intentado, por primera vez en la historia crear un Estado proletario. Todas las revoluciones anteriores no habían ido más allá del simple reordenamiento entre las clases dominantes.
Se limitaban a cambiar una forma de explotación por otra y, en vez de demoler la vieja máquina estatal, se restringían a hacerla pasar de unas manos a otras. Pero la clase obrera, decía Marx, no podía simplemente tomar posesión de la máquina estatal existente y ponerla en funcionamiento para sus propios objetivos.
En su carta a Kugelmann del 12 de abril de 1871, Carlos Marx destacó lo que la Comuna de París había aportado de nuevo a los principios de la lucha revolucionaria: "Si miras el último capítulo de mi El 18 de brumario, constatarás que considero que el próximo experimento de la Revolución Francesa no consistirá más en transferir la maquinaria burocrático-militar de una mano a otra, como se ha hecho hasta entonces, sino en romperla y que ésta es la precondición de toda revolución popular efectiva en el continente”.
La Comuna no sólo demostró en la práctica la justeza de la importantísima tesis formulada por Marx en su obra El 18 Brumario de Luis Bonaparte que afirma la necesidad de destruir previamente la vieja máquina estatal, el viejo Poder, pero predicó la necesidad de construir un nuevo Poder en su lugar, levantando una organización política de nuevo tipo, llamada a sustituir tal máquina.
Engels dice, en su Introducción, que "la Comuna tuvo que reconocer desde el primer momento que la clase obrera, al llegar al Poder, no puede seguir gobernando con la vieja máquina de Estado; que para no perder de nuevo su dominación recién conquistada, la clase obrera tiene que barrer toda la vieja máquina represiva utilizada hasta entonces contra ella” (p.15 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx).
Engels categoricamente sintetizó la experiencia de la Comuna como la expresión más avanzada de la dictadura del proletariado hasta entonces:
"Y he aquí que el filisteo socialdemócrata fue nuevamente tomado de un sano terror con las palabras: dictadura del proletariado. Pues bien, señores, ¿queréis saber cómo es esta dictadura? Miren a la Comuna de París. Tal fue la dictadura del proletariado"(P.18 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx).
Marx y Engels consideraron tan importante esta conclusión, que la introdujeron como única modificación esencial en el documento programático del proletariado, el Manifiesto del Partido Comunista, por medio del prefacio de 1872.
Lenin destaca
que estas palabras: "destruir la máquina burocrático-militar del Estado",
"encierra concisamente la enseñanza fundamental del marxismo en el
punto sobre la cuestión de las tareas de la revolución con respecto al Estado".
(Lenin, El Estado y la Revolución) (subrayado nuestro). La Comuna estableció,
la necesidad de destruir previamente el viejo estado, para construir en su
lugar un nuevo, que sirva a sus propios fines, la dictadura del proletariado.
Marx nos demuestra que "el poder estatal centralizado, con sus órganos omnipresentes: el ejército permanente, la policía, la burocracia, el clero y la magistratura - órganos creados de acuerdo con un plan de división sistemática y jerárquica de trabajo viene de los tiempos de la monarquía absoluta y sirvió a la naciente sociedad burguesa como un arma poderosa en sus luchas contra el feudalismo (...) por otra parte su carácter político cambiaba simultáneamente con los cambios económicos operados en la sociedad. Al paso, que se desarrollaban los progresos de la industria moderna, se amplía y profundizaba el antagonismo de clase entre capital y trabajo, de fuerza pública organizada para la esclavización social, de la máquina para el despotismo de clase. "Después de cada revolución que marca un paso adelante en la lucha de clases, se denuncia con rasgos cada vez más destacados el carácter puramente represivos del Poder de Estado." (P.68 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx) (subrayado nuestro) )
Al analizar el desarrollo de la lucha de clases en Francia, especialmente desde 1830, Marx desarrolló los fundamentos de la comprensión marxista del Estado. Marx demostró que el Estado burgués como resultado de su propia naturaleza de clase y del creciente antagonismo de clases en la sociedad se desarrolla a través de un creciente proceso de reaccionarización que se manifiesta en la tendencia al absolutismo del ejecutivo sobre el poder legislativo como expresión de la quiebra del parlamentarismo burgues (alma de la democracia burguesa):
"Ante el amenazante alzamiento del proletariado, se sirvieron del Poder estatal, sin piedad y con ostentación, como de una máquina nacional de guerra del capital contra el trabajo. Pero esa cruzada ininterrumpida contra las masas productoras, les obligaba, no sólo a revestir al Poder Ejecutivo de facultades de represión cada vez mayores, sino al mismo tiempo, deshacer su propio baluarte parlamentario -la Asamblea Nacional- de todos los medios de defensa contra el, Poder Ejecutivo, uno por uno, hasta que ese, en la persona de Luis Bonaparte, le dio un puntapié " (p. 70 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx, subrayado nuestro).
Marx nos demuestra que "el poder estatal centralizado, con sus órganos omnipresentes: el ejército permanente, la policía, la burocracia, el clero y la magistratura - órganos creados de acuerdo con un plan de división sistemática y jerárquica de trabajo viene de los tiempos de la monarquía absoluta y sirvió a la naciente sociedad burguesa como un arma poderosa en sus luchas contra el feudalismo (...) por otra parte su carácter político cambiaba simultáneamente con los cambios económicos operados en la sociedad. Al paso, que se desarrollaban los progresos de la industria moderna, se amplía y profundizaba el antagonismo de clase entre capital y trabajo, de fuerza pública organizada para la esclavización social, de la máquina para el despotismo de clase. "Después de cada revolución que marca un paso adelante en la lucha de clases, se denuncia con rasgos cada vez más destacados el carácter puramente represivos del Poder de Estado." (P.68 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx) (subrayado nuestro) )
Al analizar el desarrollo de la lucha de clases en Francia, especialmente desde 1830, Marx desarrolló los fundamentos de la comprensión marxista del Estado. Marx demostró que el Estado burgués como resultado de su propia naturaleza de clase y del creciente antagonismo de clases en la sociedad se desarrolla a través de un creciente proceso de reaccionarización que se manifiesta en la tendencia al absolutismo del ejecutivo sobre el poder legislativo como expresión de la quiebra del parlamentarismo burgues (alma de la democracia burguesa):
"Ante el amenazante alzamiento del proletariado, se sirvieron del Poder estatal, sin piedad y con ostentación, como de una máquina nacional de guerra del capital contra el trabajo. Pero esa cruzada ininterrumpida contra las masas productoras, les obligaba, no sólo a revestir al Poder Ejecutivo de facultades de represión cada vez mayores, sino al mismo tiempo, deshacer su propio baluarte parlamentario -la Asamblea Nacional- de todos los medios de defensa contra el, Poder Ejecutivo, uno por uno, hasta que ese, en la persona de Luis Bonaparte, le dio un puntapié " (p. 70 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx, subrayado nuestro).
Marx nos señala
que el Segundo Imperio era la única forma de gobierno en el momento en que la
burguesía perdió la facultad de gobernar y que la clase obrera no la había
adquirido todavía y que por lo tanto la única forma de oposición consecuente al
Segundo Imperio -
en cuanto forma degenerada y superior de la democracia burguesa - era barrer
con la propia dominación de clase y su vieja maquinaria burocrática, en vez de
"decidir una vez cada tres o seis años que miembros de la clase
dominante van a aplastar al pueblo en el parlamento", por
lo tanto "la antítesis más directa del Imperio era la Comuna"
(p.71 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx). Así,
la Comuna no sería un órgano parlamentario, sino una corporación de trabajo,
ejecutiva y legislativa al mismo tiempo.
Lenin apuntó que la Comuna fue un brillante ejemplo de cómo el proletariado "sabe cumplir unánime las tareas democráticas que la burguesía sólo sabía proclamar" (Lenin, Enseñanzas de la Comuna). Al analizar las medidas sociales y económicas adoptadas por los trabajadores parisinos en La Guerra Civil en Francia, Marx destacaba la idea de que, por más tímidas que hubieran sido esas medidas, su tendencia principal era la expropiación de los expropiadores:
"La Comuna estaba formada por consejeros municipales, elegidos por sufragio universal en los diversos distritos de la ciudad, responsables y con mandatos revocables en cualquier momento. La mayoría de sus miembros estaba naturalmente formada de obreros o representantes incontestables de la clase obrera. La Comuna debía ser no un cuerpo parlamentario, sino un órgano de trabajo, Ejecutivo y Legislativo al mismo tiempo. En vez de seguir siendo el agente del gobierno central, la policía fue inmediatamente despojada de sus atributos políticos y convertida en agente de la Comuna, responsable y sustituible en cualquier momento. Lo mismo se hizo en relación con los funcionarios de todas las demás ramas de la administración. De los miembros de la Comuna hasta los puestos inferiores, el servicio público tenía que ser remunerado con salarios de obreros. Los derechos adquiridos y los gastos de representación de los altos dignatarios del Estado desaparecieron con los propios altos dignatarios "(La guerra civil en Francia, 1871, Marx).
Marx destacó cómo la Comuna, aunque en su corta duración, pudo tomar medidas importantes: tomó medidas para "destruir la fuerza espiritual de la represión", el "poder de los curas", decretando la separación de la Iglesia y del Estado y la expropiación de todas las Iglesias como corporaciones poseedoras. Todas las instituciones de enseñanza se abrieron gratuitamente al pueblo y al mismo tiempo emancipadas de toda intromisión de la Iglesia. Los funcionarios judiciales debían perder "aquella fingida independencia" y así como otros funcionarios públicos deberían ser funcionarios electivos, responsables y revocables. Sin embargo, la Comuna, por su corta duración y por las insuficiencias de su dirección, no pudo desarrollar más la forma que debería revestir esa nueva forma de Estado y gobierno, tarea que sólo pudo cumplirse con la Gran Revolución Socialista de Octubre.
Lenin apuntó que la Comuna fue un brillante ejemplo de cómo el proletariado "sabe cumplir unánime las tareas democráticas que la burguesía sólo sabía proclamar" (Lenin, Enseñanzas de la Comuna). Al analizar las medidas sociales y económicas adoptadas por los trabajadores parisinos en La Guerra Civil en Francia, Marx destacaba la idea de que, por más tímidas que hubieran sido esas medidas, su tendencia principal era la expropiación de los expropiadores:
"La Comuna estaba formada por consejeros municipales, elegidos por sufragio universal en los diversos distritos de la ciudad, responsables y con mandatos revocables en cualquier momento. La mayoría de sus miembros estaba naturalmente formada de obreros o representantes incontestables de la clase obrera. La Comuna debía ser no un cuerpo parlamentario, sino un órgano de trabajo, Ejecutivo y Legislativo al mismo tiempo. En vez de seguir siendo el agente del gobierno central, la policía fue inmediatamente despojada de sus atributos políticos y convertida en agente de la Comuna, responsable y sustituible en cualquier momento. Lo mismo se hizo en relación con los funcionarios de todas las demás ramas de la administración. De los miembros de la Comuna hasta los puestos inferiores, el servicio público tenía que ser remunerado con salarios de obreros. Los derechos adquiridos y los gastos de representación de los altos dignatarios del Estado desaparecieron con los propios altos dignatarios "(La guerra civil en Francia, 1871, Marx).
Marx destacó cómo la Comuna, aunque en su corta duración, pudo tomar medidas importantes: tomó medidas para "destruir la fuerza espiritual de la represión", el "poder de los curas", decretando la separación de la Iglesia y del Estado y la expropiación de todas las Iglesias como corporaciones poseedoras. Todas las instituciones de enseñanza se abrieron gratuitamente al pueblo y al mismo tiempo emancipadas de toda intromisión de la Iglesia. Los funcionarios judiciales debían perder "aquella fingida independencia" y así como otros funcionarios públicos deberían ser funcionarios electivos, responsables y revocables. Sin embargo, la Comuna, por su corta duración y por las insuficiencias de su dirección, no pudo desarrollar más la forma que debería revestir esa nueva forma de Estado y gobierno, tarea que sólo pudo cumplirse con la Gran Revolución Socialista de Octubre.
Como resultado de
la experiencia de la Comuna de París, la doctrina científica del proletariado
fue enriquecida con la lección de que la máquina del Estado debe ser destruida,
con todos sus apéndices y, en su lugar, erigida una nueva, la dictadura
proletaria. Y
vino a primer plano la cuestión teórica de que no basta con tomar el Poder,
sino que se trata de destruir toda la vieja maquinaria burocrática-militar,
erigir una nueva organización estatal correspondiente al nuevo Poder y, sobre
todo mantenerlo y consolidarlo .
Lecciones históricas para el proletariado
En el momento en que la Comuna de París aún estaba luchando Marx supo ver su importancia histórica, exponiendo sus errores fundamentales y sacando conclusiones de suma trascendencia para la teoría y táctica revolucionaria del proletariado.
Sobre todo la Comuna confirma la conclusión de que en toda la experiencia histórica de las luchas del proletariado y de las masas populares, para el triunfo o derrota de la revolución proletaria, el factor decisivo ha sido el Partido Comunista y la condición de que prevalezca en él una línea ideológico-política correcta o errónea.
Karl Marx nos mostró que fue, sobre todo en la ausencia del partido revolucionario único del proletariado y de su dirección absoluta, así como que en la falta de comprensión de la necesaria dictadura de clase revolucionaria, en todos los terrenos, sobre la burguesía y demás clases explotadoras derribadas del Poder, que se encontraban las causas principales de su derrota.
Durante su intercambio de correspondencias con Kugelmann, el 12 de abril de 1871, Marx apuntó los errores fatales de los comuneros: 1) Se debería haber emprendido inmediatamente la ofensiva contra Versalles, mientras el enemigo estaba en pánico y no había tenido tiempo de concentrar sus fuerzas. Esta ocasión se dejó escapar; 2) El Comité Central renunció demasiado rápido a sus poderes para ceder lugar a la Comuna.
Marx apuntó, un error decisivo del Comité Central, precisamente en la "su repugnancia en aceptar la Guerra Civil (...) en no marchar inmediatamente sobre Versalles", lo que significaba desarrollar decididamente la Guerra civil revolucionaria y llevar la revolución a todo país. En vez de coronar su victoria en París, desarrollando una resuelta ofensiva sobre Versalles la Comuna tardó, dando tiempo para que Versalles se preparara, reuniendo fuerzas para la ofensiva sangrienta de mayo.
Lecciones históricas para el proletariado
En el momento en que la Comuna de París aún estaba luchando Marx supo ver su importancia histórica, exponiendo sus errores fundamentales y sacando conclusiones de suma trascendencia para la teoría y táctica revolucionaria del proletariado.
Sobre todo la Comuna confirma la conclusión de que en toda la experiencia histórica de las luchas del proletariado y de las masas populares, para el triunfo o derrota de la revolución proletaria, el factor decisivo ha sido el Partido Comunista y la condición de que prevalezca en él una línea ideológico-política correcta o errónea.
Karl Marx nos mostró que fue, sobre todo en la ausencia del partido revolucionario único del proletariado y de su dirección absoluta, así como que en la falta de comprensión de la necesaria dictadura de clase revolucionaria, en todos los terrenos, sobre la burguesía y demás clases explotadoras derribadas del Poder, que se encontraban las causas principales de su derrota.
Durante su intercambio de correspondencias con Kugelmann, el 12 de abril de 1871, Marx apuntó los errores fatales de los comuneros: 1) Se debería haber emprendido inmediatamente la ofensiva contra Versalles, mientras el enemigo estaba en pánico y no había tenido tiempo de concentrar sus fuerzas. Esta ocasión se dejó escapar; 2) El Comité Central renunció demasiado rápido a sus poderes para ceder lugar a la Comuna.
Marx apuntó, un error decisivo del Comité Central, precisamente en la "su repugnancia en aceptar la Guerra Civil (...) en no marchar inmediatamente sobre Versalles", lo que significaba desarrollar decididamente la Guerra civil revolucionaria y llevar la revolución a todo país. En vez de coronar su victoria en París, desarrollando una resuelta ofensiva sobre Versalles la Comuna tardó, dando tiempo para que Versalles se preparara, reuniendo fuerzas para la ofensiva sangrienta de mayo.
Engels afirmó
que las jornadas de junio de 1848, cuando tras la derrota del proletariado la
burguesía había promovido un odioso baño de sangre contra prisioneros
indefensos, no había sido más que una "broma de niños", comparado al
frenesí sangriento de la burguesía en 1871 que llevó al fusilamiento de más de
30.000 personas. Este terrible baño de sangre había hecho con que el
proletariado, que hasta entonces sólo había conocido a la burguesía como fuerza
revolucionaria, la conociera por primera vez unida en su saña reaccionaria en
la contrarrevolución.
"El hecho sin precedente, de que después de la guerra más tremenda de los tiempos modernos, el ejército vencedor y el vencido confraternizen en la matanza común del proletariado, no representa, como cree Bismarck, el aplastamiento definitivo de la nueva sociedad que avanza, sino el desmoronamiento completo de la sociedad burguesa "(p.103 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx)
Lenin, sintetizando a Marx, nos apuntó dos errores fundamentales en el balance de la Comuna. El primero de ellos, de carácter político, es que el proletariado se detuvo "a mitad del camino", no iniciando la "expropiación de los expropiadores", no se apropió de instituciones como por ejemplo el Banco de Francia, que increíblemente no fue tocado. La segunda de carácter ideológico: la magnanimidad del proletariado ante el enemigo y la indulgencia ante sus acciones criminales.
En cuanto a Versalles promovía el terror blanco contra la Comuna, con el asesinato de miembros Guardia Nacional desarmados, fusilamientos de prisioneros de guerra y civiles desarmados, el Comité Central vacilaba en responder medida por medida, en oponer el "terror rojo" al "terror blanco" "Esta indulgencia del Comité Central, esa magnanimidad de los obreros armados que contrastaban tan abiertamente con los hábitos del 'Partido del Orden” (p.62 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx).
Sólo el 7 de abril, cuando la Comuna publicó decreto ordenando represalias y declarando que era "su deber para proteger París contra las hazañas canibalescas de los bandidos de Versalles, exigiendo ojo por ojo, diente por diente", que los fusilamientos de prisioneros cesaron temporalmente . Sin embargo, cuando Versalles constató que el decreto era sólo una "amenaza inofensiva", y que "se respetaba la vida hasta de sus gendarmes espías detenidos en París bajo el disfraz de guardas nacionales y hasta los sergentes de ville detenidos con bombas incendiarias, los fusilamientos de prisioneros se reanudaron y prosiguieron hasta el final.” (p.66 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx).
"El hecho sin precedente, de que después de la guerra más tremenda de los tiempos modernos, el ejército vencedor y el vencido confraternizen en la matanza común del proletariado, no representa, como cree Bismarck, el aplastamiento definitivo de la nueva sociedad que avanza, sino el desmoronamiento completo de la sociedad burguesa "(p.103 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx)
Lenin, sintetizando a Marx, nos apuntó dos errores fundamentales en el balance de la Comuna. El primero de ellos, de carácter político, es que el proletariado se detuvo "a mitad del camino", no iniciando la "expropiación de los expropiadores", no se apropió de instituciones como por ejemplo el Banco de Francia, que increíblemente no fue tocado. La segunda de carácter ideológico: la magnanimidad del proletariado ante el enemigo y la indulgencia ante sus acciones criminales.
En cuanto a Versalles promovía el terror blanco contra la Comuna, con el asesinato de miembros Guardia Nacional desarmados, fusilamientos de prisioneros de guerra y civiles desarmados, el Comité Central vacilaba en responder medida por medida, en oponer el "terror rojo" al "terror blanco" "Esta indulgencia del Comité Central, esa magnanimidad de los obreros armados que contrastaban tan abiertamente con los hábitos del 'Partido del Orden” (p.62 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx).
Sólo el 7 de abril, cuando la Comuna publicó decreto ordenando represalias y declarando que era "su deber para proteger París contra las hazañas canibalescas de los bandidos de Versalles, exigiendo ojo por ojo, diente por diente", que los fusilamientos de prisioneros cesaron temporalmente . Sin embargo, cuando Versalles constató que el decreto era sólo una "amenaza inofensiva", y que "se respetaba la vida hasta de sus gendarmes espías detenidos en París bajo el disfraz de guardas nacionales y hasta los sergentes de ville detenidos con bombas incendiarias, los fusilamientos de prisioneros se reanudaron y prosiguieron hasta el final.” (p.66 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx).
Con esas
preciosas enseñanzas Marx nos aportó una lección de gran importancia y
trascendencia para el proletariado internacional: “no ser magnánimos con
el enemigo de clase, no ser indulgentes con la contrarrevolución”.
(subrayado nuestro)
Afirmación definitiva del marxismo en el movimiento obrero
La guerra civil en Francia, importantísimo documento político de la Internacional, ha provisto al proletariado internacional con la experiencia de la Comuna y ha sido una brillante demostración de la victoria ideológica del marxismo sobre todas las variantes del socialismo premarxista. "Al final del primer período (1848-1871), período de tempestades y revoluciones, muere (grifo del autor) el socialismo premarxista.". (Lenin, Vicisitudes históricas de la doctrina de Karl Marx). Esta genial síntesis de la experiencia de la Comuna tuvo particular importancia en la lucha contra los ideólogos de la pequeña burguesía que negaban la necesidad de la dictadura del proletariado.
Conforme a lo que resalta Lenin en El Estado y la Revolución: "Aunque el movimiento revolucionario de las masas falló a su objetivo, Marx vio en él una experiencia histórica de enorme importancia, un paso adelante en la revolución proletaria universal, un intento práctico más importante que cientos de programas y argumentos. Analizar esa experiencia, recoger en ella lecciones de táctica y someter a prueba su teoría, he aquí la tarea que Marx se impuso”.
En la Conferencia de Londres de 1871, refiriéndose a la Comuna de París, Marx y Engels demostraron cuán inútil sería renunciar a la lucha política e hicieron ver la necesidad de formar un partido obrero revolucionario que sería la fuerza dirigente del proletariado en su lucha por el socialismo . Como resultado de la Conferencia, ésta aprobó una resolución sobre la lucha política de la clase obrera, subrayando que el proletariado no podría actuar como clase contra el poder colectivo de las clases poseedoras si no organizaba su propio partido político, necesario para asegurar el triunfo de la revolución social y, alcanzar su meta: la supresión de las clases.
Contraponiendo las maquinaciones que los anarquistas hacían para minar la disciplina de la Internacional y convertir al Consejo General en un simple organismo de carácter informativo, la Conferencia dejó bien claro en varias resoluciones que el Consejo General era, más que nunca, el centro ideológico, el Estado Mayor del proletariado internacional.
Afirmación definitiva del marxismo en el movimiento obrero
La guerra civil en Francia, importantísimo documento político de la Internacional, ha provisto al proletariado internacional con la experiencia de la Comuna y ha sido una brillante demostración de la victoria ideológica del marxismo sobre todas las variantes del socialismo premarxista. "Al final del primer período (1848-1871), período de tempestades y revoluciones, muere (grifo del autor) el socialismo premarxista.". (Lenin, Vicisitudes históricas de la doctrina de Karl Marx). Esta genial síntesis de la experiencia de la Comuna tuvo particular importancia en la lucha contra los ideólogos de la pequeña burguesía que negaban la necesidad de la dictadura del proletariado.
Conforme a lo que resalta Lenin en El Estado y la Revolución: "Aunque el movimiento revolucionario de las masas falló a su objetivo, Marx vio en él una experiencia histórica de enorme importancia, un paso adelante en la revolución proletaria universal, un intento práctico más importante que cientos de programas y argumentos. Analizar esa experiencia, recoger en ella lecciones de táctica y someter a prueba su teoría, he aquí la tarea que Marx se impuso”.
En la Conferencia de Londres de 1871, refiriéndose a la Comuna de París, Marx y Engels demostraron cuán inútil sería renunciar a la lucha política e hicieron ver la necesidad de formar un partido obrero revolucionario que sería la fuerza dirigente del proletariado en su lucha por el socialismo . Como resultado de la Conferencia, ésta aprobó una resolución sobre la lucha política de la clase obrera, subrayando que el proletariado no podría actuar como clase contra el poder colectivo de las clases poseedoras si no organizaba su propio partido político, necesario para asegurar el triunfo de la revolución social y, alcanzar su meta: la supresión de las clases.
Contraponiendo las maquinaciones que los anarquistas hacían para minar la disciplina de la Internacional y convertir al Consejo General en un simple organismo de carácter informativo, la Conferencia dejó bien claro en varias resoluciones que el Consejo General era, más que nunca, el centro ideológico, el Estado Mayor del proletariado internacional.
Fue tomando las
enseñanzas de Marx sobre la Comuna de París que el proletariado ruso, bajo la
dirección del Partido Bolchevique y la jefatura de Lenin, triunfó con la Gran
Revolución Socialista de Octubre de 1917, construyendo el Poder Soviético, como
verdadero continuador de la Comuna. Los
soviets, fueron la forma superior de organización, a través de la cual se alzó
la dictadura del proletariado, basada en la alianza obrero-campesina, uniendo a
las masas trabajadoras y explotadas más atrasadas y dispersas, con las que se
aseguró el paso ininterrumpido de la revolución democrático- burguesa para
la revolución socialista.
Cuando las masas, guiadas por el Presidente Mao Tsetung y bajo la dirección del Partido Comunista tomaron el poder en China, fue la experiencia de la Comuna tal que sintetizada por Marx y desarrollada por Lenin, en la forma de los Soviets que sirvió de base para la estructuración de la nueva, sociedad en la República Popular de China. Como afirmó el Presidente Mao en noviembre de 1958:
"¿Cuál es la naturaleza de la comuna popular? Esta es la unidad de base de la estructura social china que reúne a obreros, campesinos, soldados, intelectuales y comerciantes. Actualmente constituye la organización administrativa de base. La comuna popular es la mejor forma de organización para la realización de los dos pasos: el paso del socialismo de hoy al sistema general de la propiedad de todo el pueblo, y el paso del sistema general de la propiedad de todo el pueblo al comunismo. Después de esos pasos, la comuna popular constituirá la estructura de base de la sociedad comunista.
Y, más tarde, durante la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP), el gran y más alto marco de la revolución proletaria mundial, fueron los Comités Revolucionarios de triple integración, los nuevos órganos de Poder que se constituyeron como los continuadores de la Comuna.
Los Comités Revolucionarios de triple integración fueron originarios de la tenaz lucha impulsada y dirigida por el Presidente Mao Tsetung contra la restauración capitalista, a través del cual millones de masas tomaron en sus manos los asuntos del Estado, los problemas políticos, militares, culturales, relativos a la producción, etc., y derribaron a los representantes de la burguesía que se habían incrustado en el Partido, en el Ejército Popular de Liberación y en el Estado, impidiendo por 10 años la restauración capitalista en China.
Cuando las masas, guiadas por el Presidente Mao Tsetung y bajo la dirección del Partido Comunista tomaron el poder en China, fue la experiencia de la Comuna tal que sintetizada por Marx y desarrollada por Lenin, en la forma de los Soviets que sirvió de base para la estructuración de la nueva, sociedad en la República Popular de China. Como afirmó el Presidente Mao en noviembre de 1958:
"¿Cuál es la naturaleza de la comuna popular? Esta es la unidad de base de la estructura social china que reúne a obreros, campesinos, soldados, intelectuales y comerciantes. Actualmente constituye la organización administrativa de base. La comuna popular es la mejor forma de organización para la realización de los dos pasos: el paso del socialismo de hoy al sistema general de la propiedad de todo el pueblo, y el paso del sistema general de la propiedad de todo el pueblo al comunismo. Después de esos pasos, la comuna popular constituirá la estructura de base de la sociedad comunista.
Y, más tarde, durante la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP), el gran y más alto marco de la revolución proletaria mundial, fueron los Comités Revolucionarios de triple integración, los nuevos órganos de Poder que se constituyeron como los continuadores de la Comuna.
Los Comités Revolucionarios de triple integración fueron originarios de la tenaz lucha impulsada y dirigida por el Presidente Mao Tsetung contra la restauración capitalista, a través del cual millones de masas tomaron en sus manos los asuntos del Estado, los problemas políticos, militares, culturales, relativos a la producción, etc., y derribaron a los representantes de la burguesía que se habían incrustado en el Partido, en el Ejército Popular de Liberación y en el Estado, impidiendo por 10 años la restauración capitalista en China.
Como dijo Lenin:
"La causa de la Comuna es la causa de la revolución social, es la causa
de la completa emancipación política y económica de los trabajadores, es la
causa del proletariado mundial. Y
en ese sentido es inmortal". Por eso, al concluir este artículo,
reafirmamos las palabras proféticas de Marx al concluir la guerra civil en
Francia:
"El París de los obreros, con su Comuna, será eternamente enaltecida como heraldo glorioso de una nueva sociedad. Sus mártires tienen su santuario en el corazón de la clase obrera ". (p.105 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx)
Notas:
1 - Proudhonistas: nombre dado a los seguidores del ideólogo pequeñoburgués Pierre Joseph Proudhon. No comprendían el papel histórico y el significado del proletariado, negaban la lucha de clases, la revolución proletaria, la dictadura del proletariado y, como anarquistas, negaban también la necesidad del Estado. La lucha determinada de Karl Marx y F. Engels y sus partidarios contra el proudhonismo terminó con la completa victoria del marxismo en la I Internacional.
2 - Blanquistas: adeptos de la corriente del movimiento socialista francés dirigida por Louis-Auguste Blanqui (1805-1881), representante del comunismo utópico. Los blanquistas negaban la lucha de clases y creían que la "humanidad se liberaría de la esclavitud asalariada gracias a la conspiración de una pequeña minoría de intelectuales", según bien caracterizado por Lenin. Sustituyeron la actividad del partido revolucionario por la de un grupo secreto de conspiradores, no tenían en cuenta la situación concreta necesaria para la victoria de la insurrección y despreciaban los vínculos con las masas.
Referencias:
* Las notas marcadas con el número de página corresponden a la edición en lengua española La guerra civil en Francia, publicada por Ediciones Lenguas Estrangeras, Pekin.
1 - K. Marx, F. Engels, Cartas escogidas, p. 263, Ed. 1953.
2 - Lenin, I.V., El Estado y la revolución, Obras, Lisboa / Moscú, Editorial Avante / Problemas Progreso, t. 2, 1977.
4- V. I. Lenin, Obras, t. 18, p. 545, 4ª ed. en ruso.
5 - K. Marx, La guerra civil en Francia, Editorial Avante, 1984
6 - E. Stepanova, Karl Marx - Bosquejo biográfico, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Moscú, 1954.
"El París de los obreros, con su Comuna, será eternamente enaltecida como heraldo glorioso de una nueva sociedad. Sus mártires tienen su santuario en el corazón de la clase obrera ". (p.105 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx)
Notas:
1 - Proudhonistas: nombre dado a los seguidores del ideólogo pequeñoburgués Pierre Joseph Proudhon. No comprendían el papel histórico y el significado del proletariado, negaban la lucha de clases, la revolución proletaria, la dictadura del proletariado y, como anarquistas, negaban también la necesidad del Estado. La lucha determinada de Karl Marx y F. Engels y sus partidarios contra el proudhonismo terminó con la completa victoria del marxismo en la I Internacional.
2 - Blanquistas: adeptos de la corriente del movimiento socialista francés dirigida por Louis-Auguste Blanqui (1805-1881), representante del comunismo utópico. Los blanquistas negaban la lucha de clases y creían que la "humanidad se liberaría de la esclavitud asalariada gracias a la conspiración de una pequeña minoría de intelectuales", según bien caracterizado por Lenin. Sustituyeron la actividad del partido revolucionario por la de un grupo secreto de conspiradores, no tenían en cuenta la situación concreta necesaria para la victoria de la insurrección y despreciaban los vínculos con las masas.
Referencias:
* Las notas marcadas con el número de página corresponden a la edición en lengua española La guerra civil en Francia, publicada por Ediciones Lenguas Estrangeras, Pekin.
1 - K. Marx, F. Engels, Cartas escogidas, p. 263, Ed. 1953.
2 - Lenin, I.V., El Estado y la revolución, Obras, Lisboa / Moscú, Editorial Avante / Problemas Progreso, t. 2, 1977.
4- V. I. Lenin, Obras, t. 18, p. 545, 4ª ed. en ruso.
5 - K. Marx, La guerra civil en Francia, Editorial Avante, 1984
6 - E. Stepanova, Karl Marx - Bosquejo biográfico, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Moscú, 1954.
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