Femenino, La Rebelión se Justifica N°16
El 8M, fecha de lucha, fue impulsada por primera vez en 1910 por Clara Zetkin, dirigenta comunista de Alemania, levantando a las mujeres oprimidas del mundo.
En un 8M siete años después, el pueblo ruso desbordó en una gran huelga general contra el zarismo,
la cual desató intensos meses de lucha que culminaron en la Gran
Revolución Socialista de Octubre. Desde entonces, el 8M se levanta como
el Día Internacional de la Mujer Proletaria, carácter de clase que la
reacción le ha intentado quitar.
Este 8M encuentra al movimiento femenino de nuestro país en alza,
lo que se observa en las masivas convocatorias a protestas femeninas;
la creciente participación de las mujeres en sindicatos, huelgas, tomas
de tierras y todo tipo de luchas reivindicativas en las que cada vez más
compañeras se atreven a dirigir; la enorme cantidad de organizaciones
que despliegan mujeres, e incluso la lucha dentro de organizaciones que
las compañeras se atreven a denunciar. Esto demuestra que la mujer tiene
ganas de luchar y desatar su furia revolucionaria.
Por lo tanto, como FERP tenemos la tarea de impulsar y bregar por dirigir el movimiento femenino
hacia la verdadera emancipación de la mujer, lucha que el oportunismo y
el revisionismo del feminismo burgués y pequeño burgués estanca a
través de la farsa electoral o protocolos burocráticos,
negociaciones por migajas e impulsando consignas superficiales como
Niunamenos, Metoo, etc.
Así reducen el problema femenino sólo al creciente problema del abuso sexual,
que en los últimos 10 años han significado más de 50.000 denuncias por
violación (considerando que solo un 10% de los casos es denunciado), de
las cuales este viejo Estado solo ha abordado un 13%.
Si las revolucionarias no movilizan, politizan y organizan a las mujeres, lo harán oportunistas y las corporaciones del viejo Estado (Servicio Nacional de la Mujer, ley de cuotas, etc.).
Como organización revolucionaria nos basamos en la línea política del Movimiento Femenino Popular (MFP),
sin embargo, aún no hemos logrado plasmarla orgánicamente, tarea que
asumimos firmemente, comprendiendo su necesidad y que es una lucha
prolongada, cuestión que se irá resolviendo únicamente con la aplicación
creadora del maoísmo, especificamente el MFP.
Se avanzará en esta tarea mientras más compañeras tomen con firmeza la dirección en la lucha por el poder para la clase,
siendo las mujeres quienes levanten las banderas rojas del MFP,
cuestión que debe estar siempre presente. Pues, entendemos que la
emancipación de la mujer solo será alcanzada por ella misma y en
conjunto con la de toda la clase.
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