Foto. Norman Bethune. |
Norman
Bethune
Médico
canadiense. Participó en la guerra revolucionaria de España
como miembro del batallón Mackenzie-Papineau de las Brigadas
Internacionales.
Participó
en la I Guerra Mundial como cirujano y allí se formó en las
técnicas de asistencia sanitaria en los frentes de batalla. Tras
finalizar la guerra continuó su actividad profesional, modificó y
creó un nuevo material quirúrgico, modernizó y adaptó nuevas
técnicas en el transporte de las unidades de sangre y en las
transfusiones que supusieron una revolución en la medicina de la
época. Pero también luchó siempre por la implantación de una
asistencia sanitaria gratuita para los más desfavorecidos y en la
que tuvieran derecho a atención y tratamiento todas las clases
sociales. Paralelamente profundizó en los problemas socioeconómicos
de la enfermedad y llegó a la conclusión de que: “La
tuberculosis causa más muertes por falta de dinero que por falta de
resistencia a la enfermedad: el pobre muere porque no puede pagarse
la vida.”
Dibujo. (Norman Bethune haciendo una transfusión de sangre) |
En
1935 se afilió al Partido Comunista de Canadá. Ese mismo año
viajó a la Unión Soviética para aprender de la experiencia que
allí habían obtenido tras la revolución. Al año siguiente llegó
a España como miembro de las Brigadas Internacionales y aquí
usó su experiencia en la asistencia quirúrgica en los campos de
batalla y todas las innovaciones para la atención de los
combatientes antifascistas. Dirigió una unidad móvil sanitaria que
actuó en los frentes de guerra y en la evacuación de la población
de Málaga. Aquí fue testigo de uno de los episodios más dramáticos
y crueles: la masacre y asesinato de miles de personas en la
carretera que une Málaga y Almería que huían de la represión
fascista. Su testimonio quedó recogido en el escrito El crimen
del camino Málaga-Almería, publicado en varios idiomas.
En
1937 cuando Canadá adoptó la política de No intervención, volvió
a su país, desarrollando una importante labor en la denuncia de los
crímenes fascistas y recaudando fondos y voluntarios.
En 1938 se marchó a China para ayudar al Ejército Popular en la
lucha contra la invasión del imperialismo japonés. Murió el 12 de
noviembre de 1939, al contraer una infección mientras practicaba una
intervención quirúrgica de urgencia.
En memoria de Norman Bethune
Mao
Tse Tung - 21 diciembre 1939
“El
camarada Bethune era miembro del Partido Comunista de Canadá. Tenía
unos cincuenta años cuando, enviado por el Partido Comunista de
Canadá y de los Estados Unidos, vino a China, recorriendo miles de
kilómetros, para ayudarnos en nuestra Guerra de Resistencia contra
el Japón. (...)
¿Qué
espíritu impulsa a un extranjero a entregarse sin ningún móvil
personal a la causa de la liberación del pueblo chino como a la suya
propia? El espíritu del internacionalismo, el espíritu del
comunismo, que todos los comunistas chinos debemos asimilar. El
leninismo enseña que la revolución mundial sólo puede triunfar si
el proletariado de los países capitalistas apoya la lucha liberadora
de los pueblos coloniales y semicoloniales, y si el proletariado de
las colonias y semicolonias apoya la lucha liberadora
del proletariado de los países capitalistas. El camarada Bethune
puso en práctica esta línea leninista.
Los
comunistas chinos también debemos atenernos a ella en nuestra
práctica. Debemos unirnos con el proletariado de todos los países
capitalistas, con el proletariado del Japón, Inglaterra, Estados
Unidos, Alemania, Italia y demás países capitalistas; sólo así se
podrá derrocar al imperialismo y alcanzar la liberación de nuestra
nación y nuestro pueblo y de las otras naciones y pueblos del mundo.
Este es nuestro internacionalismo, el internacionalismo que oponemos
al nacionalismo y al patriotismo estrecho. El espíritu del camarada
Bethune de total dedicación a los demás sin la menor preocupación
por sí mismo, se expresaba en su infinito sentido de responsabilidad
en el trabajo y en su infinito cariño por los camaradas y el pueblo.
Todo comunista debe seguir su ejemplo. (…)
El
camarada Bethune era médico. Dedicado al arte de curar,
perfeccionaba constantemente su técnica; se distinguía por su
maestría en el servicio médico del VIII Ejército. Esto constituye
una excelente lección para aquellos que quieren cambiar de trabajo
apenas ven otro nuevo, y para quienes menosprecian el trabajo técnico
considerándolo sin importancia ni futuro. (...)
El
homenaje que todos rendimos a su memoria demuestra cuán hondamente
su espíritu inspira a cada uno de nosotros. Todos debemos aprender
de su desinterés absoluto. Quien posea este espíritu puede ser muy
útil al pueblo. La capacidad de un hombre puede ser grande o
pequeña, pero basta con que tenga este espíritu para que sea hombre
de elevados sentimientos,
hombre
íntegro y virtuoso, hombre exento de intereses triviales, hombre de
provecho para el pueblo”.
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