Publicado en la edición impresa n° 60 de Periódico El Pueblo, julio de 2017.
Periódico El Pueblo surge hace 6 años y medio, como una iniciativa
de trabajadores y estudiantes que buscan construir una prensa
democrática al servicio del pueblo. Un periódico que sirva a obreros,
campesinos, al pueblo mapuche, mujeres, estudiantes, profesores,
profesionales y a los distintos sectores del pueblo. Es decir, disponer
la energía en levantar una prensa que refleje la vida de las masas, sus
intereses, sus inquietudes y por sobre todo, sus luchas, tanto a nivel
nacional como internacional.
Nuestro empeño es buscar la verdad en los hechos y sintetizar los
aspectos más avanzados de las luchas. No creemos en la neutralidad, sino
al contrario, estamos en un momento en que la protesta de las masas
obliga a todos a evidenciar su posición.
Ejemplo de ello es cómo los medios –incluida la prensa que se presenta
como independiente- informaron sobre la terrible muerte de los dos
weichafe mapuche, Luis Marileo y Patricio Gonzales, tratándolos desde un
inicio como “asaltantes”, “delincuentes” y con “prontuario”, en su
claro rol de criminalizar la lucha. Todos estos portavoces de las clases
dominantes validaron sin vacilación el testimonio de la corrupta
policía, empleando como fuente de “verdad” absoluta la declaración de
quienes hostigan y atacan permanentemente al pueblo mapuche en defensa
de los intereses del latifundio forestal y agrícola.
El plan imperialista de colonización ideológica busca imponer, a través
de sus agencias noticiosas, una concepción de mundo servil a sus
intereses. En Chile, la prensa monopólica implementa este plan,
concentrándose en torno a El Mercurio (grupo Edwards), COPESA (Grupo
Saieh), y los canales de televisión. Y ¿cómo lo hacen? estigmatizando,
engañando, tergiversando o buscando dividir al pueblo, sobre todo a los
más pobres y a los que luchan. Uno de sus principales objetivos
políticos es frenar la lucha de clases e impulsar la conciliación entre
explotados y explotadores, que no es otra cosa que postrarse a los
intereses de los monopolios. ¡Gritan a los cuatro vientos que la
violencia es siempre mala!, pero siempre justifican la cruenta represión
que aplica el viejo Estado para combatir la voluntad rebelde del
pueblo.
Sin embargo, a pesar de sus millonarias y grotescas inversiones en
“comunicación”, la lucha de las masas lo transforma todo y se apropia de
las posibilidades ofrecidas por la tecnología –principalmente
internet-, construyendo una serie de medios de comunicación no
monopólicos, utilizando inclusive las redes sociales para informar. Cada
vez son más los que buscan esta información al servicio del pueblo.
Ejemplo de ello es el ataque perpetrado por la policía militarizada a la
Escuela Básica Municipal G–816 de la Comunidad de Temucuicui y la
rápida difusión de videos, ayudando a que fuese repudiado por amplios
sectores del pueblo y obligó al gobierno a intentar dar explicaciones.
Por ende, entendemos que la objetividad es buscar la verdad en los
hechos y tomar posición por los más oprimidos, barriendo con la
terminología reaccionaria que busca dividir, relativizar la realidad y
confundir sobre quiénes son los verdaderos amigos y enemigos de los
explotados.
Buscamos combatir el plan de despolitizar a las masas y el intento de
confundir sobre qué sirve a la lucha y lo que no. El imperialismo y sus
siervos quieren que la conciencia del pueblo se mantenga en la Edad
Media, ocultando la información sobre las luchas internacionales y
nacionales, las revoluciones y la ciencia. Es por ello que como
reporteros/activistas entendemos que si queremos difundir la lucha,
también debemos ligarnos a ella. En este camino hemos podido observar,
con alto optimismo revolucionario, la búsqueda de nuestro pueblo por
organizarse y cómo aumenta la necesidad de combatir el egoísmo y el
desinterés por el otro. Sin duda, es un camino lleno de zigzags y
recodos, pero convencidos afirmamos que si luchamos estamos condenados a
triunfar.
Periódico El Pueblo se basa en el principio las masas hacen la historia.
Por ello, hemos realizado algunos cambios, a partir de opiniones y
comentarios de nuestros lectores, ya que quien no confía en el pueblo no
puede pretender una prensa democrática.
Con alto orgullo de clase estamos ansiosos por seguir llenando estas
páginas con todo lo nuevo que va creando la lucha de las masas en su
justo camino hacia la revolución.
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