9 de cada 10 habitantes eran adictos a las drogas. Sin embargo, la
adicción a las drogas se erradicó en pocos años con ayuda de la fuerza
de las masas. ¿Cómo ocurrió esto?
El objetivo de acabar con la adicción a las drogas parecía imposible.
Los reaccionarios de todo el mundo afirman estar “luchando contra las
drogas” junto con la policía, la religión y con todo tipo de terapias e
inútiles campañas tipo “dí no a las drogas”. A pesar de todo esto, el
problema de las drogas, que se experimenta en todo el mundo, no
desaparece. ¿Porqué? La respuesta es simple; Porque las fuerzas
reaccionarias en el sistema se benefician con el comercio de drogas.
Este comercio es una consecuencia natural del capitalismo.
El cambio increíble
La producción, transporte y venta de drogas es una industria que
increíblemente cuesta muchos millones. Los grandes comerciantes
capitalistas, con vínculos en el gobierno estadounidense, en la CIA y en
la policía, están a la vanguardia del narcotráfico en el mundo.
Mientras, al mismo tiempo, los reaccionarios le echan la culpa a las
personas empobrecidas por el problema de las drogas.
Puede parecer desolador; Como si nada pudiera resolver esta crisis. Los
comunistas durante la revolución china creían que todas las formas de
opresión, todos los tipos de grilletes que mantienen al pueblo hundido,
incluyendo la adicción a las drogas, podían ser abolidos.
Cuando el ejército popular revolucionario venció a las fuerzas
reaccionarias que gobernaban China, sólo tres años pasaron antes de que
dejaran de existir la adicción a las drogas, las drogas, los
narcotraficantes, las plantaciones de opio y el contrabando de drogas.
En 3 cortos años China pasó de 70 millones de drogadictos a ninguno.
Un retrato histórico
Antes de la revolución de 1949, el pueblo vivía bajo una pobreza extrema
y fue reprimido por un puñado de señores de la guerra ricos,
capitalistas extranjeros y otros reaccionarios. Debido a la pobreza
extrema, a las miserables condiciones de vida, además de a la constante
guerra durante varios períodos de tiempo, el pueblo consumía opiáceos
como un intento de escapar de la realidad. Consumieron opio, heroína y
morfina, pero sobre todo opio.
El opio tiene una larga historia en China. Antes de la revolución, China
tenía el mayor problema de drogas del mundo. Floreció en 1770, cuando
Inglaterra colonizó la India y Birmania. Gran Bretaña necesitaba enormes
cantidades de dinero para colonizar las vastas áreas terrestres. La
solución fue el opio. Los impuestos sobre el opio trajeron consigo los
enormes beneficios que Gran Bretaña requería, y decidió iniciar la venta
en “el mercado más práctico”: China. Desde 1770 hasta 1858 el
suministro de opio que inundó China fue aumentando de 220 a 70.000
cofres.
Debido a que la adicción a las drogas finalmente entró en condiciones de
crisis, el emperador Dao Guang se dio cuenta de que comenzaba a
convertirse en un problema sustancial y prohibió toda importación de
opio al país. Sin embargo, con la ayuda de contrabandistas locales, los
capitanes británicos se opusieron a la prohibición y continuaron
importando grandes cantidades de opio a China.
El opio estaba tan extendido que en 1838 funcionarios de las provincias
de Guandong y Fujian informaron que 9 de cada 10 habitantes eran adictos
al opio. El emperador tomó medidas ascendiendo a Comisario Superior a
un hombre de nombre Lin Zexu. Éste recibió órdenes estrictas de
deshacerse del opio en todo el país para siempre. Comenzó por confiscar y
destruir todos los suministros de opio y las pipas vendidas por los
comerciantes chinos. Lin presionó a los contrabandistas para que le
entregaran el opio. Esto condujo a la tensión entre China y Gran
Bretaña, y finalmente desembocó en las Guerras del Opio que duraron de
1839 a 1842, y de 1856 hasta 1858. Debido al poder de armamento superior
de Gran Bretaña, China se rindió y por tanto se vio obligada a eliminar
la prohibición.
El revolucionario americano Malcolm X escribió lo siguiente con respecto a las guerras del opio: “¡Imagínate! ¡Declarar la guerra a alguien que se opone a ser narcotizado!”
Como telón de fondo de las guerras, Gran Bretaña afirmó que enseñarían a
los chinos una lección sobre el “libre comercio”. Lo que querían decir
con esto quedó claro no mucho después, cuando los buques de opio
volvieron a dirigirse a China. Los británicos vendieron el opio barato,
debido al enorme excedente de opio y para una vez más, obtener un fuerte
control sobre el mercado.
Desde 1880 China importó 6500 toneladas de opio cada año y el cultivo de
opio a nivel local también había comenzado. A principios del 1900, la
cantidad de opio había aumentado a 22.000 toneladas cada año, lo que
llevó a China a convertirse en el mayor productor mundial de opio.
Muchos de los reaccionarios que explotaron esta situación, eran de un
sindicato de nombre “La banda verde”, el cual unía a todas las bandas en
un gran sindicato de drogas.
El presidente de China durante esa época, Chiang Kai-Shek, temblaba de
miedo ante la idea de una revolución comunista y por tanto se alió con
“La banda verde” en la batalla contra los revolucionarios. En nombre de
Chiang Kai-Shek y del gobierno nacionalista, “La banda verde” sacrificó a
miles de comunistas, sindicalistas e inocentes proletarios. Como
agradecimiento, varios miembros de “La banda verde” fueron nombrados
asesores en el gobierno nacionalista, entre ellos su líder, Du Yuesheng.
La situación era tan extrema que los trabajadores hambrientos abusaban
del opio para escapar del dolor causado por el hambre y la
desesperación. Todas las personas, incluidos los niños, eran adictos al
opio en varias zonas. Pequeñas botellas de opio se vendían en las
esquinas de las calles como si fueran helados, y muchas personas
empobrecidas usaban en las pipas el poco dinero que tenían en vez de en
comida. Los adictos abandonaban a sus hijos y aún peor; Vendían a sus
hijos para financiar su adicción.
Las mujeres adictas al opio fueron a menudo obligadas indirectamente a
convertirse en prostitutas y muchas murieron de enfermedades. China fue
forzada a esta miseria por los ricos colonizadores de Europa y América,
por grandes comerciantes capitalistas que hicieron enormes cantidades en
la venta de drogas y por la necesidad de dinero para continuar
colonizando y tomando el control de China. Todo con la ayuda de los
corruptos funcionarios del gobierno chino.
De esta manera, la clase dominante estadounidense continúa expandiendo
el tráfico de drogas a todos los niveles. En todo momento, la clase
dominante la organiza, la financia y la defiende. En los años 60, la CIA
inundó de heroína barrios empobrecidos para financiar la participación
estadounidense en la Guerra Civil de Laos y para acabar con los
disturbios. En los años 80, bajo el gobierno de Reagan, la CIA expandió
el comercio de cocaína para financiar la guerra contra Nicaragua. Los
reaccionarios en Estados Unidos y en todo el mundo se benefician del
comercio de drogas.
Una China socialista – Una China sin adicción a las drogas
Cuando la revolución china triunfó en 1949, la sociedad experimentó un
cambio total de poder. Por primera vez había un gobierno en el poder que
servía al pueblo: gente común, proletarios y campesinos. Había muchos
problemas de la vieja sociedad y uno de los mayores problemas era la
adicción al opio. El presidente Mao erradicó este problema rapidamente.
En los periódicos y en la radio, las drogas se retrataban como un
elemento destructor perteneciente a la vieja sociedad, un obstáculo para
el éxito y una herramienta para los reaccionarios que obligan al pueblo
a arrodillarse. Y así comenzó la gran movilización del pueblo y la
lucha revolucionaria contra las drogas que habían galopado por el país
como un caballo.
En esta época había más de 10 millones de personas drogadictas en el
país. El nuevo gobierno asumió la tarea de abordar este enorme problema y
se tomaron varias medidas. Ya en los primeros meses, los
revolucionarios comenzaron a constituir líneas de masas para combatir la
adicción a las drogas. Los comunistas dependían de la propia
movilización y organización de las masas para vencer los grilletes que
mantenían al pueblo hundido, lo que incluía la lucha socialista contra
el opio.
Educar al pueblo
Se pidió a los campesinos de todas partes que cultivaban opio que arasen
sus cultivos de opio para sembrar trigo o arroz. Los barrios fueron
movilizados por un gran programa educativo popular que educó al pueblo
sobre los peligros de las drogas. Los comités en cada barrio, que
dirigieron estas campañas, organizaron círculos de estudio sobre el
tema. Los adictos a la droga estaban sorprendidos de que no fueran
responsabilizados ni avergonzados por su adicción en la nueva sociedad
que estaba creciendo. Por el contrario, se les pidió que buscaran ayuda y
fueron elogiados por todo progreso. Junto con la ayuda recibieron
formación y trabajos remunerados. Muchos fueron contratados por el
gobierno para trabajar con otras personas drogadictas.
Los comunistas organizaron a la gente para destruir las redes de
empresas que envenenaban al pueblo con drogas. La lucha contra las
drogas se había convertido en un movimiento de masas a gran escala. La
razón era que había gente, principalmente pobre, que era adicta a las
drogas, y debido a esta división de clase, las personas adictas a las
drogas no eran arrestadas cuando estaban en público. Eran continuamente
elogiados cuando participaban en la lucha revolucionaria. Ya no tenían
miedo de buscar ayuda porque el poder estaba en manos del pueblo.
Los drogadictos en rehabilitación recibieron plazos de varios meses para
liberarse de las drogas. En este período también recibieron inyecciones
en pequeñas dosis para aliviar los calambres musculares debido a la
disminución del uso de drogas. La presión se centró en los vendedores.
Aquellos que cedieron a la presión, fueron aceptados y bien recibidos
por la sociedad. Además recibieron formación para tener un trabajo útil y
se les dio empleo. A los pequeños vendedores se les dio una
oportunidad; Ellos obtendrían la libertad si ayudaban a poner fin al
tráfico de drogas. El gobierno chino también compró todo el opio en
manos de los vendedores, a cambio los vendedores tendrían que detener el
desarrollo del opio para siempre. Los vendedores a gran escala, que
hicieron una fortuna en arruinar la vida de la gente, fueron llevados a
los tribunales populares donde las víctimas de adicción al opio
testificaron contra ellos. A diferencia del antiguo gobierno, que estaba
completamente corrupto, el nuevo gobierno (controlado por el Partido
Comunista) se basó en la conciencia de clase y la disciplina. Para los
vendedores a gran escala esto hizo imposible poder sobornar a los
funcionarios.
Una economía socialista lucha contra el malestar social
El desarrollo de una economía socialista permitió ofrecer puestos de
trabajo para todos y erradicar la pobreza que había obligado al pueblo a
comenzar con el narcotráfico. La Nueva China (Agencia Oficial de
Noticias de China, también llamada Xinhua) declaró que desde 1951 la
República Popular de China prácticamente había eliminado su problema de
drogas en el norte de China (que fue el primero en ser liberado).
Aproximadamente algo menos de un año pasó antes de que las partes
meridionales de China también estuvieran completamente libres del
problema de las drogas. Deshacerse de la crisis fue duro, así como la
drogadicción y el problema de las drogas; Pero lo lograron a través de
la línea de masas y una masiva movilización revolucionaria del pueblo.
La situación actual
Acabar con el problema de las drogas fue parte de la lucha de clases
contra la vieja sociedad. Los vendedores a gran escala eran vistos como
enemigos del pueblo, que envenenaban a las masas, mientras que las
personas drogadictas eran vistas como víctimas del sistema. Este es el
enfoque opuesto al de los utilizados por los cerdos policías y
predicadores religiosos, los cuales afirman que el sistema no tiene
defectos y tratan a las personas adictas como basura humana y
criminales. A las personas empobrecidas drogodependientes se les dio una
oportunidad en China, y se les ofreció una manera de salir de la
drogadicción. Se les ofrecieron puestos de trabajo y fueron invitados a
participar en la lucha por una nueva y próspera sociedad. Los antiguos
vendedores a gran escala que huyeron a Taiwán fueron despues enviados a
China entre 1962 y 1967 para investigar como espías de la CIA.
Concluyeron y reportaron a la CIA que los cultivos legales se estaban
desarrollando en áreas donde anteriormente había cultivo de opio. No
encontraron un solo rastro de crecimiento de opio.
La China de hoy no es la China de Mao
China estuvo libre de drogas durante más de 20 años, hasta el golpe
revisionista en 1976, donde Deng Xiaoping llegó al poder y restableció
el capitalismo. Investigaciones a partir de 2003 mostraron que había 4
millones de drogadictos en China, y de acuerdo con “The Diplomant”, este
número está en aumento. Una nueva epidemia de drogas se está
extendiendo en China.
Según las estadísticas publicadas por el Tribunal Supremo de China en
2012, la delincuencia sobre drogas ha superado el doble entre el período
2006-2011 y el número de informes aumentó de 31.350 a 69.751. La
delincuencia relacionada con las drogas ha aumentado en un promedio del
15% cada año desde 2007-2011. En 2015, Lie Yuejin, vicepresidente de la
Comisión Nacional de Control de Narcóticos de China, comentó a Xinhua
que se estima que más de 14 millones de chinos son ahora adictos a las
drogas. Por la dirección que las cosas están tomando ahora parece que
este número va en aumento. Esta es una amarga prueba de cómo el pueblo
no puede ser liberado de los grilletes de la droga sin abolir primero el
capitalismo.
La “Guerra contra las drogas” dirigida por Estados Unidos es una “Guerra contra los pobres”
Las experiencias de la “Guerra contra las drogas” de Estados Unidos y
las experiencias de China muestran cómo el sistema actual no puede
resolver el problema de la adicción a las drogas. El sistema está
causando sufrimiento y aislamiento, lo que hace que la gente quiera
escapar de la realidad con las drogas. El capitalismo usó la adicción a
las drogas para debilitar al pueblo y esclavizarlo. Todo tipo de grandes
comerciantes capitalistas ganan enormes cantidades de dinero en drogas.
Para resumir todo; El sistema causa la adicción a las drogas y se
beneficia de ella. La revolución china rechazó el enfoque burgués del
problema de la droga. El socialismo no trata de dar más dinero al estado
para programas de rehabilitación, como hacen los gobiernos
capitalistas. El socialismo no trata de llenar las cárceles de gente
adicta a las drogas, mientras que los grandes comerciantes capitalistas,
que se hacen más ricos con el narcotráfico, caminian libres. Se trata
de dar ayuda real a las personas adictas a las drogas, y darles un
sentido en la vida; Para construir una nueva y próspera sociedad.
El cambio real requiere de la abolición del capitalismo
El debate actual en la sociedad sobre cómo deshacerse de la adicción a
las drogas, sin una revolución proletaria, es sólo un deseo. Se trata de
detener la esclavitud que conduce a las drogas y detener el gran
comercio capitalista de drogas que se beneficia del sufrimiento de la
gente. Las masas revolucionarias en China se deshicieron de la adicción a
las drogas, la prostitución, la venta de niños, la pobreza desesperada,
el analfabetismo, el abuso a las mujeres, la brutalidad policial y
mucho más. La revolución cambió las vidas y cambió completamente el modo
de pensar de millones de personas. Llevó al pueblo a algo que era
impensable pocos años atrás: deshacerse de la adicción a las drogas
mediante la abolición del sistema capitalista.
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