Si no aplastamos al imperialismo,
si no destruimos la vieja
maquinaria estatal en nuestros países,
Si no aniquilamos al revisionismo
y al oportunismo,
nada habremos hecho
El Partido
Comunista del Ecuador Sol-Rojo saluda al proletariado internacional, a los
pueblos y naciones oprimidas del mundo al conmemorar el 102 Aniversario de la
Revolución Socialista de octubre en Rusia y el 70 Aniversario de la Revolución
de Nueva Democracia en China, y brega por que esta celebración aporte a la unidad de
principios del proletariado internacional tomando como base el
marxismo-leninismo-maoísmo, los aportes de validez mundial del pensamiento
Gonzalo al MLM y señalar que dicha unidad sólo podrá sostenerse en la medida
que aplastemos al revisionismo y al oportunismo.
Los comunistas del Ecuador, el elemento consiente de la clase, los
campesinos pobres y demás masas explotadas, oprimidas pero rebeldes del país,
celebramos estos dos hitos del proletariado internacional en medio de una
cruenta, decidida y victoriosa lucha en contra de la alevosa intervención del
imperialismo yanqui quién utilizando el Fondo Monetario Internacional y al
gobierno títere de Moreno imponen un paquete de medidas económicas que además
de descargar el déficit fiscal del gobierno en la economía popular, pretende
reflotar al capitalismo burocrático que vive una de sus crisis más importantes
en lo que va del presente siglo.
La respuesta de las masas ha sido contundente. Bajo la consigna ¡LA
REBELIÓN SE JUSTIFICA! han desatado una importante jornada de lucha contra el
régimen de Lenin Moreno evidenciando que se ha logrado romper esa etapa de
corporativización a la que fueron sometidas por el régimen fascista de Rafael
Correa en alianza con el más pútrido revisionismo y oportunismo que haya
conocido la historia del país.
Son dos los caminos que los que están en tensión en este momento: el
camino burocrático que atraviesa su banca rota y que trata de erigirse por la
vía constitucional; y el otro, el camino democrático que se expresa en la
lucha, la rebelión, el que va cimentando las condiciones subjetivas para desatar
la gran tormenta obrero-campesino de la guerra popular por la Nueva Democracia.
A mayor crisis del capitalismo burocrático, mayor es la respuesta
represiva que ejercita la reacción en contra de la clase y el pueblo. El
régimen creyó que decretando el Estado de emergencia o el “toque de queda”
podía neutralizar la creciente protesta popular. No le alcanzó, ahora desata
una tenaz campaña militar contra el pueblo utilizando todo su contingente
militar y una estrategia operativa claramente sionista, fascista.
Hemos tenido bajas, ya sea en calidad de heridos como de presos.
Estas bajas se han reproducido a los largo del país, inclusive, cobrando la
vida de hijos del pueblo que han entregado su valiosa sangre por la justa causa
del pueblo; pero también se le ha causado bajas al enemigo, decenas de represivos
han sido heridos, cientos capturados y retenidos. A las FFAA y a la policía se
les ha imprimido derrotas humillantes como la captura de oficiales y miembros
de tropa, destrucción de parque militar, vehículos, blindados, patrulleros,
motocicletas, puestos policiales, y más aún, se le ha logrado quitar el control
físico de la Asamblea Nacional.
La gran burguesía y los grandes terratenientes también se debaten en
dos escenarios: la colusión y la pugna. Hoy pugnan, y las expresiones
burocráticas representadas políticamente por el correismo intentan mostrarse
como la vanguardia de esta gran jornada de lucha para dirimir sus
contradicciones con la burguesía compradora. La burguesía compradora por su
parte se ve fortalecida por el viraje del gobierno a sus filas, quienes en
contubernio con la añeja iglesia que colabora directamente con los aparatos
represivos; la prensa burguesa que ha cumplido un rol estratégico en esta
ofensiva, han desempolvado su rancio discurso racista, discriminador y darse
modo para reeditar una confrontación entre “blancos” e “indios”, expresiones
vivas de algo que va más allá de la semicoloniedad para anidar en
manifestaciones coloniales. Vanos intentos, pues la agenda de la clase y del
pueblo es clara y definida: derogatoria de las medidas económicas la no
realización de cambio alguno al Código de Trabajo y la destitución inmediata de
este régimen hambreador.
Sin embargo el oportunismo sigue operando, sigue moviéndose entre la
sangre del pueblo y sus aspiraciones por gobernar. Ya se dibuja la figura del
oportunista, Yaku Pérez, prefecto de Azuay, quién pescando a río revuelto y
embrutecido con sueños de perro flaco, quiere mostrarse como el llamado a
dirigir la rebelión popular planteando la necesidad de un gobierno de consenso popular.
Si bien es cierto el PCE-SR ha tenido un rol protagónico junto a las
masas en esta jornada de lucha, estamos claros que este levantamiento obrero
campesino hay que ubicarlo dentro del contexto de crisis que vive el
capitalismo burocrático y el desborde de las masas cansadas de tanto atropello
y represión; que es un ejercicio coyuntural y que de ninguna manera se convierte
en una lucha por el Poder en la medida que la estructura del viejo estado aún
se mantiene intacta, no obstante, sí considerar que toda esta experiencia abonan
a crear las condiciones para preparar el inicio de la guerra popular en el
Ecuador no antes haber analizado y considerado también las ricas experiencias
que nos dejó la Comuna de París y demás luchas del proletariado internacional.
Hoy, más que nunca, los hechos avalan lo que hemos venido
sosteniendo, la importancia de imprimir correcta dirección ideológica y
política a las luchas del pueblo. El proletariado y su ideología como fuerza
fundamental, directriz; el campesinado, como fuerza principal. Y también se acuña, una vez más, la tesis de
que el camino de la revolución en el Ecuador, no será el de la insurrección o
la huelga política, sino el de cercar las ciudades desde el campo.
Hoy más que nunca, los hechos, las condiciones y las características
que ha tomado este levantamiento obrero-campesino nos reafirma en el
planteamiento y necesidad de que la guerra popular es el camino, que no hay
nada que pueda otorgar el Poder al proletariado y su aliado estratégico, el
campesinado pobre que la lucha violenta, siempre sobre las ruinas del viejo
Estado.
Con estos dos antecedentes, la conmemoración del triunfo de la
revolución en Rusia y en China y la rebelión del pueblo ecuatoriano, el Partido
Comunista del Ecuador-Sol Rojo reafirma su firme e inclaudicable decisión de enarbolar,
aplicar y defender el MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO PENSAMIENTO GONZALO, sobre
todo, EL PENSAMIENTO GONZALO, en la medida que si bien es cierto nace en el
seno de las particularidades de la guerra popular en el Perú, nuestras
sociedades tienen muchos elementos de identidad que hacen que su aplicación a
nuestra realidad tenga validez; seguir
construyendo las condiciones subjetivas para desatar la guerra popular en el
país al servicio de la Gran Revolución Proletaria Mundial; que dicha decisión
responde a la realidad objetiva del país claramente caracterizado como
semifeudal y semicolonial; que su línea de construcción de los tres instrumentos
para la revolución está ceñida a lo que nos enseñó presidente Gonzalo,
construcción concéntrica y simultánea; que dicha construcción sólo puede darse
en nuestro país en medio de la aplicación y desarrollo de la violencia
revolucionaria como particularidad específica; en permanente lucha en contra del imperialismo
de toda laya, la dictadura de grandes burgueses y grandes terratenientes, la
destrucción del capitalismo burocrático y su viejo Estado y la implacable lucha
en contra del revisionismo y toda expresión del oportunismo.
¡A CELEBRAR CON JÚBILO DE CLASE
EL ANIVERSARIO
DE LA REVOLUCIÓN EN RUSIA Y EN
CHINA!
¡VIVA EL MAOÍSMO,
ABAJO EL REVISIONISMO!
¡ENARBOLAR,
DEFENDER Y APLICAR EL PENSAMIENTO GONZALO!
¡VIVA EL
MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO-PENSAMIENTO GONZALO!
¡LA REBELIÓN SE
JUSTIFICA!
¡SALVO EL PODER
TODO ES ILUSIÓN!
¡A CONQUISTAR EL
SOL ROJO DE LA LIBERACIÓN: EL COMUNISMO!
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