lunes, 16 de enero de 2017

Nadezhda Krúspkaya: ¡La agonia del capitalismo ya ha comenzado!

Publicado en la edición impresa n° 55 de El Pueblo (enero 2017).

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NADEZHDA KRÚSPKAYA: ¡LA AGONIA DEL CAPITALISMO YA HA COMENZADO!
índice.jpgNadezhda Krúpskaya pasó a la historia por ser una combatiente de la clase obrera y, al mismo tiempo, fiel compañera y ayudante de Lenin. Tuvo gran importancia en la dirección del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (P.O.S.D.R.), que después paso a constituirse como Partido Comunista (bolchevique).
Krúpskaya tuvo la capacidad de ver la necesidad y la importancia de una educación científica al servicio del pueblo, dedicando parte importante de su vida a conseguirla. Dirigió la creación de un sistema profesional de bibliotecas en la Rusia bolchevique, como parte del plan de erradicar el analfabetismo entre la población, uno de los pilares del avance de la revolución socialista.
Su educación política
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Nadezhda K. Krúpskaya nació el 26 de febrero de 1869 en San Petersburgo, en el seno de una familia aristocrática empobrecida, sin demasiados recursos económicos. A pesar del empobrecimiento de la familia, recibió una buena educación en el Colegio de Mujeres de San Petersburgo y se preparó para ejercer de profesora.
Su actividad revolucionaria comenzó a los veinte años, cuando conoció a los obreros en los lugares donde impartía clases. Es aquí donde entró en contacto con los círculos de estudio marxistas y se introdujo por primera vez a uno de ellos, comprendiendo, entonces, que la revolución es la única forma para transformar la vida del pueblo.
Esta decidida mujer no solo deseaba obtener conocimientos, sino también trabajar y aplicar el marxismo. Nadezhda comprendió rápidamente lo fácil que resultaba, sobre la base del marxismo, comprender y enseñar las cosas más difíciles a los obreros. Pues, las condiciones de vida de los obreros les permiten comprender el marxismo, su propia doctrina.

Compañera de Lenin
En 1894 conoció a Vladimir Ilich (Lenin) y trabajaron juntos en la impresión de propaganda. Juntos editaron una revista ilegal de propaganda y organizaron a los obreros de las fábricas textiles para la huelga. Fue entonces, que al calor de la lucha por la emancipación de la clase obrera, nació su amistad y amor.
Este amor acabó en la unión de iguales, siendo ambos partidarios de la organización de los trabajadores, creando sindicatos, contribuyendo a la liberación de los trabajadores de la explotación, comprendiendo y apoyándose mutuamente. Con gran energía, coraje, fuerza y optimismo, Krúpskaya se mantuvo firme en el desarrollo de las tareas revolucionarias, a pesar de las reiteradas detenciones que sufrieron junto a su compañero Lenin (o a solas).
RUSkrupskaya2.JPGDesde 1917, Krúpskaya se dedicó con mucha fuerza a la enseñanza, realizando investigaciones permanentes por elevarla, mejorar el trabajo de los agitadores y propagandistas del Partido. Para ella fue un trabajo amado y lo consideró de gran importancia, ya que, para consolidar la Revolución de Octubre, los obreros y los campesinos debían adquirir y desarrollar conocimientos. Sin el estudio teórico no se puede comprender la misión histórica del proletariado y el pueblo, como tampoco sus formas de actuar.
Su trabajo estuvo estrechamente ligado a la agitación y propaganda. Fue una mujer que se puso al servicio de las masas, entregando los conocimientos que aprendía del marxismo. Activista y agitadora hasta más no poder, explicó en los mítines y reuniones con los trabajadores, que con la firmeza y disciplina proletaria se puede transformar la vida.


Su especial preocupación por los niños
lenin_krupskaya_4.jpgLos Jóvenes Pioneros eran una organización comunista infantil que organizaba a los niños mayores de 11 años. Nadezhda puso un gran esfuerzo en organizar a los niños que quedaban a su suerte y vagaban, cayendo en las calles, mientras sus padres obreros trabajaban en las fábricas.
nadezhda-krupskaya-among-pioneers-b95jyf.jpgLa agrupación tenía como misión inculcar entre sus miembros un espíritu colectivo, compartir entre sus miembros las alegrías y pesares, no ser individualistas, considerarse siempre parte de la organización, inculcarles el amor por el trabajo y así formar una conciencia comunista, reafirmándolos como miembros de la clase obrera.
Este tipo de organización infantil permitió que los niños usaran sus energías en acciones colectivas, que desarrollaran iniciativa e inteligencia, además del espíritu de solidaridad de clase.
La organización de los Jóvenes Pioneros nos enseña que debemos luchar con todos, incluidos los niños, por su propia felicidad y su futuro. Esta es la principal tarea de todos los revolucionarios que actuamos por el triunfo del proletariado sobre el enemigo principal: el imperialismo y sus lacayos.



Compartido por el blog del periódico El Pueblo

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