NADEZHDA KRÚSPKAYA: ¡LA AGONIA DEL CAPITALISMO YA HA COMENZADO!
Nadezhda Krúpskaya pasó a la historia
por ser una combatiente de la clase obrera y, al mismo tiempo, fiel
compañera y ayudante de Lenin. Tuvo gran importancia en la dirección del
Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (P.O.S.D.R.), que después paso a constituirse como Partido Comunista (bolchevique).
Krúpskaya tuvo la capacidad de ver la
necesidad y la importancia de una educación científica al servicio del
pueblo, dedicando parte importante de su vida a conseguirla. Dirigió la
creación de un sistema profesional de bibliotecas en la Rusia
bolchevique, como parte del plan de erradicar el analfabetismo entre la
población, uno de los pilares del avance de la revolución socialista.
Su educación política
Nadezhda K. Krúpskaya nació el 26 de
febrero de 1869 en San Petersburgo, en el seno de una familia
aristocrática empobrecida, sin demasiados recursos económicos. A pesar
del empobrecimiento de la familia, recibió una buena educación en el
Colegio de Mujeres de San Petersburgo y se preparó para ejercer de
profesora.
Su actividad revolucionaria comenzó a los
veinte años, cuando conoció a los obreros en los lugares donde impartía
clases. Es aquí donde entró en contacto con los círculos de estudio
marxistas y se introdujo por primera vez a uno de ellos, comprendiendo,
entonces, que la revolución es la única forma para transformar la vida
del pueblo.
Esta decidida mujer no solo deseaba
obtener conocimientos, sino también trabajar y aplicar el marxismo.
Nadezhda comprendió rápidamente lo fácil que resultaba, sobre la base
del marxismo, comprender y enseñar las cosas más difíciles a los
obreros. Pues, las condiciones de vida de los obreros les permiten
comprender el marxismo, su propia doctrina.
Compañera de Lenin
En 1894 conoció a Vladimir Ilich (Lenin) y
trabajaron juntos en la impresión de propaganda. Juntos editaron una
revista ilegal de propaganda y organizaron a los obreros de las fábricas
textiles para la huelga. Fue entonces, que al calor de la lucha por la
emancipación de la clase obrera, nació su amistad y amor.
Este amor acabó en la unión de iguales,
siendo ambos partidarios de la organización de los trabajadores, creando
sindicatos, contribuyendo a la liberación de los trabajadores de la
explotación, comprendiendo y apoyándose mutuamente. Con gran energía,
coraje, fuerza y optimismo, Krúpskaya se mantuvo firme en el desarrollo
de las tareas revolucionarias, a pesar de las reiteradas detenciones que
sufrieron junto a su compañero Lenin (o a solas).
Desde 1917, Krúpskaya se dedicó con mucha
fuerza a la enseñanza, realizando investigaciones permanentes por
elevarla, mejorar el trabajo de los agitadores y propagandistas del
Partido. Para ella fue un trabajo amado y lo consideró de gran
importancia, ya que, para consolidar la Revolución de Octubre, los
obreros y los campesinos debían adquirir y desarrollar conocimientos.
Sin el estudio teórico no se puede comprender la misión histórica del
proletariado y el pueblo, como tampoco sus formas de actuar.
Su trabajo estuvo estrechamente ligado a
la agitación y propaganda. Fue una mujer que se puso al servicio de las
masas, entregando los conocimientos que aprendía del marxismo. Activista
y agitadora hasta más no poder, explicó en los mítines y reuniones con
los trabajadores, que con la firmeza y disciplina proletaria se puede
transformar la vida.
Su especial preocupación por los niños
Los Jóvenes Pioneros eran una
organización comunista infantil que organizaba a los niños mayores de 11
años. Nadezhda puso un gran esfuerzo en organizar a los niños que
quedaban a su suerte y vagaban, cayendo en las calles, mientras sus
padres obreros trabajaban en las fábricas.
La agrupación tenía como misión inculcar
entre sus miembros un espíritu colectivo, compartir entre sus miembros
las alegrías y pesares, no ser individualistas, considerarse siempre
parte de la organización, inculcarles el amor por el trabajo y así
formar una conciencia comunista, reafirmándolos como miembros de la
clase obrera.
Este tipo de organización infantil
permitió que los niños usaran sus energías en acciones colectivas, que
desarrollaran iniciativa e inteligencia, además del espíritu de
solidaridad de clase.
La organización de los Jóvenes Pioneros
nos enseña que debemos luchar con todos, incluidos los niños, por su
propia felicidad y su futuro. Esta es la principal tarea de todos los
revolucionarios que actuamos por el triunfo del proletariado sobre el
enemigo principal: el imperialismo y sus lacayos.
Compartido por el blog del periódico El Pueblo
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