Lector: ¿Por qué habéis ignorado la muerte de Fidel Castro?”
En calidad de viejo sesentaocheno (tenía entonces 18 años) deseo someterles
un breve comentario mío, si no hay impedimentos, relativo al hecho de crónica
cual son aquellos reportados sobre el sitio del PMLI que leo con extremo
interés y con gran frecuencia. Al respecto puedo decir de compartir vuestra
línea al 70/80% pero no estoy de acuerdo algunas escogencias estratégicas que
profundizaré en una sucsiva ocasión. Quisiera poner al fuego las escogencias
editoriales redaccioanles y de la Secretaría deñ Partiodo. Nada por decir sobre
vuestras escogencias políticas e ideológicas pero no llego a comprender la
decisión de ignorar un hecho que pertenece a la Historia; aludo a la muerte de
Fidel Castro.
Se que el Partido no ama, o mejor no comparte nada de Castro y de Ernesto
Che Guevara. Me pregunto empero que significado pueda tener el silencio
absoluto sobre tal hecho que con to a sido los honores de la crónica del mundo entero, si Guevara y Castro eran
asimilables al llamado trotzkysmo no por esto sean ignoraos en vista que han
sido protagonistas de una revolución armada nacida sobre bases populares y si
ninguna ayuda externa (URSS, China). Así
propio el disenso de aquel tipo de socialismo podía ser ña sede para un debate
o, mejor, para un balance de este segmento de la hisoria política que, como
fuere, ha intentado de oponerse al imperialismo americano.
Yo he visitado aún de recuiente Cuba y he visto un pueblo de gram dignidad,
que defiende el socialismo, que sufere ciertamente pero no escapa por alcanzar
el milagro de una vida burguesa Dios quiera en Miami entgre fascinerosos,
especuladores, delincvuentes, espías anticastristas. Y de ahí ¿por qué dejar en
el olvido este líder que ha muerto pobre y sobre la trinchera antiimperialista
hasta el fin? No srería lógico o creible sostener que la muerte del Comandante
Fidel sea un hecho privado o extraño a los intereses populares. Su pueblo lo
llora y lo ha llorado y esto es un dato incontrovertible.
Su muerte y su vida no pertgenecen a las masas popualres y ha susintereses?
¿A quién corresponde un juicio del genero? ¿Son de ahí e}nemigos de los obreros
y de los campesinos? No lo creo. Cierto que el proceso revolucionario no ha estado
libre de errores y desviaciones, pero ha resistido los asaltos de los círculos
reaccionarios e imperialistas.
He léido en estas semanas otros comentarios (las vicisitudes grillinas de
la Junta Raggi, la ley de apellido materno, etc.), todas cuesiones que no
calientan el corazón. Por último la nomenklatura de Corea del Norte y de Rusia
la ret enido el celebrar con declaraciones (de fachada) de su lider la figura
de un protagonista de los últimos 60 años que no puede ser cancelada con un
trazo de pluma.
Buen trabajo.
V. Rossi, via e-mail
Respuesta de
El Bolchevique:
El
hecho de que no hayamos hablado de la muerte de Castro no sostiene
automáticamente la tesis, que aparece implicita en tú crítica, de “ignorar Guevara y Castro” y de querer
evitar “un debate y un balance” sobre la revolución cubana. Basta digitar sobre
un motor de búsqueda la palabra “Cuba, PMLI” para acceder a toda una serie de
artículos del “El Bolchevique”, aún si no completa, con los cuales hemos
expresado profundamente nuestras posiciones sobre los dos líderes y sobe la
situación cubana, de los Congreso del PC de Cuba al criminal embargo
imperialista sobre la isla, de las “reformas” económicas a los recientes
deesarrollos de las relaciones con la UE y los USA, y así en adelante. Entre
estos artículos podrás encontrar, si nolo has léido, aún el fundamental
documento del Secretario General del PMLI, escrito en 1995, del título “Dónde conduce la bandera de Guevara”,
que sintetiza de manera profunda y exhaustiva el análisis y el juicio del
Partido sobe el castrismo, sobre el guevarismo que es parte integeante y sobre
la revolución cubana.
A
menos que con tú crítica no quisieses reprocharnos en realidad de no haber
hablado de Castro para hacerle una apología como ha hecho por ejemplo el falso
Partido Comunista de Rizzo, que ha enviado una delegación a los funerales y
para el cual Castro ha sido “un gran dirigente marxista-leninista” (de “Sin
tregua”, órgano de la FGC) y “el dirigente comunista que ha sabido mantener
firme la construcción de la sociedad socialista después de los eventos
contrarrevolucionarios en la URSS y en el este Europa”; el lider cuyo nombre “quedará
escrito en las páginas de la historia junto a aquellos de los grandes
revolucionarios de ayer, y en eso estamos convencidos, a aquellos de mañana. En
tú nombre compañero Fidel continuaremos nuestra lucha. ¡Hasta siempre
Comandante!”. (Del sitio del PC). El mismo oportunista y embaucador trozkysta
Rizzo, pon cuidado, que en una entrevista del 28 de abril de 2008 en el “Il Giornale” de la familia Berlusconi, a la pregunta de cual fuese su idea del
socialismo por realizar en Italia, así desvelaba su verdadero pensamento “Cuba
por la pasión que allí hay. Pero sólo por la pasión. Si me pides si se está mejor en Cuba o en
Italia, digo Italia. Soy comunista, de ningún modo tonto”.
Nosotros que no somos hipócritas y no tenemos dos caras
como Rizzo, una para engañar a los sinceros comunistas y la otra para
reasegurar a los lectores de “Il Giornale” y a los espectadores de la TV Mediaset,
donde es siempre bien aceptado en ropaje de revolucionario de salón,
reafirmamos todo nuestro sostén a la revolución cubana, en cuanto dirigida a
defender la independencia nacional y a oponerse al imperialismo y al bloqueo
hambreador impuesto por los Estados
Unidos. Pero al mismo tiempo reafirmamos también de no considerar Cuba un
Estado Socialista, ni a Fidel Castro un marxista-leninista, ni la revolución
antifascista y antiimperialista de 1959 un modelo universal para el
proletariado, como lo son al contrario la Revolución de Octubre dirigida por
Lenin y Stalin y la Revolución china dirigida por Mao.
Castro vassallo del
socialimperialismo sovietico
Cuba no es un País socialista, es un País antiimperialista
gobernado por uan élite burocrático burguesa revisionista que sólo de palabra y
en manera instrumental se reclama al socialismo. No lo es nunca lo ha sido,
porque de súbito esta élite, que había conducido victoriosamente la guerrilla
contra el dictador fascista Batista, al servicio del imperialismo americano, la
vendió al la URSS revisionista de Kruschev, haciéndola devenir una suerte de su
colonia, con una economía basada sobre la monoproducción de caña de
azucar, y una base militar suya, con la
instalación aventuera y fracazante de los misiles de los revisionsitas soviéticos en la isla.
Sucesivamente el gobierno cubano ha continuado a desempeñar
un papel de vasallo de la URSS revisionista aún
cuando ésta se ha transformado en el Estado socialimperialista y
agresivo de Brezhnev, hasta el punto de servirle de “legión extranjera” para
sus aventuras militares en otros países, como por ejemplo en Angola, Mozambique
y Etiopía. En América Latina el castrismo, una variante cubana del trotzkysmo,
afín a la “revolución permanente” de Trotzky, ha teorizado e intentado de poner
en práctica, con destino fracazante y muchas veces desastrosos, la exportación
de la revolución basada en el “foco guerrillero”.
Experiencia vencedora en la revolución de 1959, pero sólo
por circunstancias del todo particulares sino irrepetibles, como lo ha
demostrado la trágica vicisitud de Guevara, que después del fracaso de su
primera tentativa de exportar la revolución al Congo se empeño en repetir esta
experiencia individualista y aventurera en Bolivia en donde encontró la muerte
del todo aislado y extraño a las masas que quería idealistamente coenvolver con
su simple ejemplo. Como ha dicho el compañero Scuderi en el citado documento “Dónde
conduce la bandera de Guevara”: “No es suficiente morir por una
causa en la cual se cree. Para ser definidos internacionalistas proletarios es
necesario que esta causa sea justa, pero también la línea que se persigue y las
acciones que se cumplen deben ser justas”.
Y la línea de Guevara, así como aquella de Castro era todo
otra que marxista-leninista, inspirada en los Grandes Maestros del proletariado
internacional, bien si tenía como modelo al revolucionario nacionalista José
Martí, y en el encuentro mundial que entonces oponía a los verdaderos
marxistas-leninistas, guiados por Mao, y los revisionistas kruschevianos y
brezhenevianos, se cuadraron decisivamente con estos últimos, contribuyendo a
aislar a China y Mao en el movimiento comunista internacional y provocando así
un grave daño a la causa de la revolución y del antiimperialismo.
Ataques a Mao y Stalin
De palabra Castro y Guevara proclamaban su equidistancia
entre las dos posiciones nconcilibles, pero de hecho y con esto aislavan a Mao
y servían el juego de los revisionistas. A Este propósito, en el libro-entrevista
“Fidel Castro, autobiograsfía a dos voces”,
dsel director de “Le Monde Diplomatique” Ignacio Ramonet, el lider cubano
admite en efecto: “Me hubiera placido conocer a Mao. No fue posible porque
casi súbuito surgieron problemas y
divergencias a causa del conflicto
cino-soviético... no olvido la carta en la cual pedía a China y a la
URSS de unirse, de superar la rivalidad”.
Alli aparecen además numerosos ataques de Castro a Mao, que
“cometió graves errores políticos” a causa del “excesivo culto a la
personalidad que le venía tributado” y que entre otro había hecho la Gran
Marcha “sólo para demostrar que todo era posible”; así como a la Gran Revolución Cultural
Proletaria y también a Stalin, de Castro acusado por último de no apoyo postumo
a la revolución cubana: “Después del riunffo de 1959 –se lee en el susodicho
libro-entrevista- el apoyo de la URSS fue fundamental. Huvbiera sido en modo
diverso en 1953 (esto es si hubiese tendido éxito su primera tentativa
insurreccional del asalto al cuartel Moncada, ndr). En la URSS prevalecía el
espíritu y la política stalinista y bien que Stalin fuese ya muerto desde algunos meses, en marzo de 1953 se estaba aún
en la era staliniana. Y Stalin no era Kruschev”.
Es un dato de hecho que Castro no creía en el socialismo
realizado en la URSS de Stalin y en la China de Mao, mientra andaba del brazo,
por último con Gorbatchov, con los autores de la restauración del capitalismo
en aquellos países.
Hacia la plena restauración
del capitalismo
Después
de la caída deñ socialimperialismo soviético y de sus países satelites, y la
restauración en dichos países y en China del capitalismo, también Cuba, aunque
continúo proclamándose socialista, se está gradualmente abriendo a la propiedad
privada y al mercado capitalista, sobre todo a partir del VI Congreso del PCC
del 2011, que ha abolido la tarjeta igualitaria en vigor desde 1962, reintroducida
la pequeña propiedad privada de la tierra, de las casas y de la pequeña empresa,
abierto a las inversiones extranjeras y programado el licenciamiento de más de
un millón de dependientes públicos en cinco años. Para no hablar de la
clamorosa marcha atrás ideológica de Castro de la venta de Cuba al la Iglesia
Católica, a partir de la triunfal visita a la isla del papa negro Wojtila.
Con
el VII Congreso de 2016 esta línea revisionista a sido ulteriormente llevada
adelante con la palabra de orden significativa del “socialismo próspero y
sostenible”, o en otras palabras “menos Estado y más mercado”, basada en la
reintroducción de la regla de la demanda y la oferta que, como lo ha dicho Raúl
Castro, “no es enemiga del principio de la planificación”. Un decisivo viraje
capitalista que ha abiero la senda a la firma de un conspicuo acuerdo económico
con la UE imperialista (después de aquella operante desde tiempo con España) y
el reciente deshielo con el imperialismo USA.
El
cual ya se prepara a desenmbarcar en fuerza en la isla con toda la potencia de
los dolares para transformarla de nuevo su semicolonia como en el pasado, si el
pueblo cubano no lo descubre desconfesando la política de sus líderes
burgueses, revisionistas y oportunistas y empuñando con fuerza la bandera de la
independencia nacional, del antiimperialismo y del socialismo.
Inmaginamos
que a este punto habrás compendido por qué no hemos hablado de Castro a su
muerte. Aquello que tenemos que decir sobre él lo hemos dicho cuando era en
vida. Es esta posición que tenemos cuando mueren los líderes falsos.
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