Violencia y amenazas de muerte a trabajadores en la fábrica del mayor exportador de ropa de India
El Consorcio por los Derechos de los Trabajadores denuncia a Shahi
Exports, fabricante de ropa para primeras marcas como H&M y Benetton
Esta primavera, en Shahi Exports, el
mayor exportador de ropa de la India, varios empleados miembros de
sindicatos hicieron circular una petición reclamando a la gerencia que
ofreciese a los empleados agua limpia y que aumentase los salarios. Los
directivos de Shahi respondieron, según ha descubierto una ONG, con
amenazas de muerte a varios de esos trabajadores y ordenando a otros
empleados que les dieran una paliza.
Un gerente de la
Unidad 8 de Shahi en Bangalore dijo a una empleada: “No sería un pecado
si alguien te mata y se deshace de ti”. Después le pidió presuntamente a
otros empleados que le diesen una paliza a la mujer, que casi fue
estrangulada por uno de ellos, según ha descubierto el organismo en una
investigación.
Otro gerente insultó a otra empleada afín a los
sindicatos y dijo a otros trabajadores: “Estas zorras están intentando
hacer cerrar la fábrica. Dadle una paliza y matadla”. La mujer fue
golpeada, le arrancaron la ropa y le robaron un collar, el móvil y la
cartera.
La investigación del Consorcio por los Derechos de los Trabajadores
(WRC, por sus siglas en inglés), un grupo con sede en Washington que
controla la actividad en fábricas para 190 universidades en Estados
Unidos, Canadá y Reino Unido, ha hallado que ocho gerentes son
responsables de la violencia y amenazas de muerte y que 15 empleados
cercanos a los sindicatos han sido suspendidos de forma injusta.
La investigación llega en un momento en el que el WRC está luchando por mantener las mejoras que logró para trabajadores de empresas textiles en la vecina Bangladesh, después de que se generara un escándalo mundial por las condiciones de trabajo tras el derrumbe fatal del complejo Rana Plaza en 2013.
El WRC pidió que Shahi despida a estos gerentes, reincorpore a los
trabajadores suspendidos y reconozca oficialmente al sindicato. Pero
tras la negativa de Shahi a admitir la responsabilidad de sus gerentes y
despedirlos, el WRC ha exigido a las grandes marcas occidentales que le
compran ropa –incluidas H&M, Benetton, Abercrombie & Fitch y
Columbia Sportswear– que presionen a Shahi para que despida a los
gerentes y pida disculpas a los 15 trabajadores.
Al
incrementarse la presión del WRC y de las empresas occidentales, a
principios de este mes –tres meses después de la violencia– Shahi
anunció que había despedido a cinco gerentes y había comenzado el
proceso de despido de otros cuatro. Además, Shahi reincorporó a los 15
trabajadores, les pagó los sueldos adeudados y aceptó reconocer y
negociar las condiciones de trabajo con el sindicato Unión de
Trabajadores Textiles de Karnataka.
Scott Nova,
director ejecutivo de WRC, afirma que Shahi tomó estas medidas sólo
después de que WRC montara una campaña y sacara a la luz un informe de 28 páginas en el que se detallan los abusos
cometidos en la empresa. Nova indica que la primera oferta de Shahi de
reincorporar a los 15 trabajadores no significa nada porque los
trabajadores tendrían miedo de regresar si los gerentes que los habían
amenazado y habían ordenado que los golpearan están todavía al frente
(varios gerentes habían sido suspendidos).
Una fábrica de 3.000 empleados
WRC está financiado por 190 universidades para supervisar fábricas en
todo el mundo que producen ropa con el logo de las universidades. Los
investigadores del WRC han logrado que las marcas occidentales dejen de
contratar a fábricas que violan los derechos de los trabajadores y
muchas fábricas temen que el WRC descubra sus infracciones.
Nova muestra preocupación por el hecho de que varias marcas que compran
ropa a Shahi no sabían nada de las palizas y las amenazas en la fábrica
de 3.000 empleados hasta que fueron informadas por el WRC. “Las marcas
dicen que tienen estándares de trabajo más estrictos” y mayor
supervisión, señala Nova, “pero los gerentes de un proveedor clave
ordenaron golpear a trabajadores, amenazaron con matarlos y no
recibieron ninguna medida disciplinaria. Más de dos meses después
todavía estaban a cargo de la fabricación de productos para marcas como
Benetton y Abercrombie & Fitch”, añade.
“No hemos
podido verificar o encontrar ninguna prueba de que esos gerentes hayan
realizado amenazas, golpeado a trabajadores o instado a nadie a
hacerlo”, indica a The Guardian Anant Ahuja, uno de los directivos de
Shahi. Ahuja afirma que el “WRC exigió a Shahi que tomara medidas
disciplinarias y despidiera a esos empleados” y añadió que “en respuesta
a la presión implacable del WRC”, Shahi “los ha despedido”.
Ahuja afirma que la violencia se generó entre dos empleados miembros
de los sindicatos y otros empleados fuera de la fábrica, señalando que
los primeros estaban presionando a los demás para que firmaran la
petición y se unieran al sindicato. Acusa al WRC de hacer públicas
falsas amenazas de muerte y afirmaciones de que los gerentes habían
golpeado a estos empleados, pero sostiene que esas acusaciones se
basaron en entrevistas con los partidarios de los sindicatos.
“Nosotros en Shahi siempre hemos estado comprometidos a mejorar las
condiciones de trabajo de nuestros empleados”, afirma Ahuja. “En este
caso aislado existieron cuestiones respecto del resarcimiento
conciliatorio, pero hemos cooperado con los sindicatos y las
negociaciones han sido productivas”, añade.
Los
medios de comunicación indios siguieron de cerca la disputa en Shahi,
principalmente porque el directivo de Shahi Anand Ahuja recientemente
contrajo matrimonio con una de las actrices más populares de Bollywood,
Sonam Kapoor.
Los trabajadores del WRC respaldan su
investigación, alegando que la versión de Shahi “es falsa y
obstinadamente deshonesta”. El WRC sostiene que sus investigadores
entrevistaron a más de 30 empleados de Shahi y descubrieron que varios
gerentes habían llamado a empleados a sus oficinas, que les habían
maltratado y que luego habían pedido a otros empleados que les
golpearan.
"Tu casta solo sirve para limpiar lavabos"
La investigación del WRC ha hallado que un gerente dijo a un empleado
miembro del sindicato: “Tu casta sólo sirve para limpiar lavabos. ¿Cómo
te atreves a pedirme un aumento?”. Luego le pidió a otros empleados que
le golpearan y le robaran.
El WRC señala a un
comunicado reciente de Shahi a sus empleados de Bangalore en el que la
empresa lamenta la violencia y afirma que los empleados suspendidos “no
habían hecho nada malo”.
Nova y Ben Hensler, abogado
de la ONG, afirman que varias de las grandes marcas occidentales que
compran ropa a Shahi tardaron mucho en presionar a Shahi y al principio
no le exigieron a la empresa que despidiera a los gerentes responsables
de la violencia. El WRC hizo público su informe el 20 de junio para
aumentar la presión sobre las marcas occidentales y Shahi.
“Si lo hubiésemos dejado en manos de las marcas, el sindicato no
existiría, sus líderes estarían en una lista negra, los trabajadores
estarían aterrorizados y silenciados y los gerentes que ejercieron la
violencia antisindical seguramente habrían sido ascendidos”, señala
Nova.
Las marcas aseguran que fueron agresivas en las
presiones a Shahi a que tomara medidas disciplinarias contra los
gerentes, reincorporara a los trabajadores y reconociera al sindicato.
“Podemos asegurar que hemos utilizado nuestra influencia al máximo”,
declaró H&M. “La gerencia se disculpó públicamente y ha reconocido
el derecho de asociación de los trabajadores. Lo que sucedió en Shahi es
inaceptable”, añadió.
Abel Navarrete, vicepresidente
de responsabilidad empresarial de Columbia Sportswear, que produce
indumentaria deportiva para muchas universidades, afirma que Shahi “fue
presionada por todas las marcas. El presidente y su familia recibieron
constantes llamadas telefónicas”. Navarrete explica que muchas empresas
no exigieron inmediatamente a Shahi que despidiera a los gerentes porque
tenían dudas sobre los procesos debidos en estos casos y pensaban que
podrían estar “despidiendo a empleados sin causa”.
Abercrombie & Fitch afirmó: “Estamos muy preocupados por lo que
sucedió en la fábrica de la Unidad 8 de Shahi y por el dolor y
sufrimiento causado a esos 15 trabajadores. No toleraremos este tipo de
comportamiento”. Por su parte, Benetton declaró: “Estamos en constante
contacto con Shahi para insistir en que se garanticen los derechos de
los trabajadores”.
Respecto de la disputa entre Shahi
y el WRC sobre lo ocurrido, Mark Anner, director del Centro por los
Derechos Globales de los Trabajadores de la Universidad Estatal de Penn,
explica: “Es significativo que la empresa tomase esas medidas:
reincorporó a los trabajadores y despidió a algunos de los gerentes. Eso
sugiere que reconocen que las marcas encontraron el informe de la
investigación creíble”.
Anner remarcó que el precio
que las marcas occidentales pagan por la ropa hecha en India y
Bangladesh ha bajado desde el año 2000. “Eso genera incentivos para
evitar los sindicatos a toda costa”, asegura. Anner señala que las
empresas con programas de responsabilidad empresarial suelen ser mucho
más lentas en detectar y denunciar abusos contra los trabajadores.
“Todavía dependemos mucho de las campañas independientes y de los medios
de comunicación para lograr que las empresas se responsabilicen de
graves violaciones a los derechos de los trabajadores”, concluye.
Traducido por Lucía Balducci
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