Tomado del Periódico El Pueblo:
Nota del editor: Nos ha llegado de un compañero de la AIT un artículo sobre el poder popular, que viene siendo un tema en debate entre quienes trabajan para construir organización clasista de trabajadores.
Por nuestra parte, no compartimos las conclusiones políticas del compañero. En lo fundamental, porque confundir organización con poder popular, equivale a considerar la posibilidad de hablar de poder sin haber hecho la revolución, sin iniciar el barrimiento de las relaciones sociales de explotación y a las clases explotadoras. De ahí a considerar la revolución como innecesaria hay tan solo un paso.
Como periódico popular, asumimos el papel de tribuna entre las personas y organizaciones que luchan y en este sentido publicamos de forma íntegra las reflexiones del compañero.
Llamamos también a tomar posición e introducirse en el debate, con el espíritu de avanzar en las posiciones políticas. Asumiendo que la lucha de dos líneas y las contradicciones en este caso están en el seno del pueblo.
Construir Poder PopularUna de las tareas para la lucha por la conquista del poder para la clase trabajadora
Ariel Orellana Araya, Miembro de la Asociación Intersindical de Trabajadoras y Trabajadores Clasistas, AIT. Chile, Julio, 2018
Cuando hablamos de poder popular nos referimos como lo plantean
algunos autores que han reflexionado sobre el tema, entre ellos Acha,
Campione, Casas, Mazzeo, Rodriguez, entre otros, a un proceso a través
del cual la clase trabajadora en los “territorios” donde transcurre su
vida concreta, va transformando a estos en espacios que se dotan de un
poder social antagónico al poder de la clase dominante, la burguesía.
Esto hace de este un poder liberador que permite ganar posiciones dentro
del escenario de la lucha de clases, modificar la disposición del poder
y la correlación de fuerzas entre proletarios y burgueses, y por otro
lado avanzar en la consolidación de un campo contra – hegemónico.
Se trata, por tanto, de espacios de anticipación social, y política
donde se “construye y vive lo soñable, pero posible”. El poder popular
es también asumir el potencial de liberación de las fuerzas propias de
las y los trabajadores y el pueblo, es construir en la realidad concreta
de la clase un nuevo poder, que genere una fuerza tal que permita
confrontar el poder burgués.
El Poder Popular se ejerce y expresa legítimamente a través de todos
los medios organizados de participación popular y protagonismo político
de la clase trabajadora; su ejercicio es directo y soberano a través de
diversos instrumentos políticos que la clase genere, desde los Soviet de
obreros, campesinos y soldados en Rusia, los Comités Popular Abiertos y
Cerrado en Perú hasta los Comandos Comunales y Cordones Industriales en
Chile, son parte de la experiencia de la clase trabajadora a escala
mundial, donde el poder ha recaído en las manos del proletariado.
El poder popular no es “agarrable” o “tomable”, es una relación
política y no un objeto; el poder popular se hace, se construye entre
muchos y muchas, de la misma manera y dialécticamente como se va
construyendo la clase trabajadora, tomando conciencia de su vida
material, organizándose para a través de la acción y la praxis
transformar la realidad concreta.
El poder popular es una construcción prolongada y robusta de
organización de las masas populares, y paralelamente, es la
desorganización de las fuerzas del enemigo, la pérdida de su poder, de
sus organizaciones e instituciones; sin embargo, no es a través del
Poder Popular como llegaremos a la sociedad sin clase, la conquista del
comunismo será a través de la dictadura del proletariado, del
socialismo.
El poder popular, además, es la configuración y expansión de una
visión del mundo acompañada con la formación de intelectuales orgánicos
de la clase, como lo plantea Gramsci, que aspiran a destruir el viejo
orden y construir la nueva sociedad. Estos intelectuales deben colocarse
al servicio del pueblo en sus diversas construcciones, generando una
praxis que acompañe la generación de poder, en un permanente proceso
dialectico de proletarización y producción intelectual, al servicio del
proyecto de nueva sociedad. Esta nueva sociedad será sin explotados ni
explotadores y permitirá la máxima felicidad terrenal posible: en una
palabra, esa nueva sociedad por la que luchamos es una sociedad
comunista.
Es importante destacar que la construcción de poder popular en
ninguna medida niega la necesidad de la construcción del instrumento
político de las y los trabajadores, el partido de la clase trabajadora,
por el contrario, las tesis Leninistas en cuanto a la conducción,
direccionalidad y la dotación de una ideología (aporte del partido) se
articulan con la construcción del poder de las y los pobres en lucha.
Por tanto, sin partido comunista revolucionario, junto al más amplio
movimiento de masas expresado en el poder popular, no hay conquista del
poder político para los trabajadores y el pueblo.
Otro punto importante tiene relación con el componente clasista que
debe tener la construcción del poder popular y por otro la centralidad
que deben tener los trabajadores como clase que viven cotidianamente la
contradicción capital / trabajo. El poder popular no es, ni debe ser
pluriclasista, es más bien una apuesta de carácter táctico de los
sectores revolucionarios, que a través de esta vía acumulan fuerza
social para la construcción del socialismo y a la vez debilitan al
estado capitalista bajo la tesis del doble poder Leninista.
Por otro lado, y de vital importancia es la reflexión sobre la
capacidad político – militar que debe tener el poder popular. Acá se
evidencia claramente la necesidad del partido revolucionario que
visualice, diseñe y conduzca el enfrentamiento entre la clase
trabajadora y el poder burgués y sus estructuras represivas. Entendemos
que la instalación de este tema en las peleas y construcciones del
pueblo en el presente como un desarrollo cualitativo en las condiciones
de lucha.
El poder popular debiese ser un espacio de socialismo real, concreto,
anticipatorio del nuevo orden social, a la vez y al mismo tiempo que un
espacio para la construcción del hombre y la mujer nueva a la cual nos
convoca el comandante Guevara, embriones de socialismo en la sociedad
capitalista y faros de las nuevas relaciones sociales, de producción y
distribución, donde el desarrollo superior será durante la dictadura del
proletariado y su clímax en el comunismo.
“La emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos” (Carlos Marx).
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