Importante
comunicado del P.C.B. (FR) señala blancos en la lucha de dos líneas en el MCI.
Miguel
Alonso.
Recientemente
el C.C. del P.C.B. (FR) ha hecho público un importante posicionamiento en torno a la
agresión que sufrieron los camaradas del Comité Bandera Roja en la
manifestación del 1º de mayo, en Berlín, por parte de elementos de la Jugendwiderstand.
En el mismo,
señalan con claridad que representan estos ataques y el fondo de los mismos,
que se producen en un momento en que maoístas de todo el mundo avanzan hacia
una Conferencia Internacional Unificada que permita reconstruir una organización
internacional basada en el Marxismo-Leninismo-Maoísmo, despues del colapso del MRI.
Algo muy
diferente a la propuesta de un frente internacional anti-imperialista que
promueven entre otras, organizaciones como la ILPS, que preside el conocido comunista
filipino J.M. Sisón.
Que pueda
haber distintos posicionamientos o discrepancias no es el problema, el mismo
está en que las contradicciones están deviniendo desde “en el seno del pueblo”
a “antagónicas” por la labor solapada y fraccionalista que se impulsa desde la
ILPS, que vemos sustituye la lucha de líneas, posición maoísta, por una ecléctica,
de intrigas y descalificaciones sin un autentico debate o critica cientifica.
Estos hechos,
denunciados por los camaradas del Brasil, representan una grave infracción en
el necesario respeto a las fuerzas revolucionarias en los diversos países,
basado en el principio comunista del internacionalismo proletario y una injerencia
inaceptable.
J.M. Sisón
es un respetado y veterano dirigente comunista que impulso, en los años 60, la
"rectificación" del PCF en torno a la guerra popular y el maoísmo, mas su apoyo a
unas conversaciones de paz, con el régimen genocida de Duterte, han creado
grandes dudas, en amplios sectores comunistas, sobre la línea que actualmente
sostiene.
Los llamados
“acuerdos de paz” se han demostrado como una eficaz vía liquidadora de los movimientos
revolucionarios por los imperialistas y sus lacayos revisionistas, como ejemplo
el caso de Nepal donde el felón de Prachanda, liquidó la Revolución de ND a
cambio de curules parlamentarios en el marco de la democracia burguesa.
Se ha
especulado sobre que esta siniestra línea liquidadora en Filipinas, se basa en
organizaciones urbanas del frente, pero hay más, cabe una pregunta; ¿acaso el
difuso anti-imperialismo no es un reflejo de una profunda línea negra
revisionista que pretende frenar las guerras populares, para impulsar
interclasistas gobiernos anti-imperialistas bajo formas de democracia burguesa
y explotación capitalista?
Apoyamos
firmemente la guerra popular revolucionaria en Filipinas, a su Partido, al NEP
y a las amplias masas revolucionarias, más tenemos que advertir sobre las negras sombras que se
ciernen sobre esta gloriosa guerra popular si los elementos liquidadores
imponen su línea.
La actuación
del agrupamiento ILPS es obra de esta línea negra y es preciso deslindar con
ella con un amplio movimiento de crítica, que involucre al máximo de partidos y
organizaciones maoístas a nivel internacional. Es preciso que la ILPS
rectifique y ponga fin a estas prácticas haciendo autocritica de esa línea derechista
que trabaja por la escisión del MCI.
La unidad de
los comunistas maoístas deviene en necesidad urgente para la Revolución
Proletaria Mundial. Las divergencias deben de ser tratadas basándose en el método
Unidad-Critica-Unidad, profundizando en la crítica al revisionismo de viejo y
nuevo cuño.
La base de
unidad está en la defensa y aplicación del maoísmo como tercera y superior
etapa de la ideología del proletariado revolucionario y su carácter universal para
los diversos procesos revolucionarios en el mundo.
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