Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) Zona de la Mata ocupa un latifundio improductivo más.
El área pertenecía a la Compañía Textil Ferreira Guimarães,
antigua Compañía Industrial Valença, que cerró sus actividades
industriales en 2013
En la mañana de hoy (13 enero), las familias del campamento Gabriel
Pimenta que está en proceso de recuperación en Coronel Pacheco ocuparon
otra área improductiva en la zona de la mata minera. Ubicada en el “pie”
de la Serra da Mantiqueira en el municipio de Antônio Carlos, la
hacienda de Serra con más de 4.000 hectáreas se encontraba en pleno
estado de abandono.
El área pertenecía a la Compañía Textil Ferreira Guimarães, antigua
Compañía Industrial Valença, que cerró sus actividades industriales en
2013. La hacienda fue subastada y no siendo rematada continúa en estado
de abandono.
Acumulando decenas de procesos, varias deudas con la unión y con el
gobierno estadual, la empresa ocupa la posición de número 313 entre las
500 empresas que más deben a la seguridad social.
Con el cambio de dirección las familias del campamento Gabriel
Pimenta tienen su esperanza renovada y la certeza de que la lucha por la
tierra va mucho más allá de los cercos de un solo latifundio.
¡Rebeldía necesaria para hacer la Reforma Agraria!
Indígenas Kanamari ocupan DSEI para denunciar muertes y falta de asistencia en el Valle del Javari
Debido a un levantamiento realizado por la organización
Kanamari, de 2004 a 2017, 30 indígenas murieron por enfermedades o
cometiendo suicidio. En 2017, diez niños murieron.
Desde las primeras horas de la mañana del viernes 12, la sede del
Distrito Sanitario Especial Indígena (Dsei) Valle del Javari, en el
municipio de Atalaia del Norte (AM), está ocupada por indígenas del
pueblo Kanamari. La ocupación ocurre, según una nota divulgada por la
Asociación Kanamari del Valle del Javari (Akavaja), debido a la
indignación de los liderazgos con “el alto índice de muertes” ocurrido
en las aldeas.
En la primera semana de enero, dos niños murieron en menos de dos
días. Ellos presentaban síntomas de diarrea y vómito y, según los
indígenas, no tuvieron atención en el tiempo debido. Uno de ellos, de un
año y ocho meses, de la aldea San Luis en el medio río Javari, tardó
tres días para ser trasladado a la sede del municipio, pero murió
durante el viaje.
Debido a un levantamiento de la organización Kanamari, de 2004 a
2017, 30 indígenas murieron por enfermedades o cometiendo suicidio. En
2017, diez niños de las aldeas San Luiz y Lago Tambaqui murieron a
consecuencia de enfermedades que, en la opinión de Ananimar Dias,
podrían ser evitadas.
Ananimar dijo que Akavaja solicitó varias veces a la Coordinación de
la Secretaría Especial de Salud Indígena (Sesai) que enviara
profesionales para atender a las comunidades con mayor incidencia de
enfermedades, pero no obtuvo respuesta.
En una nota divulgada en esta fecha por facebook el coordinador del
Dsei / Vale do Javari, Jorge Oliveira Duarte, afirma que “esa
movilización tiene un carácter político”.
En la región del Valle del Javari, la población Kanamari es de
aproximadamente 1.200 personas que habitan la región comprendida entre
los ríos Itacoaí y Medio Javari. En la tierra indígena Vale do Javari,
con cerca de ocho millones de hectáreas, situada en los municipios de
Atalaia del Norte, Benjamin Constant, Jutaí y San Pablo de Olivenza,
viven todavía los Mayoruna (Matsés), Marubo, Kulina, Tsohom Djapa y
Korubo. Se estima que allí existe el mayor número de grupos indígenas
sin contacto con la sociedad envolvente.
Manaus (AM), 12 de enero de 2018
Consejo Indigenista Misionero – CIMI
Regional Norte I (AM / RR)
Pastoral de la Tierra: 65 personas fueron asesinadas en conflictos en el campo
Entre las muertes están las masacres en Pará, Mato Grosso y Rondônia
La Comisión Pastoral de la Tierra (CPT) contabiliza a 65 personas
asesinadas en conflictos en el campo en 2017, lo que hace de Brasil el
país más violento para las poblaciones campesinas en el mundo, de
acuerdo con la CPT. Los datos son preliminares y deben integrar el
informe que la comisión divulga cada año con balance sobre conflictos en
el campo del país.
El estudio destaca el crecimiento de asesinatos masivos como método
para exterminar a grupos que actúan en defensa de derechos. En los
últimos años, las muertes de liderazgos venían siendo más frecuentes que
las masacres, por lo que la comisión caracteriza el año 2017 como “el
de la vuelta de las masacres en el campo”. “Lo que estamos viendo es
esto: un Brasil que está eliminando, de forma sistemática, a personas
que luchan por la tierra, por el agua”, dice el integrante de la
coordinación nacional de la CPT, Paulo César.
Entre los crímenes mapeados por la CPT, están las matanzas de Pau
D’Arco, en Pará, en mayo, cuando diez trabajadores rurales fueron
asesinados; de Colniza, en Mato Grosso, en abril, cuando nueve ocupantes
y agricultores fueron ejecutados; y la de Vilhena, en el estado de
Rondônia, donde tres trabajadores rurales fueron muertos por luchar por
la reforma agraria, según las informaciones recibidas por integrantes de
la comisión que actúan en diferentes regiones de Brasil.
Pablo César relata que la Pastoral de la Tierra evalúa que la
situación guarda conexión con la crisis política vivida en Brasil, lo
que lleva a la agudización también de las disputas de intereses entre
comunidades tradicionales, agricultores en general y grupos interesados
en explotar territorios, como el agronegocio, el sector que ha
conquistado más espacio institucional: “El significado de ello para el
campo está siendo desastroso, porque tanto la fuerza de las bancadas y
de las empresas que alimentan esa política han sido muy grandes”.
Los datos de 2017 revelan que hubo empeoramiento en el escenario con
respecto al año anterior, cuando el informe de la CPT indicó el peor
resultado desde 2003. En 2016, las diversas formas de violencia en el
campo resultaron en 61 muertes. En 2015 fueron 50 personas asesinadas en
conflictos agrarios. Por su parte, la comisión advierte que es
necesario tener políticas efectivas para garantizar seguridad a las
personas que viven y luchan en el campo.
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