La ley marcial del régimen de Duterte lo aislará más del pueblo
Al imponer la ley marcial y restringir los derechos civiles y políticos,
el presidente de la GRP, Duterte, está aislando aún más a su régimen
del pueblo. En la vana esperanza de justificar la imposición de la ley
marcial en Mindanao y su plan para imponerla en todo el país, ayer
describió la ley marcial de Marcos como “buena” en total desprecio al
sufrimiento del pueblo filipino bajo la dictadura militar de 1972-1986.
Como resquicio de la detestada ASSO (Orden de Detención, Búsqueda y
Embargo) de Marcos, Duterte ordenó ayer a los militares que llevaran a
cabo búsquedas y arrestos sin orden judicial. Ha ordenado a la AFP que
realice controles, toques de queda y otras restricciones que violan la
libertad de movimiento del pueblo. Mediante la imposición de medidas tan
severas, pretende establecerse como un hombre fuerte que no tolerará
desafíos a su autoridad.
En la ciudad de Davao, la mini dictadura de Sarah Duterte está
aprovechando la declaración de la ley marcial al presentar una larga
lista de medidas antidemocráticas que trata de restringir las libertades
populares, en particular su derecho a reunirse, expresar sus quejas y
buscar soluciones. Como su padre, también quiere prohibir otros actos
que ella considera como desafíos a su autoridad y poder.
Las garantías de Duterte de ayer de que no tolerará abusos son
absolutamente inútiles. Quiere destacar el hecho de que los tribunales
civiles permanecen abiertos, pero descuidan señalar que éstos son
impotentes en medio de la suspensión del recurso de habeas corpus y el
poder absoluto militar de detener a alguien indefinidamente. También ha
amenazado constantemente a la Corte Suprema contra la emisión de órdenes
de restricción para impedir que realice actos que potencialmente violen
las leyes del GRP.
Antes de la imposición de la ley marcial, los soldados de la AFP son
conocidos por los abusos militares contra el pueblo. Con la ley marcial
de Duterte, las tropas fascistas de la AFP están obligadas a realizar
mayores abusos con una impunidad aún mayor, pues ya no están
restringidas por las sutilezas legales.
Ha ampliado el mandato del general Eduardo Año como jefe de Estado Mayor
de la AFP y lo ha designado como supuesto administrador de la ley
marcial. Él ha puesto a un conocido violador de los derechos humanos y
perpetrador de secuestros y otras tácticas de guerra sucia al timón de
su régimen de ley marcial. Duterte, al otorgarle vastos poderes, pudo
conseguir ganar su apoyo y evitar que se uniera o dirigiera un golpe
para establecer una junta militar. Sin embargo, también aumentó la
influencia y el poder de los intervencionistas estadounidenses a través
de sus fanáticos en el escalafón de la AFP que están decididos a
derrocar su régimen bajo el exclusivo poder hegemónico de Estados
Unidos.
Duterte ha hecho un espantajo del llamado Grupo Maute. Que la exhibición
de la bandera negra “ISIS” ha amenazado sus poderes como presidente de
GRP es un exceso de su imaginación. Duterte y la AFP ni siquiera podían
dar al público una estimación creíble de la fortaleza de este grupo. Hay
temores bien fundamentados de que algunas fuerzas pueden realizar
operaciones sucias para justificar la extensión y expansión de la ley
marcial de Duterte para cubrir todo el país.
Partido Comunista de Filipinas
25 de mayo de 2017
No hay comentarios.:
Publicar un comentario