miércoles, 24 de mayo de 2017

Corea del Norte: Lucha antiimperialista y la necesidad de la revolución de nueva democracia

En 1910 Corea había sido ocupada y anexionado como colonia por el imperialismo japonés. Así siguió siendo hasta el final de la segunda guerra mundial de rapiña y pillaje, cuando las tropas soviéticas entraron a Corea para liberarla.
Aprovechando la derrota de Japón, el imperialismo yanqui ocupó posiciones en el Sur de Corea, lo que terminó con la imposición de un gobierno títere del imperialismo yanqui desde el paralelo 38º.
 
Para 1948 Corea estaba dividida entre el Norte y el Sur. En el Norte, Kim Il Sung encabezó la República Democrática y en el Sur, como dijimos, quedó la administración proyanqui del entreguista Syngman Rhee. El objetivo del imperialismo yanqui era cercar a la Unión Soviética y salirle al paso a la Revolución China, que el 1º de octubre 1949, culminó la Revolución de Nueva Democracia y pasó ininterrumpidamente a la Revolución Socialista, liderados por el Presidente Mao Tse-tung.
Syngman Rhee, aprisionó a 30.000 personas, acusándolos de simpatía izquierdista y obligó a 300.000 campesinos a alistarse en una “Liga Nacional de Orientación”. No tardaron en estallar los levantamientos, en Corea del Sur, contra el imperialismo yanqui y su gobierno títere y por la reunificación de Corea.
En 1950, las fuerzas militares norcoreanas se trasladaron al sur a apoyar los levantamientos. El imperialismo yanqui respondió regando de bombas todo el suelo Coreano. Sólo para tener una idea, el imperialismo yanqui soltó tantas bombas que sus mismos reportes militares informaban que la mayoría de las ciudades y pueblos habían quedado reducidas a escombros. Acto seguido, las fuerzas aliadas yanqui-surcoreanas, penetraron en Corea del Norte y se abrieron paso hacia China. El objetivo yanqui era principalmente político: frenar la lucha revolucionaria dirigida por Partidos Comunistas.
Al momento de la invasión a China, rápidamente se moviliza el Ejército de voluntarios chinos para librar batalla contra el imperialismo yanqui y las tropas surcoreanas. Lo que significó un gran sacrificio, ya que las tropas revolucionarias habían atravesado cerca de 30 años de lucha armada contra las tropas imperialistas inglesas, japonesas y contra las fuerzas nacionalistas terratenientes del Kuomintang. A diferencia de las tropas imperialistas yanquis que intervinieron en la Segunda Guerra mundial sólo cuando el Ejército Rojo, dirigido por el camarada Stalin, ya había derrotado al imperialismo alemán.
Esto ya quedó en evidencia al desatarse los primeros combates. Los soldados yanquis, estaban totalmente equipados con armas modernas y consumían toneladas de carne, pollo, leche, dulces, cerveza, whisky, cigarrillos, habanos, etc. y viviendo como ejército parásito, país que invadían intentaban transformarlo en prostíbulo. Los soldados del Ejército Rojo de China, en cambio, se educaron caminando miles de kilómetros, combatiendo con lo mínimo para sobrevivir, sin ser un peso para las masas y sirviendo al pueblo de todo corazón.
En los primeros choques contra las tropas imperialistas yanquis el Ejército de voluntarios chinos, se apoderó de toneladas de equipo militar.
Se firmó un armisticio en 1953 que terminó el combate, aunque nunca se firmó un tratado de paz que terminara el estado de guerra formal. Desde ese entonces, Corea quedó dividido entre el Norte y el Sur.
Tras duras batallas y una cantidad de muertos, que hasta el día de hoy no se han contabilizado (las cifras indican entre 3 y 5 millones), en 1953 se firmó un armisticio, poniendo fin a la guerra, con la derrota del imperialismo yanqui, que quedó relegado a Corea del Sur, donde permanece hasta el día de hoy.
Corea del norte, por su parte, si bien no era un país socialista, era reconocida como parte del campo socialista (al igual que Cuba), asumiendo que era una República Democrática. Sin embargo, en 1956, en la Unión Soviética, el revisionismo da un golpe de Estado contrarrevolucionario, que va a terminar convirtiendo a la URSS en otra potencia imperialista. El gobierno de Corea, en lugar de oponerse a la política socialimperialista soviética, se convirtió en semicolonia rusa, situación que se mantiene hasta el día de hoy.
Es por todo esto, que Corea del Norte, semicolonial y semifeudal no es un país socialista, sino que una semicolonia que para liberarse debe iniciar y desarrollar guerra popular, barriendo al imperialismo, la semifeudalidad y el capitalismo burocrático.
 

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