domingo, 15 de diciembre de 2019

Colombia: ¡Por una Conferencia Internacional Unificada o Conjunta de los marxistas leninistas maoístas! ¡Adelante! (3ª parte)

3. La cuestión del método en la lucha por la Unidad de los marxistas leninistas maoístas

Es magnífico el reconocimiento de la necesidad de la Unidad internacional de los marxistas leninistas maoístas. Pero ésta debe ser una Unidad soportada en la defensa intransigente de los principios del Marxismo Leninismo Maoísmo —los mismos que el revisionismo avakianista ha declarado insubsistentes—, en la delimitación general de campos con las teorías oportunistas que falsean y mellan el filo revolucionario del Marxismo Leninismo Maoísmo, en la verdad del análisis concreto de la situación concreta mundial a la luz de los principios, y en las tareas políticas para transformar la situación en la perspectiva del triunfo de la Revolución Proletaria Mundial. Es sin duda una demoledora exigencia de carácter ineludible si se habla de una Conferencia Internacional Unificada o Conjunta de los marxistas leninistas maoístas. Pero, en palabras del Presidente Mao: Nada es imposible para quien se atreve a escalar las alturas.
Lejos de ser un camino despejado, la lucha por la unidad de los comunistas es un proceso enrevesado, donde dada su complejidad tienden a presentarse dos desviaciones principales. Una, elunificacionismo, inspirado en el desespero pequeñoburgués que rehúye el deslinde de campos, de hecho, es proclive a aceptar la convivencia con tendencias oportunistas, y en este sentido es afín al centrismo que pierde de vista el calado de las obligaciones de los comunistas en el movimiento espontáneo para asegurar su avance en la conciencia, organización y lucha políticas en la perspectiva de la Revolución Proletaria Mundial, obligaciones imposibles de cumplir sin una firme y férrea unidad de los comunistas basada en una clara y profunda demarcación con respecto a las teorías oportunistas. Elunificacionismo solo puede lograr una unidad superficial, formal, artificial, que se romperá fácil ante cualquier embate del oportunismo o del enemigo de clase y es inservible para construir la necesaria unidad de organización de una Conferencia Internacional Unificada o Conjunta de los marxistas leninistas maoístas.
La otra desviación en la lucha por la unidad de los comunistas, es elsectarismo, también propio de la concepción pequeño burguesa del movimiento de masas como un movimiento de borregos incapaces de comprender y ser elevados a la conciencia de la línea ideológica y política del Partido. El sectarismo lleva a ver en otros comunistas enemigos de clase y revisionistas redomados; al tiempo que en ocasiones termina dando espaldarazos a esos sí, verdaderos enemigos del pueblo, como recientemente fue visto frente a los jefes rearmados de las Farc. El sectarismo tiende a romper arbitrariamente la relación del partido con la clase obrera, del movimiento comunista con el movimiento de masas, puesto que el sectario se considera a sí mismo el único movimiento comunista; elsectarismo lleva a marchar adelante del movimiento, no un paso sino separado, intentando llevar a cabo las tareas “ultra revolucionarias” que dictan sus deseos así no correspondan al verdadero carácter de la sociedad ni al estado de conciencia y organización de las masas. El sectarismo es afín al “izquierdismo” y como tal, de imponerse convertirá la unidad de los comunistas en la unidad de una secta más; rehuirá el tratamiento correcto como contradicciones en el seno del pueblo de las reales divergencias entre los marxistas leninistas maoístas, creando una división artificial incompatible con la necesidad y los propósitos de una Conferencia Internacional Unificada o Conjunta de los marxistas leninistas maoístas. “Los sectarios —decía Engels— más inveterados y los peores intrigantes y aventureros son los que en ciertos momentos más ruido arman en torno a la unidad”6.
6 Carta de Engels a Augusto Bebel en Hubertusburg - Londres, 20 de junio de 1873.
El surgimiento de contradicciones al interior de los Partidos y del Movimiento Comunista Internacional, es un fenómeno necesario porque el desarrollo de todo proceso es contradictorio, porque las organizaciones comunistas se desenvuelven en una sociedad de clases donde ideas de otras clases se reflejan y amenazan con socavar o pervertir la línea proletaria, porque la realidad de la situación mundial y nacional de los diferentes países está en permanente movimiento lo cual de por sí, causa contradicciones en el proceso de conocimiento de los comunistas, incluso los cambios en las formas de algunos fenómenos de la fase imperialista se convierten en motivos para cuestionar y declarar insubsistentes los principios marxistas de la teoría proletaria, tal como lo hicieron Bernstein, Kautsky, Jhruschov, Prachanda, Avakian.
La teoría del partido monolítico de una sola línea incólume, sin lucha de líneas, es basura ideológica hoxhista sin correspondencia con la realidad. Las ineludibles contradicciones al interior de las organizaciones comunistas, se manifiestan en una lucha de líneas correspondiente a la lucha entre las dos concepciones del mundo, la burguesa y la proletaria. Es de materialistas reconocerlas y de dialécticos darles el tratamiento correcto.
“La existencia de contradicciones se reconoce y se investiga, precisamente, para combatir aquellas manifestaciones extrañas al marxismo que surgen en el seno del partido y no para complacerse en ellas y aceptarlas como inevitables; para oponer al polo de la contradicción que representan las influencias burguesas el polo de la línea revolucionaria. El negarse a reconocer el desarrollo contradictorio del partido del proletariado (como de cualquier proceso); el establecer una línea sin educar a los militantes en la lucha contra las objeciones y obstáculos que levante contra ella la burguesía, le permite a ésta tomar la iniciativa y socavar la conciencia de los militantes, sin encontrar una respuesta concreta a los argumentos e intrigas con los que combate la línea marxista”7.
7
No basta aceptar la existencia de contradicciones al interior de los Partidos y del Movimiento Comunista Internacional. Es también necesario trazar una línea divisoria, diferenciar las contradicciones entre comunistas, entre camaradas, en el seno del pueblo, manifiestas como divergencias frente a errores y desviaciones por influencia de ideas burguesas o de teorías de partidos pequeñoburgueses, en las cabezas de los cuadros y militantes honestos o en partidos proletarios en el caso del Movimiento Comunista Internacional, todos los cuales no renuncian ni reniegan de la base de unidad e identidad con los intereses de clase del proletariado; y las contradicciones con el enemigo abanderadas por una línea abierta y conscientemente burguesa, oportunista, antimarxista, antiproletaria, antipartido. Son contradicciones de naturaleza diferente que requieren métodos distintos para resolverlas.
“Con los primeros hay que luchar y criticarlos para que superen sus errores, al mismo tiempo que nos unimos a ellos en tanto son elementos honestos equivocados, para reeducarlos y ayudarlos a superar sus errores. A los segundos, los desenmascaramos a través de la lucha ideológica, los expulsamos del Partido y los castigamos en función de sus delitos contra la revolución. El problema de diferenciar en la práctica a unos de otros, es un problema complejo. En particular, debido a que quienes son honestos y han caído en errores, creen (hasta que la crítica y educación les demuestra lo contrario) estar en la razón y expresan, a menudo, con vehemencia sus puntos de vista. Los fraccionalistas, en cambio, conscientes de su labor contrarrevolucionaria, ocultan sus intenciones y actúan en muchos aspectos en secreto. Existe, pues, el peligro de tratar a los enemigos como personas equivocadas y a los militantes honestos que han sido inducidos a error como enemigos, en beneficio de éstos últimos. Esta diferenciación es particularmente difícil, cuando los enemigos emboscados ocupan un alto rango en las filas del partido y hacen valer la autoridad que les otorga ese rango, para camuflarse e inducir a los militantes a posiciones erróneas. Sólo un partido que se ha templado en la lucha de líneas, en el modo correcto de resolver las contradicciones en el seno del partido, en el seno del pueblo y con los enemigos es capaz de resolver este complejo problema de un modo acertado. De allí la importancia que Mao Tse-tung diera, en la capacitación del partido para resolver estas contradicciones, por una parte, al estudio de los principios marxista-leninistas; y, por la otra, a la necesidad de que todos los militantes se formen a través de una participación activa en la lucha contra las diversas manifestaciones de la línea burguesa, a que ejerzan la crítica y la auto-crítica y a que, cuando se trata de defensa de los principios, se atrevan a «luchar contra la corriente». Por eso, se opuso a que los dirigentes «resolvieran» burocráticamente este tipo de problemas a través de un dictamen mecánico y desde lo alto, acerca de quienes están equivocados o son enemigos, sin un amplio debate en que los militantes, orientados por quienes defienden la posición correcta, diferencien por sí mismos entre enemigos y camaradas equivocados, y reafirmen sus posiciones revolucionarias o se liberen a sí mismos si han estado influenciados por las ideas erróneas. En cada lucha, es más importante que los militantes aprendan por sí mismos a discernir entre lo correcto y lo erróneo y entre los camaradas y los enemigos infiltrados, que el que adquieran una fe ciega en la infalibilidad de sus dirigentes para zanjar este tipo de problemas y determinar quiénes son marxistas o anti-marxistas”8.
8 Ídem.
En el caso de las contradicciones en el seno del pueblo, entre comunistas, desarrollar la lucha de líneas, exige utilizar un método correcto y una actitud comunista. Del método advierte el Presidente Mao: “Los problemas de carácter ideológico y las controversias en el seno del pueblo únicamente pueden resolverse empleando métodos democráticos —discusión, crítica, persuasión y educación—, y en ningún caso recurriendo a métodos coercitivos o represivos”9, en pocas palabras por el método de Unidad – Lucha – UNIDAD, esto es, sobre la base de unidad existente, criticar y luchar para alcanzar un mayor grado de unidad, una nueva unidad sobre una base nueva de la línea marxista, de la línea proletaria, haciendo del rechazo a las ideas erróneas, a las ideas no marxistas, una causa común de todos los comunistas del Partido o del Movimiento Comunista Internacional. Y la actitud comunista de luchar sinceramente por la unidad no por la escisión, actitud recalcada por el Presidente Mao: “En esto es necesario ante todo partir del deseo de unidad. Si subjetivamente no existe este deseo, es inevitable que la lucha conduzca a una confusión difícil de controlar. ¿Acaso no equivaldría esto a aquello de ‘lucha despiadada y golpes implacables’?”10, en referencia al método incorrecto para resolver las contradicciones, defendido y aplicado a raja tabla por los dogmáticos “izquierdistas” en el Partido Comunista de China.
9 Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo - Mao.
10 Ídem.
En la actualidad, sobre la base de unidad conquistada en el deslinde general con el revisionismo avakianista, existen contradicciones, divergencias, discrepancias, entre los marxistas leninistas maoístas, resaltando distintos matices que dividen el Movimiento Comunista Internacional no solo en cuanto a la dispersión de sus partidos y organizaciones sin un centro único de dirección internacional, sino principalmente en cuanto a la ausencia de una Línea General única y un solo Programa de lucha política internacional. Esta realidad objetiva del Movimiento Comunista Internacional ha sido llamada por la Unión Obrera Comunista (mlm), confusión ideológica, impotencia política y dispersión organizativa.
Existen divergencias respecto al juzgamiento de la experiencia histórica, que en el caso de la III Internacional sobre la base de unidad de defender su rol dirigente del Movimiento Comunista Internacional y del proletariado mundial, subsisten discrepancias frente a orientaciones del VII Congreso y a las causas de su disolución, que si bien el Movimiento Revolucionario Internacionalista en su Declaración de 1984 en parte se había propuesto investigar y resolver, no lo logró; que sobre la base de unidad de aceptar que la continuación de la revolución bajo la Dictadura del Proletariado en la Gran Revolución Cultural China fue el mayor avance histórico en esta necesidad de la transición entre el capitalismo y el comunismo, hay discrepancias sobre las causas profundas de la derrota en Rusia y China; que frente a la experiencia del Movimiento Revolucionario Internacionalista sobre la base de unidad de reconocerle el mérito de que su formación “fue un esfuerzo internacional positivo teórico y práctico, que respondió a las exigencias y necesidades ideológicas, políticas y organizativas del movimiento comunista internacional en las circunstancias de un periodo definido por la crisis que había hundido al movimiento comunista tras la derrota de la revolución china”11 luchando contra la corriente de la ofensiva anticomunista del imperialismo y de la reacción mundial, abanderando en un ambiente de claudicación y derrota la vigencia de la Revolución Proletaria Mundial, la defensa de los intereses de la clase obrera y de su ideología cuyo más alto desarrollo —el Marxismo Leninismo Maoísmo— fue anunciado públicamente en la Declaración de 1993, llamando a la lucha en oposición a la claudicación, el pacifismo y el revisionismo, defendiendo el derecho de los oprimidos a la rebelión, a la guerra popular y a la revolución, actuando como centro ideológico y político internacional de los marxistas leninistas maoístas y del proletariado mundial que en distintos países pudo reconstruir o fortalecer su partido de vanguardia… sobre esta base de unidad y el reconocimiento de que el Movimiento Revolucionario Internacionalista finalmente fue derrotado por una línea revisionista que se impuso en su Comité, existen discrepancias sobre las causas y circunstancias en las que surge la línea revisionista de Prachanda y Avakian, respecto a lo cual, afirman los camaradas en la Resolución de 2012 que:
minaron profundamente su unidad, dificultaron la incorporación de más partidos m-l-m y, de esta manera, bloquearon la realización de las tareas que se había marcado a sí mismo”12.
12 Ídem.
Mientras que los camaradas defensores del llamado “Pensamiento Gonzalo” señalan que:
“Si bien el MRI correctamente fue caracterizado por el Presidente Gonzalo como un ‘paso adelante’, él también señaló, con la precisión que le es propia, que ‘mientras se siga una línea ideológica-política justa y correcta’; será un paso adelante, y así el MRI sirvió a unir a los comunistas en base a la línea roja, y ésta no podía ser otra que la del Presidente Gonzalo. Es decir, lo principal de la evaluación del MRI es constatar que, sirvió a la revolución proletaria mundial –en particular a la tarea de bregar por la reunificación de los comunistas, mientras sirvió a la lucha de poner el maoísmo como su único mando y guía, es decir, a la lucha dirigida por el Presidente Gonzalo, y dejó de jugar un papel positivo, cuando los revisionistas del “PCR” de los Estados Unidos, aprovechando la situación problemática de la izquierda por el recodo en la guerra popular en el Perú, pasó a hegemonizarlo totalmente”13.
13 Declaración Conjunta del 24 de Septiembre de 2018.
Por nuestra parte remarcamos un error en la forma de aplicar el método de la lucha de líneas, habida cuenta del agotamiento de los procedimientos y consultas internas —todavía son secretos y desconocidos los documentos internos de lucha contra las manifestaciones e ideas que luego tomarían cuerpo en la línea revisionista de Prachanda y Avakian—, y una vez revelado el carácter antagónico entre la línea marxista y la nueva línea revisionista, era necesaria la discusión pública de las divergencias, cuya ausencia favoreció el relativo libre desarrollo de las teorías revisionistas al interior del movimiento y desarmó a los marxistas leninistas maoístas de dentro y fuera para concentrar la lucha contra el nuevo enemigo oportunista camuflado en una supuesta defensa del Marxismo Leninismo Maoísmo. Tal fue la posición de los camaradas chinos respecto a la polémica con el revisionismo Jhruschovista: “La esencia de la cuestión consiste en que las actuales divergencias en el movimiento comunista internacional son entre el marxismo-leninismo y el revisionismo y entre el internacionalismo proletario y el chovinismo de gran potencia. El cese de la polémica pública no conducirá a una solución definitiva de estas importantes divergencias de principio. Al contrario, sólo en el curso de la polémica pública mediante la exposición de los hechos y argumentos, es posible esclarecer la verdad, distinguir lo justo de lo erróneo y defender y robustecer la unidad del movimiento comunista internacional sobre la base del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario”14.

Existen contradicciones, divergencias, discrepancias, entre los marxistas leninistas maoístas, causadas por las nuevas formas seudo marxistas leninistas maoístas de viejas teorías oportunistas, donde ideas o teorías no marxistas, propias principalmente del revisionismo avakianista, contaminaron a otros partidos y organizaciones por su convivencia dentro del Movimiento Revolucionario Internacionalista, por la cercanía o simpatía de otros partidos y organizaciones dado el prestigio ganado por ese movimiento y bajo el cual trabajaba agazapada la línea revisionista. Tales ideas o teorías no marxistas acogidas sin crítica por otros partidos y organizaciones tienen que ver principalmente con las leyes de la dialéctica, más exactamente, la abjuración de la negación de la negación, ley que al determinar la dirección del movimiento es inaceptable para el revisionismo avakianista dado su rechazo al determinismo marxista; y con la exaltación y culto al papel dirigente infalible de los jefes por encima de la dirección colectiva de los organismos del partido olvidando que “El fortalecimiento de la dirección colectiva es una condición previa importante para la implementación del centralismo democrático en el Partido; una garantía importante para el establecimiento de la dirección centralizada del Partido. Los comités del Partido a todos los niveles son órganos que ejercen una dirección centralizada. Sin embargo, la dirección del Partido es una dirección colectiva y no proviene de las decisiones arbitrarias de individuos particulares. Sólo mediante la aplicación concienzuda del sistema de dirección colectiva podremos practicar correctamente el centralismo democrático en el Partido, y los comités del Partido podrán desempeñar plenamente su papel como núcleos de dirección en la correcta realización de todas las tareas. […] el Presidente Mao ha dicho: ‘El sistema de comité del Partido es una importante institución partidaria que garantiza la dirección colectiva e impide que una sola persona acapare la gestión de los asuntos’”15.

Existen contradicciones, divergencias, discrepancias, entre los marxistas leninistas maoístas, causadas también desde fuera del marxismo, por ideas y teorías guevaristas que han influido en la distorsión de posiciones marxistas leninistas maoístas tales como “el poder nace del fusil” y “el partido dirige el fusil”, destacando unilateralmente el poder de las armas sobre el poder de las masas armadas guiadas por una línea revolucionaria, lo cual ha conducido a reconocerle carácter revolucionario o a guardar silencio frente a ciertas luchas armadas contra el imperialismo dirigidas por líneas reaccionarias, contra revolucionarias, no liberadoras sino opresoras de las masas, caso de los fundamentalistas religiosos musulmanes; incluso a horadar el carácter del partido como dirigente político por excelencia, con la teoría de su militarización con lo cual, lo político sería objetivamente dominado y sometido al poder militar de las armas en sus filas.
Existen contradicciones, divergencias, discrepancias, entre los marxistas leninistas maoístas, causadas por la tendencia a convertir viejas formulaciones del proceso real en dogmas incuestionables, contraviniendo el proceso del conocimiento materialista dialéctico que exige reconocer el movimiento de la materia, buscar la verdad en los hechos y análisis concreto de la situación concreta.
En las últimas décadas de la descomposición imperialista, sin que se modifiquen las características fundamentales del sistema capitalista–imperialista, han ocurrido fenomenales cambios como lo es la aplicación de la revolución digital a la producción, con lo cual, el vertiginoso aumento del capital constante invertido en la automatización de la producción y la acelerada rebaja en el capital variable, ha aumentado extraordinariamente la composición orgánica del capital, ha acelerado la tendencia a la disminución de la cuota de ganancia, ha fortalecido la anárquica superproducción de bienes materiales inaccesibles para las masas, base material de la crisis capitalista, mundial, profunda, extensa como se ve en la crisis iniciada en el 2008. Los imperialistas buscan contrarrestar esa tendencia aumentando la superexplotación y opresión en sus propios países y en los países oprimidos en contubernio con sus lacayas y socias clases dominantes locales (reformas ordenadas por la OCDE, FMI, BM), arrasando desaforadamente las riquezas naturales, desatando, auspiciando y financiando guerras reaccionarias por el petróleo y demás riquezas minerales, todo lo cual estimula otro portentoso cambio mundial, el de la distribución de la población concentrada principalmente en las ciudades en cumplimiento de la ley de población del capitalismo, acicateada por las migraciones de millones de proletarios lanzados al arroyo del desempleo y la miseria, la descampenización causada en los países oprimidos por el desarrollo en el campo del modo capitalista y sus relaciones sociales de producción —superexplotación de obreros agrícolas y campesinos pobres— y el desplazamiento por las guerras reaccionarias de campesinos despojados de su tierra, pobladores rurales y refugiados.
Todo esto necesariamente incide en el carácter de la sociedad y la disposición de las fuerzas sociales en los países oprimidos, algunos de los cuales ya no son propiamente semifeudales sino capitalistas oprimidos; cambios económicos de la estructura social que conllevan a cambios en el programa y la estrategia de la revolución. Las divergencias suscitadas por estos cambios objetivos, fueron esbozadas ya en 1984 en la Declaración del Movimiento Revolucionario Internacionalista y hoy siguen siendo motivo de discrepancia entre los marxistas leninistas maoístas.
Igual acontece con el peso e importancia del proletariado mundial en la correlación de las contradicciones mundiales del imperialismo, cuestión de poca monta para la tendencia dogmática señalada arriba, en detrimento de su significación para la disposición estratégica de las fuerzas revolucionarias en el mundo y en cada país, y para los planes tácticos de los comunistas sometidos al fuego de la lucha de clases, cuya agudización mundial es puesta de manifiesto en los levantamientos y rebeliones de los trabajadores en no pocas ciudades de países oprimidos y de las metrópolis imperialistas.
Otra contradicción es la suscitada por esa tendencia dogmática opuesta a reconocer que la sociedad de un país imperialista hoy, tiene un carácter muy diferente de lo que fue la sociedad china durante la revolución de Nueva Democracia, y por tanto, la estrategia del proletariado de guerra popular para tomar el poder es distinta a la de guerra popular prolongada en China o en los países oprimidos semifeudales.
Y más grave aún que eludir estas divergencias frente al conocimiento de la realidad objetiva de la sociedad mundial, es la actitud malsana, no proletaria de achacarlas a “maniobras” del imperialismo y la reacción.

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