¡Proletarios y pueblos oprimidos
de todo el mundo, uníos!
¡Viva el Camino Luminoso de
Octubre!
Hace 100 años las masas
populares explotadas y oprimidas de Rusia protagonizaron un gran acontecimiento
histórico. Bajo la intrépida dirección del Partido Bolchevique y la lúcida jefatura
del Gran Lenin, la inmensa mayoría de la clase obrera, de los campesinos pobres
y de los soldados rusos, unidos por pan, paz y tierra, se alzaron como furioso
tifón para barrer el recién establecido gobierno Provisional, poder político de
la burguesía imperialista y restos feudales, proclamando la República
Socialista Soviética de Rusia. La revolución proletaria socialista triunfaba,
por primera vez, representando un giro tal que abriría una Nueva Era para la
Humanidad, la Era de su transición a la sociedad sin clases, sin explotación
del hombre por el hombre, la de la Emancipación Humana, la sociedad de la
eterna armonía, el dorado comunismo.
La Revolución de Octubre
cumplía los requisitos y las premisas de la revolución proletaria, previstas y
establecidas por los fundadores del socialismo científico, confirmando el
carácter científico de éstas: el partido comunista, apoyado en las masas
armadas, aplicando la violencia revolucionaria, tomó de asalto el poder de la
burguesía, expropió a los capitalistas y latifundistas, abolió la propiedad
privada de los medios de producción, socializándolos y nacionalizando la
tierra, destruyó la maquinaria burocrático-administrativa-policial-militar y
estableció el nuevo poder estatal del proletariado, sobre la base de la alianza
obrero- campesina y en la forma innovadora de los consejos de los delegados del
pueblo (Soviets), directamente elegidos en las unidades de producción, locales
de actividades o vivienda, por los obreros, campesinos y soldados,
centralizados en el gobierno de los Comisarios del Pueblo.
Realizaba lo que proclamaba
Lenin, doce años antes, en medio de los combates de la primera revolución
democrática burguesa de 1905: "Sólo el pueblo armado puede ser un
verdadero baluarte de la libertad popular". [1]
El primer factor, subjetivo, y
más decisivo del triunfo de la Revolución Socialista de Octubre residió en la
existencia de un partido de nuevo tipo armado con una línea ideológico-política
marxista, como Stalin destacaba en su balance: "fuerte no sólo por su
experiencia y por una disciplina templada durante años, aino también por lazos
infinitos con las masas trabajadoras ". [2]
Esencialmente un partido
forjado entre las masas y educado en el combate implacable al oportunismo y en
la violencia revolucionaria.
El segundo, también subjetivo,
fue la acertada línea de la alianza obrero-campesina, como afirmó Stalin que
"La Revolución de Octubre triunfó, porque supo arrebatar a la burguesía
sus reservas campesinas, porque supo conquistarlas para el proletariado, y el
proletariado era en esta revolución la única fuerza capaz de dirigir las masas
de millones y millones de trabajadores de las ciudades y del campo". [3]
Y el tercero, el factor
objetivo, fue la situación concreta y particular que se había creado en Rusia
con la guerra interimperialista. El capitalismo en su fase monopolista había
conducido la lucha por el reparto del mundo entre las principales potencias
imperialistas y el oportunismo como social-chovinismo predominaba en los
principales partidos obreros de Europa, a tal punto que la guerra de proporción
mundial se había vuelto ineludiblemente en Guerra Mundial. Como nadie, Lenin
supo comprender que allí en Rusia, país relativamente atrasado, había
convergido todas las contradicciones del imperialismo agudizadas al extremo,
haciendo de ella el eslabón más débil de su cadena de dominación mundial. La
existencia de un proletariado muy concentrado y con amplia experiencia de
luchas y una guerra injusta que armara como ejército a cientos de miles de
campesinos miserables, sedientos por tierra, justicia y paz, hastiados de la
condición de carne de cañón a que les había obligado el imperio zarista.
Así, la acertada política del
Partido Bolchevique condujo no sólo al triunfo la insurrección armada como
garantía del establecimiento del Nuevo Poder, los Soviets o el Poder político
del proletariado, basado en la alianza obrero-campesina y más avanzada democracia,
la Dictadura del Proletariado. Estableció todos los derechos de los
trabajadores y pasó el control de las fábricas a los obreros, entregó la tierra
a los campesinos pobres a la base de su nacionalización, instituyó la igualdad
jurídica y de derechos de la mujer, respondió al problema de las nacionalidades
oprimidas basado en el derecho de los pueblos a su autodeterminación, creando
la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) ya en los primeros
años del Poder Soviético.
La importancia de este
grandioso hecho proletario también está en su significado internacional al
sacudir el yugo del capital en todo el mundo, haciendo estremecer los cimientos
del imperialismo. Al derrotar al imperialismo, la gran burguesía y latifundio
dentro de Rusia, la Revolución de Octubre comprobó el partido de nuevo tipo
como el partido revolucionario de la clase, forjó la nuevo arma de lucha, en el
sentido de Stalin, la teoría y la táctica de la revolución proletaria en
general y la teoría y la táctica de la dictadura del proletariado, en
particular. Esto indicó a los pueblos oprimidos de todos los países el camino
para el derrocamiento final de la explotación y opresión: la conquista y
defensa del Poder por la lucha armada, dirigida de modo absoluto por el Partido
Comunista.
Este significado internacional
expresó esencialmente su validez universal como Leninismo. Y fue sobre la base
de ese extraordinario hecho del proletariado que Lenin fundó la III
Internacional, la Internacional Comunista que llevaría el marxismo-leninismo
por todo el mundo, potenciando los partidos comunistas existentes e impulsando
su creación en los países que aún no existían.
La fuera de la Gran Revolución
Socialista de Octubre en Rusia no sólo alentó la lucha del proletariado de
Europa y Estados Unidos; ha retumbado hasta las regiones más remotas de la
tierra despertando millones y millones de seres humanos explotados y naciones
oprimidas para la lucha de liberación. Con el capitalismo monopolista, el
imperialismo, como tendencia en toda línea hacia la violencia y la reacción,
terminó la época de la revolución burguesa mundial y con la Revolución de
Octubre la burguesía, en cuanto clase, pasó por completo a la
contrarrevolución.
La época de la Revolución
Proletaria Mundial se inauguró con sello de oro. En la condición en que las
grandes potencias, controladas por un puñado de financistas y en medio de
pugnas y colusión por el reparto y nuevo reparto del mundo, ejercen su dominio
sobre pueblos y naciones enteras, la lucha de liberación de éstos se ha
convertido en parte integrante de la Revolución Proletaria. Por el contrario,
al frente de la revolución en la China semicolonial-semifeudal, el Presidente
Mao afirmó categóricamente que "El trueno de los cañones de la Revolución
de Octubre trajeron el marxismo-leninismo hacia China. "Entonces la
Revolución china ganó una nueva fisonomía." [4]
Y aun fundamentando que el
Poder es la cuestión esencial de la guerra popular pontificó: "Los fusiles
de los bolcheviques crearon el socialismo en Rusia". [5] El triunfo de la
Revolución de Octubre elevó el marxismo a una segunda etapa de su desarrollo:
el leninismo.
Después de la derrota de la
memorable Comuna de París, que Lenin llamó "Ensayo general de la
revolución proletaria mundial", el triunfo de la Gran Revolución
Socialista de Octubre puso a desarrollar poderosamente la Primera Etapa de la
Revolución Proletaria Mundial, la de la Defensa Estratégica.
Sin que hubiera un solo día de
paz, con agresiones y sabotajes perpetrados por la contrarrevolución interna y
el imperialismo y la reacción mundial, la dictadura del Proletariado por
primera vez, realizó las hazañas humanas jamás vistas sobre la faz de la
tierra. Todo realizado por el Poder soviético apoyado en las masas organizadas
teniendo por médula al Ejército Rojo, dirigidos por el Partido Comunista.
En los primeros días, desde
que el territorio de la URSS fue agredido por ejércitos de catorce países,
siempre en medio de las más duras luchas y triunfos contra el oportunismo de
"izquierda" y principalmente contra la derecha revisionista
(bujarinista, trotzkista, zinovievista, etc.) y contrarrevolucionaria al
interior del Partido, en el Ejército
Rojo y en el Estado Soviético, hasta la derrota de la dictadura del
proletariado por el nuevo revisionismo kruschovista, treinta y nueve años
después del Gran Octubre. Durante treinta y nueve años desbravando el terreno
inhóspito del camino de la construcción del socialismo en un solo país, frente
a la derrota temporal de la revolución proletaria en Europa, teniendo que luchar
contra los ataques de los dogmáticos y todo el pesimismo, sin dejar de apoyar
un solo día la lucha revolucionaria y de liberación de los pueblos en el resto
del mundo. Bajo el intenso y sistemático fuego de los enemigos enfrentó la
guerra civil, realizó la electrificación e industrialización, la cooperativización
del campo y soportó la devastación indescriptible y los genocidios practicados
por las hordas hitlerianas. Al costo de la vida de más de 25 millones de
compatriotas la URSS, bajo la guía del Partido y de Stalin, se llevó al triunfo
a la Gran Guerra Patria aplastando a la bestia nazi en su territorio, liberó
junto con las fuerzas de la resistencia local a los pueblos del Este de Europa
y marchó sobre Alemania hasta el búnker de Hitler, plantando la bandera roja
con la hoz y el martillo en la cúpula del Reichstag, en Berlín. Reconstruyó una
vez más el país y saltó al frente de las naciones capitalistas más
desarrolladas, en muchas áreas en el campo de la ciencia y la técnica. Fue
movilizando, politizando, organizando y armando millones de masas trabajadoras,
potenciando su pensamiento y acción creadora que llevó la construcción del
socialismo y la experiencia de la Dictadura del Proletariado a grandes alturas.
¡Honor y gloria eternas a los comunistas
y las masas heroicas soviéticas, al Partido Bolchevique, a su magistral jefe,
el Gran Lenin y a su genial conductor el Gran Stalin!
La gigantesca victoria del
Poder Soviético, de las masas trabajadores y revolucionarias de la Unión
Soviética y del heroico y glorioso Ejército Rojo, todo bajo la dirección del
Partido Comunista y del Gran Stalin en la II Guerra Mundial, la liberación de
los países del Este Europeo y Corea en Asia, conformando en ellos las democracias
populares, ampliaron formalmente el campo socialista mundial.
Con el triunfo de la Gran
Revolución China, cuatro años después, la relación de fuerzas entre
proletariado y burguesía, entre socialismo e imperialismo, se había
equilibrado. La Revolución Proletaria Mundial pasó a su Segunda Etapa, la del
Equilibrio Estratégico.
Para el imperialismo, ya
hegemonizado por EUA, se planteó concretamente el problema de su aplastamiento
como dominación mundial y para la burguesía su derrocamiento como clase
dominante. En este sentido, los yanquis lanzaron su estrategia de "guerra
fría", teniendo como centro la amenaza de golpear a la URSS con armas
atómicas. Sin embargo, todos los avances logrados en la lucha revolucionaria y
en la aplicación de las tareas de construcción socialista, el desarrollo de las
fuerzas productivas y la creciente satisfacción de las necesidades de las
personas- resultaron insuficientes para asegurar el desarrollo continuado de la
revolución y conjurar el peligro de la restauración capitalista. La dirección
bolchevique no logró a tiempo la necesaria comprensión de cómo proseguir la
revolución en las condiciones del socialismo y de la Dictadura del
Proletariado, en que la lucha de clases seguía y se volvió más encarnizada y
más compleja. En esta cuestión el camarada Stalin reveló dificultades en el
manejo de las contradicciones, concluyó ya a finales de los años de 1930 que en
la URSS no había más clases antagónicas, sino que sólo elementos
contrarrevolucionarios y antisociales, agentes del imperialismo, subestimando
así la necesidad imperiosa de la movilización constante de las movilizaciones
constantes de masas en el combate a la ideología burguesa y a sus defensores
abiertos y disimulados en el Partido, en el Ejército y en el Estado, así como
la batalla sin cuartel contra las ideas reaccionarias incrustadas en las
costumbres y tradiciones, apostando por una lucha a través del aparato de
seguridad interna. Sin embargo, como demuestran los hechos históricos, fue sólo
después de la muerte del camarada Stalin, gran marxista, como lo definió el
Presidente Mao, e intransitable obstáculo que era ante los sueños e intentos de
la contrarrevolución, que ésta se vio alentada y se levantó bajo el manto del
nuevo revisionismo para restaurar el capitalismo. Después de la muerte del
camarada Stalin, en las condiciones internacionales de vigencia del chantaje
nuclear yanqui, y de traición revisionista por los partidos comunistas en
Europa y EUA al final y después de la II Guerra, encabezados por Kruschov, de
forma abierta y astuta los restauracioncitas falsificaron el marxismo-leninismo
y subvirtieron el sistema socialista; propagaron el populismo burgués,
erigieron una línea negra en oposición a la lucha de clases, a la violencia
revolucionaria y a la Dictadura del Proletariado y condujeron a la URSS a la
restauración capitalista (1956).
Se sirvieron del gigantesco
prestigio de la URSS construido por el hercúleo y heroico trabajo, estudio y
lucha del pueblo soviético, bajo la magistral conducción del gran Lenin y de su
sagaz discípulo Stalin, subrepticiamente pintado como vulgar criminal por
Kruschov, quién arrastró detrás de sí para el pantano de la contrarrevolución a
la gran mayoría de los países del campo socialista y la inmensa mayoría de los
partidos comunistas en el resto del mundo.
Pero no sin tener que afrontar
con la más tenaz batalla ideológica jamás vista (el Gran Debate) en defensa del
marxismo -leninismo y de implacable combate y desenmascaramiento del nuevo
revisionismo. El Presidente Mao identificó en el XX Congreso del PCUS, detrás
de los cobardes ataques al camarada Stalin y de las "novísimas" tesis
de Kruschov, la aparición y sistematización de un nuevo revisionismo,
demoliendo su teoría podrida de la “Coexistencia" y de los "Dos"
todos". E investigando las causas que condujeron a la restauración
capitalista en la URSS, en medio del más tormentoso combate contra el camino
capitalista en China y sus defensores en la dirección del Partido Comunista de
China, en el Ejército Popular de Liberación y en el Estado Socialista, lanzó la
gran Campaña de "Educación Socialista y el Gran Salto Hacia Adelante”.
Luego, sosteniendo la tesis marxista-leninista de que en el socialismo
"existen clases y luchas de clases", advirtió "No olvidar jamás
la lucha de clases" y se desencadenó la Gran Revolución Cultural
Proletaria. "Movilizando cientos de millones en la defensa del Poder del
proletariado y por el ejercicio de su dictadura de forma omnímoda sobre la
burguesía, combatiendo la revisionista “teoría de las fuerzas productivas” proclamó:
¡Emprenderse en la revolución y promover la producción!, "Primero rojos y luego
especialistas" y poner la "política al mando", movilizando la
inmensa mayoría de las masas por su transformación ideológica constante,
impidió por diez años la misma restauración en China.
Bajo la bandera del
marxismo-leninismo y del Gran Octubre, la Gran Revolución Cultural Proletaria
dirigida personalmente por el Presidente Mao, elevó su pensamiento como el
marxismo-leninismo de la época y consagró a la Guerra Popular como la
profundización del Camino Luminoso de Octubre, sistematización y síntesis que
realizó el Presidente Mao de la experiencia histórica de la lucha
revolucionaria de las masas oprimidas, especialmente del proletariado para la
conquista y defensa de su Poder. Desaprendidos, pero astutos, los revisionistas
modernos, avasallados por el socialimperialismo de la URSS y PCUS
kruchovistas-breznevistas, desde entonces, bajo la línea general de la
"transición pacífica", tergiversaron sobre el Camino Luminoso de
Octubre y defendieron la participación en el parlamento burgués como el nuevo
camino para el socialismo, como última "aplicación creadora" y
"desarrollo ulterior" del marxismo- leninismo. Arrastraron por tierra
el Camino Luminoso de Octubre y patearon sobre él actuando como fuerzas
auxiliares de la burguesía imperialista y de sus lacayos en los países
dominados o como meros peones en el tablero de la pugna y colusión de ese entonces
entre la superpotencia yanqui y la superpotencia social-imperialista que
representaba entonces ya la URSS, provocando la confusión entre las masas para
dividirlas y desviarlas del camino revolucionario, así como para dividir y
domesticar al Movimiento Comunista Internacional.
Contra toda esta traición
revisionista se levantó el PCCh desencadenando abiertamente en 1963 la
tempestad contra el nuevo revisionismo y en defensa del marxismo-leninismo, con
la "Proposiciones acerca de la Línea General para el Movimiento Comunista
Internacional" y los "Nueve Comentarios" que la siguieron.
Al mismo tiempo teniendo que
dar luchas contra los disimulados defensores del camino capitalista
capitaneados por el Kruschov chino, Liu Shao-chi, el Presidente Mao llamó a los
verdaderos marxistas-leninistas de todo el mundo a mantenerse inquebrantables
en la defensa del Camino Luminoso de Octubre para hacer la revolución de nueva
democracia ininterrumpida al socialismo en los países oprimidos por el
imperialismo y la revolución socialista en los países imperialistas. Convocó al
proletariado de todos los países y las naciones y pueblos oprimidos de todo el
mundo a unirse y atreverse a luchar y derrotar al imperialismo yanqui, enemigo
común de todos los pueblos del mundo, sancionando que el imperialismo y los reaccionarios
son tigres de papel.
En el caso de la dictadura del
proletariado, desencadenó la gran revolución cultural proletaria para barrer
con los defensores del camino capitalista, llevar la lucha de clases en las
condiciones del socialismo y combatir el peligro de la restauración burguesa.
Así lo advirtió a los comunistas de lo que había dicho Lenin la burguesía
derribada del poder no desaparecía y que al contrario, derrotada ella
centuplicaba su fuerza contra el nacimiento y aún frágil sistema socialista. La
burguesía trata, sin embargo, de valerse de las viejas ideas, cultura, hábitos
y costumbres de las clases explotadoras para corromper las masas y conquistar
la revolución cultural de la gente en su esfuerzo por restaurar su Poder. El
proletariado debe hacer exactamente lo contrario: debe dar golpes despiadados y
frontales a todos los desafíos de la burguesía en el dominio ideológico y
cambiar la fisonomía espiritual de toda la sociedad utilizando sus propias
nuevas ideas, cultura, hábitos y costumbres. Nuestro objetivo actual es
aplastar, mediante la lucha, a los que ocupan puestos dirigentes y siguen el
camino capitalista, criticar y repudiar las 'autoridades' reaccionarias
burguesas en el campo académico, criticar y repudiar la ideología de la
burguesía y demás clases exploradoras, y transformar la educación , la
literatura y el arte y los demás dominios de la superestructura que no
corresponden a la base económica del socialismo, a fin de facilitar la
consolidación y el desarrollo del sistema socialista. "[6]
Así, por diez años, las
realizaciones de la dictadura del proletariado fueron tal, que se ha convertido
en una de las más grandes enseñanzas de la historia de la revolución
proletaria. En cuanto a los grandes saltos de la Gran Revolución Cultural Proletaria
(GRCP) la derecha revisionista supo maniobrar para aislar a la izquierda
maoísta y con la muerte del Presidente Mao, la camarilla de Teng Siao-ping se
vio alentada a dar el paso golpe de Estado, revocar uno a uno los veredictos
revolucionarios de la GRCP y desencadenar la restauración burguesa (1976).
Tal acontecimiento marcó el
fin de la Primera Gran ola de la Revolución Mundial, que se inició con la
publicación del Manifiesto Comunista y principalmente con la Comuna de París,
Primera Onda con la que la revolución proletaria cumplía la etapa de defensa
estratégica, alcanzaba la etapa de equilibrio estratégico, desarrollándola y
ensayando su contraofensiva general.
Son irrefutables los progresos
y avances que la GRCP constituyó para la revolución proletaria en China y
mundial. La GRCP como forma y contenido de llevar la lucha de clases en las
condiciones de la dictadura del proletariado, como conducir la transición al
comunismo, combatiendo el peligro de la restauración burguesa, puso en total
evidencia los desarrollos del marxismo-leninismo que el entonces llamado
pensamiento Mao Tse Tung constituía, comprobados en la larga trayectoria de la
Revolución China y para responder a los nuevos problemas de la revolución
proletaria mundial y llevarla hasta el fin a su meta el comunismo.
A través de su profunda comprensión
y magistral manejo de la filosofía marxista el Presidente Mao definió la contradicción,
en su unidad y lucha de contrarios como la ley fundamental de la dialéctica,
que rige toda la materia infinita en su transformación constante, el universo,
la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. Sintetizándola en que todo es contradicción y "uno se
divide en dos", la aplicó a la construcción del partido, partiendo de que
en él, en su seno, manifiestan las contradicciones de clase de la sociedad,
entre lo nuevo y lo viejo y entre el correcto y el erróneo, formulando el
método de la lucha de dos líneas para la fragua de la línea proletaria y para
combatir líneas contrarias que de tiempo en tiempo, en determinadas condiciones
emergen en el partido. Tomando de los fundadores de que son las masas que hacen
la historia, de que son ellas las que hacen la revolución y el partido las
dirige, formuló la línea de masas, de partir de las masas a las masas, como
método universal de conocer y transformar el mundo.
Con la exquisita síntesis que
hizo del marxismo-leninismo, principalmente de las lecciones que sacó del
Camino Luminoso de Octubre, afirmando categóricamente que el Poder nace del
fusil; de lo afirmado por Lenin de que lo fundamental en toda revolución es la
cuestión del Poder, desarrolló la teoría de la Guerra Popular como doctrina
militar del proletariado teniendo como su centro el Poder; de que para hacer la
revolución el proletariado necesita construir no sólo su partido revolucionario
de nuevo tipo, sino también, como instrumentos propios suyos, otros dos también
fundamentales, es decir, además del Partido Comunista, el Ejército Popular y el
Frente Único Revolucionario. De que, mientras exista el sistema de explotación
del hombre por el hombre, la guerra será realidad, de que éstas son de dos
tipos, guerra injusta y guerra justa. La guerra injusta es la guerra que las
clases explotadoras hacen contra las masas trabajadoras y contra otras naciones
por dominarlas y explotarlas. La guerra justa es la guerra que los explotados y
oprimidos, pueblos y naciones, hacen por su liberación. Y siendo el
imperialismo la última sociedad basada en la explotación, en la que la
burguesía imperialista condujo al mundo entero a la militarización total, la
guerra se tornó inevitable y medio de mantenimiento de este sistema en
descomposición, condenado a desaparecer. El Presidente Mao afirmó "hacer
la guerra justa para exterminar la guerra injusta, hacer la guerra para
conquistar la paz eterna". [7]
Como es innegable la
inspiración que la GRCP llevó a los verdaderos marxistas-leninistas de todos
los continentes a desencadenar nuevos movimientos revolucionarios. Así fue con
el gran "trueno de la primavera", de mayo de 1967, del masivo y
heroico levantamiento armado de los campesinos de Naxalbari (Bengala
Occidental), liderado por el Partido Comunista de la India Marxista-Leninista
de Charu Mazundar, hoy Partido Comunista de la India (" maoísta). Como
también es cierto el aliento que llevó a las luchas de liberación nacional de
los países agredidos y ocupados por el imperialismo y los movimientos
progresistas por todo el mundo. Pero a pesar de todos estos grandes logros la
mayoría de los partidos que se denominaban marxistas-leninistas siguió hundida
en el revisionismo kruschovista y sumisos al bastón de mando de la URSS
social-imperialista, directamente o a través de la forma subsidiaria del
revisionismo armado, representado por el castrismo.
En Brasil, como ocurrió en
numerosos países, una fracción de la dirección del Partido Comunista se levantó
contra el revisionismo de la dirección, junto a Prestes y en defensa del
marxismo-leninismo y del Camino Luminoso de Octubre reorganizando el Partido
bajo la sigla PCdoB, concretando su pendiente constitución auténticamente como partido
marxista-leninista. En el caso de la guerra popular, por la insuficiencia de
asimilación de la avanzada ideología, la dirección del partido seguía imbuida de
subjetivismo y debido a la errónea concepción de la guerra popular condujo a la
derrota a la guerrilla del Araguaia, en la lucha contra el narcotráfico, el
régimen militar fascista pro-imperialismo yanqui y la revolución democrática.
Esto bastó para que los enemigos del maoísmo en la dirección del Partido
sabotearan el balance crítico de aquella rica experiencia, hecha de la sangre
vertida por decenas de heroicos comunistas y masas campesinas, para abandonar
la línea revolucionaria y capitular.
En la década de 1970, la
dirección de João Amazonas, hundiéndose en el revisionismo hoxhista, liquidó
por completo al Partido Comunista de Brasil como partido revolucionario del
proletariado, tan penosamente reorganizado en 1962, transformándolo en otra
organización revisionista, continuidad de la sigla PCdoB.
Desde entonces, ese podrido
PCdoB, se integró por completo al viejo Estado y por cuatro décadas ha actuado
en su parlamento y gobiernos de estados, defendiendo la legitimidad de sus
instituciones burocráticas corruptas. A partir de 2003 integró y dio apoyo a
los gobiernos del “Frente Popular”, oportunista-electorero de Luiz Inácio y
Dilma, que por trece años y medio, manejaron el viejo y genocida estado en Brasil
al servicio de la gran burguesía, de los terratenientes y del imperialismo,
principalmente yanqui. Además de estas posiciones revisionistas descaradas,
pasó a difundir un "socialismo del siglo XXI" que sustituye a la
dictadura del proletariado por el equivalente al parlamento burgués,
precediendo en esto al revisionista y traidor Prachanda del Nepal.
El proletariado y las masas de
nuestro continente han testimoniado procesos en que tras años de combates
heroicos de las masas en la lucha armada, sus direcciones pasaron a predicar
argumentos semejantes, deponiendo las armas e integrándose al Estado
reaccionario. Defendiendo tales posiciones, a ejemplo de lo que hizo Kruschov,
acusan de dogmáticos a quienes persiste en la defensa intransigente de los
postulados esenciales del marxismo y del Camino Luminoso de Octubre, para
justificar su capitulación ante el imperialismo y las clases dominantes cual lacayos,
para embellecer el capitalismo y perpetuar su viejo Estado. El presidente Mao
ya había alertado sobre tal truco, respondiendo a los ataques que Kruschov
lanzaba contra el PCCh de ser dogmático, afirmando que todos los desvíos, entre
ellos el dogmatismo, eran maléficos y tenían que ser combatidos inapelablemente.
En la ocasión de los 90 años
de la Gran Revolución Socialista de Octubre, el revisionista PCdoB de Amazonas
y Rabelo, corrieron a exaltarla como "el más destacado acontecimiento
social y político de la humanidad" [8], para concluir que eso, sin
embargo, es cosa del pasado. En su nota, criticó un supuesto "mando ultra
centralizador" [9] del Estado Soviético, que habría "debilitado la
democracia socialista" [10].
Esto, para atacar la Dictadura
del Proletariado y sostener la dictadura burguesa-burocrática-semifeudal
instalada en Brasil, clasificada por el PCdoB de "democracia".
Argumenta también la nota que las condiciones objetivas, que dieron paso a la
Revolución de Octubre, ya no existen en la actualidad, ya que las
"tendencias actuales del capitalismo han cambiado" [11], lo que lleva
a la necesidad de luchar por el socialismo, hoy, según la misma en las nuevas
condiciones del siglo XXI, lógicamente, a través de la "preservación de
mecanismos de democracia representativa" [12], como insisten sus teóricos.
En este octubre, con ocasión
del 19º congreso del partido chino, el PCdoB se presenta al mismo, a saludar a la
canalla social-imperialista de Jinping por "queridos camaradas",
expelió su habitual y repugnante vómito negro afirmando, entre otras perlas del
revisionismo de que se ha fortalecido su dirección, que "El PCdoB, partido
hermanado con el PCCh por el elevado ideal del comunismo "..." y
"Tenemos plena confianza de que el 19º Congreso, teniendo Xi Jinping como
núcleo del Comité Central, seguirá levantando la bandera del socialismo con
características chinas, guiado por él… en el sentido de Mao Tsetung, por la
Teoría de Deng Xiaoping, por el importante pensamiento de las Tres
Representatividades y el Concepto Científico de desarrollo socialista”.
Toda esta podrida adulación de
la empatía revisionista hacia el social-imperialismo chino suena apenas como un
ridículo cacarejo.
Esta situación existente
dentro del movimiento revolucionario y comunista en Brasil tiene raíces
profundas en la influencia del browderismo y el predominio del revisionismo
moderno de Kruschov en el movimiento comunista de América Latina que lo
sumergió en las ilusiones constitucionales y causó graves enfermedades de
pacifismo, del oportunismo electorero y cretinismo parlamentario.
Después de la derrota de los
procesos revolucionarios en la región, en las décadas de 1960 y 1970, y en
función de la existencia de una dirección proletaria débil o que fuera descabezada
por la contrarrevolución y con el consiguiente reinado del revisionismo, se
creó el ambiente para el surgimiento de cierta "Nueva izquierda". En
el caso de los ex-guerrilleros burgueses arrepentidos, intelectuales del CEBRAP
(institución financiada por la Fundación FORD), nacionalistas, trotzkistas de
las diversas sectas, sectores de la iglesia católica y sindicalistas formados
por los institutos yanquis para el "sindicalismo libre", ese
verdadero cartel del oportunismo conformaría el PT, partido obrero burgués
liderado por Luiz Inácio. Y fue a través de verborrea radical, reduciendo la
realidad a una mera negociación entre "la clase obrera" y "la
patronal", publicitando su socialismo liberal, mal-educando a las masas en
la vía de las ilusiones constitucionales y el cretinismo parlamentario.
"No tardó para que el PT, como exponente del “Foro de Sao Pablo" , a
semejanza de lo que se impulsaba en toda América Latina, el frentismo
patrocinado por el revisionismo cubano y bendecido por la iglesia católica
(clérigos y laicos de la teología de la liberación)y en el caso del “Frentes Popular”
electorero, aglomerado de revisionistas y calados reformistas de todas las
siglas (PT, PCdoB, PCB,PSB, PSTU, etc.),
En el lado opuesto a todo este
engaño, el Partido Comunista del Perú, elevó alto la bandera del
marxismo-leninismo pensamiento Mao Tse Tung, defendiendo el Camino Luminoso de
Octubre, denunciando y rechazando el golpe restauración de la camarilla de Teng
(1976), desencadenó la lucha armada revolucionaria como guerra popular prolongada,
el 17 de mayo de 1980.
A través de la lucha de dos
líneas que priorizó desde sus inicios, la Fracción Roja dirigida por el
Presidente Gonzalo que reconstituyó el PCP llevó la guerra popular con saltos,
dando demoledores golpes contra la semifeudalidad, el capitalismo burocrático y
el imperialismo. La guerra popular en Perú confirmó el planteado, fundamentado
y plasmado por la jefatura del Presidente Gonzalo de que los aportes del
Presidente Mao, hasta entonces pensamiento Mao Tse Tung, al abarcar las tres
partes constitutivas del marxismo y como unidad respondiendo a las nuevas
exigencias de la realidad concreta del hombre, en el mundo de modo general y de
la lucha de clases en particular, correspondía ser una nueva, tercera y
superior etapa de su desarrollo, por lo tanto maoísmo.
Como lo comprendió y lo
sintetizó el Presidente Gonzalo, lo fundamental en el maoísmo es la cuestión
del Poder. El Poder para el proletariado en los diferentes tipos de revolución
en curso en el mundo, es decir, el Poder para el proletariado en la revolución
de una nueva democracia ininterrumpida al socialismo que se da en los países
oprimidos por el imperialismo y que constituyen la base de la revolución
mundial; el poder para el proletariado en la revolución socialista que se da en
los países de capitalismo desarrollado, imperialistas; el Poder para el
proletariado en las sucesivas y necesarias revoluciones culturales proletarias
que conjuran y derroten la restauración y que desarrolle, profundice y culmine
la transición de la sociedad en todo el mundo al luminoso comunismo. El Poder
para el proletariado conquistado y defendido mediante una fuerza armada
dirigida de forma absoluta por el Partido Comunista. [14]
El Presidente Gonzalo
profundizó y desarrolló el marxismo-leninismo-maoísmo mediante su aplicación
creadora a la realidad del Perú, poniendo de relieve la aplicación y manejo de
la contradicción, desarrolló lo esencial del maoísmo definiendo que la
construcción de los tres instrumentos debe darse de modo concéntrico, de que el
partido dirige todo y es partido militarizado. Que toda revolución demanda que
se desarrolle su pensamiento guía como aplicación creadora del
marxismo-leninismo-maoísmo a la realidad concreta del país correspondiente,
pensamiento guía que abarca todo el universo de esa realidad, la comprensión de
las leyes que rigen su formación y desarrollo económico-social, el constante
análisis de las clases, su proceso de formación y organización, el proceso
político del Estado y de las clases, y todas las relaciones sociales de
producción y las derivadas de ellas en la superestructura; especificando la
ideología, programa y línea política general, así como estrategia, tácticas y
métodos de trabajo y dirección.
Tal como la síntesis de la
experiencia de la lucha de los oprimidos por su liberación a lo largo de los
milenios, de que los oprimidos siempre eligieron a sus jefes y que en la época
del capitalismo, como bien definió Lenin, el partido revolucionario es un
partido de jefes revolucionarios precisando la relación entre jefes, partido,
clases y masas, formuló la necesidad de la jefatura, un jefe de ascendencia
sobre los demás por su conocimiento, dominio teórico y del movimiento práctico,
autoridad adquirida y que se sostiene en el pensamiento guía. Con algunas revoluciones
en curso al principio de los años 1980, la Revolución Peruana componía el
inicio de una segunda y nueva ola de la revolución proletaria mundial. Los
avances de la guerra popular en Perú bajo la guía del
marxismo-leninismo-maoísmo, Pensamiento Gonzalo alcanzó la etapa de equilibrio
estratégico y sostenía que la Revolución Proletaria Mundial entrara a su
Tercera Etapa, la de su Ofensiva Estratégica.
En el mundo, cuando el
imperialismo capitaneado por los yanquis preparaba su ofensiva con Reagan y
Tatcher, bajo las banderas de "neoliberalismo" y
"globalización", amenazaba peligrosamente el poder reaccionario en el
país, inspirando revoluciones en todo el mundo.
El social-imperialismo
soviético con Gorbachov a la cabeza con su "Perestroika" y
"Glasnost" también ensayaba una ofensiva para intentar detener la
bancarrota de su capitalismo estatal, que sucumbía como parte que era de la
crisis general del imperialismo.
Fue el Presidente Gonzalo
quien analizó a principios de los años 1990 que una ofensiva contrarrevolucionaria
de carácter general y convergente de imperialismo y revisionismo se desató en
el mundo para conjurar el hundimiento que se presentaba para el imperialismo.
Ofensiva contrarrevolucionaria que sólo podría concretarse apuntando contra el
proletariado de modo general y en particular contra su ideología científica, el
marxismo. Y fue en el auge de esta ofensiva, con el ya desmoronamiento del
Pacto de Varsovia, en el que se anunció la "Muerte del Comunismo" y
el "Fin de la Historia", que en la guerra de invasión de Irak (1991),
la cual la URSS social -imperialista no se opusiera capitulando en su pugna con
el imperialismo de EUA, que Bush padre proclamó su "Nueva Orden" y de
que el "capitalismo era el mejor mundo posible".
Los vientos y las tempestades
de la reacción soplaron furiosamente sobre la cara del Globo y la capitulación
de la lucha por el socialismo y la renegación del marxismo penetró todo el
movimiento obrero-popular y el Movimiento Comunista Internacional profundizó su
dispersión.
De las fuerzas del
revisionismo armado en América Latina que siguieron en guerra, con raras
excepciones, todas capitularon y renegaron la revolución en los años siguientes
de 1990 y en los diecisiete años del actual siglo, como recién asistimos a la
deposición de las armas por las FARC de Colombia y como el mismo modo hace el
ELN en este país.
Cabalgando las masas que
abrieron el siglo XXI resistiendo desesperadamente a las políticas del
imperialismo de saqueo y super explotación, y prometiendo el cielo a ellas el
cartel del oportunismo triunfó electoralmente y de forma encadenada en la
mayoría de los países de América Latina. Ya en la gestión del viejo Estado,
traicionaron sus promesas esas fuerzas oportunistas y se dedicaron a aplicar
las políticas que antes decían combatir, pasando a presidir la represión a las
masas. Integrando el cartel oportunista también están destacadamente probados
revisionistas y partidos que se escudan bajo la máscara de marxista-leninistas.
Juntos anunciaron el surgimiento
y papel central de nuevos “actores sociales", según ellos, revelados por
la nueva realidad surgida en el mundo con la quiebra del “socialismo real"
y el establecimiento del “Nuevo Orden" de la "Globalización".
El surgimiento de estos
gobiernos caracterizados por los analistas burgueses, como "viraje a la
izquierda" en América Latina, representó nada más que, en última
instancia, la reacción de la fracción burocrática de la gran burguesía de los
países de la región. Estas fueron, después de décadas enteras de hegemonía,
destronadas de la hegemonía en el Estado y hacen del proyecto electoral de los
oportunistas reformistas burgueses, la esperanza de retomar la posición
perdida, reestructurar el Estado e impulsar el capitalismo burocrático. Muy al
contrario de lo alardeado por la reacción al unísono con la euforia de todo el
cartel del oportunismo en el continente y principalmente en Brasil por los
oportunistas y revisionistas de todo pelaje, el triunfo electoral de este campo
fue la forma de cómo se expresó en nuestro país la ofensiva contrarrevolucionaria
de carácter general y convergente de imperialismo y revisionismo. Así que el
proyecto del oportunismo fue el medio para que la fracción burocrática de la
gran burguesía retomara la hegemonía en el aparato del viejo Estado.
Arrastrando detrás de sí la burguesía nacional (media burguesía) con la
repetición de la vieja ilusión "desarrollista" de una forma aún más
fantasiosa, pues concretamente, como quedó comprobado por la práctica y su
rotundo fracaso después de 13 años y medio de gobierno de turno, a pesar del
recetario imperialista, profundizando la desindustrialización del país, la
desnacionalización de la economía y su priorización para exportación.
Políticamente sólo hicieron
difundir su ideología burguesa infestando aún más el movimiento obrero y popular
de la mentalidad de conciliación y colaboración de clase. En especial a la
universidad se ha llevado a la diseminación del pensamiento anticientífico,
haciendo coro con el relativismo "posmoderno". "Proponen el fin
o secundarización de las clases, apuntando como agentes transformadores la gama
de manifestaciones denominadas "movimientos sociales, ONGs, ecologismo,
cuestión de género y LGBT, indigenismo y neo-marquismo” respectivamente,
eufemismos de variantes ideológicas burguesas y pequeñoburguesas para negar la
principalidad de la contradicción de clases, negar la lucha de clases y el
papel, dirección y método de organización y lucha del proletariado y de la
lucha su ideología científica, el marxismo-leninismo-maoísmo.
Sirviendo a dividir las masas
populares y con tales tergiversaciones mellar la verdadera lucha combativa y
clasista contra la destrucción del medio geográfico, alardeando las teorías
imperialistas de amedrentamiento y chantaje a la humanidad de un próximo
colapso y fin del mundo, problema para el cual se presentan como salvadores,
dividir y truncar la verdadera lucha de emancipación femenina, sabotear la
lucha por la autodeterminación de los pueblos originarios (indígenas), reducir
la lucha contra el racismo a la mera cuestión cultural, banalizar la lucha
contra todas las formas odiosas de discriminación y violencias contra la
persona en razón de su definición sexual, y reducir al reformismo burgués la
lucha contra el imperialismo. En que pese al discurso de "transparencia"
y "horizontalidad" anunciando con bombo y platillo, la práctica de
sus organizaciones y de sus gobiernos fracasados, no va más allá de los más
vulgares métodos burgueses del autoritarismo, del populismo, del tutelaje de
las organizaciones populares de la corporativización de las masas y del más puro
asistencialismo y clientelismo electorero.
Además de provocar toda esta
capitulación y pudrición en el movimiento obrero y popular en todo el mundo,
hizo profundizar la dispersión en el movimiento comunista internacional y llevó
al reinado del revisionismo, abriendo camino para la manifestación de un
neo-revisionismo, al lado de las novedosas "teorías" ya mencionadas
arriba.
Como expresión del auge de la
de la ofensiva general de la contrarrevolución, la Revolución Peruana sufrió
duros golpes que alcanzaron la dirección del PCP con la captura de su jefatura,
el Presidente Gonzalo. En cuanto a la ofensiva contrarrevolucionaria general su
carácter de convergencia del imperialismo yanqui y el revisionismo, en la
aparición, después de la prisión, de la línea oportunista de derecha (LOD)
proponiendo un acuerdo de paz con el viejo Estado genocida. En estas difíciles
condiciones los maoístas del Perú siguieron adelante con la guerra popular,
combatiendo la capitulación, desafiando el viento y la marea por superar el
percance en el camino, marchando para culminar la reorganización general del
partido, sostenidos en el histórico I Congreso, en el Pensamiento Gonzalo y la
defensa de la jefatura del Presidente Gonzalo.
Pero en toda América Latina,
incluso dentro del ambiente de ofensiva de carácter general (ya en declive) de
la contrarrevolución a nivel mundial, las masas se resisten y cada vez más
crecen las luchas combativas. Aunque el oportunismo haya prevalecido
temporalmente, desviando las masas del camino revolucionario para mantenerlas
eternamente atadas al viejo Estado, las luchas y rebeliones son preanuncios de
un nuevo momento de situación revolucionaria en desarrollo desigual. La base
objetiva de esta situación fue generada por la crisis crónica de un sistema
semicolonial-semifeudal, secularmente impuesto en el continente por el imperialismo,
principalmente yanqui, que empuja al pueblo para el combate. En los últimos
años esta crisis se agravó como consecuencia directa de la descomposición de la
propia base material semicolonial y semifeudal de su capitalismo burocrático y
del impacto sobre ella de la aguda crisis general del imperialismo que se
desató en 2008 en el propio EUA.
Toda esta avalancha de la
descomposición imperialista ha agudizado las contradicciones fundamentales del
mundo actual. La crisis se agrava crecientemente y las contradicciones
interimperialistas en las pugnas por nuevo reparto del mundo entre la
superpotencia hegemónica única EUAy Rusia, que militarmente sigue siendo
superpotencia atómica, principalmente, pero estas contradicciones se
manifiestan también entre las potencias de la Unión Europea, hasta entonces
aliadas de los Estados Unidos, como también se agravan estas contradicciones
con China que amplía cada vez más su posición imperialista en el mundo. La
agudización de estas contradicciones interimperialistas se opera principalmente
a través de la mayor intervención y agresión con guerras de rapiña y por la
partición de países enteros, especialmente en el llamado Oriente Medio Ampliado
y de mayor saqueo sobre todos los demás países oprimidos.
La contradicción entre
naciones oprimidas e imperialismo, es la contradicción principal de la época
imperialista y se halla más agravada aún, potenciando las luchas de
resistencias de los pueblos y sus guerras de liberación, así como las luchas de
los campesinos por la tierra y de las masas proletarias, semiproletarias y de
la pequeña burguesía urbanas en defensa de sus derechos pisoteados en el país y
el resto de los países oprimidos por el imperialismo. Tal como la contradicción
entre proletariado y burguesía agudizada por las sucesivas políticas de los
gobiernos imperialistas en arrancar de los trabajadores los derechos duramente
conquistados, las duras "reformas" de las leyes de protección y
asistencia social, empuja a las masas proletarias a protestas y revueltas cada
día más radicalizados. Las guerras de agresión de los imperialistas, cada vez
más, se vuelven contra sus propios países, los conflictos se intensifican con
ascenso del chovinismo. Especialmente en las potencias europeas crece la
protesta popular, como las huelgas en Francia y los violentos enfrentamientos
con las fuerzas policiales por la juventud y trabajadores contra la Cumbre del
G20 en Hamburgo, en Alemania.
Así, en este marco, el gran
desafío para los comunistas y las masas populares de Brasil, de América Latina,
como de resto en todo el mundo, más que nunca es el de seguir el Camino
Luminoso de Octubre como la vía general para la conquista del Poder. Es decir,
la forja y educación del Partido Comunista, ahora como Partido Comunista
militarizado, y de las masas en el combate al oportunismo y en la violencia
revolucionaria. Concretamente esto corresponde, ante todo, la constitución
donde no existen y reconstitución donde los partidos comunistas fueron hundidos
por el revisionismo, de verdaderos partidos comunistas como partidos comunistas
marxista-leninista-maoístas para conducir a las masas populares en la guerra
revolucionaria como Guerra Popular, por la conquista del poder, tal como hace
el PCP en Perú, el PCI (M) en la India y como en muchos países los comunistas
maoístas están haciendo preparativos para el desencadenamiento de nuevas
guerras populares, superando paso a paso la dispersión del Movimiento Comunista
Internacional.
Tal progreso se alcanzará sólo
a través del Partido Comunista en la lucha contra el imperialismo y toda la
reacción, combatiendo de modo implacable e inseparable el revisionismo y todo
el oportunismo para desenmascararlos y barrerlos parte por parte, liberando las
inmensas energías revolucionarias de las masas populares unidas en el frente
único de las clases revolucionarias, basadas en la alianza obrero-campesina y
la creación del ejército revolucionario de nuevo tipo, para derrotar la reacción
local, desencadenando la guerra popular unitaria: campo lo principal y ciudad el
complemento necesario, para barrer la semifeudalidad, el capitalismo
burocrático y la dominación imperialista, realizando la revolución de Nueva
Democracia y pasar ininterrumpidamente a la revolución socialista.
Para los proletarios y los
pueblos de los países imperialistas la tarea de realizar la revolución
socialista, de la misma forma demanda la construcción de los mismos tres
instrumentos de la revolución, cuya dirección es el Partido Comunista
militarizado para llevar la guerra popular, aplicados a sus particularidades y
situaciones concretas. Todo al servicio de la revolución mundial y, a través de
sucesivas revoluciones culturales proletarias, marchar firme hacia la meta
final del luminoso comunismo.
Al dar un golpe certero al
enemigo común, la Revolución de Octubre dio a los pueblos de todos los países
un ejemplo y mostró el camino de la
lucha de liberación de las masas explotadas y oprimidas. Demostró los medios
para las masas de concretar el derecho de decidir sobre sus propios destinos
los cuales fueron profundizados y desarrollados en el curso tormentoso que
siguió a la revolución proletaria a lo largo del siglo XX hasta nuestros días.
En este sentido las enseñanzas
de la Revolución de Octubre, el Camino Luminoso de Octubre siguen vigentes en
esta época, a la que precisamente definió y preludio al Presidente Mao, época
de la descomposición más avanzada del imperialismo en la cual él y toda la
reacción serán barridos de la faz de la tierra por la Revolución Proletaria
Mundial. Vigencia esta que se expresa cabal y plenamente en el llamamiento que
el Presidente Gonzalo, hace 25 años, dirigió a los comunistas de todo el mundo
con su desafiante discurso a constituir o reconstituir partidos comunistas
militarizados para desencadenar más y más guerras populares, para levantar la
Nueva Ola de la Revolución Proletaria Mundial a nuevas alturas, alzando el
maoísmo al mando y guía de la revolución mundial.
¡Vivan
los 100 años de la Gran Revolución Socialista de Octubre!
¡Honor
y Gloria Eternas al Heroico Partido Bolchevique y a los Grandes Lenin y Stalin!
¡Viva
la guerra popular en el Perú, India, Filipinas y Turquía!
¡Viva
el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo y las aportaciones de
validez universal del pensamiento Gonzalo!
¡Defender
la vida y la salud del Presidente Gonzalo y su todopoderoso pensamiento!
Frente Revolucionario de Defensa de los Derechos del Pueblo – Brasil
[1]
La revolución comienza en Ruisa. V.I. Lenin. Enero 1905
[2]
La revolución de Octubre y la táctica de los comunistas rusos. J.V. Stalin
Diciembre de 1924
[3]
Ibid
[4]
Obras escogidas. Mao Tse Tung
[5]
Obras escogidas. Mao Tse Tung
[6]
Decisión del PCCh sobre el GPCR Agosto de 1966
[7]
Obras escogidas. Mao Tse Tung
[8]
Nota del PCdoB. Octubre de 2007
[9]
Same
[10]
Ibid
[11]
Ibid
[12]
Desafios del socialismo del siglo XXI. Luiz Fernandez PCdoB
[13]
A partir de Earl Browder, presidente del PC EEUU 1940
[14]
Presidente Gonzalo, entrevista al periódico El Diario, Perú.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario