Persistir en el arma teórica
de la dictadura del proletariado
Conmemorando el centenario
de la redacción de “Crítica del Programa de Gotha”
Lu Ming
(1975)
En su lucha de medida por
medida contra el oportunismo lasalleano, el gran maestro Marx escribió en 1875
su brillante obra “Crítica del Programa
de Gotha”. Han pasado cien años desde entonces. En el lapso de más de 15
años transcurridos entre la terminación de esta obra en 1875 y su primera
publicación en 1891, hubo serias luchas contra los oportunistas. Aplicando en
esta obra la más profunda, completa e integral teoría del desarrollo, que es la
más rica en contenido, es decir, el materialismo dialéctico, Marx examinó la
cuestión del inminente colapso del capitalismo y la cuestión del desarrollo
futuro del comunismo, expuso las diferencias entre las etapas inferior y
superior de la sociedad comunista, y desarrolló las espléndidas perspectivas de
la fase superior de la sociedad comunista.
Marx señaló enfáticamente que
en la transformación de la sociedad capitalista a la sociedad comunista debe
haber un período de transición política, en el que el Estado no puede ser otro
que la dictadura del proletariado. Durante un siglo, este trabajo programático
del comunismo científico siempre guió e inspiró la lucha revolucionaria del
proletariado y de cientos de millones de personas en todo el mundo.
En los últimos cien años se
han producido cambios rotundos en todo el mundo. Cuarenta y dos años después de
que fuera escrita la “Crítica del Programa
de Gotha”, el proletariado ruso, bajo la dirección del gran Lenin, obtuvo
la victoria en la Revolución Socialista de Octubre a través de la insurrección
armada y marcó el comienzo de la nueva era de la revolución proletaria y la
dictadura del proletariado en el mundo. Treinta y dos años después de la
Revolución de Octubre, el pueblo chino, bajo la dirección de nuestro gran líder
el Presidente Mao y después de una guerra revolucionaria prolongada, derrocó la
dominación reaccionaria del imperialismo, el feudalismo y el capitalismo
burocrático, fundó la República Popular de China y estableció la dictadura del
proletariado en China. Hoy las luchas revolucionarias del proletariado y de los
pueblos y las naciones oprimidas de todo el mundo están avanzando, remeciendo al
moribundo mundo capitalista y ganando continuamente nuevas victorias. Aunque el
camino revolucionario es tortuoso y el capitalismo ha sido restaurado en la
Unión Soviética –la patria de la Revolución de Octubre– debido a que la
camarilla renegada de Jruschov y Brezhnev usurpó el poder supremo en el Partido
y el Estado, esto no es más que un breve interludio en todo el curso del
desarrollo histórico. “El mundo está progresando y el futuro es brillante; nadie
puede cambiar esta tendencia general de la historia.” (Mao Tsetung: Sobre las negociaciones de Chungking).
Más de una vez la práctica del movimiento comunista internacional en los
últimos 100 años ha demostrado que las teorías de la revolución proletaria y la
dictadura del proletariado, expuestas en la “Crítica del Programa de Gotha”, son verdades irrefutables. Habiendo
pasado por la Gran Revolución Cultural Proletaria y el movimiento de crítica a
Lin Piao y Confucio, hemos adquirido un conocimiento más profundo de este punto
después de reestudiar esta obra a la luz de la realidad.
Brillante testimonio de la lucha contra el
oportunismo
La “Crítica del Programa de Gotha” es un brillante registro de la lucha
librada por el marxismo contra el revisionismo en la historia del movimiento
comunista internacional. En la década de 1870 el centro del movimiento obrero
internacional se trasladó de Francia a Alemania; el movimiento obrero alemán se
estaba desarrollando vigorosamente. Después de la lucha contra lassalleanismo,
directamente educado y apoyado por Marx y Engels, el proletariado alemán en ese
momento fundó su partido político independiente – el Partido Obrero
Socialdemócrata Alemán o los eisenachianos. Aunque el programa de este partido
no descartó por completo la influencia del oportunismo de Lassalle, mantuvo, en
general, el espíritu exigido en los Estatutos Generales de la Primera Internacional
y siguió básicamente la línea revolucionaria de Marx. Desde entonces contó con
el apoyo de un número creciente de obreros. Los lassalleanos, que se oponían a
los eisenachianos y habían sido antes muy poderosos, llevaron a cabo una línea
oportunista y siguieron el camino para satisfacer las necesidades de las clases
capitalista y terrateniente; en consecuencia, perdieron el apoyo de las masas y
terminaron en un aislamiento extremo. Bajo estas circunstancias, en 1874 los
lassalleanos cambiaron su posición anterior de negativa a aliarse con los
eisenachianos y ansiosamente buscaron una fusión con ellos en un vano intento
por salvar su propia situación tambaleante.
Frente a esta situación, Marx
y Engels, que siempre dieron una gran importancia a la solidaridad y a la
unidad en el movimiento obrero alemán, consideraron que podía haber una
alianza, pero advirtieron reiteradamente a los líderes de los eisenachianos que
no debían negociar los principios en la cuestión de la unidad organizativa. En
una carta de marzo de 1875 a August Bebel, Engels hizo especial hincapié en que
no debe haber absolutamente ninguna concesión a los lassalleanos en el ámbito
teórico, que es de una importancia decisiva para el programa, y que “la primera condición para la unión
era que cesaran de ser sectarios, lassalleanos”. Pero Liebknecht y otros
que estaban buscando apasionadamente la fusión ignoraron el consejo de Marx y
Engels y lo hicieron a su manera. Sacrificaron principios y se unieron a los
lassalleanos en la elaboración de un proyecto de programa que se desviaba de
las teorías de la revolución proletaria y la dictadura del proletariado y se
impregnó con los puntos de vista oportunistas de Lassalle. Este proyecto fue
conocido como el Programa de Gotha, cuando fue adoptado más adelante en el
congreso que unió a los dos grupos. Para expresar su actitud de principio hacia
a este programa y evitar que se ejerza una mala influencia en el movimiento
obrero internacional, Marx criticó duramente el proyecto de programa, artículo
por artículo, y oración por oración, antes del Congreso de Unidad, y escribió “Glosas marginales al Programa del Partido Obrero
Alemán”, es decir, la “Crítica del
programa de Gotha”.
Partes esenciales del Programa de Gotha – Abandono de la revolución proletaria y la dictadura
del proletariado
Marx señaló que el Programa de
Gotha era un “programa absolutamente inadmisible y desmoralizador para el Partido”.
Sus partes esenciales eran una aceptación del punto de vista lasalleano de la
realización del socialismo apoyándose en “ayudas estatales” y la liquidación de
la revolución proletaria, así como la aceptación de la posición lasalleana de
la fundación de un “Estado libre” mediante el sufragio universal y la liquidación
de la dictadura del proletariado.
El Programa de Gotha vio la
luz poco después de la revolución de la Comuna de París en 1871. En ese momento,
Marx y Engels ya habían resumido la experiencia de la Comuna de París y
planteado al proletariado de todo el mundo la tarea de aplastar y destruir la
máquina estatal existente de la burguesía y establecer el poder estatal
proletario a imagen de la Comuna de París. Sin embargo, haciendo caso omiso de
esta importante experiencia, Liebknecht y otros incluso retrocedieron al
lassalleanismo, al “aceptar todas las
exigencias y frases económicas lassalleanas esenciales” y las opiniones
absurdas de Lassalle. “Los eisenachianos se convirtieron realmente en lassalleanos”, al menos de acuerdo con el programa.
Los lassalleanos eran
seudosocialistas y esencialmente socialistas burgueses. “So pretexto de
reorganización de la sociedad, se plantean el mantenimiento de las bases de la
sociedad actual y, con ello, la propia sociedad actual”. (Engels: Principios del Comunismo). Esto está
claramente revelado por los dogmas de Lassalle metidos en el Programa de Gotha.
Desde el principio, el
programa evitaba mencionar la propiedad de los medios de producción y balbuceaa
acerca del trabajo como la fuente de toda riqueza. Éste era uno de los dogmas
de Lassalle. Marx señaló: El trabajo no es la
fuente de toda riqueza y la naturaleza
es la fuente tanto de la riqueza como del trabajo. Esto se debe a que la
producción de riqueza material no sólo necesita trabajo humano, sino también
los sujetos e instrumentos de trabajo. El dicho popular de que “el trabajo crea
el mundo” tiene precisamente estas condiciones como requisito previo. El trabajo
no tiene una fuerza creadora sobrenatural. Sólo en la medida en que un
trabajador “se sitúa de antemano como propietario frente a la naturaleza, primera fuente
de todos los medios e instrumentos de trabajo” se puede crear riqueza.
En la sociedad capitalista, ¿por qué los obreros deben vender su fuerza de
trabajo a los capitalistas y convertirse en esclavos asalariados de estos
últimos? Esto se debe precisamente a que los medios de producción están en
manos de los capitalistas mientras que la clase obrera no tiene nada más que su
propia fuerza de trabajo. El programa se dedicaba a decir frases hueras sobre el
“trabajo”, pero evitaba mencionar un punto de fundamental importancia: a quién pertenecen
los medios de producción, y en consecuencia encubría las relaciones de
explotación en el capitalismo y la causa de la explotación y la opresión
sufridas por el proletariado. Esta falacia es, por donde se vea, una falacia
burguesa. Después de que Jruschov y Brezhnev subieron al poder, la propiedad
socialista de todo el pueblo en la Unión Soviética degeneró en propiedad de la
clase capitalista monopolista burocrática. Recogiendo la desprestigiada falacia
de Lassalle, Brezhnev y sus socios también vociferan que “el trabajo es la
fuente de la riqueza” y exigen que el pueblo soviético “trabaje, trabaje y
trabaje”. Su objetivo no es más que encubrir el hecho de la restauración
capitalista y las relaciones de explotación capitalistas, con el fin de extraer
más beneficios de los trabajadores. Esta falacia, sin embargo, no puede salvar
al sistema capitalista y a la camarilla renegada revisionista soviética de su
destino de destrucción.
Un “escandaloso retroceso” del
Programa de Gotha fue imponer la “ley de bronce de los salarios” de Lassalle al
partido alemán y atribuir a la lucha contra el capitalismo la “abolición del sistema salarial, junto con
la ley de bronce de los salarios”. La llamada “ley de bronce de los salarios”
es basura que Lassalle recogió de los economistas burgueses; y todo lo que dice
es que los salarios sólo pueden permanecer en el nivel más bajo de las
condiciones de vida que necesitan los trabajadores para mantener su existencia
y tener descendencia. Si los salarios permanecen más altos que este nivel
durante mucho tiempo y se mejora la vida de los trabajadores, esto estimulará
el crecimiento de la población y la oferta superará la demanda en el mercado
laboral. En consecuencia, los salarios se verán obligados a caer a su nivel
original. Es decir, la pobreza de la clase obrera está determinada por la ley
natural del crecimiento de la población, y toda revolución emprendida por la
clase obrera no puede ayudar a mejorar este estado de cosas. Este tipo de
teoría burguesa ha sido refutado ampliamente en El Capital de Marx. La causa principal de la explotación y la
esclavitud de la clase obrera, señaló Marx, es el sistema de trabajo asalariado
basado en la propiedad privada capitalista. La clase obrera puede liberarse de
la pobreza y la esclavitud sólo a mediante la revolución violenta y la
abolición completa del sistema de trabajo asalariado. Una vez que el sistema de
trabajo asalariado es abolido, su ley, naturalmente, dejará de existir.
Precisamente, como señaló Marx: “Si suprimo el trabajo asalariado, suprimo también, evidentemente,
sus leyes, sean de bronce” o de corcho”. Sin embargo, el proyecto de
programa evitaba mencionar la abolición del sistema de trabajo asalariado, pero
daba vueltas alrededor de la llamada “ley
de bronce”. Esto equivalía a pedir a la clase obrera que renuncie a la
revolución y espere la “ayuda del Estado” para realizar el socialismo del tipo lassalleano.
La “ley de bronce de los salarios” está basada en la conocida teoría malthusiana
de la población. Con este punto de vista
reaccionario como base, sólo se puede llegar a la conclusión de abolir todas
las revoluciones. La razón es que “si esta teoría es exacta, la mentada ley no la podré abolir tampoco, aunque
suprima yo cien veces el trabajo asalariado, porque esta ley no regirá
solamente para el sistema de trabajo asalariado, sino para todo sistema social”.
El Programa de Gotha también
pregonaba el llamado “reparto equitativo”, el “derecho igual”, el “fruto
íntegro del trabajo” y otros dogmas de Lassalle, y repetía la teoría de la
economía burguesa que dice que “la distribución determina la producción”. El
marxismo sostiene que el modo de distribución está determinado por el modo de
producción. Sólo mediante la abolición de la propiedad privada capitalista se
pueden cambiar las relaciones capitalistas de distribución. La eliminación de
la propiedad privada de los medios de producción “sólo puede alcanzarse derrocando
por la violencia todo el orden social existente” (Manifiesto del Partido Comunista). Lenin hizo hincapié en que el
Estado burgués “no puede sustituirse por el
Estado proletario (por la dictadura del proletariado) mediante la “extinción”, sino
sólo, por regla general, mediante la revolución violenta” (El Estado y la Revolución). El Presidente
Mao ha resumido este principio básico en una fórmula simple: “El poder nace
del fusil” (Problemas de la Guerra
y la Estrategia). La experiencia histórica ha demostrado que ésta es una
verdad y el único camino para que el proletariado obtenga su emancipación. Desde
la “ayuda del Estado” de Lassalle hasta la “transición pacífica” defendida por
los viejos y nuevos revisionistas, todos ellos traicionan este principio. Sus
falacias no son más que las armas espirituales para defender el sistema
capitalista y oponerse a la revolución proletaria.
La lucha por un “Estado libre”,
como pide el Programa de Gotha, es el programa político del oportunismo de
Lassalle. El marxismo considera que el Estado es el producto del carácter
irreconciliable de las contradicciones de clase y el instrumento mediante el
cual una clase oprime a otra. Después de tomar el poder político, el
proletariado establecerá un Estado de dictadura del proletariado, que no tiene
por objeto lograr la “libertad” por encima de las clases, sino la supresión de
la resistencia de la burguesía y de las demás clases explotadoras. Haciendo
alarde de la bandera del “Estado libre”, Lassalle y sus seguidores plantearon una
serie de demandas democráticas burguesas, como la lucha por el sufragio
universal. Su objetivo era defender la dictadura conjunta de las clases de los
grandes capitalistas y los grandes terratenientes.
El socialismo no puede ser otra cosa
que la dictadura revolucionaria del proletariado
Al criticar la esencia
reaccionaria del “Estado libre” de Lasalle, Marx también señaló: “Entre la
sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de la
transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este período
corresponde también un período político de transición, cuyo Estado no puede ser
otro que la dictadura revolucionaria del
proletariado”. Esta conclusión científica de Marx fue un importante
desarrollo de la teoría de la dictadura del proletariado después de la publicación
del “Manifiesto del Partido Comunista”.
De la sociedad capitalista a
la sociedad comunista debe haber un período de transformación revolucionaria, y
esto está determinado por las características especiales y las tareas
históricas de la revolución proletaria. Esta revolución es la revolución más profunda
y completa de la historia de la humanidad y es fundamentalmente diferente de
las revoluciones anteriores. Por ejemplo, la revolución burguesa consiste en la
sustitución de una propiedad privada por otra y de un tipo de relaciones de
explotación por otro, y las relaciones de producción capitalistas pueden surgir
dentro de la sociedad feudal y desarrollarse durante un largo período de
tiempo. Pero este no es el caso de la revolución proletaria, porque no es
posible que las relaciones socialistas de producción emerjan en la sociedad
capitalista. Sólo después de que el proletariado ha tomado el poder político a
través de la revolución violenta puede establecer la propiedad socialista de
los medios de producción. Además, después de la realización básica de la
transformación socialista de la propiedad de los medios de producción, todavía
es necesario llevar a cabo de manera continua una revolución socialista
profunda en el frente económico y particularmente en los frentes político e
ideológico. Por lo tanto, la toma del poder político por el proletariado es
sólo el comienzo de la revolución socialista.
La sociedad socialista es la primera
fase de la sociedad comunista, una “que acaba de salir precisamente de la sociedad
capitalista y que, por tanto, presenta todavía en todos sus aspectos, en el
económico, en el moral y en el intelectual, el sello de la vieja sociedad de
cuya entraña procede”. Para eliminar las marcas de nacimiento de la
vieja sociedad y avanzar a la fase superior del comunismo se necesita un período
histórico bastante larga. En la sociedad socialista, los medios de producción
se han transformado de propiedad privada de los individuos en propiedad común.
En esta medida, el derecho burgués ha desaparecido. Sin embargo, todavía existe
en otros aspectos. Por ejemplo, el principio de a cada cual según su trabajo “sigue siendo
aquí –en principio– el derecho burgués”.
Aquí, todo el que aporta la misma cantidad de trabajo social puede recibir la
misma cantidad de productos sociales. Pero debido a que la fuerza de trabajo
individual puede ser fuerte o débil, y el número de hijos que uno tiene varía, en
consecuencia, el grado de bienestar es diferente de persona a persona. Esta
diferencia constituye una desigualdad. Al mismo tiempo, todavía existen las
diferencias que quedaron de la vieja sociedad entre los obreros y los
campesinos, entre la ciudad y el campo, y entre el trabajo intelectual y el
manual. La ideología de la clase explotadora y la antigua fuerza de la
costumbre todavía no se pueden eliminar de un golpe. Durante este período de
transformación revolucionaria, no sólo las clases explotadoras derrocadas
intentan la restauración y las fuerzas espontáneas de la pequeña burguesía
pueden engendrar nuevos elementos burgueses, sino que como resultado de la
influencia y la corrupción de la burguesía y las fuerzas espontáneas de la
pequeña burguesía, también pueden surgir nuevos elementos burgueses y degenerados
–agentes de la burguesía– dentro de las filas de la clase obrera y entre el
personal de los órganos del Partido y del Estado. El Presidente Mao señaló
recientemente: “Lenin dijo: ‘La pequeña producción engendra capitalismo y
burguesía constantemente, cada día, cada hora, de modo espontáneo y en masa’.
Esto ocurre también con una parte de la clase obrera y una parte de los
miembros del Partido. Tanto entre los proletarios como entre los funcionarios
de los organismos oficiales hay quienes incurren en el estilo de vida burgués”. Mientras en el mundo existan el imperialismo y el
socialimperialismo, las actividades de los reaccionarios internos siempre son
eco de las actividades de los reaccionarios internacionales, para subvertir la
dictadura del proletariado. Todo esto demuestra que en todo el período del
socialismo, la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía es
prolongada, tortuosa y a veces muy aguda. Con el fin de aplastar la resistencia
de la burguesía y las demás clases explotadoras, prevenir la restauración del
capitalismo, eliminar las clases, restringir el derecho burgués y finalmente
eliminarlo después de un período considerablemente largo de tiempo y realizar
el comunismo, debe haber un período de transición política en que la dictadura
del proletariado tiene que ser defendida constantemente. Marx señaló: “Este
socialismo es la declaración de la
permanencia de la revolución, la dictadura
de clase del proletariado como punto de transición necesario a la abolición de las diferencias de clase en
general, a la abolición de todas las relaciones de producción en que éstas
descansan, a la abolición de todas las relaciones sociales que corresponden a
esas relaciones de producción, a la subversión de todas las ideas que brotan de
estas relaciones sociales.” (Las
luchas de clases en Francia de 1848-1850).
La teoría de la dictadura del
proletariado es la quintaesencia del marxismo. A lo largo del período histórico
del socialismo, defender u oponerse a la dictadura del proletariado es la
piedra de toque para diferenciar el verdadero marxismo del falso. Lenin señaló
que no es suficiente el reconocimiento de la lucha de clases y que sólo es
marxista quien extiende el reconocimiento de la lucha de clases al
reconocimiento de la dictadura del proletariado. Tampoco es suficiente
reconocer solamente el derrocamiento de la dominación burguesa, la expropiación
de los expropiadores y la necesidad de la dictadura del proletariado. “La esencia de
la teoría de Marx sobre el Estado sólo la ha asimilado quien haya comprendido
que la dictadura de una clase es necesaria,
no sólo para toda sociedad de clases en general, no sólo para el proletariado después de derrocar a la
burguesía, sino también para el todo el
período histórico que separa al capitalismo de la “sociedad sin clases”,
del comunismo”. (Lenin: El Estado
y la Revolución). El Programa de Gotha no decía nada sobre la dictadura del
proletariado, pero llamaba a la lucha por construir un “Estado libre” por medios
legales. Esto revela plenamente su esencia oportunista. Heredando el manto de Lassalle,
la camarilla renegada revisionista soviética inventó la falacia del “Estado de
todo el pueblo”, clamando que “la dictadura del proletariado ya no es necesaria
antes de la extinción del Estado”. Esto demuestra precisamente que son enemigos
jurados de la dictadura del proletariado.
En la lucha contra el
revisionismo moderno y contra el oportunismo en el Partido, nuestro gran líder
el Presidente Mao resumió integralmente la experiencia histórica positiva y
negativa en el movimiento comunista internacional y desarrolló la teoría
marxista de la dictadura del proletariado. El Presidente Mao ha analizado
profundamente la ley de la lucha entre las dos clases y entre los dos caminos
después de la conclusión básica de la transformación socialista de la propiedad
de los medios de producción, enunció la gran teoría de la continuación de la
revolución bajo la dictadura del proletariado y formuló la línea fundamental
del Partido para todo el período histórico del socialismo. El Presidente Mao
señaló claramente: “La sociedad socialista cubre una etapa histórica bastante
larga. Durante la etapa histórica del socialismo, aún existen clases,
contradicciones de clase y lucha de clases; existen la lucha entre el camino
socialista y el capitalista y el peligro de una restauración capitalista. Es
preciso comprender lo largo y complicado de esta lucha y elevar nuestra
vigilancia. Es necesario realizar la educación socialista. Es necesario
comprender y tratar de manera correcta el problema de las contradicciones de
clase y de la lucha de clases y distinguir acertadamente las contradicciones
entre nosotros y el enemigo de las existentes en el seno del pueblo, y tratarlas
de manera correcta. De otro modo, un país socialista como el nuestro se
convertirá en su contrario, degenerará, y se producirá la restauración. De
ahora en adelante, debemos hablar de esto cada año, cada mes y cada día, de
modo que tengamos una comprensión relativamente clara de este problema y sigamos
una línea marxista-leninista”. La Gran Revolución Cultural Proletaria iniciada
y dirigida personalmente por el Presidente Mao ha desarrollado aún más, en la
teoría y en la práctica, el tema más importante de la actualidad de cómo
consolidar la dictadura del proletariado y prevenir la restauración del
capitalismo bajo las condiciones del socialismo. El movimiento de crítica a Lin
Piao y Confucio, que se está desarrollando ahora de una manera amplia, profunda
y persistente, es una lucha política e ideológica en la superestructura en la que
el proletariado triunfa sobre la burguesía y el socialismo sobre el
capitalismo. Este movimiento también tiene como objetivo consolidar la
dictadura del proletariado, prevenir la restauración capitalista y perseverar
en la revolución continua bajo la dictadura del proletariado. Recientemente, el
Presidente Mao emitió nuevamente una instrucción importante en la cuestión de
la teoría. El Presidente Mao señaló: “¿Por qué Lenin hablaba de la necesidad de ejercer
la dictadura sobre la burguesía? Este problema es preciso tenerlo claro. La
falta de claridad al respecto conducirá al revisionismo. Hay que hacerlo saber
a toda la nación”. Además, al mismo tiempo señaló: “Nuestro país practica
ahora un sistema de mercancías, un sistema salarial que es también desigual,
como el de ocho categorías, y cosas por el estilo. Esto, bajo la dictadura del
proletariado, sólo puede ser restringido. En virtud de lo anterior, será muy
fácil para gentes como Lin Piao montar el sistema capitalista si escalan el
Poder”. Esta importantísima instrucción del Presidente Mao expone teóricamente
las tareas históricas de la dictadura del proletariado y analiza profundamente
la base social que engendra la línea revisionista. Es de gran importancia práctica y de largo alcance histórico en la aplicación
de la línea fundamental del Partido, en la consolidación y el fortalecimiento
de la dictadura del proletariado, en la persistencia en la revolución continua
bajo la dictadura del proletariado y en el desarrollo de un buen trabajo en la
lucha para combatir y prevenir el revisionismo.
Liu Shao-chi y Lin Piao fueron
renegados que traicionaron la dictadura del proletariado. Negaban que la
contradicción entre el proletariado y la burguesía y entre el socialismo y el
capitalismo es la contradicción principal en la sociedad socialista. También negaban
que el proletariado deba ejercer la dictadura omnímoda sobre la burguesía en la
superestructura, incluyendo todas las esferas de la cultura, y negaban que la
dictadura del proletariado deba imponer las restricciones necesarias en la
parte remanente del derecho burgués. Lin Piao intentó cambiar sustancialmente
la línea fundamental del Partido y subvertir la dictadura del proletariado y
restaurar el capitalismo, y siguiendo los pasos de Confucio, divulgó el
programa reaccionario de “autocultivacion y volver a los ritos”. Al atacar a Chin
Shih Huang, el primer emperador de la dinastía Chin, realizó ataques venenosos a
la dictadura del proletariado y clamó por la fundación de un Estado “socialista
verdadero” que aplique una “política benevolente”. Su llamado Estado “socialista
verdadero” era la misma basura que el “Estado libre” de Lassalle, cabecilla del
viejo oportunismo, y del “Estado de todo el pueblo” de la camarilla renegada revisionista
soviética. Lo que Lin Piao decía en realidad era que él quería que los
terratenientes, los campesinos ricos, los contrarrevolucionarios, los malos
elementos y los derechistas y su pandilla de nuevos elementos burgueses tomen
el poder para que así puedan fundar la dinastía fascista de los Lin.
El centro de la disputa entre
la línea marxista y la línea oportunista de Lassalle en el partido alemán era: o
defender la revolución proletaria y la dictadura del proletariado o liquidarlas.
Nuestra lucha contra las dos camarillas antipartido de Liu Shao-chi y Lin Piao
también se libró en torno a la cuestión de adherirse u oponerse a la línea fundamental
del Partido y consolidar o subvertir la dictadura del proletariado. Este tipo
de lucha aún continuará en el futuro. Por lo tanto, es una tarea a largo plazo
estudiar seriamente las teorías marxistas básicas sobre la lucha de clases, la
revolución proletaria y la dictadura del proletariado. Todos los oportunistas
están acostumbrados a crear confusión en la teoría. En sus panfletos
demagógicos, Lassalle extrajo cosas correctas de Marx y las mezcló con sus propias
ideas incorrectas, con el fin de confundir a la gente. Estafadores como Liu
Shao-chi y Lin Piao también utilizaron el mismo truco. Nuestra mirada no es
suficiente para distinguir entre lo verdadero y lo falso, por eso debemos tener
la ayuda del microscopio y el telescopio del marxismo. Una razón importante que
llevó a Liebknecht a cometer errores sobre cuestiones de principio fue que “siempre
estuvo confundido en teoría” y no fue capaz de trazar una línea clara de
demarcación entre el marxismo y el oportunismo de Lassalle. Esta lección merece
nuestra seria consideración. La teoría es la base de la línea. “No puede haber
un partido socialista fuerte sin una teoría revolucionaria” (Lenin: Nuestro Programa). Para ser un
revolucionario proletario consciente, hay que estudiar seriamente las obras de
Marx, Engels, Lenin y Stalin y el Presidente Mao, dominar la posición, el punto
de vista y el método marxistas, y combinar el estudio con la crítica y templarse
y elevar el nivel político en la lucha, criticando a la burguesía y al
revisionismo. El Presidente Mao nos llamó recientemente a “estudiar más
obras marxista-leninistas”. Hay que seguir las instrucciones del
Presidente Mao, estudiar con dedicación las principales obras de Marx, Engels,
Lenin y Stalin y el Presidente Mao sobre la dictadura del proletariado, elevar nuestra
conciencia de la lucha de clases y de la lucha de dos líneas y de continuar la
revolución, aplicar conscientemente la línea fundamental del Partido, realizar
un buen trabajo en el movimiento de crítica a Lin Piao y Confucio, y luchar por
fortalecer la dictadura del proletariado y consolidar y desarrollar la base
económica socialista.
Traducción de Jiang Yucmoi para “Crítica Marxista-Leninista”de un artículo en “Hongqi”, nº 3, 1975.
Los subtítulos son nuestros.
Fuente: Peking
Review, nº13, abril de 1975.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario