miércoles, 18 de julio de 2018

Construir poder popular

Tomado del Periódico El Pueblo
Nota del editor: Nos ha llegado de un compañero de la AIT un artículo sobre el poder popular, que viene siendo un tema en debate entre quienes trabajan para construir organización clasista de trabajadores.
Por nuestra parte, no compartimos las conclusiones políticas del compañero. En lo fundamental, porque confundir organización con poder popular, equivale a considerar la posibilidad de hablar de poder sin haber hecho la revolución, sin iniciar el barrimiento de las relaciones sociales de explotación y a las clases explotadoras. De ahí a considerar la revolución como innecesaria hay tan solo un paso.
Como periódico popular, asumimos el papel de tribuna entre las personas y organizaciones que luchan y en este sentido publicamos de forma íntegra las reflexiones del compañero.
Llamamos también a tomar posición e introducirse en el debate, con el espíritu de avanzar en las posiciones políticas. Asumiendo que la lucha de dos líneas y las contradicciones en este caso están en el seno del pueblo. 
Construir Poder Popular
Una de las tareas para la lucha por la conquista del poder para la clase trabajadora
Ariel Orellana Araya, Miembro de la Asociación Intersindical de Trabajadoras y Trabajadores Clasistas, AIT. Chile, Julio, 2018
Cuando hablamos de poder popular nos referimos como lo plantean algunos autores que han reflexionado sobre el tema, entre ellos Acha, Campione, Casas, Mazzeo, Rodriguez, entre otros, a un proceso a través del cual la clase trabajadora en los “territorios” donde transcurre su vida concreta, va transformando a estos en espacios que se dotan de un poder social antagónico al poder de la clase dominante, la burguesía. Esto hace de este un poder liberador que permite ganar posiciones dentro del escenario de la lucha de clases, modificar la disposición del poder y la correlación de fuerzas entre proletarios y burgueses, y por otro lado avanzar en la consolidación de un campo contra – hegemónico.
Se trata, por tanto, de espacios de anticipación social, y política donde se “construye y vive lo soñable, pero posible”. El poder popular es también asumir el potencial de liberación de las fuerzas propias de las y los trabajadores y el pueblo, es construir en la realidad concreta de la clase un nuevo poder, que genere una fuerza tal que permita confrontar el poder burgués.
El Poder Popular se ejerce y expresa legítimamente a través de todos los medios organizados de participación popular y protagonismo político de la clase trabajadora; su ejercicio es directo y soberano a través de diversos instrumentos políticos que la clase genere, desde los Soviet de obreros, campesinos y soldados en Rusia, los Comités Popular Abiertos y Cerrado en Perú hasta los Comandos Comunales y Cordones Industriales en Chile, son parte de la experiencia de la clase trabajadora a escala mundial, donde el poder ha recaído en las manos del proletariado.
El poder popular no es “agarrable” o “tomable”, es una relación política y no un objeto; el poder popular se hace, se construye entre muchos y muchas, de la misma manera y dialécticamente como se va construyendo la clase trabajadora, tomando conciencia de su vida material, organizándose para a través de la acción y la praxis transformar la realidad concreta.
El poder popular es una construcción prolongada y robusta de organización de las masas populares, y paralelamente, es la desorganización de las fuerzas del enemigo, la pérdida de su poder, de sus organizaciones e instituciones; sin embargo, no es a través del Poder Popular como llegaremos a la sociedad sin clase, la conquista del comunismo será a través de la dictadura del proletariado, del socialismo.
El poder popular, además, es la configuración y expansión de una visión del mundo acompañada con la formación de intelectuales orgánicos de la clase, como lo plantea Gramsci, que aspiran a destruir el viejo orden y construir la nueva sociedad. Estos intelectuales deben colocarse al servicio del pueblo en sus diversas construcciones, generando una praxis que acompañe la generación de poder, en un permanente proceso dialectico de proletarización y producción intelectual, al servicio del proyecto de nueva sociedad. Esta nueva sociedad será sin explotados ni explotadores y permitirá la máxima felicidad terrenal posible: en una palabra, esa nueva sociedad por la que luchamos es una sociedad comunista.
Es importante destacar que la construcción de poder popular en ninguna medida niega la necesidad de la construcción del instrumento político de las y los trabajadores, el partido de la clase trabajadora, por el contrario, las tesis Leninistas en cuanto a la conducción, direccionalidad y la dotación de una ideología (aporte del partido) se articulan con la construcción del poder de las y los pobres en lucha. Por tanto, sin partido comunista revolucionario, junto al más amplio movimiento de masas expresado en el poder popular, no hay conquista del poder político para los trabajadores y el pueblo.
Otro punto importante tiene relación con el componente clasista que debe tener la construcción del poder popular y por otro la centralidad que deben tener los trabajadores como clase que viven cotidianamente la contradicción capital / trabajo. El poder popular no es, ni debe ser pluriclasista, es más bien una apuesta de carácter táctico de los sectores revolucionarios, que a través de esta vía acumulan fuerza social para la construcción del socialismo y a la vez debilitan al estado capitalista bajo la tesis del doble poder Leninista.
Por otro lado, y de vital importancia es la reflexión sobre la capacidad político – militar que debe tener el poder popular. Acá se evidencia claramente la necesidad del partido revolucionario que visualice, diseñe y conduzca el enfrentamiento entre la clase trabajadora y el poder burgués y sus estructuras represivas. Entendemos que la instalación de este tema en las peleas y construcciones del pueblo en el presente como un desarrollo cualitativo en las condiciones de lucha.
El poder popular debiese ser un espacio de socialismo real, concreto, anticipatorio del nuevo orden social, a la vez y al mismo tiempo que un espacio para la construcción del hombre y la mujer nueva a la cual nos convoca el comandante Guevara, embriones de socialismo en la sociedad capitalista y faros de las nuevas relaciones sociales, de producción y distribución, donde el desarrollo superior será durante la dictadura del proletariado y su clímax en el comunismo.

“La emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos” (Carlos Marx).

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