Ha culminado el gran circo electoral en el país. De 80.000 candidatos,
se eligieron 11.069 representantes (principales y suplentes). Todos,
absolutamente todos ofrecieron dar su mejor esfuerzo (y hasta la vida)
por solucionar los problemas que aquejan a las grandes mayorías.
En el reciente proceso electoral las contradicciones inter burguesas no llegaron a dirimirse totalmente. De una u otra manera, Correa mantiene la influencia en cierto sector de las masas, lidera su nuevo partido y otras organizaciones afines que siguen con la perorata del socialismo del siglo XXl; ha cosechado el haber corporativizado a las masas, de haber cooptado a una población joven que desorientada ideológicamente fue fácil presa del discurso seudo revolucionario de Alianza País, es así como logró algunos escaños de importancia a lo largo del país. Al respecto hay que señalar que el sostenimiento de ese “acumulado” electoral (de Correa) no responde a él, como individuo, sino a toda una corriente política e ideológica que aupa a los sectores más próximos a la burguesía burocrática y desde luego, a sectores de la izquierda domesticada, revisionista y oportunista.
En estas elecciones también es evidente el desenmascaramiento total del revisionismo más rastrero expresado en Unidad Popular – MPD – PCMLE, listas 2, que no tuvo empacho en aliarse con partidos como CREO, FE, de Guillermo Lasso y Bucaram en la provincia de Sucumbíos; en el caso de la provincia de Imbabura salieron juntos con el partido de gobierno (Alianza País, 35); y cosa similar, en el Azuay, con la izquierda democrática. Esto no es mas que una demostración de su política pragmática y de descarada traición a las masas. Ratas miserables que trafican con las necesidades de las masas mientras prostituyen el llamado a la revolución.
Del otro lado, la burguesía compradora, cuyo centro político electorero es el Partido Social Cristiano, que ha logrado reflotar con el apoyo del régimen de turno. Su objetivo apunta a las próximas elecciones presidenciales.
De todas formas, estas votaciones mostraron otros aspectos de importancia; por ejemplo, hubo el 17% de ausentismo, en promedio general el 11% de votos nulos y el 8% de votos en blanco (36% de la población electoral). No hay dudas, de una u otra manera estas cifras pueden sugerir una apatía y desconfianza en las elecciones, instrumento caduco de la vieja democracia burgués-terrateniente.
Los perdedores dentro del escenario de movilidad electoral fueron algunos dirigentes oportunistas y revisionistas como Lourdes Tibán, candidata a alcalde de Salcedo, Latacunga, no obstante, otros, como Yaku Pérez Guartambel logró la prefectura de Azuay. Miserables, esos son sus sueños de perro, trafican con las luchas de las masas, del campesinado pobre para conquistar sus mezquinos propósitos. Igual, es complejo pero necesario decirlo, independientemente de quién gane o no en las urnas, el pueblo, las masas, son los grandes perdedores de estos procesos porque siempre terminarán eligiendo a sus nuevos verdugos y fortaleciendo la democracia caduca, incompatible con los requerimientos organizativos en el sistema de gobierno que demandan las mayorías hoy explotadas y oprimidas.
Pero entre ganadores y perdedores en las elecciones, la disputa Inter burguesa, ausentismo, votos nulos y blancos, hay un elemento que es el más importe de todos. Nunca antes las masas rebosaron con vehemencia y hasta con importantes grados de violencia en contra de la farsa electoral.
En la provincia de El Oro, en el cantón Las Lajas, las masas desbordaron al control militar, se tomaron el recinto electoral y quemaron las urnas. En Puerto Cayo, Manabí, las masas hicieron lo mismo, obviamente provocando la suspensión de las votaciones. En Tululbí, San Lorenzo, Esmeraldas, los hechos fueron más marcados y determinantes. 5 juntas electorales fueron quemadas y se boicoteó el proceso.
En todos estos casos, fueron las masas las que neutralizaron a militares y policías que custodiaban las ánforas y procedieron a hacer lo que todo el elemento consciente del pueblo debe hacer, ¡BOICOTEAR LAS ELECCIONES!, porque responden a los intereses de la dictadura burgués-terrateniente, a su vieja democracia.
Durante todos estos años se estableció el debate -en el seno del pueblo- sobre si es posible o no boicotear el proceso electoral; si llamar al voto nulo o no votar.
Lo hemos dicho: ¡NO VOTAR, BOICOTEAR LAS ELECCIONES!, esa es la línea del camino democrático, porque convocar a las masas a este llamado revolucionario es un tema de principios, porque hoy, más que nunca las masas nos enseñan que es posible, que hay que hacerlo. Convocar al voto nulo es hacer el juego al viejo Estado, es propiciar la participación de las masas en las elecciones avalándolas; que “se pueden combatir las elecciones utilizándolas”; no diferente a las fatuidades en las que se apoya el oportunismo para sostener que hay combatir el constitucionalismo desde el Congreso o la Asamblea para justificar su presencia oportunista y rastrera en ese escenario. Este, el camino burocrático, del constitucionalismo y legalidad burgués-terrateniente.
Por lo expuesto y remitiéndonos a la realidad objetiva, el balance de las elecciones es positivo, nos presenta una brillante perspectiva respecto del qué hacer y cómo hacerlo.
¡A PROFUNDIZAR LA LUCHA EN CONTRA DEL RÉGIMEN ENTREGUISTA DE MORENO!
¡A LUCHAR CON MÁS VEHEMENCIA Y DECISIÓN EN CONTRA DEL REVISIONISMO Y OPORTUNISMO ENQUISTADO EN FILAS DEL PUEBLO Y DE LA CLASE!
¡A FORTALECER EL CAMINO DEMOCRÁTICO, QUE ES EL CAMINO DE LA GUERRA POPULAR Y LA NUEVA DEMOCRACIA!
En el reciente proceso electoral las contradicciones inter burguesas no llegaron a dirimirse totalmente. De una u otra manera, Correa mantiene la influencia en cierto sector de las masas, lidera su nuevo partido y otras organizaciones afines que siguen con la perorata del socialismo del siglo XXl; ha cosechado el haber corporativizado a las masas, de haber cooptado a una población joven que desorientada ideológicamente fue fácil presa del discurso seudo revolucionario de Alianza País, es así como logró algunos escaños de importancia a lo largo del país. Al respecto hay que señalar que el sostenimiento de ese “acumulado” electoral (de Correa) no responde a él, como individuo, sino a toda una corriente política e ideológica que aupa a los sectores más próximos a la burguesía burocrática y desde luego, a sectores de la izquierda domesticada, revisionista y oportunista.
En estas elecciones también es evidente el desenmascaramiento total del revisionismo más rastrero expresado en Unidad Popular – MPD – PCMLE, listas 2, que no tuvo empacho en aliarse con partidos como CREO, FE, de Guillermo Lasso y Bucaram en la provincia de Sucumbíos; en el caso de la provincia de Imbabura salieron juntos con el partido de gobierno (Alianza País, 35); y cosa similar, en el Azuay, con la izquierda democrática. Esto no es mas que una demostración de su política pragmática y de descarada traición a las masas. Ratas miserables que trafican con las necesidades de las masas mientras prostituyen el llamado a la revolución.
Del otro lado, la burguesía compradora, cuyo centro político electorero es el Partido Social Cristiano, que ha logrado reflotar con el apoyo del régimen de turno. Su objetivo apunta a las próximas elecciones presidenciales.
De todas formas, estas votaciones mostraron otros aspectos de importancia; por ejemplo, hubo el 17% de ausentismo, en promedio general el 11% de votos nulos y el 8% de votos en blanco (36% de la población electoral). No hay dudas, de una u otra manera estas cifras pueden sugerir una apatía y desconfianza en las elecciones, instrumento caduco de la vieja democracia burgués-terrateniente.
Los perdedores dentro del escenario de movilidad electoral fueron algunos dirigentes oportunistas y revisionistas como Lourdes Tibán, candidata a alcalde de Salcedo, Latacunga, no obstante, otros, como Yaku Pérez Guartambel logró la prefectura de Azuay. Miserables, esos son sus sueños de perro, trafican con las luchas de las masas, del campesinado pobre para conquistar sus mezquinos propósitos. Igual, es complejo pero necesario decirlo, independientemente de quién gane o no en las urnas, el pueblo, las masas, son los grandes perdedores de estos procesos porque siempre terminarán eligiendo a sus nuevos verdugos y fortaleciendo la democracia caduca, incompatible con los requerimientos organizativos en el sistema de gobierno que demandan las mayorías hoy explotadas y oprimidas.
Pero entre ganadores y perdedores en las elecciones, la disputa Inter burguesa, ausentismo, votos nulos y blancos, hay un elemento que es el más importe de todos. Nunca antes las masas rebosaron con vehemencia y hasta con importantes grados de violencia en contra de la farsa electoral.
En la provincia de El Oro, en el cantón Las Lajas, las masas desbordaron al control militar, se tomaron el recinto electoral y quemaron las urnas. En Puerto Cayo, Manabí, las masas hicieron lo mismo, obviamente provocando la suspensión de las votaciones. En Tululbí, San Lorenzo, Esmeraldas, los hechos fueron más marcados y determinantes. 5 juntas electorales fueron quemadas y se boicoteó el proceso.
En todos estos casos, fueron las masas las que neutralizaron a militares y policías que custodiaban las ánforas y procedieron a hacer lo que todo el elemento consciente del pueblo debe hacer, ¡BOICOTEAR LAS ELECCIONES!, porque responden a los intereses de la dictadura burgués-terrateniente, a su vieja democracia.
Durante todos estos años se estableció el debate -en el seno del pueblo- sobre si es posible o no boicotear el proceso electoral; si llamar al voto nulo o no votar.
Lo hemos dicho: ¡NO VOTAR, BOICOTEAR LAS ELECCIONES!, esa es la línea del camino democrático, porque convocar a las masas a este llamado revolucionario es un tema de principios, porque hoy, más que nunca las masas nos enseñan que es posible, que hay que hacerlo. Convocar al voto nulo es hacer el juego al viejo Estado, es propiciar la participación de las masas en las elecciones avalándolas; que “se pueden combatir las elecciones utilizándolas”; no diferente a las fatuidades en las que se apoya el oportunismo para sostener que hay combatir el constitucionalismo desde el Congreso o la Asamblea para justificar su presencia oportunista y rastrera en ese escenario. Este, el camino burocrático, del constitucionalismo y legalidad burgués-terrateniente.
Por lo expuesto y remitiéndonos a la realidad objetiva, el balance de las elecciones es positivo, nos presenta una brillante perspectiva respecto del qué hacer y cómo hacerlo.
¡A PROFUNDIZAR LA LUCHA EN CONTRA DEL RÉGIMEN ENTREGUISTA DE MORENO!
¡A LUCHAR CON MÁS VEHEMENCIA Y DECISIÓN EN CONTRA DEL REVISIONISMO Y OPORTUNISMO ENQUISTADO EN FILAS DEL PUEBLO Y DE LA CLASE!
¡A FORTALECER EL CAMINO DEMOCRÁTICO, QUE ES EL CAMINO DE LA GUERRA POPULAR Y LA NUEVA DEMOCRACIA!
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