viernes, 13 de septiembre de 2019

América Latina: ¡Fuera yanquis de Venezuela! ¡Yanquis go Home!


A continuación publicamos la noticia sobre la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), impuesto por el imperialismo yanqui a sus semicolonias de América Latina en 1947, como tratado de "defensa mutua", es decir de defensa de  los intereses de la superpotencia hegemónica única en nuestro continente mediante una coalición armada bajo su bastón de mando. Así, los EE.UU. y la OEA, su ministerio de colonias como fue llamado a comienzos de la década del 60. del siglo anterior, ha desempolva un tratado para asediar a Venezuela con su llamada "guerra de baja intensidad" para someter al país en la mesa de negociaciones y, en caso de que esto no sea posible, aplicarlo con el pretexto de "agresión armada de Venezuela contra Colombia". Así están blandiendo contra Venezuela el garrote y la zanahoria. Desde nuestro blog condenamos este mayor desarrollo de la agresión del imperialismo yanqui contra el pueblo de Venezuela y agitamos la consigna: ¡Fuera yanquis de Venezuela!

En su Declaración por el 1° de mayo de 2019, los Partidos y Organizaciones Maoístas del Mundo, al respecto establecieron:

"El imperialismo yanqui en su condición de superpotencia hegemónica única y  gendarme mundial desata, en colusión y pugna con las otras potencias imperialistas, sus guerra de agresión y rapiña contra las naciones oprimidas agudizando la contradicción principal y acicateando la revolución en las naciones del Tercer Mundo, que se levantan en ardorosas luchas armadas y guerras populares.

La actual agresión contra Venezuela persigue imponer un gobierno títere en remplazo del gobierno actual de Maduro, con lo cual se estaría cambiado el estatus semicolonial del país a uno colonial, para ejercer el monopolio económico exclusivo sobre la economía del país. Lo hace enarbolando descaradamente su "Doctrina Monroe". Aquí se expresa, en primer lugar,  la contradicción históricamente principal, es decir,  la contradicción entre las naciones oprimidas, por un lado,  y las superpotencias y potencias imperialistas, por el otro. Lo cual contribuye a impulsar la lucha antiimperialista yanqui en el continente.

En Venezuela, la contradicción nación oprimida-imperialismo ha devenido en principal. El dominio de América Latina es la base estratégica de su hegemonía mundial. La agresión imperialista se da en medio de colusión y pugna con sus rivales imperialistas (tercera contradicción, secundaria en la actual situación en el país). Los rivales imperialistas van moviéndose y ubicándose en defensa de sus intereses ya establecido y  de sus expectativas futuras. Rusia busca garantizar lo invertido y capitalizar la situación para aparecer como defensor del régimen de Maduro y ser tenidos como intermediarios  para una posible “solución” negociada, tendrá que ser a cambio de aflojar las sanciones  yanquis o mover sus fichas en Ucrania, etc. China fuera de su apoyo diplomático se mantiene a la expectativa. Alemania, España y otros países imperialistas de la UE que se sumaron a regañadientes al “reconocimiento” del títere Guaidó, se van poniendo a distancia de una invasión militar.

Al pueblo, a la nación venezolana le corresponde resistir y rechazar la capitulación con el pretexto de un “acuerdo negociado”. Podemos entender las limitaciones de clase que objetivamente presentan algunos en la lucha contra la agresión imperialista, pero debemos combatir la capitulación y  la traición".

Pronunciamiento de los Partidos y Organizaciones Maoístas del Mundo que hoy cobra aún más vigencia para denunciar el desarrollo de la agresión del imperialismo yanqui contra la nación Venezolana.

A continuación la noticia, estractada de un diario argentino que defiende la posición de uno de los grupos de la facción burocrática de la gran burguesía en el país del plata. Leer:

EL MUNDO
13 de septiembre de 2019

EE.UU. y once países de América latina aprobaron la activación del TIAR
La OEA desempolva un tratado para asediar a Venezuela

El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), de 1947, suscribe el compromiso de defensa mutua entre naciones americanas. Es decir, se puede crear una coalición armada.

Por Marco Teruggi para Página 12, Buenos Aires, Argentina

"El TIAR fue impuesto para legitimar intervenciones militares en América Latina" dijo el canciller Jorge Arreaza.

Imagen: AFP
Desde Caracas

Estados Unidos y once países de América Latina se pronunciaron a favor de una posible intervención militar contra el gobierno venezolano. Lo hicieron a través de la activación en una asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA) del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), un acuerdo de 1947 que suscribe el compromiso de defensa mutua entre naciones americanas, es decir , la posibilidad de conformar una coalición armada.

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“Se reconoce con esta decisión el hecho de que la profundidad de la crisis venezolana obliga a apelar a todos los mecanismos”, afirmó el jefe de gabinete de Luis Almagro, secretario general de la OEA, defensor desde el año pasado de la posibilidad de una intervención militar en Venezuela.

México, uno de los países que se opuso, publicó un comunicado donde afirmó que “rechaza categóricamente la invocación del TIAR para intervenir en los asuntos internos de los Estados por considerar inaceptable utilizar un mecanismo que contempla el uso de la fuerza militar”. También señaló que con este paso “nos acercamos peligrosamente a un punto sin retorno”.

El gobierno venezolano condenó a quienes, dentro de la Organización de Estados Americanos (OEA) dieron el paso para activar el TIAR, entre los cuales se encuentran los gobiernos de Argentina, Colombia y Brasil. En el comunicado de la cancillería, se señala que: “Es necesario recordar que el TIAR fue impuesto a nuestra región por Estados Unidos en el marco de la Guerra Fría, y su propósito fue legitimar intervenciones militares en América Latina por razones ideológicas. Así sucedió en Guatemala en 1954, en Cuba en 1961, en República Dominicana en 1965, en Granada en 1983 y en Panamá en 1989”.

“La amenaza del uso del TIAR, del uso de la fuerza implícito en la convocación del TIAR, es completamente absurda, contradice todos los principios de convivencia y solución pacífica de controversia y autodeterminación de los pueblos”, expresó por su parte Celso Amorín, ex canciller de Brasil.

Parte del acuerdo alcanzado entre los doce países está el de reunirse durante la Asamblea General de Naciones Unidas, que tendrá lugar a finales de septiembre, para decidir qué medidas tomarán. También acordaron que informarán de la decisión tomada al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

La activación de este mecanismo había sido pedida durante varios meses por los sectores de la oposición venezolana que sostienen que la única manera de alcanzar el poder político es a través de una intervención militar extranjera, un ejército mercenario infiltrado desde fuera, o un golpe interno de un sector de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). Entre ellos se encuentran, por ejemplo, María Corina Machado, Antonio Ledezma, y el abanico de la derecha reunida en Miami.

Juan Guaidó, por su parte, había intentando mantener una posición de equilibrio entre partes, planteando que todas las opciones eran posible, desde el diálogo hasta el TIAR, siempre y cuando alcanzara sus objetivos, condensados en la fórmula: cese de la usurpación, gobierno de transición, elecciones libres.

El problema de Guaidó fue que nunca decidió sobre los pasos a dar: la dirección siempre vino de Estados Unidos, y, en menor medida, de su partido Voluntad Popular, del cual no era dirigente al autoproclamarse presidente.

Y las direcciones dadas desde Estados Unidos han sido marcadas por un signo de pregunta a partir de la destitución de John Bolton como asesor de seguridad. Su salida se dio en un marco de desacuerdos con Donald Trump sobre varios conflictos, como Corea del Norte, Irán, Afganistán, y en particular Venezuela, donde el presidente afirmó que Bolton se había “pasado de la raya”.

El despido de Bolton se dio en el momento de mayor tensión entre Venezuela y Colombia, en un escenario donde Nicolás Maduro afirmó que desde el gobierno de Iván Duque se busca activar “un falso positivo para crear un conflicto armado” entre ambos países. Bolton, y así como lo expresó en diferentes conflictos geopolíticos abiertos, se mostró favorable a una salida por la fuerza en el caso Venezuela, y se encargó de atacar públicamente los diálogos en Barbados mediados por Noruega.

La escalada de tensión entre ambos países fue denunciada por Maduro como una vía principal trabajada por Estados Unidos y las derechas de Colombia y Venezuela para alcanzar el escenario de choque militar. ¿Fue esa la raya que pasó Bolton? Trump no lo especificó, así como no respondió a la posibilidad de reunirse con el presidente venezolano.

La política contra Venezuela seguirá a cargo hombres como Elliot Abrams, Mike Pompeo, junto con el nuevo asesor de seguridad, por el momento interino, Charles Kupperman, asesor del expresidente Ronald Regan entre 1981 y 1989 y segundo al mando dentro de la gestión de Bolton.

Mientras tanto, la jefa de política exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, se pronunció en el marco de su gira por Cuba, México y Colombia, a favor de la reanudación del diálogo entre el gobierno y la oposición. Sus declaraciones fueron dadas mientras era activado el TIAR, en una fotografía de las dos líneas de fuerza: aquella que insiste en un derrocamiento por la acción militar, y aquella que apuesta por un diálogo con acuerdo.

La Asamblea General de la ONU será el próximo terreno donde la diplomacia de asedio contra Venezuela jugará sus cartas. Tanto en el ámbito del TIAR, como las posiciones de Duque y Maduro que se acusarán mutuamente: el primero por afirmar que Venezuela ampara a las guerrillas colombianas, el segundo por señalar que Colombia busca fabricar una guerra de la cual ya existen acciones subterráneas y para lo cual ha movilizado a la FANB en ejercicios de frontera.

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