Servir al pueblo, organizar la solidaridad popular de clase, asumiendo un discurso combativo, es lo que vienen haciendo los militantes de la organización Jeunes Révolutionnaires desde hace varios meses.
Por su combatividad, por su discurso revolucionario, por su voluntad de organizar la lucha de las masas populares, los Jóvenes Revolucionarios se distinguen de las organizaciones que se contentan con hacer caridad . También se distinguen de los oportunistas que solo están presentes en los barrios obreros a medida que se acercan los plazos electorales.
Deportes populares, mesas de cosecha y reparto de alimentos frente a supermercados, distribución puerta a puerta de productos de primera necesidad en barrios populares y residencias de estudiantes CROUS, desayunos gratis frente a escuelas vocacionales, fabricación y distribución de mascarillas y gel hidroalcohólico. . A través de estas actividades, los Jóvenes Revolucionarios sientan las bases de una nueva cultura, una cultura de ayuda mutua, de solidaridad de clase, una cultura que rompe el individualismo en beneficio del colectivo, una cultura que se opone al oportunismo, una cultura de combatividad de clases . En definitiva, una cultura revolucionaria propicia para el desarrollo de grandes luchas democráticas dondequiera que estén las masas: en los lugares de la vida, el trabajo y el estudio.
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