viernes, 13 de noviembre de 2020

Celebremos el Bicentenario del Nacimiento de Federico Engels, Maestro del Proletariado Mundial el 28 noviembre, en todo el mundo, en toda forma.

 


MaoistRoad propone, invita, llama todas los partidos, organizaciones, camaradas, comunistas marxista-leninistas-maoistas y comunistas revolucionarios a celebrear el 28 de noviembre el Bicentenario del nacimiento de Federico Engels, 

por esta fecha hay una Declaracion Internacional a la que se puede subscribirse  

enviando adhesion a maoistroad@gmail.com

habrà informacio sobre todas las adhesiones y todas las acciones y eventos 

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Celebremos el Bicentenario del Nacimiento de Federico Engels, Maestro del Proletariado Mundial


El 28 de noviembre de este año se cumplen 200 años del nacimiento de Federico Engels, uno de los grandes maestros del proletariado mundial y cofundador, junto con Marx, de la ciencia de la revolución proletaria, hoy conocida como Marxismo-Leninismo-Maoísmo.

Inspirados en los geniales fundadores del socialismo científico, Marx y Engels, los proletarios revolucionarios de todos los países se han lanzado a la lucha y en su transcurso han enriquecido la ciencia de la revolución desarrollándola: los importantes hitos de la Revolución Socialista de Octubre en Rusia que inauguró la Era de la Revolución Proletaria Mundial y el triunfo de la Revolución en China que tuvo continuidad en la Gran Revolución Cultural Proletaria, dotaron al proletariado del Marxismo-Leninismo-Maoísmo, teoría única y armónica que le permitirá, no solo conquistar el poder mediante la violencia revolucionaria de las masas, hoy erigida como Guerra Popular, sino darle continuidad a la revolución durante la época de la Dictadura del Proletariado y el Socialismo para impedir la restauración del capitalismo.

Hoy, armados con ese arsenal los proletarios revolucionarios de todos los países, avanzan en la construcción de sus Partidos y se esfuerzan en la lucha por la unidad en una nueva Internacional Comunista, instrumentos estratégicos imprescindibles para el triunfo de la Revolución Proletaria Mundial, capaz de conducir los combates del proletariado y los pueblos del mundo para derrotar al imperialismo y la reacción, barriendo de la faz de la tierra toda forma de opresión y explotación, avanzando al comunismo.

Por ello, el proletariado revolucionario celebra con júbilo el bicentenario del nacimiento de Federico Engels, se propone rescatar su memoria y obra, para difundirla entre las masas de obreros y campesinos en todo el mundo.

Federico Engels nació en el seno de una familia burguesa; pero dedicó su vida a la lucha por la emancipación de la clase obrera. Junto con su camarada y amigo, Carlos Marx, dotaron a la humanidad, especialmente a los trabajadores, del materialismo dialéctico, la concepción del mundo y método de pensamiento, que les permitió a ellos y al proletariado adquirir una comprensión científica del desarrollo de la historia, el materialismo histórico, y del modo de producción capitalista, la economía política marxista. Doctrina armónica y exacta que dio vida al socialismo científico en oposición a los sueños utópicos de los “socialistas” burgueses y pequeñoburgueses, que criticaban y aún critican el “capitalismo salvaje” pero solo pretenden reformarlo sin destruirlo. Por el contrario, Engels contribuyó a esclarecer las leyes que rigen la marcha de la sociedad hacia el establecimiento del socialismo y el comunismo, las leyes que condenan al capitalismo a la muerte y derrota por la Revolución Proletaria,destacando con toda claridad que esta es la misión histórica del proletariado internacional.

Como teórico, Engels fue el primero en afirmar que el proletariado no es sólo una clase que sufre, sino que por su situación en la producción social es la clase más importante en el capitalismo, hecho que lo impulsa inconteniblemente hacia adelante y lo obliga a luchar por su emancipación definitiva, aboliendo la propiedad privada sobre los medios de producción, para lo cual necesita de su actuación política que tiene por objetivo el establecimiento del socialismo. Tales ideas fueron expuestas por primera vez en 1845 en el libro La situación de la clase obrera en Inglaterra, una obra que describe de forma brillante, no solo los padecimientos del proletariado, sino su importancia social y su misión histórica.

Engels fue también el primero en publicar en la revista Anales franco-alemanes, un estudio crítico sobre la economía política donde analizaba los rasgos básicos del régimen económico capitalista, como consecuencia inevitable de la dominación de la propiedad privada. Fue él quien impulsó a su amigo y camarada Carlos Marx, a ocuparse del estudio de este problema a profundidad, del cual surgió la obra cumbre El Capital, cuya culminación también corrió por cuenta de Engels luego de la muerte de Marx.

Juntos escribieron en 1844 La sagrada familia, o crítica de la crítica crítica. Una obra polémica, mayormente escrita por Marx, pero fruto de la comprensión mutua de las contradicciones sociales y de la crítica a los hermanos Bauer, “críticos” filósofos contemplativos que negaban toda actividad práctica para transformar el mundo y calificaban al proletariado como una masa carente de espíritu crítico sin trascendencia histórica.

De esa época también data La ideología alemana, un trabajo conjunto de Marx y Engels que solo vio la luz en 1932, años después de muertos. Aunque el propósito de los maestros con esta obra era saldar cuentas con su pasado filosófico, La ideología alemana cobró y sigue teniendo gran importancia para el proletariado revolucionario, por cuanto en esta apasionante y vigorosa polémica desnudan las miserias de los filósofos y socialistas reaccionarios de Alemania, formulando los rasgos esenciales del comunismo científico. Desde esa obra se observa que Marx y Engels ven en la lucha de clase del proletariado y en la revolución por él protagonizada, el surgimiento del régimen comunista: esta revolución “es necesaria no sólo porque es imposible derribar de otra manera la clase dominante, sino porque sólo por medio de la revolución puede la clase que derriba, librarse de toda la podredumbre y ser capaz de crear una sociedad nueva”.

El Manifiesto del Partido Comunista publicado en 1848, no solo fue otra obra común, sino que tiene su base en el ensayo de Engels, Principios del comunismo. El manifiesto, es una exposición genial y brillante de la concepción y del método del proletariado revolucionario; una exposición magistral de materialismo histórico donde se decantan las leyes que conducen al proletariado a establecer el comunismo en toda la tierra; el programa del proletariado revolucionario que lo diferencian de todas las sectas y tendencias socialisteras; una obra cuya vigencia permanece incólume animando la lucha de los proletarios y pueblos del mundo contra el imperialismo y toda forma de reacción. La frase con la cual concluye ese primer programa obrero sigue retumbado en el mundo entero; su llamado final es hoy día el grito de combate del proletariado revolucionario que se apresta a tomar nuevamente el cielo por asalto:

Los comunistas consideran indigno ocultar sus ideas y propósitos. Declaran abiertamente que sus objetivos sólo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente. Que tiemblen las clases dominantes, ante la perspectiva de una revolución comunista. Los proletarios, no tienen nada que perder en ella, salvo sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar.

¡Proletarios de todos los Países, uníos!”

En 1878 vio la luz el conocido Anti-Dühring o La revolución de la ciencia por el Sr. Eugen Dühring, obra polémica contra un profesor crítico del marxismo, la cual se convirtió en una de las mejores exposiciones del materialismo dialéctico e histórico y de la doctrina del socialismo en todos sus aspectos; trabajo en el cual contribuyó también su amigo Marx en la parte concerniente a la economía política. Uno de los apartes del Anti-Dühring fue publicado en 1880 como folleto titulado Del socialismo utópico al socialismo científico, una obra popular donde se expone de forma brillante el desarrollo social progresivo que conduce al advenimiento del socialismo en contravía de las creencias de los utopistas.

En 1925 fueron publicados por primera vez los trabajos de Engels referidos a sus investigaciones sobre la Dialéctica de la naturaleza, un estudio inconcluso que se remonta a los años 1875-1883, donde el maestro de la clase obrera pone de presente cómo las leyes del materialismo dialéctico se cumplen también en los fenómenos de la naturaleza; en este trabajo se encuentran agudas ideas que se anticiparon a posteriores conclusiones de las ciencias naturales. La Introducción general a la dialéctica de la naturaleza y El papel del trabajo en la transformación del mono en hombre, son piezas de arte en la literatura revolucionaria donde se expone la relación entre el desarrollo de la humanidad y de las ciencias naturales hasta llegar a la moderna sociedad burguesa, derivando conclusiones revolucionarias que hoy tienen más vigencia que nunca, cuando la humanidad es azotada por la crisis económica y la pandemia del covid-19, producto de la voracidad y la anarquía del capitalismo imperialista:

Únicamente una organización consciente de la producción social, en la que la producción y la distribución obedezcan a un plan, puede elevar socialmente a los hombres sobre el resto del mundo animal, del mismo modo que la producción en general les elevó como especie. El desarrollo histórico hace esta organización más necesaria y más posible cada día”.

El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, publicado en 1884, es otro tratado sobre materialismo histórico exponiendo de manera sistemática la evolución de esas instituciones que serán sustituidas por el comunismo, una nueva y superior forma de organización social, cuando sean abolidas la propiedad privada y las clases y, como consecuencia de ello, desaparezcan el Estado y la familia como ha sido conocida hasta ahora. Allí se encuentra la explicación científica de la discriminación y opresión de la mujer que constituye la base más firme del movimiento femenino proletario:

El derrocamiento del derecho materno fue la gran derrota histórica del sexo femenino en todo el mundo. El hombre empuñó también las riendas en la casa; la mujer se vio degradada, convertida en la servidora, en la esclava de la lujuria del hombre, en un simple instrumento de reproducción [...] La emancipación de la mujer no se hace posible sino cuando ésta puede participar en gran escala, en escala social, en la producción y el trabajo doméstico no le ocupa sino un tiempo insignificante”.

En el ensayo Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana (1886), Engels hace una exposición crítica de la filosofía alemana desde la posición materialista dialéctica, demostrando la decadencia espiritual de la burguesía, exaltando el sentido teórico y científico del proletariado.

Gigantesca también fue su labor en el estudio de los asuntos militares que constituye una parte importante de su obra escrita. Muy pocos trabajos pueden compararse con los artículos de Engels sobre los grandes acontecimientos militares del Siglo XIX como la guerra de Garibaldi en Sicilia, la guerra de Crimea, la guerra civil en Estados Unidos, las grandes insurrecciones de 1848 o la guerra franco-prusiana de 1870. Y no solo por la rigurosidad frente a los hechos tratados, sino también por las geniales previsiones del gran pensador en el arte de la guerra. Un poderoso arsenal de gran valor en la actualidad, cuando el proletariado revolucionario se prepara para desarrollar la Guerra Popular necesaria para abatir a sus enemigos en todos los países.

Además de las importantes obras científicas y de la gigantesca labor periodística de Engels, es invaluable su correspondencia, sobre todo con su entrañable camarada Marx, donde puede observarse el trabajo mancomunado de los fundadores del socialismo científico en todos los aspectos, tanto en el desarrollo de la ciencia de la revolución, como en otras áreas del conocimiento, así como de la estrategia y la táctica del proletariado combatiente.

Como dirigente político del proletariado, Engels se vinculó al movimiento obrero desde muy joven. Gracias a sus contactos con las organizaciones y dirigentes proletarios pudieron relacionarse, junto con Marx, con la asociación clandestina alemana, la Liga de los Justicieros llamada más tarde Liga de los Comunistas a la cual convencieron de la nueva doctrina, que a su vez les encargó expusieran los principios fundamentales del socialismo elaborado por ellos, tarea materializada en el Manifiesto del Partido Comunista publicado en 1848.

Engels participó activamente en la ola revolucionaria que sacudió Europa de 1848 a 1850. No solo alentando con su amigo Marx el levantamiento popular en Alemania con la pluma desde la Nueva Gaceta Renana, sino participando en la insurrección armada del pueblo y combatiendo en las batallas por la libertad, donde ocupó un lugar destacado y que, junto con sus escritos militares, le haría merecedor del apodo de “El general” entre sus camaradas.

Como apasionado combatiente revolucionario, Engels fue un defensor intransigente de los intereses del proletariado, crítico aguerrido de los errores de los falsos socialistas y maestro incansable de los mejores hijos de la clase obrera con quienes mantuvo siempre estrechos lazos de amistad y a quien acudían de todos los países en busca de consejo.

Su fidelidad a la clase obrera lo convirtió en jefe reconocido del proletariado internacional, no solo jugando un papel destacado en la fundación de la Asociación Internacional de los Trabajadores o I Internacional sino ocupando un lugar en el Consejo General desde 1870 hasta su disolución en 1876, así como en la fundación de la II Internacional posterior al Congreso Obrero de París que en 1889 sentó los cimientos de la nueva organización internacional del proletariado de todos los países.

Su generosidad y sencillez le permitió a Engels darle el justo lugar a su amigo y camarada, a quien sostuvo económicamente hasta sus últimos días para que diera culmen a su obra. Pero Federico Engels brilla con luz propia y por ello hace parte de los maestros del proletariado.

Engels murió el 5 de agosto de 1895 en Inglaterra rodeado de los más destacados dirigentes del movimiento obrero de distintos países y a su sepelio llegaron mensajes de muchos rincones del mundo. Refiriéndose a Engels, Lenin escribió:

Después de su amigo Carlos Marx (fallecido en 1883), Engels fue el más notable científico y maestro del proletariado contemporáneo de todo el mundo civilizado. […] Marx y Engels fueron los primeros en esclarecer en sus obras científicas que el socialismo no es una invención de soñadores, sino la meta final y el resultado inevitable del desarrollo de las fuerzas productivas dentro de la sociedad contemporánea. Toda la historia escrita hasta ahora es la historia de la lucha de clases, del cambio sucesivo en el dominio y en la victoria de una clase social sobre otra. Y esto continuará hasta que desaparezcan las bases de la lucha de clases y del dominio de clase: la propiedad privada y la producción social caótica. Los intereses del proletariado exigen que dichas bases sean destruidas, por lo que la lucha de clases consciente de los obreros organizados debe ser dirigida contra ellas”.

Y contra las calumnias y tergiversaciones de los enemigos del marxismo, que en vano han tratado de separar a Marx de Engels, las palabras pronunciadas por este último en el homenaje póstumo a Carlos Marx son perfectamente aplicables a él mismo:

“…era, ante todo, un revolucionario. Cooperar, de este o del otro modo, al derrocamiento de la sociedad capitalista y de las instituciones políticas creadas por ella, contribuir a la emancipación del proletariado moderno, a quién él había infundido por primera vez la conciencia de su propia situación y de sus necesidades, la conciencia de las condiciones de su emancipación: tal era la verdadera misión de su vida. La lucha era su elemento. Y luchó con una pasión, una tenacidad y un éxito como pocos”.

¡Honor y Gloria a Federico Engels, Maestro del Proletariado Mundial!

¡Viva el Marxismo-Leninismo-Maoísmo!

¡Muerte al imperialismo! ¡El futuro debe ser del socialismo y el comunismo!

¡Proletarios y pueblos oprimidos, uníos en el internacionalismo proletario!

¡Avancemos, ahora más que nunca, en la unidad internacional de los comunistas de todo el mundo!

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