Los Monopolios son una completa lacra para la sociedad, son una
excrecencia propia del sistema capitalista en su proceso de extensión a
todo el planeta. En medio de la agudización de la crisis capitalista,
exacerbada por la pandemia del nuevo coronavirus Covid-19, eso quedó
mucho más claro al conocerse que mientras diferentes equipos científicos
del mundo libran una batalla para descubrir la vacuna y tratamiento
para derrotar al Covid-19, tres monopolios farmacéuticos amarraron con
patentes de exclusividad sus medicamentos, creados para tratar otras
enfermedades pero que pueden resultar positivos para contrarrestar la
nueva cepa de la infección respiratoria. Las medicinas y los respectivos
laboratorios son: Kaletra, de los estadounidenses Abbvie; Avigan, del japonés Toyama Chemical del grupo Fujifilm; y Remdesevir, de los también gringos Gilead Sciences.
Diferentes grupos de científicos y en general de profesionales
dedicados al tema de la salud pública en el mundo, han denunciado por
diferentes medios que en caso de que estos medicamentos puedan combatir
el virus, los laboratorios dueños de las patentes van a reclamar su
derecho de exclusividad y a limitar el acceso a su uso sólo a quienes
tengan la capacidad económica para comprarlos; por eso las patentes en
el campo de los medicamentos, promueven la extensión de las enfermedades
y son causa directa de la muerte de millones de personas y sobre todo
de los más pobres.
Una jugada sucia usada por estos emporios de la salud para dilatar la
duración de las patentes de exclusividad, es hacer pequeños cambios en
sus formulaciones que no varían en esencia la efectividad terapéutica de
los medicamentos, todo con la complicidad de los Estados que les
garantizan dicho privilegio. Las patentes en el campo de la salud son
una garantía que protege a los grandes monopolios a costa del
sufrimiento de las masas en el mundo, pues no permiten que laboratorios
diferentes fabriquen, utilicen y comercialicen un medicamento.
Al respecto el proletariado revolucionario, reconoce que el
capitalismo en su fase imperialista, en la fase del reinado de los
monopolios es sinónimo de muerte para las masas trabajadoras, entonces
quiere decir que para garantizar la salud, el acceso a vacunas y a
medicamentos y tratamientos de calidad para el pueblo, es necesario
destruir de raíz el moribundo sistema fuente de las garantías y derechos
para una minoría parásita agrupada en monopolios y que se lucra a costa
del sufrimiento de millones de pobres en el mundo.
Para derrotar el Covid-19 de raíz, se necesita derrotar al
capitalismo imperialista destruyéndolo por medio de la rebelión violenta
de las masas para sustituirlo por el Socialismo, donde la ganancia no
está al mando; sino la satisfacción de las necesidades de la sociedad; y
esto es comprobable si se tiene en cuenta que por ejemplo el sarampión,
vieja enfermedad que se creía derrotada, volvió a tomar fuerza en
diferentes partes del mundo donde las masas empobrecidas no han tenido
acceso a la vacuna, en un momento en el cual las fuerzas de la sociedad
(transporte, medicinas, personal médico, etc.) son capaces de abastecer
de dicha vacuna y tratamiento a todo el planeta si la salud no fuera un
negocio como lo es bajo el capitalismo, sino un sistema cuyo objetivo
fuera la prevención temprana de enfermedades y el tratamiento efectivo
de las mismas cuando aparecieran, como ya lo demostró con creces el
sistema socialista.
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