Hace 129 años, el 26 de diciembre de 1893 nació Mao Tse Tung, conocido como el Presidente Mao, o como “El Gran Timonel” por su papel destacado en la dirección de la Revolución China que liberó a su pueblo del yugo de los imperialistas, de la explotación brutal de los capitalistas y del ostracismo y penurias a manos de los terratenientes. El gran Mao, tan odiado por los reaccionarios como querido por los obreros y campesinos chinos, fue sin lugar a dudas uno de los más importantes hombres que ha parido la heroica lucha de los pueblos del mundo por liberar a la humanidad del yugo de la explotación capitalista, un lugar de privilegio que se ha mantenido muy a pesar de quienes se han dedicado a tergiversar su historia y desconocer su valor, pues quienes han decidido conocerlo y estudiarlo, se han sumado a los miles de intelectuales, obreros y campesinos, que mantienen y extienden su legado y le garantizan su papel como uno de los grandes maestros del comunismo revolucionario.
Su vida de niño, las dificultades y el enorme esfuerzo que tuvo que hacer para asistir a la escuela e iniciar su alfabetización, fueron en apariencia, como la de millones de jóvenes nacidos en una familia campesina dedicada al trabajo de la tierra, predominaban las exigencias de su padre para participar en la labranza y el trato fuerte y las prohibiciones de acceder a literatura que le despertara su formación, pero todo ello al final fue una dura lucha que el joven Mao se atrevió a desafiar y a hurtadillas desde muy joven siempre buscó la luz del conocimiento y logró acceder a una escuela que la llamó “El encuentro con la ciencia”; de todo ello da cuenta una formidable entrevista dada al periodista estadounidense Edgar Snow en el año de 1936, bajo el título “Mi vida”
En una parte de esta entrevista describe como las lecturas “prohibidas” a las que pudo acceder este joven hambriento de conocimiento lo llevaron rápidamente a la idea de que Un día descubrí un rasgo particular de estas historias y era la ausencia de los campesinos que trabajaban la tierra. Todos los héroes eran guerreros, funcionarios o letrados; jamás un campesino era el héroe. Pensé durante dos años, después analicé el contenido de estas historias. Descubrí que elevaban a las nubes a los soldados y los amos del pueblo que no habían trabajado la tierra porque la poseían, y la vigilaban y hacían que los campesinos la trabajaran para ellos.
Su procedencia campesina, su mente hambrienta de conocimiento, la búsqueda permanente de ciencia y la disposición de comprender lo que sucedía a su alrededor, marcaron desde muy joven su tendencia a compenetrarse con el pueblo, a vivir con él y como él; los campesinos vivían épocas de grandes penurias, pérdida de cosechas, absoluta desatención de los gobiernos locales, opresión brutal de los grandes terratenientes; y como “donde hay opresión, hay resistencia”, grandes levantamientos tuvo que presenciar Mao, todo lo cual lo fue llevando a convertirse en un prometedor revolucionario.
Su interés por comprender las causas de las penurias de su pueblo, y en busca de caminos que le dieran alguna señal de cómo podría el contribuir de alguna manera a resolverlos, lo llevaron a trasladarse a una población más grande donde conocería, según cuenta la entrevista, el primer periódico llamado Min Lin Pao que traduce “Fuerza popular”, un diario nacionalista, que lo conmovió al punto de llevarlo a redactar su primer artículo que muy motivado pegó en la pared de su escuela.
Después en la ciudad de Hunan, por el año 1919 Mao dedicó un enorme trabajo a la organización y movilización de los estudiantes y como profesor jugo un papel igualmente destacado, dirigiendo muchas movilizaciones y trabajando arduamente en la propaganda y agitación política a través de periódicos. En medio de todo este torrente de lucha, y en su segunda visita a Pekín, llegaron a sus manos los tres primeros libros de marxismo que fueron como un tanque de oxígeno para su conocimiento y comprensión del mundo y sus contradicciones: el Manifiesto Comunista, traducido por Cheng Wang-tao, primer libro marxista que se publicó en China; La lucha de clases, de Kanstbei y una Historia del socialismo, de Kirkupp.
En mayo de 1921 viajó a Shangai para asistir a la conferencia de fundación del Partido Comunista, impulsado por las grandes proezas de los obreros y campesinos en Rusia quienes luchaban a brazo partido para la edificación de la patria socialista desde 1917. En la China de Mao el salto cualitativo dado con la fundación del Partido fue evidente, sus organizaciones se extendieron por toda China y los jóvenes se vincularon rápidamente a sus filas, el nuevo Partido intensificó la organización de los obreros en las fábricas y las luchas contra el despotismo oficial cobraron una nueva dimensión con su dirección.
Para 1922, Mao ya era Secretario Político en la ciudad de Hunan y las labores arduas habían dado sus frutos con la organización de más de veinte sindicatos entre trabajadores mineros, ferroviarios, empleados municipales, impresores y trabajadores de la casa de moneda. Según cuenta en la copiosa entrevista a Snow, la actividad de los comunistas era tan grande que la mayor parte de los trabajadores mineros y los estudiantes estaban organizados por el Partido, una cualidad que les permitió organizar una portentosa huelga general en la región de Hunan que quedó para la historia como “la primera manifestación amplia del movimiento obrero en China”.
Y para 1925 el trabajo del Partido ya habían creado profundos lasos de unión con el movimiento campesino que mostró una enorme vitalidad y disposición para la organización y lucha contra el yugo brutal de los terratenientes y su Estado reaccionario; Mao encabezó el trabajo del Partido para emprender la organización de este importante movimiento y en unos pocos meses lograron formar más de treinta uniones campesinas con una intensa actividad en el campo, lo que llenó de cólera a los reaccionarios poniendo en la mira a las fuerzas del Partido, pero muy especialmente a Mao.
La vida y obra de Mao, son un caudaloso rio de experiencia, un libro abierto para quienes quieran conocerlo y aprender de su legado; sin duda, fue un batallador incansable contra los enemigos del pueblo, contra los abiertos asesinos y explotadores que inundaron los campos y ciudades con la sangre del pueblo chino, pero igualmente enemigo implacable de los enemigos encubiertos, de aquellos que con ropaje comunista o revolucionario contrabandeaban con los intereses del pueblo para perpetuar sus penurias; a la postre, con todo su trabajo, Mao se convirtió en un dirigente del Movimiento Comunista Internacional al que hoy los obreros y campesinos de toda la tierra deben tener como un punto decisivo de referencia para todas sus luchas contra el capitalismo y contra el imperialismo; y para las fuerzas comunistas del mundo, reconocerlo como su dirigente marca una columna de granito definitiva para saber quién es o no un verdadero comunista revolucionario.
Sobre su papel en toda la trayectoria de combatiente por la revolución, hace 2 años en el portalRevolución Obrera se presentó un valioso artículo que además de narrar parte de su vida, sintetiza varios aspectos de lo que fue su lucha en el proceso de la revolución, tanto de Nueva Democracia, como de la construcción socialista y la Gran Revolución Cultural Proletaria, así como la fiera lucha que tuvieron que dar contra el revisionismo para salvaguardar las enseñanzas de la Revolución de Octubre en Rusia y la experiencia del pueblo chino en su epopeya histórica. El artículo : 26 de diciembre: Natalicio de Mao Tse-tung el gran Marxista Leninista: es un documento de gran valía que debe ser leído en estos días de memoria al Gran Timonel.
Hoy, queremos compartir con nuestros lectores un enlace donde pueden acceder a gran parte de la obra dejada por Mao a través de sus escritos, el enlace es https://www.marxists.org/espanol/mao/indice.htm allí podrán acceder y adentrarse en el Conocimiento de quién fue Mao Tse-Tung, del que finalmente les dejamos un escrito del año 1963
¿DE DÓNDE PROVIENEN LAS IDEAS CORRECTAS?
(Mao – Mayo de 1963)
¿De dónde provienen las ideas correctas? ¿Caen del cielo? No. ¿Son innatas de los cerebros? No. Sólo pueden provenir de la práctica social, de las tres clases de práctica: la lucha por la producción, la lucha de clases y los experimentos científicos en la sociedad. La existencia social de la gente determina sus pensamientos. Una vez dominadas por las masas, las ideas correctas características de la clase avanzada se convertirán en una fuerza material para transformar la sociedad y el mundo. En la práctica social, la gente se enfrenta con toda clase de luchas y extrae ricas experiencias de sus éxitos y fracasos. Innumerables fenómenos de la realidad objetiva se reflejan en los cerebros de las gentes por medio de los órganos de sus cinco sentidos, la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. Al comienzo, el conocimiento es puramente sensitivo. Al acumularse cuantitativamente este conocimiento sensitivo se producirá un salto y se convertirá en conocimiento racional, en ideas.
Este es el proceso del conocimiento. Es la primera etapa del proceso del conocimiento en su conjunto, la etapa que conduce de la materia objetiva a la conciencia subjetiva, de la existencia a las ideas. En esta etapa, todavía no se ha comprobado si la conciencia y las ideas (incluyendo teorías, políticas, planes y resoluciones) reflejan correctamente las leyes de la realidad objetiva, todavía no se puede determinar si son justas. Luego se presenta la segunda etapa del proceso del conocimiento, la etapa que conduce de la conciencia a la materia, de las ideas a la existencia, esto es, aplicar a la práctica social el conocimiento obtenido en la primera etapa, para ver si esas teorías, políticas, planes y resoluciones pueden alcanzar las consecuencias esperadas. Hablando en general, los que resultan bien son adecuados, y los que resultan mal son erróneos, especialmente en la lucha de la humanidad contra la naturaleza. En las luchas sociales, las fuerzas que representan a la clase avanzada a veces padecen algún fracaso, más no a causa de que sus ideas sean incorrectas, sino de que en la correlación de las fuerzas en lucha, las fuerzas avanzadas aún no son tan poderosas por el momento como las reaccionarias, y por consiguiente fracasan temporalmente, pero alcanzan los éxitos previstos tarde o temprano.
Después de las pruebas de la práctica, el conocimiento de la gente realizará otro salto, que es más importante aún que el anterior. Porque sólo mediante el segundo salto puede probarse lo acertado o erróneo del primer salto del conocimiento, esto es, de las ideas, teorías, políticas, planes y resoluciones formadas durante el curso de la reflexión de la realidad objetiva. No hay otro método para comprobar la verdad. La única finalidad del proletariado en su conocimiento del mundo es transformarlo a éste. A menudo sólo se puede lograr un conocimiento correcto después de muchas reiteraciones del proceso que conduce de la materia a la conciencia y de la conciencia a la materia, es decir, de la práctica al conocimiento y del conocimiento a la práctica. Esta es la teoría marxista del conocimiento, es la teoría materialista dialéctica del conocimiento. Muchos de nuestros camaradas todavía no comprenden esta teoría del conocimiento. Cuando se les pregunta de dónde extraen sus ideas, opiniones, políticas, métodos, planes, conclusiones, elocuentes discursos y largos artículos, consideran extraña la pregunta y no pueden replicar. Encuentran incomprensibles los frecuentes fenómenos de salto en la vida cotidiana en que la materia puede transformarse en conciencia y la conciencia en materia. Por eso, es preciso educar a nuestros camaradas en la teoría materialista dialéctica del conocimiento para que orienten correctamente sus pensamientos, sepan investigar y estudiar bien, realicen el balance de sus experiencias, superen las dificultades, cometan menos errores, trabajen bien y luchen esforzadamente para convertir a China en una gran potencia socialista y ayudar a las grandes masas de los pueblos oprimidos y explotados del mundo, cumpliendo así los grandes deberes internacionalistas que habremos de asumir.
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