Existen en la sociedad capitalista dos grandes procesos, que si bien avanzan cada uno por aparte, están interrelacionados: uno, el proceso espontáneo de la lucha de clases, inevitable por la principal división social entre proletarios explotados y burgueses propietarios explotadores; otro, el proceso de la clase obrera transformada en clase consciente de la existencia transitoria del capitalismo, sistema agonizante que morirá vencido por la Revolución Proletaria Mundial; clase consciente de que su antagonismo con la burguesía y las causas de su situación, radican en la profunda contradicción entre la producción capitalista cada vez más social y la apropiación cada vez más privada, lo cual divide la sociedad en un pequeño grupo de consorcios monopolistas propietarios de todo, y una inmensa multitud de proletarios expropiados que salvo su fuerza de trabajo son dueños de nada.
En el primer proceso, la crisis económica del capitalismo mundial durante los últimos trece años, ha exasperado las grandes contradicciones del sistema imperialista, en especial, el antagonismo entre el capital y el trabajo, y entre los países imperialistas y los países oprimidos, agravando al extremo la crisis social mundial del hambre, de la miseria, del desplazamiento, del destierro, del desempleo, males que desatan poderosos levantamientos de masas, innumerables estallidos sociales, enconadas luchas de clases en campos y ciudades de todos los países, revelando que el capitalismo se ha convertido en un sistema inservible, invivible e insoportable para la sociedad.
En el segundo proceso, la clase obrera como una y la misma clase internacional con iguales intereses y comunes enemigos, cuya misión histórica es abolir toda forma de explotación del hombre por el hombre, debe organizarse no solo como partido político en cada país, sino como partido político internacional dirigente de la Revolución Proletaria Mundial. Sin embargo, hoy cuando más exacerbada está la lucha de clases, cuando más profundas se tornan las grietas del sistema imperialista, cuando más numeroso y extendido está el proletariado, cuando es más superexplotado y oprimido… los obreros del mundo no tienen una agrupación internacional que defienda intransigentemente sus intereses de clase, que oriente y contribuya a su organización en partido político en cada país, que dirija su lucha como un solo ejército mundial contra el imperialismo y sus lacayos nacionales, que promueva su alianza con los hermanos campesinos, que facilite la unidad entre el movimiento obrero y los pueblos del mundo que también combaten al imperialismo.
Pero, hoy diversos partidos y organizaciones marxistas leninistas maoístas luchan contra ese problema de la ausencia de una organización internacional del movimiento obrero, y en esa dirección trazan planes y tareas para convocar inicialmente una Conferencia Internacional que proclame una Plataforma mínima de unidad, un Programa de acción política internacional, y un Comité dirigente de las inevitables discusiones necesarias para trazar una línea clara de deslinde ideológico y político con todo tipo de oportunismo, como condición para materializar la organización de una nueva Internacional Comunista basada en el Marxismo Leninismo Maoísmo.
La unión internacional de los comunistas no es ajena ni opuesta a la unión de los obreros, necesaria para sepultar al sistema imperialista mundial, esto es, la unidad consciente tanto en la lucha económica de resistencia inmediata contra la explotación capitalista, como en la lucha política revolucionaria estratégica que destruya para siempre las cadenas de la esclavitud asalariada. El movimiento comunista hace parte del movimiento obrero mundial, y aún más, es su conciencia, su dirigente esclarecido que en la lucha actual por los intereses y objetivos inmediatos de la clase obrera, representa y abandera los objetivos máximos de su futuro socialista y comunista. De ahí que, la unidad de la clase obrera se concentra, se concreta, se sublima en la unidad de su partido político en cada país, y principalmente en la unidad de su organización a nivel internacional que sea el cuartel general de la Revolución Proletaria Mundial.
Ya en el Manifiesto del Partido Comunista Marx y Engels señalaban el camino: «A veces los obreros triunfan; pero es un triunfo efímero. El verdadero resultado de sus luchas no es el éxito inmediato, sino la unión cada vez más extensa de los obreros», es decir, la unión que los comunistas se proponen materializar en una próxima Conferencia Unificada y más adelante, en una nueva Internacional. Tareas trascendentales que requieren de la participación consciente y del apoyo moral y material de los obreros ya no como ayudantes y peones de carga, sino como dirigentes intelectuales, como obreros comunistas.
Comité de Dirección – Unión Obrera Comunista (mlm)
Octubre 25 de 2021
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