Con motivo del 200 aniversario del nacimiento de Friedrich Engels, los revolucionarios proletarios colgaron 200 banderas con la hoz y el martillo en todo el paisaje urbano de Wuppertal el sábado por la noche. Por la tarde, los revolucionarios participaron en una manifestación con motivo del 200 aniversario. Cuando la policía atacó el mitin de apertura de la manifestación para realizar una identificación personal, esto fue impedido por una acción resuelta y los atacados fueron liberados.
Para celebrar el 200 aniversario del nacimiento de Engels, la noche del 27 al 28 de noviembre se llevó a cabo una campaña de izamiento de 200 banderas. Especialmente en Wuppertal-Barmen, donde nació Engels y donde se iba a realizar la manifestación con motivo de su bicentenario, pero también en la antigua casa de Engels, en varios puntos emblemáticos de la ciudad y en distritos proletarios, se encontraron banderas con la hoz y el martillo en la mañana del sábado.
El mitin de apertura de la manifestación en su memoria comenzó a las 3:00 p.m., que había convocado una amplia alianza. Desde el principio, los policías presentes acosaron a los participantes de la manifestación con el pretexto de que los mástiles de las banderas eran demasiado gruesos o demasiado largos o que la distancia de la corona no se mantendría. A medida que más y más gente llegaba al lugar del acto previo al acto, la policía impidió que la manifestación se extendiera a la calle e imposibilitó que se mantuvieran distancias de corona de 1,5 m, pero al mismo tiempo no dejaron que comenzara la demostración, precisamente porque el Las distancias no se mantendrían. Mientras las manifestaciones de "pensadores laterales" recorren el país sin distancias mínimas, máscaras y cumplimiento de conceptos de seguridad sin ser atacados por la policía,
Calentada por el acoso y las tácticas dilatorias de los policías que no querían que comenzara la manifestación, la policía se sangró de la nariz el día en que, sin motivo alguno, dos participantes de la manifestación intentaron salir del mitin para identificarse personalmente. Mientras media docena de funcionarios, que evidentemente no esperaban una respuesta contundente, yacían en el suelo y gran parte del mitin se cerraba a su alrededor gritando "Animo la solidaridad internacional", los atacados pudieron ser liberados. Un intento posterior de llevar a cabo una identificación personal durante el último mitin se impidió cuando la policía se enfrentó a un grupo de decididos revolucionarios y decidió no realizar el control de identidad.
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