Desde el gobierno de Petro se ha insistido sistemáticamente en la necesidad de un “acuerdo nacional” y el “pacto social” para resolver los graves problemas que afectan al pueblo colombiano. A diario, se bombardea por parte de los jefes del Pacto Histórico sobre la urgencia del diálogo social para establecer acuerdos entre toda la sociedad buscando el bien común… palabras que van acompañadas de órdenes, amenazas y acciones contra las recuperaciones de tierras, contra las “invasiones” y otras manifestaciones de las masas trabajadoras.
Por su parte, ante las tímidas reformas presentadas al Congreso como la política y tributaria, o los anuncios de entregarles a los ancianos 500 mil pesos mensuales, de rebajar las tarifas de energía, una reforma a la salud que no elimina las EPS, la reforma laboral aplazada para el año entrante, saltan las clases dominantes indignadas haciendo demostraciones paramilitares y anunciando más manifestaciones, mientras socarronamente saludan los 60 billones entregados por Petro a los despojadores por la compra de 3 millones de hectáreas.
Los obreros y campesinos, quienes siguen padeciendo las consecuencias de la guerra y la crisis social se movilizan y protestan siendo perseguidos por los capitalistas, amenazados y hasta asesinados algunos de sus dirigentes; los indígenas y campesinos, que toman la iniciativa para recuperar las tierras usurpadas son tratados como invasores por el Estado, mientras los capitalistas y terratenientes amenazan y se movilizan con hombres armados en sus camionetas, a la vez que continúan los desplazamientos, confinamientos, el asesinato de dirigentes indígenas y campesinos y aún no han sido liberados todos los presos que participaron en el levantamiento popular.
Para el movimiento obrero es sabido que la historia de la humanidad, exceptuando la sociedad comunista primitiva, ha sido la historia de la lucha de clases. Lucha que ha enfrentado a los explotadores y explotados, a los opresores y oprimidos, y la cual ha conducido a grandes revoluciones políticas y sociales que han hecho avanzar la sociedad. Luego entonces el “pacto social” y la “paz social” son una farsa y un engaño para someter a las clases explotadas y oprimidas a los designios de sus enemigos antagónicos.
Hace unas semanas en este portal se decía que … la paz social prometida por el nuevo gobierno de Petro, será temporal porque los problemas del pueblo continuarán sin una solución de fondo, y no habrá más salida que retornar al camino de la lucha directa para exigir sus reivindicaciones, donde las amarras constitucionales no podrán contener el avance de la lucha de clases hacia nuevos estallidos sociales.
Ver: Un nuevo presidente comprometido con Dios y con el Diablo.
Una verdad que ahora se ve confirmada a pesar de los discursos y las buenas o malas intenciones del nuevo gobierno, pues la aguda lucha de clases, exacerbada por la crisis económica del capitalismo mundial que ha llevado al límite la crisis social, nuevamente se pone al orden del día. En ese sentido, exigirle al proletariado y a los campesinos esperar a que desde el Congreso se aprueben las leyes, ya de por sí tímidas, y renuncie a sus intereses para favorecer a los capitalistas, es condenarlos a seguir padeciendo los males que genera el sistema de explotación asalariada. La pretensión de conciliar la lucha de clases es un imposible: esa ha sido la labor de los jefes vende-obreros de las centrales sindicales durante los últimos 40 años, cuyos resultados han sido nefastos y fueron los que dieron como resultado los inevitables levantamientos del 2019, 2020 y 2021.
La lucha por la vida, la libertad, contra el hambre, contra la privatización de la salud, por la educación pública universal y gratuita, por vivienda digna para el pueblo, por la protección especial a la mujer y los niños, por auxilios a los pequeños y medianos propietarios, por ayuda y respeto a las minorías, contra la destrucción de la naturaleza…, siguen siendo reivindicaciones por conquistar y no será con un pacto social con los explotadores, sino en la lucha frontal contra la explotación y la dictadura de los capitalistas como se podrán alcanzar.
Meses antes de la posesión del nuevo gobierno se dijo desde el portal que la lucha continuaría, porque en esencia el Estado no iba a cambiar su carácter burgués, terrateniente y proimperialista y las masas luchadoras volverían a las calles. Pues bien, en esa dirección diferentes organizaciones de masas, políticas, las familias de los presos políticos, colectivos juveniles, etc…, retoman la lucha en las calles convencidos de que ¡solo el pueblo salva el pueblo! y vienen impulsando jornadas de lucha como la convocada para el 28 de octubre por la libertad de los presos políticos por luchar a la cual nos sumamos y llamamos a todos los luchadores a respaldarla, sumando a esa jornada, y otras que se seguirán realizando, todas las reivindicaciones que el pueblo ha levantado. El pueblo trabajador no puede esperanzarse en proyectos de ley, como el que promete el indulto a los jóvenes de la Primera Línea, por cuanto no hay garantía de que sean aprobadas, a menos que exista la presión desde abajo, con el paro, la movilización y la lucha en las calles.
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La lucha de clases es inevitable y no es causada por los agitadores comunistas o desadaptados sociales o gentes enemigas de la paz. Es un fenómeno objetivo producto del antagonismo social entre los parásitos dueños del capital y los trabajadores asalariados, entre los grandes capitalistas y los pequeños propietarios condenados a la ruina, entre los opresores y los oprimidos. Es una confrontación inevitable y hay que prepararse para ella, por lo que acciones como la convocada para el 28 de octubre son preparativos y sirven para acumular fuerzas y experiencia para que las masas retomen la confianza en su fuerza poderosa y la desaten junto con su iniciativa creadora cuando quede al descubierto el engaño de que es posible un pacto social con las clases holgazanas dominantes.
La lucha continúa y por eso llamamos ¡A las calles el 28 de octubre! por la libertad de los presos políticos del levantamiento popular y por el conjunto de las reivindicaciones populares.
¡Ni el Estado, ni los politiqueros, Solo el Pueblo, Salva al Pueblo!
Comité Ejecutivo – Unión Obrera Comunista (mlm)
20 de octubre de 2022
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