La solidaridad es por esencia parte del arsenal de la lucha de las masas populares, solidaridad que surge y se desarrolla entre las diferentes capas del pueblo, pues al fin de cuentas, tenemos los mismos enemigos, nos hermanan los mismos intereses, sufrimos en carne propia lo que sufren todos los que tenemos que trabajar para sobrevivir; y odiamos al opresor y explotador, de la misma manera en cualquier parte del mundo.
Pero, no surge entre las masas con la espontaneidad y efervescencia que quisieran quienes están en el combate, aquellos hombres y mujeres aguerridos que han osado levantar la cabeza y ponerle el pecho a las balas para enfrentar al tirano y vivir en carne propia, en lo más profundo de su ser, lo que es la mayor expresión de la manoseada palabra “libertad”. Libertad, que en palabras llanas solo puede asemejarse a la conciencia de la necesidad, al reconocimiento interior de que en medio de tanta hipocresía y basura propia de la sociedad burguesa, la mayor liberación es la decisión de lanzarse a entregar todas sus energías por la liberación del pueblo y la derrota de sus centenarios enemigos.
Cuán grande y poderoso ha de sentirse, aquel que luego de vivir por años, sometido a los designios del tirano, osa levantarse junto a los suyos y empuñar el arma de la lucha para darlo todo por un mundo mejor para sus semejantes, por una sociedad donde sean los que todo lo producen, quienes tengan la posibilidad real de gozar del fruto de su abnegado trabajo diario.
Con todo aquel que lucha contra los opresores, hay que sentir admiración, respeto, amor profundo; y qué mejor manera de expresarlo que tomando para sí, como propia que es, esa batalla que al final de cuentas, de una u otra manera, nos traerá, o sus derrotas, o sus triunfos. Claro que justifica, desde todo punto de vista, romper con esa basura del egoísmo propio de esta inmunda sociedad burguesa, de esa idea individualista que pregonan los sirvientes políticos e ideológicos de esta pasajera franja de la historia, y elevar a grandes alturas la solidaridad que se convierte en otro frente de batalla de las masas, y que en la balanza pesará como una gran roca para hacerle contrapeso a las fuerzas abiertas y oscuras del explotador.
Durante todos estos días de conflicto, en Estados Unidos, España, Panamá y en muchas otras partes del mundo, las voces de miles se están sumando para levantar la bandera de la solidaridad con el pueblo que en Colombia vive una de sus más gloriosas jornadas de lucha en las últimas décadas. Pero, hay que intensificar de manera exponencial este frente de batalla internacional, no solo por la fuerza que pueden ejercer los demás pueblos en otros países, sino además, porque es infame el papel de los medios de comunicación dedicados a ocultar, tergiversar, informar parcialmente en beneficio del régimen, encubrir la asesina actuación de las fuerzas militares.
El mundo tiene que enterarse de lo que pasa en Colombia, y los pueblos del mundo, y sobre todo los hombres y mujeres progresistas y revolucionarios tienen un papel muy importante que cumplir. Las fuerzas revolucionarias organizadas, los Partidos políticos que enarbolan con firmeza el internacionalismo proletario, deben ser ejemplo en este frente de batalla, y con ello no solo fortalecer la lucha del pueblo colombiano, sino extender la influencia del movimiento comunista revolucionario y echar así, profundas raíces en lo más profundo de las masas y sobre todo del proletariado como la clase más revolucionaria de la sociedad.
Programa para la Revolución en Colombia
No hay comentarios.:
Publicar un comentario