Agosto del 2020
LAS ELECCIONES Y EL PRONTUARIADO DE SUS ACTORES
Marx,
respecto de las elecciones señaló de una manera clara: “A los oprimidos
se les autoriza para decidir una vez cada varios años; qué miembros de
la clase opresora han de representarlos y aplastarlos en el parlamento”
No
hay duda, así ha sido desde que en el país vivimos el llamado
“ejercicio” de la democracia representativa constituida en un escenario
que ha permitido la subsistencia organizada del viejo estado
terrateniente-burocrático al servicio de la dictadura de grandes
burgueses y grandes terratenientes sometidos al control y designios del
imperialismo yanqui.
El régimen electivo se implementó en el
Ecuador en 1830 (1830-1834) y reformulado en 1848, cuyo fundamento
descansaba en el sostenimiento de una sociedad donde aún existía la
esclavitud entrelazada con una abyecta de feudalidad que dura hasta 1906
donde se sientan las bases del capitalismo burocrático; a partir de
1946, en el marco de la segunda reestructuración del viejo Estado, este
sistema (electivo) se reconstruye dentro de un contexto internacional,
económico y político que da paso a la semifeudalidad que subsiste hasta
nuestros días. Es decir, las masas, de una u otra forma, han sido
arrastradas por 190 años a asistir (obligatoriamente) a las elecciones
para validar un sistema de gobierno que además de no representar en
términos objetivos la voluntad de las masas, jamás a aportado a
solucionar los problemas centrales que tiene la clase, el campesinado
pobre y demás masas pobres y explotadas, menos aún, la tarea central: el
problema del Poder, su administración, su ejercicio.
Hoy
asistimos a las preparatorias para unas nuevas elecciones. En realidad,
el prontuario de los candidatos dice por sí mismo del desgaste que tiene
este caduco instrumento del sistema electoral.
• Guillermo
Lasso. Representante de la burguesía compradora, servil al imperialismo
yanqui. Responsable de la crisis bancaria que desmembró económicamente
al país y causando una de la crisis sociales más importantes de la
segunda mitad del siglo pasado.
• Álvaro
Noboa. Terrateniente, exportador, banquero. Uno de los hombres más
ricos del país. Comprometido con la explotación laboral, explotación
infantil. Afable a los EEUU. Igual, burgués comprador.
• Lucio
Gutiérrez. Presidente nefasto, puesto por el MPD (Unidad Popular) la
CONAIE, Pachakutik. Inicialmente se mostraba afable a una línea
bolivariana (socialismo del siglo XXl) dio un viraje total y puso su
gobierno en favor de la burguesía compradora y del imperialismo al
permitir que estos tengan una base militar en Manta.
• Galo
Lara. Asesino. Famoso por corrupto y por haber financiado el asesinato
de tres personas, entre esas, un niño de corta edad por un problema de
“faldas”.
• Otto
Sonnenholzner, candidato oficial del régimen. Ya lo dijimos, traficó con
la pandemia, con las víctimas del Covid y del descalabro del sistema de
salud pública del país. Cómplice de uno de los gobiernos más
retardatarios, represivos, hambreadoras y entreguista de la historia.
• Abdalá
Bucarám. Líder de una banda delincuencial conformada por su familia y
ciertos empresarios vinculados a la burguesía burocrática. Ladrones,
asesinos, terroristas. Su Poder se ha visto expuesto por encima del
marco constitucional.
• Fernando Balda; amigo personal del paraco Álvaro Uribe. Un payaso oportunista.
• El
correismo no expone todavía su candidato oficial, empero, seguramente
seguirá la línea del efímero socialismo del siglo XXI y el descalabro de
la revolución ciudadana.
Todos estos candidatos, en alguna medida
resultan predecibles, puesto que su candidatura responde a escenarios
económicos y políticos en concreto, que no necesariamente descansa
directamente en el apoyo de grupos organizados del pueblo, del
campesinado pobre, desde luego, salvo el caso de Lucio Gutiérrez. De
todas formas están los otros, los que se suponen se alinean con la
izquierda, con las masas, de hecho, en su trillado discurso, con la
revolución.
Unidad Popular (PCMLE) se va por la línea
etnocacerista. Anteriormente se fueron con Lucio Gutiérrez; inicialmente
apoyaron al régimen de Correa, de ese divorcio terminaron apoyando la
candidatura de Guillermo Lasso y concluir respaldando el “Sí” en la
consulta de Moreno. Hoy manifiestan su apoyo a Yacu Pérez, un comodín de
la burguesía burocrática, oportunista que ha cabalgado en las luchas de
las masas para posicionarse políticamente e intentar su llegada al
gobierno.
Unidad Popular también tiene contradicciones, porque si
bien es cierto la mayoría apoya a Yacu Pérez, un sector de su militancia
ve con “mejores ojos” a Iza; otro campesino que desde el discurso
radical arrastra no solo a un importante sector de las masas campesinas
organizadas en torno a Pachakutik, Fenocin y Conaie; sino que ha
obnubilado al radicalismo electorero pequeño burgués que cree que con él
en la presidencia, los pobres habrán accedido “al Poder”.
Por
fuera se queda Antonio Vargas. Su particular oportunismo los llevará a
reventar la unidad que mantienen en la Conaie, organizaciones que en
definitiva., de manera histórica, ha sido utilizada para parir
oportunistas que han anidado en todos los regímenes, sean estos
alineados a la burguesía compradora o burocrática. Un verdadero
pandemónium de traficantes de conciencias.
¿Por qué somos más
incisivos con el oportunismo?: porque estos están inoculados en las
organizaciones campesinas, sindicales, de masas, y desde ahí se
posicionan para traficar con la miseria, el hambre de sus
“representados”. Porque desde el discurso librador del movimiento
indígena - campesino, o desde el discurso de trinchera que convoca a la
revolución por el “socialismo”, levantan su camposanto electorero
erigiéndose como los nuevos dioses del olimpo criollo; de los nuevos
curacas, de los nuevos comandantes atrincherados en las ánforas del
viejo Estado. En definitiva, porque son el principal aliado que tiene el
viejo Estado para sostenerse y conjurar la revolución.
¿Qué
hacer? Primeramente tener claro que las elecciones son un instrumento de
la democracia, y que esta, tiene carácter de clase, consiguientemente
no sirve a los fueros democráticos que reivindica o claman la clase, el
campesinado pobre y las masas explotadas.
• Agitación
y propaganda. Acciones que concienticen a las masas más pobres entre
los campesinos, clase obrera y pueblo en general. También cumple con la
tarea de desestabilizar al gobierno, sus autoridades, su aparato
represivo.
Generar conciencia de que con las elecciones lo único
que haremos, además de aportar a la consolidación de la vieja
democracia, lo único que conseguiremos será colocar en el gobierno a un
grupo de miserables que se encargaran de jugar, traficar y negociar con
el dolor, hambre, miseria y sufrimiento de las grandes mayorías. 190
años nos ha dejado ver que es de esa manera.
• Militarización
de las organizaciones de campesinos, obreros y demás masas. Militarizar
las acciones contra las elecciones y sus actores.
• Paro
forzado. Impedir la libre circulación de todos los actores que impulsan
las elecciones. Interrumpir el proceso con paros combativos.
Pueblo
del Ecuador. No basta enunciar o convocar al NO VOTAR, es importante
desarrollar acciones que promuevan el BOICOT DE LAS ELECCIONES. Si
movemos ideas, que sean para desencadenar la acción, la transformación.
No
basta convocar al NO VOTAR, si estas acciones no tienen un norte
alineado con la necesidad de preparar y desarrollar la guerra popular en
el marco de la conquista del Poder para obreros y campesinos en la
Nueva Democracia.
¡NO VOTAR, PREPARAR LA GUERRA POPULAR!
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