Por Revolución Obrera (Colombia):
Los ojos del mundo están hoy puestos en Israel y Palestina. El sábado 7 de octubre, a primeras horas de la mañana, el grupo Hamas lanzó un ataque sorpresa sobre Israel; unos hablan de 2500 y otros de 5000, los misiles que han sido lanzados desde territorio palestino contra territorio ocupado por el Estado sionista de Israel, acompañados de acciones armadas de cientos de milicianos del grupo Hamas que previamente habían ingresado a territorio ocupado por los israelíes.
La respuesta de las fuerzas militares israelíes fue inmediata, con una escalada bélica empezó el contraataque sobre territorio palestino, lanzando mortíferos bombardeos sobre la población. El primer ministro israelí, el asesino y perro de presa de los gringos, Benjamín Netanyahu, ha prometido que será contundente en el «castigo», no solo contra el grupo Hamas, sino contra todo el pueblo palestino, sus palabras fueron: «Estamos en guerra y la vamos a ganar, el enemigo pagará un precio sin precedentes».
El número de víctimas va en aumento, a primera hora del domingo, el diario El País de España reporta en Israel más de 400 muertos y 2048 heridos. De otro lado, el Ministerio de Salud Palestino dio cuenta en la mañana del domingo, de 413 mártires y alrededor de 2300 heridos en la Franja de Gaza, que se suman a los 268 palestinos que ya habían sido asesinados por los sionistas durante este año. A esta cifra hay que sumarle los milicianos asesinados por las fuerzas israelíes y, seguramente, con el paso de las horas esta cifra escalará dramáticamente, sobre todo del lado del pueblo palestino quien será duramente castigado por el atrevimiento del grupo Hamas.
Las razones específicas de esta acción sorprendente encabezada por Hamas son aún materia de discusión, dado que era previsible lo que sucedería, primero que todo porque es poco probable que las fuerzas armadas de Hamas tengan la capacidad para sostener una guerra de esta magnitud frente a un poder claramente superior en materia bélica; y segundo, porque era de esperarse que el Estado sionista recibiera, como lo hizo, el respaldo de la mayoría de los gobiernos cómplices con el genocidio palestino, que han condenado el ataque de Hamas como una acción terrorista.
Los sionistas del Estado israelí, al final, serán quienes saldrán gananciosos de esta acción militar, pues de victimarios del pueblo palestino, ahora posan de víctimas de una «fuerza terrorista» y, por ende, justificarán su desproporcionada respuesta militar y asesina contra lo poco de territorio que le queda al pueblo palestino.
Los pueblos del mundo no deben dejarse confundir ni ponerse del lado del asesino Estado de Israel, son más de 75 años desde que los imperialistas, encabezados por los Estados Unidos, le dieron vida a esta máquina asesina aprovechándose de la tragedia del pueblo judío; desde entonces, la justa necesidad de los judíos de tener un territorio, fue manipulada por los gringos para crear un enclave en la región y darle vida a este monstruo asesino y expansionista llamado Estado de Israel, que ha sido por décadas el verdugo del pueblo palestino, al que le ha ido arrebatando su tierra para condenarlo a vivir una cruel y dramática vida, en el destierro y la miseria dentro de su propio territorio.
El pueblo palestino tiene todo el derecho de alzarse en guerra popular contra sus enemigos y luchar hasta conquistar nuevamente un territorio para su pueblo y para establecerse como Estado, como parte del derecho a la libre determinación de los pueblos; en ello, debe contar con el respaldo de todos los pueblos del mundo y del pueblo judío, pues una cosa es el pueblo de Israel y otra muy distinta el Estado sionista y asesino de Israel, perro de presa de los gringos en la región.
En esa justa guerra popular, hay que reconocer que las acciones aisladas y espectaculares de grupos como Hamas, serán convertidas en motivos para golpear a las masas palestinas, quienes desarmadas no tienen la capacidad de respuesta contra sus enemigos. Por ello, esa capacidad militar de los milicianos de grupos como Hamas, que seguramente habrá muchos en esta guerra de décadas, debe ser organizada y conducida hacia una verdadera guerra popular, dirigida por verdaderos comunistas revolucionarios, quienes deben trazar su propia estrategia y táctica de una guerra revolucionaria que organice y movilice a las masas armadas en un fuerte ejército popular que ponga como meta una revolución que no solo luche por un territorio para su pueblo, sino que haga de esa bandera, parte de un Programa revolucionario que construya un Estado gobernado por el armamento general del pueblo encabezado por los obreros y los campesinos, como parte de la Revolución Proletaria Mundial.
Los pueblos del mundo deben movilizarse en apoyo a la justa lucha del pueblo palestino. El ataque político de las masas debe ser de condena total al Estado sionista de Israel y a todos los imperialistas, unos por perpetradores directos de este homicidio de todo un pueblo, otros por cómplices silenciosos que han visto la tragedia del pueblo por décadas sin mover un dedo para impedirlo.
Condena que ya se está concretando en manifestaciones pro-palestinas, como mítines en ciudades como Nueva York en el Times Square, en las calles de Turquía y de la propia Israel; o que se ilumine la torre de El Cairo en Egipto con la imagen de la bandera Palestina, como también se hizo en un edificio en Bagdad, capital de Irak Las embajadas de Estados Unidos y de Israel deben ser el blanco de ataque de las denuncias de los revolucionarios, del movimiento sindical independiente y del pueblo en general hasta que los carniceros imperialistas detengan la matanza sobre el pueblo palestino.
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