jueves, 5 de enero de 2017

Debate entre un lector y "El Bolchevique"

Lector: ¿Por qué habéis ignorado la muerte de Fidel Castro?”
En calidad de viejo sesentaocheno (tenía entonces 18 años) deseo someterles un breve comentario mío, si no hay impedimentos, relativo al hecho de crónica cual son aquellos reportados sobre el sitio del PMLI que leo con extremo interés y con gran frecuencia. Al respecto puedo decir de compartir vuestra línea al 70/80% pero no estoy de acuerdo algunas escogencias estratégicas que profundizaré en una sucsiva ocasión. Quisiera poner al fuego las escogencias editoriales redaccioanles y de la Secretaría deñ Partiodo. Nada por decir sobre vuestras escogencias políticas e ideológicas pero no llego a comprender la decisión de ignorar un hecho que pertenece a la Historia; aludo a la muerte de Fidel Castro.
Se que el Partido no ama, o mejor no comparte nada de Castro y de Ernesto Che Guevara. Me pregunto empero que significado pueda tener el silencio absoluto sobre tal hecho que con to a sido los honores de la crónica del  mundo entero, si Guevara y Castro eran asimilables al llamado trotzkysmo no por esto sean ignoraos en vista que han sido protagonistas de una revolución armada nacida sobre bases populares y si ninguna ayuda externa (URSS, China).  Así propio el disenso de aquel tipo de socialismo podía ser ña sede para un debate o, mejor, para un balance de este segmento de la hisoria política que, como fuere, ha intentado de oponerse al imperialismo americano.
Yo he visitado aún de recuiente Cuba y he visto un pueblo de gram dignidad, que defiende el socialismo, que sufere ciertamente pero no escapa por alcanzar el milagro de una vida burguesa Dios quiera en Miami entgre fascinerosos, especuladores, delincvuentes, espías anticastristas. Y de ahí ¿por qué dejar en el olvido este líder que ha muerto pobre y sobre la trinchera antiimperialista hasta el fin? No srería lógico o creible sostener que la muerte del Comandante Fidel sea un hecho privado o extraño a los intereses populares. Su pueblo lo llora y lo ha llorado y esto es un dato incontrovertible.
Su muerte y su vida no pertgenecen a las masas popualres y ha susintereses? ¿A quién corresponde un juicio del genero? ¿Son de ahí e}nemigos de los obreros y de los campesinos? No lo creo. Cierto que el proceso revolucionario no ha estado libre de errores y desviaciones, pero ha resistido los asaltos de los círculos reaccionarios e imperialistas.
He léido en estas semanas otros comentarios (las vicisitudes grillinas de la Junta Raggi, la ley de apellido materno, etc.), todas cuesiones que no calientan el corazón. Por último la nomenklatura de Corea del Norte y de Rusia la ret enido el celebrar con declaraciones (de fachada) de su lider la figura de un protagonista de los últimos 60 años que no puede ser cancelada con un trazo de pluma.
Buen trabajo.
V. Rossi, via e-mail
Respuesta de El Bolchevique:
El hecho de que no hayamos hablado de la muerte de Castro no sostiene automáticamente la tesis, que aparece implicita en tú crítica,  de “ignorar Guevara y Castro” y de querer evitar “un debate y un balance” sobre la revolución cubana. Basta digitar sobre un motor de búsqueda la palabra “Cuba, PMLI” para acceder a toda una serie de artículos del “El Bolchevique”, aún si no completa, con los cuales hemos expresado profundamente nuestras posiciones sobre los dos líderes y sobe la situación cubana, de los Congreso del PC de Cuba al criminal embargo imperialista sobre la isla, de las “reformas” económicas a los recientes deesarrollos de las relaciones con la UE y los USA, y así en adelante. Entre estos artículos podrás encontrar, si nolo has léido, aún el fundamental documento del Secretario General del PMLI, escrito en 1995, del título “Dónde conduce la bandera de Guevara”, que sintetiza de manera profunda y exhaustiva el análisis y el juicio del Partido sobe el castrismo, sobre el guevarismo que es parte integeante y sobre la revolución cubana.
A menos que con tú crítica no quisieses reprocharnos en realidad de no haber hablado de Castro para hacerle una apología como ha hecho por ejemplo el falso Partido Comunista de Rizzo, que ha enviado una delegación a los funerales y para el cual Castro ha sido “un gran dirigente marxista-leninista” (de “Sin tregua”, órgano de la FGC) y “el dirigente comunista que ha sabido mantener firme la construcción de la sociedad socialista después de los eventos contrarrevolucionarios en la URSS y en el este Europa”; el lider cuyo nombre “quedará escrito en las páginas de la historia junto a aquellos de los grandes revolucionarios de ayer, y en eso estamos convencidos, a aquellos de mañana. En tú nombre compañero Fidel continuaremos nuestra lucha. ¡Hasta siempre Comandante!”. (Del sitio del PC). El mismo oportunista y embaucador trozkysta Rizzo, pon cuidado, que en una entrevista del 28 de abril de 2008 en el  “Il Giornale” de la familia Berlusconi,  a la pregunta de cual fuese su idea del socialismo por realizar en Italia, así desvelaba su verdadero pensamento “Cuba por la pasión que allí hay. Pero sólo por la pasión. Si me pides si se está mejor en Cuba o en Italia, digo Italia. Soy comunista, de ningún modo tonto”.
Nosotros que  no somos hipócritas y no tenemos dos caras como Rizzo, una para engañar a los sinceros comunistas y la otra para reasegurar a los lectores de “Il Giornale” y a los espectadores de la TV Mediaset, donde es siempre bien aceptado en ropaje de revolucionario de salón, reafirmamos todo nuestro sostén a la revolución cubana, en cuanto dirigida a defender la independencia nacional y a oponerse al imperialismo y al bloqueo hambreador impuesto por los  Estados Unidos. Pero al mismo tiempo reafirmamos también de no considerar Cuba un Estado Socialista, ni a Fidel Castro un marxista-leninista, ni la revolución antifascista y antiimperialista de 1959 un modelo universal para el proletariado, como lo son al contrario la Revolución de Octubre dirigida por Lenin y Stalin y la Revolución china dirigida por Mao.
Castro vassallo del socialimperialismo sovietico
Cuba no es un País socialista, es un País antiimperialista gobernado por uan élite burocrático burguesa revisionista que sólo de palabra y en manera instrumental se reclama al socialismo. No lo es nunca lo ha sido, porque de súbito esta élite, que había conducido victoriosamente la guerrilla contra el dictador fascista Batista, al servicio del imperialismo americano, la vendió al la URSS revisionista de Kruschev, haciéndola devenir una suerte de su colonia, con una economía basada sobre la monoproducción de caña de azucar,  y una base militar suya, con la instalación aventuera y fracazante de los misiles de  los revisionsitas soviéticos en la isla.
Sucesivamente el gobierno cubano ha continuado a desempeñar un papel de vasallo de la URSS revisionista aún  cuando ésta se ha transformado en el Estado socialimperialista y agresivo de Brezhnev, hasta el punto de servirle de “legión extranjera” para sus aventuras militares en otros países, como por ejemplo en Angola, Mozambique y Etiopía. En América Latina el castrismo, una variante cubana del trotzkysmo, afín a la “revolución permanente” de Trotzky, ha teorizado e intentado de poner en práctica, con destino fracazante y muchas veces desastrosos, la exportación de la revolución basada en el “foco guerrillero”.
Experiencia vencedora en la revolución de 1959, pero sólo por circunstancias del todo particulares sino irrepetibles, como lo ha demostrado la trágica vicisitud de Guevara, que después del fracaso de su primera tentativa de exportar la revolución al Congo se empeño en repetir esta experiencia individualista y aventurera en Bolivia en donde encontró la muerte del todo aislado y extraño a las masas que quería idealistamente coenvolver con su simple ejemplo. Como ha dicho el compañero Scuderi en el citado documento “Dónde  conduce la bandera de Guevara”: “No es suficiente morir por una causa en la cual se cree. Para ser definidos internacionalistas proletarios es necesario que esta causa sea justa, pero también la línea que se persigue y las acciones que se cumplen deben ser justas”.
Y la línea de Guevara, así como aquella de Castro era todo otra que marxista-leninista, inspirada en los Grandes Maestros del proletariado internacional, bien si tenía como modelo al revolucionario nacionalista José Martí, y en el encuentro mundial que entonces oponía a los verdaderos marxistas-leninistas, guiados por Mao, y los revisionistas kruschevianos y brezhenevianos, se cuadraron decisivamente con estos últimos, contribuyendo a aislar a China y Mao en el movimiento comunista internacional y provocando así un grave daño a la causa de la revolución y del antiimperialismo.


Ataques a Mao y Stalin
De palabra Castro y Guevara proclamaban su equidistancia entre las dos posiciones nconcilibles, pero de hecho y con esto aislavan a Mao y servían el juego de los revisionistas. A Este propósito, en el libro-entrevista “Fidel Castro, autobiograsfía a dos voces”, dsel director de “Le Monde Diplomatique” Ignacio Ramonet, el lider cubano admite en efecto: “Me hubiera placido conocer a Mao. No fue posible porque casi  súbuito surgieron problemas y divergencias a causa del conflicto  cino-soviético... no olvido la carta en la cual pedía a China y a la URSS de unirse, de superar la rivalidad”.
Alli aparecen además numerosos ataques de Castro a Mao, que “cometió graves errores políticos” a causa del “excesivo culto a la personalidad que le venía tributado” y que entre otro había hecho la Gran Marcha “sólo para demostrar que todo era posible”;  así como a la Gran Revolución Cultural Proletaria y también a Stalin, de Castro acusado por último de no apoyo postumo a la revolución cubana: “Después del riunffo de 1959 –se lee en el susodicho libro-entrevista- el apoyo de la URSS fue fundamental. Huvbiera sido en modo diverso en 1953 (esto es si hubiese tendido éxito su primera tentativa insurreccional del asalto al cuartel Moncada, ndr). En la URSS prevalecía el espíritu y la política stalinista y bien que Stalin fuese ya muerto desde  algunos meses, en marzo de 1953 se estaba aún en la era staliniana. Y Stalin no era Kruschev”.
Es un dato de hecho que Castro no creía en el socialismo realizado en la URSS de Stalin y en la China de Mao, mientra andaba del brazo, por último con Gorbatchov, con los autores de la restauración del capitalismo en aquellos países.
Hacia la plena restauración del capitalismo
Después de la caída deñ socialimperialismo soviético y de sus países satelites, y la restauración en dichos países y en China del capitalismo, también Cuba, aunque continúo proclamándose socialista, se está gradualmente abriendo a la propiedad privada y al mercado capitalista, sobre todo a partir del VI Congreso del PCC del 2011, que ha abolido la tarjeta igualitaria en vigor desde 1962, reintroducida la pequeña propiedad privada de la tierra, de las casas y de la pequeña empresa, abierto a las inversiones extranjeras y programado el licenciamiento de más de un millón de dependientes públicos en cinco años. Para no hablar de la clamorosa marcha atrás ideológica de Castro de la venta de Cuba al la Iglesia Católica, a partir de la triunfal visita a la isla del papa negro Wojtila.
Con el VII Congreso de 2016 esta línea revisionista a sido ulteriormente llevada adelante con la palabra de orden significativa del “socialismo próspero y sostenible”, o en otras palabras “menos Estado y más mercado”, basada en la reintroducción de la regla de la demanda y la oferta que, como lo ha dicho Raúl Castro, “no es enemiga del principio de la planificación”. Un decisivo viraje capitalista que ha abiero la senda a la firma de un conspicuo acuerdo económico con la UE imperialista (después de aquella operante desde tiempo con España) y el reciente deshielo con el imperialismo USA.
El cual ya se prepara a desenmbarcar en fuerza en la isla con toda la potencia de los dolares para transformarla de nuevo su semicolonia como en el pasado, si el pueblo cubano no lo descubre desconfesando la política de sus líderes burgueses, revisionistas y oportunistas y empuñando con fuerza la bandera de la independencia nacional, del antiimperialismo y del socialismo.
Inmaginamos que a este punto habrás compendido por qué no hemos hablado de Castro a su muerte. Aquello que tenemos que decir sobre él lo hemos dicho cuando era en vida. Es esta posición que tenemos cuando mueren los líderes falsos.

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