Cualquier persona podría pensar que el gobierno no tiene la capacidad de controlar la violencia en las cárceles del país, que las FFAA y la policía son ineptas y no pueden neutralizar a los jefes violentos de las distintas bandas que tienen antagonismos entre sí, pero no, los hechos y las condiciones como se presentan nos señalan otra cosa.
Como una suerte de normosis nos estamos acostumbrado a leer en los noticieros de la muerte de decenas de internos en cada orgía de sangre.
Hace una semana fueron asesinados 3 presos, y la noticia dejó de ser relevante. Ayer fueron 68, y los medios de comunicación ya la resaltan. Es que si son más los muertos, resulta una mejor noticia y sobre todo, genera el impacto "deseando" entre la población de que allá, entre ellos, se maten.
El sistema carcelario del país está en estado de emergencia, es decir, bajo control de la policía y las fuerzas armadas. Al ingreso de los mismos hay militares artillados, tanquetas, drones, entonces nos preguntamos, cómo diablos se pueden ingresar machetes, pistolas, fusiles, granadas, dinamita y miles de municiones?
Es un hecho, se permite la introducción de esas armas precisamente para que las bandas delictivas se autodestruyan con el agravante de que no solo son masacrados los militantes de distintas organizaciones, sino también presos que purgan condenas por delitos no cruentos o asociados al narcotráfico como aquellos recluidos por estar en accidentes de tránsito, no pago de pensiones alimenticias, etc.
La imposibilidad que tiene el régimen de solucionar las causas estructurales que generan violencia o la delincuencia, los lleva a pensar que la mejor solución para ese tipo de expresiones que tiene esta caduca sociedad es el genocidio de presos, individuos que se supone purgan condenas y cuyas vidas están bajo responsabilidad del estado.
Mientras en la penitenciaría de Guayaquil se presentaba una nueva y cruenta masacre, en el salón de la ciudad, lo más rancio de la burguesía compradora, la alcaldesa, el gobernador, el lelo de Lasso, homenajeaban a los marines yanquis en otro acto que vuelve a evidenciar el desprecio que tienen estos miserables por el común de las mayorías y su subordinación al imperialismo yanqui.
¡LOS PRESOS SON RESPONSABILIDAD DEL ESTADO!
¡ALTO AL GENOCIDIO DE PRESOS!
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