domingo, 10 de noviembre de 2024

Camara Joselo, de los que viven por siempre en la memoria de la clase y de los pueblos oprimidos del mundo

Definitivamente, hay combatientes de la clase y del pueblo que marcan un ritmo diferente en el trabajo por adelantar la revolución democrática de nuevo tipo en el país.

El camarada Joselo, a pesar de tener ciertas limitaciones físicas, lo entregó todo por el partido y la revolución. Un hombre sencillo, hijo de las entrañas más profundas del pueblo, donde el dolor, la angustia y la pobreza se convierten en fermento revolucionario para quienes se atreven a combatir y enarbolar las banderas de la clase y del pueblo.

Con sus manos cargadas de fuego, su voz de trueno y su indómita rebeldía, aportó decididamente a sellar un proceso de ruptura con la línea ideológica incorrecta. Convicto del marxismo-leninismo-maoísmo, pensamiento Gonzalo, argumentó su vida revolucionaria entre el trabajo obrero, campesino y su siempre dispuesta voluntad a fomentar, en la práctica, la militarización del partido y adelantar la violencia revolucionaria como línea trasversal en la tarea por construir los instrumentos para la revolución.

Las condiciones históricas en las que la camarada Joselo contribuyó a la forja del Partido fueron difíciles, decisivas. Se dieron precisamente en un momento en que las complejidades, los antagonismos y la lucha ideológica demandaban mucha firmeza, entrega y valentía.

Hoy, al igual que ayer, enfrentamos nuevos retos, nuevas condiciones, y la revolución exige combatientes de esa forja, de ese temple. Los actuales combatientes tienen una “vara muy alta” que superar; tienen un ejemplo lo suficientemente sólido, grande, como para entender que ser comunista y, sobre todo, un militante de la clase y del pueblo, exige sacrificio, entrega, renunciación, estar dispuestos “a morir cortados en mil pedazos”; que crean en la necesidad “de acerar el alma, ser fuertes, vigorosos, no temer y estar seguros de la victoria”.

No alcanza con comprometerse a cuentagotas con la revolución ni con subordinar la vida personal a la vida militante; urge entregar y exponer generosamente nuestras vidas al servicio de la revolución proletaria mundial.

Camarada Joselo, viejo topo, al cumplirse un año más de su partida, sostenemos con vehemencia que vive en el corazón y en las luchas de la clase y de los pueblos oprimidos del mundo.

¡HONOR Y GLORIA ETERNA AL CAMARADA JOSELO!

¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO-PENSAMINTO GONZALO!

¡VIVA LA GUERRA POPULAR EN LA INDIA, TURQUÍA, FILIPINAS Y PERÚ!

¡VIVA LA GLORIA RESISTENCIA DEL PUEBLO PALESTINO, LIBANÉS Y YEMENÍ!

¡VIVA LA LIGA COMUNISTA INTERNACIONAL!

 

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