200 años de Carlos
Marx
Estudiar la
guerra civil en Francia:
Enarbolar
la Bandera Roja de la Comuna de París
Núcleo
de Estudios del marxismo-leninismo-maoísmo, Brasil
"¿Qué
es la Comuna, esta esfinge que atormenta a los espíritus burgueses?"
Karl Marx
Hoy,
con ocasión del aniversario de 147 años de la heroica Comuna de París, y como
parte de la Campaña Mundial de celebración de los 200 años de nacimiento del
Gran Carlos Marx, publicamos este artículo. En
él destacamos el significado e importancia de este gran acontecimiento
histórico y la necesidad de estudiar, a la luz del marxismo-leninismo-maoísmo,
este imperecedero documento del Movimiento Comunista Internacional, La Guerra
Civil en Francia del gran Carlos Marx.
El
18 de marzo de 1871, la Comuna de París, primer intento del proletariado de
asaltar los cielos, dio origen a la primera república obrera de la historia. Diez
días después de la insurrección popular, el nuevo gobierno revolucionario
declaraba la independencia de la Comuna en relación al viejo poder burgués con
sede en Versalles.
Fue
el heroísmo de los comuneros que, sosteniendo durante 71 días, en París, el
poder en manos de las masas proletarias, hizo que la humanidad conozca una
nueva forma de Estado: la dictadura del proletariado.
A
pesar de la gloriosa lucha que los obreros parisinos emprendieron con las armas
en las manos en la defensa del Poder Proletario, enfrentando la más brutal y
sanguinaria contrarrevolución, fueron derrotados por las fuerzas militares
serviles de la burguesía, de los terratenientes, de los especuladores de la
bolsa y de todo tipo de ladrones reunidos en
Versalles, que cercaron París y la bombardearon despiadadamente, con el apoyo
de las tropas prusianas.
El final de la
Comuna de París en mayo de 1871, lejos de significar simplemente una derrota
para la clase obrera, fue un hecho histórico de gran trascendencia, que marcó
para siempre la lucha del proletariado internacional. La
Comuna de París es el primer gran acontecimiento del proceso de la Revolución
Proletaria Mundial y por eso, entorno de la toma de posición sobre ella y su
correcto balance, se separan marxismo y revisionismo.
En
el caso de Marx, armado con la ideología científica del proletariado, el materialismo
histórico dialéctico, extrae las enseñanzas y el verdadero significado
histórico de este grandioso acontecimiento, expuestos en su célebre La Guerra
Civil en Francia. Obra,
escrita a petición del Consejo General como convocatoria a los miembros de la
Asociación Internacional del Trabajo (AIT).
En
la introducción publicada en 1891, con ocasión de los veinte años de la Comuna
de París, Engels, afirma que pasadas dos décadas y con base en nuevas
informaciones obtenidas era necesario "completar un poco" la
exposición hecha en Guerra civil en Francia. Junto
a esa importante Introducción, Engels también agrega los dos Manifestos del
Consejo General de la Asociación Internacional de los Trabajadores - AIT, sobre
la Guerra Franco-Prusiana. Los
tres documentos citados, disponibles en prácticamente todas las ediciones,
deben ser estudiados como parte de La Guerra Civil en Francia.
Un entusiasta
de la Comuna
Algunos
meses antes de la revolución en París, en el otoño de 1870, Marx había
advertido al proletariado francés de que no debería sublevarse prematuramente,
previendo que ésta fracasaría por no contar con un Partido Comunista que la
dirija. Sin
embargo, cuando la sublevación se produjo, Marx, tomando firme posición de
clase, la apoyó incondicionalmente, saludó al proletariado que había osado
"asaltar los cielos":
"Cuando
la Comuna de París tomó en sus propias manos la dirección de la revolución,
cuando, por primera vez en la historia, simples obreros se atrevieron a violar
el privilegio gubernamental de sus 'superiores naturales' (...) el viejo mundo
se retorció en convulsiones ante
el espectáculo de la bandera roja, símbolo de la repúblkica del trabajo tremolando
sobre o Hotel Le Ville” (p.79 - A Guerra Civil na França, 1871, Marx)
Por
medio de cartas e instrucciones verbales que transmitían a los miembros de la
AIT, Marx y Engels trataban de orientar a los comuneros, dándoles preciosos
consejos. Pero
sus indicaciones no siempre llegaban oportunamente a París, pues la ciudad se
encontraba sometida a un intenso cerco enemigo.
Además,
los miembros de la Comuna, estaban divididos entre una mayoría de blanquistas
que prevalecían en el Comité Central de la Guardia Nacional y una minoría de
miembros de la AIT, entre los que prevalecían los adeptos de la Escuela
socialista de Proudhon. Engels
apunta que les correspondió a los proudhonianos la principal responsabilidad
por las medidas económicas de la Comuna, mientras que a los blanquistas la
principal responsabilidad de las medidas políticas.
"Y,
en ambos casos, la ironía de la historia quiso -como sucede generalmente cuando
el poder cae en las manos de los doctrinarios- que tanto unos como los otros
hicieran lo contrario de lo que la doctrina de su escuela respectiva
prescribía. (...)
Por eso la Comuna fue la tumba de la escuela proudhoniana del socialismo (...)
Esa escuela desapareció de los medios obreros franceses y la teoría de Marx
predomina sin discusión” (Engels, Introducción, la guerra civil en Francia).
En
la Guerra Civil en Francia Marx definió con aguda claridad el papel de estos
elementos oportunistas en el movimiento obrero, demostrando que el movimiento
obrero revolucionario en su desarrollo contradictorio y como resultado directo
de su acción, acumula lo que Engels llamará "el colosal montón de
basura" que necesita
ser barrido:
"En
todas las revoluciones al lado de los verdaderos revolucionarios, figuran
hombres de otra naturaleza. Algunos
de ellos, sobrevivientes de revoluciones pasadas, que conservan su devoción por
ellas, sin visión del movimiento actual; pero
dueños de su influencia sobre el pueblo, por su reconocida honradez y valentía,
o simplemente por la fuerza de la tradición; otros,
simples charlatanes que, a fuerza de repetir año tras año las mismas
declaraciones estereotipadas contra el gobierno del día, obtuvieron por
contrabando una reputación de revolucionarios de pura cepa. Después
del 18 de marzo salieron también a la superficie hombres de éstos, y en algunos
casos lograron desempeñar papeles prominentes. En
la medida en que su poder lo permitía, entorpecían la verdadera acción de la clase
obrera, lo mismo que otros de su especie entorpecían el desarrollo de todas las
revoluciones anteriores. Constituyen
un mal inevitable; con
el tiempo se les quita de en medio, pero la Comuna no pudo disponer de tiempo
"(p.86 - La Guerra Civil en Francia, 1871, Marx).
Carácter internacionalista
La Comuna, en
correspondencia con su carácter de clase proletario, demarcó desde el principio
su carácter internacionalista, pues la "bandera de la Comuna es la
bandera de la República Mundial" (p.8). En
medio del cerco prusiano, "nombró a un obrero alemán como Ministro de
Trabajo (...) la Comuna honró a los heroicos hijos de Polonia, colocándolos a
la cabeza de los defensores de París (...) y para marcar nítidamente la nueva
era histórica, que conscientemente se
inauguraba, la Comuna, ante los ojos de los vencedores prusianos, de una parte
y del ejército bonapartista por otro, puso abajo ese símbolo gigantesco de la
gloria guerrera que era la Columna Vendome”.
Marx
sintetizó así el deber internacionalista cumplido en la Comuna: "La
Comuna concedió a todos los extranjeros el honor de morir por una causa
inmortal" (p.82 subrayado nuestro)
El heroísmo
revolucionario
En
una carta a Kugelmann, aún cuando los combates se desarrollaban en París, Marx
destacó el papel del heroísmo y voluntad inquebrantable de los comuneros,
"qué iniciativa histórica, qué capacidad de autosacrificio demuestran estos parisinos!", Afirmando que
éstas reflejaban "la grandeza de la causa" y que gracias a las
mismas, la moral de la clase fue elevada:
"Los
canallas burgueses de Versalles (...) plantearon ante los parisinos la
alternativa: aceptar el desafío o entregarse sin lucha. La
desmoralización de la clase obrera en este último caso habría sido una
desgracia mucho mayor que el perecimiento de cualquier número de 'líderes'”
(subrayado nuestro).
Con
eso Marx nos enseñó que no podemos permitir que la moral de la clase sea mellada,
no importa cuántos líderes caigan y que alto precio tenga que ser pagado. Esta
preciosa lección nos sirve para aplastar el nuevo revisionismo y su siniestra
política de acuerdos de paz y capitulación, enseñando que para "asaltar
los cielos" y hacer la revolución hay que estar dispuesto a pagar la
cuota, que sólo "quien no teme ser cortado en mil pedazos, desafía al
emperador ".
Continuando, Marx
estableció el gran papel histórico de la Comuna para la Revolución Mundial. "Afirmó
que por haber" asaltado los cielos "audaz y heroicamente la Comuna
había hecho que la Revolución Mundial entrar en una" nueva fase ", o
sea, con ella el proletariado inicia su proceso de lucha por el poder, entrando
en la etapa de defensa estratégica, afirma que
"gracias a la Comuna de París, la lucha de la clase obrera contra la clase
de los capitalistas y contra el Estado que representa los intereses de ésta entró
en una nueva fase. Sea
cual sea el desenlace inmediato de esta vez, se ha conquistado un nuevo punto
de partida que tiene importancia para la historia de todo el mundo” (subrayado nuestro).
La
Violencia Revolucionaria
La
Comuna afirmó la necesidad de la violencia revolucionaria y mostró la fuerza de
la guerra civil, estableciendo la comprobación práctica del principio marxista
según el cual "el poder nace del fusil" y que "sin un
ejército popular, el pueblo no tendrá nada". El
"fantasma que rondaba Europa", se había convertido en una
amenaza real.
Engels
en su Introducción, tomando la experiencia de la lucha revolucionaria del
proletariado francés, afirmó que "el desarme de los obreros era el
primer mandamiento de los burgueses que se encontraban en el timón del Estado. De
ahí que después de cada revolución vencida por los obreros, estalla una nueva
lucha, que termina con la derrota de éstos” (p.3 - La guerra civil en
Francia, 1871, Marx).
Marx
demostró que el núcleo de la política contrarrevolucionaria de Thiers para
conjurar y derrotar la revolución era intentar promover el desarme de las
masas, "París armada era el único obstáculo serio a que se alzaba en el
camino de la conspiración contrarrevolucionaria" (p.56 - La guerra
civil en
Francia, 1871, Marx), reafirmando el principio de la violencia revolucionaria
afirmó: "París armada era la revolución armada".
Lenin
resaltó su importancia para afirmar la guerra civil como el camino para la toma
del Poder, al afirmar que "El proletariado ruso recurrió al mismo
método de lucha que la Comuna de París fue la primera en utilizar: la guerra
civil. (...)
el proletariado francés lo demostró por primera vez en la Comuna y el
proletariado ruso dio una brillante confirmación”.
La dictadura del
proletariado
En
su genial síntesis teórica de la experiencia de la Comuna de París, La Guerra
Civil en Francia, Carlos Marx consideraba que el principal mérito de los
comuneros consistía en que habían intentado, por primera vez en la historia
crear un Estado proletario. Todas
las revoluciones anteriores no habían ido más allá del simple reordenamiento
entre las clases dominantes.
Se
limitaban a cambiar una forma de explotación por otra y, en vez de demoler la
vieja máquina estatal, se restringían a hacerla pasar de unas manos a otras. Pero
la clase obrera, decía Marx, no podía simplemente tomar posesión de la máquina
estatal existente y ponerla en funcionamiento para sus propios objetivos.
En
su carta a Kugelmann del 12 de abril de 1871, Carlos Marx destacó lo que la
Comuna de París había aportado de nuevo a los principios de la lucha
revolucionaria: "Si miras el último capítulo de mi El 18 de brumario,
constatarás que considero que el próximo experimento de la Revolución Francesa no
consistirá más en transferir la maquinaria burocrático-militar de una mano a
otra, como se ha hecho hasta entonces, sino en romperla y que ésta es la
precondición de toda revolución popular efectiva en el continente”.
La
Comuna no sólo demostró en la práctica la justeza de la importantísima tesis
formulada por Marx en su obra El 18 Brumario de Luis Bonaparte que afirma la
necesidad de destruir previamente la vieja máquina estatal, el viejo Poder,
pero predicó la necesidad de construir un nuevo Poder en su
lugar, levantando una organización política de nuevo tipo, llamada a sustituir
tal máquina.
Engels
dice, en su Introducción, que "la Comuna tuvo que reconocer desde el
primer momento que la clase obrera, al llegar al Poder, no puede seguir
gobernando con la vieja máquina de Estado; que
para no perder de nuevo su dominación recién conquistada, la clase obrera tiene
que barrer toda la vieja máquina represiva utilizada hasta entonces contra ella”
(p.15
- La guerra civil en Francia, 1871, Marx).
Engels
categoricamente sintetizó la experiencia de la Comuna como la expresión más
avanzada de la dictadura del proletariado hasta entonces:
"Y
he aquí que el filisteo socialdemócrata fue nuevamente tomado de un sano terror
con las palabras: dictadura del proletariado. Pues bien,
señores, ¿queréis saber cómo es esta dictadura? Miren a la Comuna de París. Tal
fue la dictadura del proletariado"(P.18 - La guerra civil en Francia,
1871, Marx).
Marx
y Engels consideraron tan importante esta conclusión, que la introdujeron como
única modificación esencial en el documento programático del proletariado, el
Manifiesto del Partido Comunista, por medio del prefacio de 1872.
Lenin destaca
que estas palabras: "destruir la máquina burocrático-militar del Estado",
"encierra concisamente la enseñanza fundamental del marxismo en el
punto sobre la cuestión de las tareas de la revolución con respecto al Estado".
(Lenin, El Estado y la Revolución) (subrayado nuestro). La Comuna estableció,
la necesidad de destruir previamente el viejo estado, para construir en su
lugar un nuevo, que sirva a sus propios fines, la dictadura del proletariado.
Marx nos demuestra que "el poder estatal centralizado, con sus órganos
omnipresentes: el ejército permanente, la policía, la burocracia, el clero y la
magistratura - órganos creados de acuerdo con un plan de división sistemática y
jerárquica de trabajo viene de los tiempos de la monarquía absoluta y sirvió a
la naciente sociedad burguesa como un arma poderosa en sus luchas contra el
feudalismo (...) por otra parte su carácter político cambiaba simultáneamente
con los cambios económicos operados en la sociedad. Al paso, que se
desarrollaban los progresos de la industria moderna, se amplía y profundizaba
el antagonismo de clase entre capital y trabajo, de fuerza pública
organizada para la esclavización social, de la máquina para el despotismo de
clase. "Después de cada revolución que marca un paso adelante en la
lucha de clases, se denuncia con rasgos cada vez más destacados el carácter
puramente represivos del Poder de Estado." (P.68 - La guerra civil en
Francia, 1871, Marx) (subrayado nuestro) )
Al analizar el desarrollo de la lucha de clases en Francia, especialmente desde
1830, Marx desarrolló los fundamentos de la comprensión marxista del Estado.
Marx demostró que el Estado burgués como resultado de su propia naturaleza de
clase y del creciente antagonismo de clases en la sociedad se desarrolla a
través de un creciente proceso de reaccionarización que se manifiesta en la
tendencia al absolutismo del ejecutivo sobre el poder legislativo como
expresión de la quiebra del parlamentarismo burgues (alma de la democracia
burguesa):
"Ante el amenazante alzamiento del proletariado, se sirvieron del Poder
estatal, sin piedad y con ostentación, como de una máquina nacional de guerra
del capital contra el trabajo. Pero esa cruzada ininterrumpida contra las masas
productoras, les obligaba, no sólo a revestir al Poder Ejecutivo de
facultades de represión cada vez mayores, sino al mismo tiempo, deshacer su
propio baluarte parlamentario -la Asamblea Nacional- de todos los medios de
defensa contra el, Poder Ejecutivo, uno por uno, hasta que ese, en la
persona de Luis Bonaparte, le dio un puntapié " (p. 70 - La guerra
civil en Francia, 1871, Marx, subrayado nuestro).
Marx nos señala
que el Segundo Imperio era la única forma de gobierno en el momento en que la
burguesía perdió la facultad de gobernar y que la clase obrera no la había
adquirido todavía y que por lo tanto la única forma de oposición consecuente al
Segundo Imperio -
en cuanto forma degenerada y superior de la democracia burguesa - era barrer
con la propia dominación de clase y su vieja maquinaria burocrática, en vez de
"decidir una vez cada tres o seis años que miembros de la clase
dominante van a aplastar al pueblo en el parlamento", por
lo tanto "la antítesis más directa del Imperio era la Comuna"
(p.71 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx). Así,
la Comuna no sería un órgano parlamentario, sino una corporación de trabajo,
ejecutiva y legislativa al mismo tiempo.
Lenin
apuntó que la Comuna fue un brillante ejemplo de cómo el proletariado "sabe
cumplir unánime las tareas democráticas que la burguesía sólo sabía proclamar"
(Lenin, Enseñanzas de la Comuna). Al
analizar las medidas sociales y económicas adoptadas por los trabajadores
parisinos en La Guerra Civil en Francia, Marx destacaba la idea de que, por más
tímidas que hubieran sido esas medidas, su tendencia principal era la
expropiación de los expropiadores:
"La
Comuna estaba formada por consejeros municipales, elegidos por sufragio
universal en los diversos distritos de la ciudad, responsables y con mandatos
revocables en cualquier momento. La
mayoría de sus miembros estaba naturalmente formada de obreros o representantes
incontestables de la clase obrera. La
Comuna debía ser no un cuerpo parlamentario, sino un órgano de trabajo,
Ejecutivo y Legislativo al mismo tiempo. En
vez de seguir siendo el agente del gobierno central, la policía fue
inmediatamente despojada de sus atributos políticos y convertida en agente de
la Comuna, responsable y sustituible en cualquier momento. Lo
mismo se hizo en relación con los funcionarios de todas las demás ramas de la
administración. De
los miembros de la Comuna hasta los puestos inferiores, el servicio público
tenía que ser remunerado con salarios de obreros. Los
derechos adquiridos y los gastos de representación de los altos dignatarios del
Estado desaparecieron con los propios altos dignatarios "(La guerra
civil en Francia, 1871, Marx).
Marx
destacó cómo la Comuna, aunque en su corta duración, pudo tomar medidas
importantes: tomó medidas para "destruir la fuerza espiritual de la
represión", el "poder de los curas", decretando la
separación de la Iglesia y del Estado y la expropiación de todas las Iglesias como
corporaciones poseedoras. Todas
las instituciones de enseñanza se abrieron gratuitamente al pueblo y al mismo
tiempo emancipadas de toda intromisión de la Iglesia. Los
funcionarios judiciales debían perder "aquella fingida independencia"
y así como otros funcionarios públicos deberían ser funcionarios electivos,
responsables y revocables. Sin
embargo, la Comuna, por su corta duración y por las insuficiencias de su
dirección, no pudo desarrollar más la forma que debería revestir esa nueva
forma de Estado y gobierno, tarea que sólo pudo cumplirse con la Gran
Revolución Socialista de Octubre.
Como resultado de
la experiencia de la Comuna de París, la doctrina científica del proletariado
fue enriquecida con la lección de que la máquina del Estado debe ser destruida,
con todos sus apéndices y, en su lugar, erigida una nueva, la dictadura
proletaria. Y
vino a primer plano la cuestión teórica de que no basta con tomar el Poder,
sino que se trata de destruir toda la vieja maquinaria burocrática-militar,
erigir una nueva organización estatal correspondiente al nuevo Poder y, sobre
todo mantenerlo y consolidarlo .
Lecciones
históricas para el proletariado
En
el momento en que la Comuna de París aún estaba luchando Marx supo ver su
importancia histórica, exponiendo sus errores fundamentales y sacando
conclusiones de suma trascendencia para la teoría y táctica revolucionaria del
proletariado.
Sobre
todo la Comuna confirma la conclusión de que en toda la experiencia histórica
de las luchas del proletariado y de las masas populares, para el triunfo o
derrota de la revolución proletaria, el factor decisivo ha sido el Partido
Comunista y la condición de que prevalezca en él una línea ideológico-política correcta o errónea.
Karl
Marx nos mostró que fue, sobre todo en la ausencia del partido revolucionario
único del proletariado y de su dirección absoluta, así como que en la falta de
comprensión de la necesaria dictadura de clase revolucionaria, en todos los
terrenos, sobre la burguesía y demás clases explotadoras derribadas del Poder,
que se encontraban las causas principales de su derrota.
Durante
su intercambio de correspondencias con Kugelmann, el 12 de abril de 1871, Marx
apuntó los errores fatales de los comuneros: 1) Se debería haber emprendido
inmediatamente la ofensiva contra Versalles, mientras el enemigo estaba en
pánico y no había tenido tiempo de concentrar sus fuerzas.
Esta ocasión se dejó
escapar; 2)
El Comité Central renunció demasiado rápido a sus poderes para ceder lugar a la
Comuna.
Marx
apuntó, un error decisivo del Comité Central, precisamente en la "su
repugnancia en aceptar la Guerra Civil (...) en no marchar inmediatamente sobre
Versalles", lo que significaba desarrollar decididamente la Guerra
civil revolucionaria y llevar la revolución a todo país. En
vez de coronar su victoria en París, desarrollando una resuelta ofensiva sobre
Versalles la Comuna tardó, dando tiempo para que Versalles se preparara,
reuniendo fuerzas para la ofensiva sangrienta de mayo.
Engels afirmó
que las jornadas de junio de 1848, cuando tras la derrota del proletariado la
burguesía había promovido un odioso baño de sangre contra prisioneros
indefensos, no había sido más que una "broma de niños", comparado al
frenesí sangriento de la burguesía en 1871 que llevó al fusilamiento de más de
30.000 personas. Este terrible baño de sangre había hecho con que el
proletariado, que hasta entonces sólo había conocido a la burguesía como fuerza
revolucionaria, la conociera por primera vez unida en su saña reaccionaria en
la contrarrevolución.
"El hecho sin precedente, de que después de la guerra más tremenda de
los tiempos modernos, el ejército vencedor y el vencido confraternizen en la
matanza común del proletariado, no representa, como cree Bismarck, el
aplastamiento definitivo de la nueva sociedad que avanza, sino el
desmoronamiento completo de la sociedad burguesa "(p.103 - La guerra
civil en Francia, 1871, Marx)
Lenin, sintetizando a Marx, nos apuntó dos errores fundamentales en el balance
de la Comuna. El primero de ellos, de carácter político, es que el proletariado
se detuvo "a mitad del camino", no iniciando la "expropiación
de los expropiadores", no se apropió de instituciones como por ejemplo
el Banco de Francia, que increíblemente no fue tocado. La segunda de carácter
ideológico: la magnanimidad del proletariado ante el enemigo y la indulgencia
ante sus acciones criminales.
En cuanto a Versalles promovía el terror blanco contra la Comuna, con el
asesinato de miembros Guardia Nacional desarmados, fusilamientos de prisioneros
de guerra y civiles desarmados, el Comité Central vacilaba en responder medida
por medida, en oponer el "terror rojo" al "terror
blanco" "Esta indulgencia del Comité Central, esa magnanimidad
de los obreros armados que contrastaban tan abiertamente con los hábitos del
'Partido del Orden” (p.62 - La guerra civil en Francia, 1871, Marx).
Sólo el 7 de abril, cuando la Comuna publicó decreto ordenando represalias y
declarando que era "su deber para proteger París contra las hazañas
canibalescas de los bandidos de Versalles, exigiendo ojo por ojo, diente por
diente", que los fusilamientos de prisioneros cesaron temporalmente . Sin
embargo, cuando Versalles constató que el decreto era sólo una "amenaza
inofensiva", y que "se respetaba la vida hasta de sus gendarmes
espías detenidos en París bajo el disfraz de guardas nacionales y hasta los
sergentes de ville detenidos con bombas incendiarias, los fusilamientos de
prisioneros se reanudaron y prosiguieron hasta el final.” (p.66 - La guerra
civil en Francia, 1871, Marx).
Con esas
preciosas enseñanzas Marx nos aportó una lección de gran importancia y
trascendencia para el proletariado internacional: “no ser magnánimos con
el enemigo de clase, no ser indulgentes con la contrarrevolución”.
(subrayado nuestro)
Afirmación definitiva del marxismo en el movimiento obrero
La guerra civil en Francia, importantísimo documento político de la
Internacional, ha provisto al proletariado internacional con la experiencia de
la Comuna y ha sido una brillante demostración de la victoria ideológica del
marxismo sobre todas las variantes del socialismo premarxista. "Al
final del primer período (1848-1871), período de tempestades y revoluciones,
muere (grifo del autor) el socialismo premarxista.". (Lenin, Vicisitudes
históricas de la doctrina de Karl Marx). Esta genial síntesis de la experiencia
de la Comuna tuvo particular importancia en la lucha contra los ideólogos de la
pequeña burguesía que negaban la necesidad de la dictadura del proletariado.
Conforme a lo que resalta Lenin en El Estado y la Revolución: "Aunque
el movimiento revolucionario de las masas falló a su objetivo, Marx vio en él
una experiencia histórica de enorme importancia, un paso adelante en la
revolución proletaria universal, un intento práctico más importante que cientos
de programas y argumentos. Analizar esa experiencia, recoger en ella lecciones
de táctica y someter a prueba su teoría, he aquí la tarea que Marx se impuso”.
En la Conferencia de Londres de 1871, refiriéndose a la Comuna de París, Marx y
Engels demostraron cuán inútil sería renunciar a la lucha política e hicieron
ver la necesidad de formar un partido obrero revolucionario que sería la fuerza
dirigente del proletariado en su lucha por el socialismo . Como resultado de la
Conferencia, ésta aprobó una resolución sobre la lucha política de la clase
obrera, subrayando que el proletariado no podría actuar como clase contra el
poder colectivo de las clases poseedoras si no organizaba su propio partido
político, necesario para asegurar el triunfo de la revolución social y,
alcanzar su meta: la supresión de las clases.
Contraponiendo las maquinaciones que los anarquistas hacían para minar la
disciplina de la Internacional y convertir al Consejo General en un simple
organismo de carácter informativo, la Conferencia dejó bien claro en varias
resoluciones que el Consejo General era, más que nunca, el centro ideológico,
el Estado Mayor del proletariado internacional.
Fue tomando las
enseñanzas de Marx sobre la Comuna de París que el proletariado ruso, bajo la
dirección del Partido Bolchevique y la jefatura de Lenin, triunfó con la Gran
Revolución Socialista de Octubre de 1917, construyendo el Poder Soviético, como
verdadero continuador de la Comuna. Los
soviets, fueron la forma superior de organización, a través de la cual se alzó
la dictadura del proletariado, basada en la alianza obrero-campesina, uniendo a
las masas trabajadoras y explotadas más atrasadas y dispersas, con las que se
aseguró el paso ininterrumpido de la revolución democrático- burguesa para
la revolución socialista.
Cuando
las masas, guiadas por el Presidente Mao Tsetung y bajo la dirección del
Partido Comunista tomaron el poder en China, fue la experiencia de la Comuna
tal que sintetizada por Marx y desarrollada por Lenin, en la forma de los
Soviets que sirvió de base para la estructuración de la nueva, sociedad en la República
Popular de China. Como
afirmó el Presidente Mao en noviembre de 1958:
"¿Cuál es la
naturaleza de la comuna popular? Esta
es la unidad de base de la estructura social china que reúne a obreros,
campesinos, soldados, intelectuales y comerciantes. Actualmente
constituye la organización administrativa de base. La
comuna popular es la mejor forma de organización para la realización de los dos
pasos: el paso del socialismo de hoy al sistema general de la propiedad de todo
el pueblo, y el paso del sistema general de la propiedad de todo el pueblo al
comunismo. Después
de esos pasos, la comuna popular constituirá la estructura de base de la
sociedad comunista.
Y,
más tarde, durante la Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP), el gran y más
alto marco de la revolución proletaria mundial, fueron los Comités
Revolucionarios de triple integración, los nuevos órganos de Poder que se
constituyeron como los continuadores de la Comuna.
Los
Comités Revolucionarios de triple integración fueron originarios de la tenaz
lucha impulsada y dirigida por el Presidente Mao Tsetung contra la restauración
capitalista, a través del cual millones de masas tomaron en sus manos los
asuntos del Estado, los problemas políticos, militares, culturales,
relativos a la producción, etc., y derribaron a los representantes de la
burguesía que se habían incrustado en el Partido, en el Ejército Popular de
Liberación y en el Estado, impidiendo por 10 años la restauración capitalista
en China.
Como dijo Lenin:
"La causa de la Comuna es la causa de la revolución social, es la causa
de la completa emancipación política y económica de los trabajadores, es la
causa del proletariado mundial. Y
en ese sentido es inmortal". Por eso, al concluir este artículo,
reafirmamos las palabras proféticas de Marx al concluir la guerra civil en
Francia:
"El
París de los obreros, con su Comuna, será eternamente enaltecida como heraldo
glorioso de una nueva sociedad. Sus
mártires tienen su santuario en el corazón de la clase obrera ". (p.105
- La guerra civil en Francia, 1871, Marx)
Notas:
1
- Proudhonistas: nombre dado a los seguidores del ideólogo pequeñoburgués
Pierre Joseph Proudhon. No
comprendían el papel histórico y el significado del proletariado, negaban la
lucha de clases, la revolución proletaria, la dictadura del proletariado y,
como anarquistas, negaban también la necesidad del Estado. La
lucha determinada de Karl Marx y F. Engels y sus partidarios contra el proudhonismo
terminó con la completa victoria del marxismo en la I Internacional.
2
- Blanquistas: adeptos de la corriente del movimiento socialista francés
dirigida por Louis-Auguste Blanqui (1805-1881), representante del comunismo
utópico. Los
blanquistas negaban la lucha de clases y creían que la "humanidad se
liberaría de la esclavitud asalariada gracias a la conspiración de una pequeña
minoría de intelectuales", según bien caracterizado por Lenin.
Sustituyeron la actividad del partido revolucionario por la de un grupo secreto
de conspiradores, no tenían
en cuenta la situación concreta necesaria para la victoria de la insurrección y
despreciaban los vínculos con las masas.
Referencias:
*
Las notas marcadas con el número de página corresponden a la edición en lengua
española La guerra civil en Francia, publicada por Ediciones Lenguas
Estrangeras, Pekin.
1 - K. Marx,
F. Engels, Cartas escogidas, p. 263,
Ed. 1953.
2
- Lenin, I.V., El Estado y la revolución, Obras, Lisboa / Moscú, Editorial
Avante / Problemas Progreso, t. 2,
1977.
4- V. I. Lenin, Obras, t. 18, p. 545, 4ª ed. en ruso.
5
- K. Marx, La guerra civil en Francia, Editorial Avante, 1984
6
- E. Stepanova, Karl Marx - Bosquejo biográfico, Ediciones en Lenguas
Extranjeras, Moscú, 1954.