domingo, 16 de mayo de 2021

Revolución Obrera (Colombia): Acciones ofensivas y defensivas de las masas en el presente paro.

Como habíamos advertido en reiteradas ocasiones, era cuestión de tiempo para que se volviera a presentar un gran estallido social como consecuencia de la grave crisis social, económica y sanitaria que padece el mundo. Lucha desatada desde el 28 de abril que presenta características de un Paro General Indefinido y que superó en radicalidad y extensión al anterior paro del 21N del 2019. Es innegable que la tendencia de las huelgas políticas de masas en Colombia, han madurado a tal punto de desarrollo, que las masas en un corto periodo de lucha cruenta han implementado nuevas formas ofensivas y defensivas frente a las fuerzas represivas del Estado, aprendiendo sobre la marcha de las experiencias pasadas.

Desde Revolución Obrera habíamos estudiado y racionalizamos el fenómeno de los grupos de choque o más conocido popularmente como “Primera Línea”; una forma de defensa y ataque que han implementado las masas trabajadoras a nivel mundial para hacerle frente al brazo armado policial y antimotines del Estado. Es así, que dado el grado de desarrollo y el fuerte empuje popular, es necesario hacer una breve racionalización de la ofensiva popular y de las tácticas aplicadas hasta el momento en la presente rebelión popular, pudiéndose destacar que ha existido un avance y profundización en los grupos de choque, pues no solo han crecido en número, experiencia y capacidad combativa, sino que han sabido combinar la lucha de movimientos y de posiciones para poner en jaque al régimen mafioso y paramilitar; han logrado detener parcialmente la cotidianidad nauseabunda de la sociedad burguesa, afectado duramente la producción y las ganancias capitalistas gracias a sus bloqueos, que ya le han arrebatado pequeñas victorias al Estado.

Lucha de Movimientos y de Posiciones

Hasta el paro del 21N del 2019 la lucha se había venido presentando principalmente a través de una lucha de movimientos, compuesta por pequeños grupos de combatientes pero bastante numerosos de jóvenes, que espontáneamente combatían contra la policía y el Esmad solo con la fuerza de las piedras y con muy escazas molotovs, además tenían la característica de ser grupos bastante maniobrables y de difícil control, que asimilaban fácilmente tácticas de lucha de guerrillas; por el otro lado la lucha de posiciones se presentaba en las universidades y sus zonas aledañas, donde eran más reducido los combatientes, pero contaban con mejores medios técnicos como explosivos (papas bombas) y cocteles molotov en mayor número. El grupo de choque “Primera Línea”, apenas aparecía en escena como algo nuevo y a través de un fenómeno que aún no se había generalizado.

Con la pandemia de la covid-19, los centros de combate que otrora fueron las universidades perdieron todo su valor debido a la cuarentena, desplazándose el escenario de lucha a los barrios populares y calles céntricas con nuevas características ofensivas. El levantamiento juvenil del 9 y 10 de septiembre pudo comprobar su fuerza y gran potencia al lograr paralizar por varias horas las maniobras del enemigo, cercándolo y logrando asestarle fuertes golpes a las fuerzas policiales y del Esmad; materialmente, casi el 50% de los CAIS en Bogotá resultaron de alguna forma averiados por la furia juvenil, pero el golpe moral a las fuerzas enemigas fue aún mayor; en otras ciudades el despliegue de fuerza de combate espontanea fue enorme, como en Medellín donde la juventud se tomó el centro de la ciudad y combatió hasta casi las 3 de la madrugada en sus barrios populares aledaños; resumiendo dicha lucha, podemos concluir que hubo muchos combatientes con pocos medios y armas de lucha, casi todo fue conquistado con piedras y sin ningún tipo de organización, menos aun con algún centro de dirección o cuartel revolucionario.

La Lucha Desde el 28 de Abril

Como pólvora se ha extendido la lucha cuyo eje central, sin desconocer la importancia de las grandes manifestaciones, han sido los bloqueos que se han presentado en vías principales de ciudades y sus barrios populares. Cali ha sido el epicentro del torbellino nacional, en el campo se ha presentado la lucha a través del paro camionero con el bloqueo de vías acompañado de bloqueos temporales de los campesinos. Hasta el momento existe una presencia muy escasa del proletariado industrial como fuerza organizada en la lucha, quien tiene quizás la mejor posición de la cual se puede echar mano en la lucha, pues las fábricas y centros de producción tienen un gran valor estratégico por ser el nervio y corazón mismo del sistema. Un recurso aún no aprovechado por la terrible crisis del movimiento sindical en Colombia y la impotencia del elemento consciente para incidir en él; en el futuro cercano, cuando se tomen y utilicen dichas posiciones, el pueblo se dará cuenta de su gran valor estratégico.

En la presente lucha se han creado barricadas para defender los bloqueos, siendo esta una forma embrionaria de dominar posiciones. La fuerza “Primera Línea” se ha destacado como el brazo de combate más idóneo en esta contienda, mientras que los pequeños grupos, bastante numéricos, han resultado ser los más idóneos para la lucha de movimientos. Ésta última generalmente se presenta con los combates que se dan al finalizar una gran marcha o una grande concentración. Ahora tienen más fuerza y agilidad que en el Paro del 21N, operan con lógica y objetivos a pesar de su espontaneidad. Por ejemplo, la acción militar espontanea de las masas que logró destruir el peaje en Niquía – Antioquia, adquirió la forma de lucha de movimientos; en tal caso la fuerza pública fue quien se encargó de exacerbar los ánimos al intentar disolver la protesta por la fuerza; la juventud congregada respondió de una forma genial: pequeños grupos bastante numerosos de jóvenes que atacaban a la fuerza de policía y Esmad constantemente; tan pronto hacía presencia la motorizada en algún lugar donde la lucha se encontraba en su apogeo, los jóvenes se replegaban y continuaban la lucha en otro lado, asimilando tácticas de la lucha guerrillera; en poco tiempo cansaron al enemigo y lo obligaron a agotar sus municiones, en ese momento preciso fue que se dio el golpe y se destruyó el peaje de Niquía.

Algunas Ideas Para Avanzar

Sin lugar a dudas falta mucho para seguir avanzando y obtener lo máximo del presente momento, especialmente en el terreno de la organización: hace falta organización, organización y más organización. La primera gran necesidad de la lucha sigue siendo la ausencia de un auténtico partido de la clase obrera que dirija toda la lucha, el esfuerzo organizativo más trascendental de la presente lucha; también hace falta avanzar aún más en los grupos de choque, que pasen de ser grupos locales a tener una mayor coordinación regional, y por qué no, nacional.

Se hace necesario crear una autentica milicia popular armada que haga frente a la violencia militar y paramilitar; organizar la milicia popular para enfrentar a los policías, al ejército y a los paracos que disparan con la intensión de aplastar al pueblo; organizar las milicias populares para salvaguardar la vida de las masas y los dirigentes populares, que son objetivos militares muy apetecidos por el régimen.

Igualmente, se deben organizar más asambleas populares y coordinarlas y sacarlas de su localismo, aglutinarlas en todos los sentidos y crear un sistema asambleario de abajo hacia arriba, para que éstas asuman la dirección del Paro y no los autoproclamados y adocenados entreguistas del Comité Nacional de Paro y los politiqueros que han acudido a respaldar al gobierno.

Resolviendo la cuestión organizativa, la cuestión técnica tiene también una gran importancia; a saber, hace falta mucha técnica para combatir mejor al adversario y ser más eficaces. En los combates de movimientos no es recomendable la noche, pues la oscuridad favorece al enemigo, además que se pierde un factor decisivo que es el apoyo del pueblo, que ya no está en las calles; el pueblo sirve de apoyo a los combatientes con su sola presencia, contribuye a suministrar información sobre los movimientos del enemigo, auxilia a los combatientes y ayuda a registrar y a tomar nota de todas las acciones de la fuerza pública, además que se pierde el valor estratégico de la lucha porque de noche ya no hay nada que “parar”.

En la lucha de posiciones se deben perfeccionar las barricadas y prepararlas según la técnica heredada por la experiencia de las insurrecciones proletarias del siglo XX, a sabiendas que las barricadas tendrán que prepararse para resistir el ataque con armas de fuego y por sorpresa del enemigo. En el libro La Insurrección Armada de A. Neuberg, se pueden encontrar los mejores consejos para la creación de excelentes barricadas, que todos los dirigentes de los combates deben estudiar. Por ahora, queremos destacar algunos de ellos: la barricada de sebe construir en el cruce de varias calles, se recomienda el uso de exploradores para que avisen a tiempo los movimientos del enemigo, y sobre la construcción de la misma barricada recomienda: “se cava en la calzada una fosa de un metro o un metro y medio de anchura y de 55 centímetros o un metro de largo. Los bordes de esta trinchera se consolidan con adoquines. Se eleva por encima una defensa de 50 o 70 centímetros, con alambre de púas, carretas, muebles, bolsas llenas de arena o de piedras, en otras palabras, todo lo que se consiga”.

En cuanto a las armas y explosivos es importante que los expertos y veteranos en la lucha pongan su empeño y compartan su experiencia dando instrucción a los jóvenes inexpertos, quienes muchas veces desconocen por completo la forma correcta de armar una molotov, o peor aún, desconocen la forma segura de lanzarla, corriendo un gran riesgo al manipular dicho artefacto. Los petardos y las papas bomba pueden jugar un buen rol en la lucha, especialmente contra los escudos del Esmad y las patrullas motorizadas, es necesario que se aprovechen dichos recursos en este momento de la lucha, recordar la frase de Lenin sobre los medios de lucha en la insurrección: “…La bomba ha dejado de ser el arma del ‘petardista’ individual y ha pasado a ser el elemento necesario del armamento del pueblo. Con los cambios introducidos en la técnica militar, cambian y deben cambiar los métodos y procedimientos de la lucha de calles”.

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