Marcha multitudinaria mapuche en defensa del derecho a la tierra. Foto: Agencia UNO
Los
pueblos indígenas chilenos marcharon en el corazón de Santiago, la
capital de Chile, en una manifestación a la que asistieron mil personas y
que defendió el derecho sagrado a la tierra de estos pueblos, apoyó la
recuperación de sus tierras y defendió su autonomía. La protesta tuvo lugar el 10 de octubre, en la tradicional plaza de manifestaciones, Plaza de la Dignidad.
Los pueblos originarios mapuche, que constituyen el 85% de la población indígena chilena, integraron masivamente la marcha. Aproximadamente el 12,7% de la población chilena es indígena (más de 2 millones de personas según los datos del censo de 2017, y la población chilena tiene 19 millones).
Durante la manifestación se observaron carteles con consignas como ¡ Libertad para los presos políticos! ,
en referencia a los presos políticos mapuche encerrados en las
mazmorras del viejo estado chileno por luchar por sus tierras y
derechos. ¡También se podían ver las consignas Wallmapu (territorio mapuche) libre! ,Ellos no van a detener nuestra legitima lucha! ¡y más de 500 años de lucha!
Sobre
la criminalización de su justa lucha, un mapuche denunció a los
partidos electorales de Chile por criminalizar a los mapuche con la
narrativa fabricada de involucramiento con “narcoterrorismo” y
“terrorismo”, en una entrevista con el monopolio de prensa Efe. Todo esto con la intención de perseguir y reprimir a los pueblos y masas chilenas.
Mientras
la marcha avanzaba hacia la Alameda, la principal avenida de Santiago,
la policía chilena intentó dispersar la protesta con un gran contingente
de tropas apoyadas por cañones de agua y gases lacrimógenos. Los manifestantes respondieron con palos y piedras en enfrentamientos que duraron al menos 40 minutos.
Más de 17 agentes del orden resultaron heridos y alrededor de 10 manifestantes indígenas fueron detenidos por “desorden”.
Los mapuche ya han perdido más del 95% de su territorio en relación al período colonial. Hoy en día, sus tierras originales están ocupadas por empresas monopolistas forestales. Realizan
actividades extractivas y crean los denominados “desiertos verdes”
(plantaciones de árboles destinadas únicamente a la extracción y
explotación, que destruyen el ecosistema). También está el desempeño de latifundios de monocultivo de varios otros tipos.
Además
de la usurpación de tierras mapuche, las condiciones de vida en la
región se ven drásticamente afectadas, con la distribución de agua a
pueblos indígenas y campesinos imposibilitada por el latifundio, que
bloquea el acceso al agua y practica el envenenamiento del agua. La
prioridad de la explotación extensiva de tierras para la exportación
afecta la cantidad de agua disponible para la población.
AUTODETERMINACIÓN
En entrevista con el diario revolucionario y democrático chileno El Pueblo con Mapuche do lof (forma
básica de organización social del pueblo mapuche, formada por un clan)
Temucuicui, localidad de Ercilla, la comunidad afirma que el fuerte
control territorial y la recuperación de el territorio es la estrategia
para lograr el objetivo de autodeterminación, “construir y recomponer el
tejido social mapuche y avanzar en la liberación mapuche”, fuera de
todos los niveles de control del antiguo Estado y de los partidos
políticos electorales.
LA NUEVA CONSTITUYENTE
Las manifestaciones de los pueblos indígenas se dan al mismo tiempo que concluye la ya fallida Nueva Asamblea Constituyente. La
asamblea constituyente estuvo presidida por la académica mapuche Elisa
Loncon y 17 de sus 155 miembros son representantes de 10 pueblos
indígenas. Se
propuso como solución a las demandas de la rebelión popular iniciada en
2019, y constituye un nuevo pacto entre las clases dominantes.
Las masas más profundas, sin embargo, ya han demostrado no ver, en el papel de la nueva constitución, el fin de sus problemas. Los
pueblos indígenas continúan realizando manifestaciones combativas por
su derecho a la tierra, uniéndose a la lucha de las masas en general
contra el capitalismo burocrático, el imperialismo y sus crisis.
El 18 de octubre se conmemoraron los dos años del grandioso levantamiento popular con una amplia protesta de las masas. Continúan
protestando contra el hambre, el desempleo, los sistemas de pensiones,
la mala salud, entre otros problemas derivados del viejo estado chileno y
su capitalismo burocrático atrasado que salvaguardan los intereses del
imperialismo mayoritariamente yanqui, así como de la gran burguesía
chilena y terrateniente. .
LOS PUEBLOS INDÍGENAS RESISTEN LA INTERVENCIÓN MILITAR
El
12 de octubre, el ultrarreaccionario presidente de Chile, Sebastián
Piñera, declaró el estado de emergencia en parte del sur del país, para
intensificar el uso de la fuerza policial y militar contra la lucha
indígena mapuche.
El
decreto se aplica a los distritos de Biobío, Arauco, Cautín y Malleco,
en la denominada Macrozona Sul, ubicada aproximadamente a 800 km de la
capital, Santiago.
El
texto autoriza a las Fuerzas Armadas a colaborar con la Policía Militar
(conocida en Chile como “carabineros”) y con las “autoridades civiles”
en acciones “vinculadas a la prevención de la posesión, posesión y
tráfico ilícito de armas de fuego, crimen organizado, narcotráfico y
terrorismo ”.
Esto
tiene como principal objetivo prevenir y reprimir con hierro y fuego
cualquier levantamiento armado para defender sus territorios o retomar
otros. Intentar asociar a los pueblos originarios con el “narcotráfico” y criminalizarlos como “terroristas”.