viernes, 21 de noviembre de 2025

¡Honor y gloria al camarada Mavdi Hidma!

Traducción no oficial:

¡Honor y gloria al camarada 

Mavdi Hidma!


Durante casi tres décadas, el nombre de Madvi Hidma resonó en los bosques de Bastar. El martes, el comandante de campo más temido de los maoístas y su único líder tribal que ascendió desde niño recluta hasta los máximos órganos de decisión de la organización, fue asesinado en un enfrentamiento simulado con la policía de Andhra Pradesh. Con él cayeron su esposa Rajakka y cuatro de sus combatientes más cercanos. Hidma dejó constancia de una era de emboscadas que sacudieron la historia de la seguridad interna de la India.

Basándose en información proporcionada por un informante, las Fuerzas Greyhound secuestraron a seis rebeldes maoístas, entre ellos Hidma, en la zona de East Godavari, distrito de Alluri Sitarama, en el Parque Nacional Papikonda, Andhra Pradesh. Fueron torturados y asesinados en el bosque de Maredu Milli. Este asesinato constituye una grave violación de la Convención de Ginebra y del principio de no cooperación internacional en conflictos armados.

Su muerte fue un golpe mortal para el PCI (Maoísta), no solo por ser un astuto estratega responsable de los mayores golpes a las fuerzas de seguridad, sino también por ser una figura inspiradora de gran importancia. Simboliza no solo la vida de un hombre, sino la de toda una generación marcada por la lucha de clases y la represión de la resistencia adivasi.

Si Basavaraju, el secretario general maoísta asesinado en mayo, simbolizaba el marco ideológico del movimiento, Hidma representaba su núcleo militar en Bastar. Aunque los maoístas nombraron a Devuji secretario general tras la muerte de Basavaraju, fue Hidma quien tomó las decisiones operativas clave.

Antecedentes de Hidma

La historia de Hidma tiene sus raíces en Puvarti, una pequeña aldea en la frontera entre Sukma y Bijapur que, hasta hace pocos años, se consideraba territorio maoísta inexpugnable. Reclutado en 1991 como miembro del Bal Sangham —un niño combatiente— por los líderes Ramanna y Badranna, se desarrolló completamente dentro del movimiento. Un hombre tribal, delgado y de entre treinta y cuarenta años, con un fino bigote, que solía llevar un AK-47. Su nombre también cambió —«Mandavi» en algunos registros, «Madvi» en otros—, lo que contribuyó a la confusión que lo rodeaba.

Pero dentro de las filas maoístas, especialmente entre los miembros tribales locales, todo estaba claro. Hidma era uno de los suyos: un chico de Bastar que no solo había ascendido en la organización, sino que la había superado y la había conquistado. En un liderazgo dominado por veteranos ideológicos de habla telugu procedentes de Andhra Pradesh y Telangana, él era una rara excepción.

Hidma, que había recorrido los mismos bosques que ellos, que hablaba sus dialectos y que había ascendido a pesar de la brecha cultural, se convirtió en su modelo a seguir.

Operaciones importantes llevadas a cabo por Hidma


Tras una breve estancia en la región de Balaghat, en Madhya Pradesh, en 2002, regresó a Bastar y, para 2004, ya era secretario del Comité de Área de Konta. Tres años después, era comandante de la Compañía n.º 3. En 2009, fue nombrado subcomandante de la fuerza de combate más letal de los maoístas —el Batallón n.º 1 del PLGA— y, ese mismo año, su comandante.

Entre 2009 y 2021, como comandante del Batallón n.º 1, orquestó la fase más sangrienta de la insurgencia. Sus ataques no solo causaron la muerte de soldados, sino que también sacudieron la moral de las fuerzas de seguridad, modificaron las estrategias de contrainsurgencia y revitalizaron brevemente un movimiento que, de otro modo, se encontraba en un declive ideológico constante.

Entre los ataques que se le atribuyen:


Tadmetla (2010): 76 miembros de la CRPF muertos

Bankupara (2017): 12 soldados de la CRPF muertos

Burkapal (2017): 25 miembros de la CRPF muertos

Minpa-Burkapal (2020): 17 miembros muertos

Tekulgudem-Pedagelur (2021): 22 miembros de la DRG, la STF y la CoBRA muertos

Para comprender la magnitud de su pérdida, es necesario remontarse a Tadmetla en 2010, donde 76 miembros de la CRPF fueron masacrados en una emboscada tan meticulosamente planeada que los altos mandos aún la recuerdan como «el día en que la selva se tragó un batallón».

Fue el debut de Hidma en el panorama nacional como un comandante de compañía delgado y poco conocido que orquestó un ataque que sorprendió incluso a los estrategas antinaxalitas más experimentados y marcó la consagración de un nuevo héroe maoísta.

El ataque del valle de Jhiram en 2013, quizá el asesinato político más impactante en la historia del estado, impulsó aún más el ascenso de Hidma. En aquella sangrienta tarde, varios líderes destacados del Congreso de Chhattisgarh, entre ellos Mahendra Karma, Nand Kumar Patel y otros, fueron eliminados en una operación despiadada ejecutada con precisión quirúrgica. Este fue un punto de inflexión para el movimiento armado de Dandakaranya.

La facilidad con la que los maoístas ejecutaron la emboscada lo elevó del Comité Zonal Especial de Dandakaranya al Comité Central Maoísta, un logro excepcional para alguien ajeno a Telangana, la base de poder tradicional del partido. Este ascenso se produjo tras el creciente descontento por la hegemonía telugu y su cesión a la presión tribal.

A partir de entonces, el batallón de Hidma se convirtió en la punta de lanza de las operaciones maoístas en el sur de Bastar, en Bijapur, Sukma, Dantewada y más allá. Sus hombres se movían con sigilo; Sus emboscadas eran trampas diseñadas a mano; su conocimiento de la guerra en la jungla, asombroso.

En 2017, su coraje resurgió en el ataque de Burkapal, donde murieron 25 soldados de la CRPF. En Minpa, la emboscada de Tekulguda dejó 21 soldados caídos, reafirmando la cruda realidad que las fuerzas de seguridad habían experimentado durante años: cuando se derramaba sangre en Bastar, la presencia de Hidma era casi inevitable.

Maestría en maniobras y escapes

Las operaciones de este año en las colinas de Karegutta, que involucraron a casi 25.000 efectivos en el mayor despliegue contra los maoístas en décadas, tenían como objetivo acorralarlo. Treinta y un maoístas murieron. Hidma escapó una vez más.

Siempre viajaba con tres anillos de seguridad concéntricos, rara vez usaba carreteras y se desplazaba rápidamente a través de densas laderas boscosas, arroyos y barrancos. La falta de redes telefónicas significaba que, incluso cuando la información de inteligencia era precisa, ya tenía varias horas de antigüedad cuando las fuerzas de seguridad actuaban.

Como dijo una vez un oficial de alto rango: “Aunque supiéramos exactamente dónde estaba, a menudo no llegábamos lo suficientemente rápido”.

Características de Hidma

Hidma se caracterizaba por planificar meticulosamente, analizar el terreno como si fuera un mapa en la palma de su mano y mantener la calma ante la adversidad. Era una mezcla de tenacidad, creatividad, pasión y astucia. Su habilidad militar era extraordinaria. Es raro encontrar líderes maoístas tan hábiles para diseñar operaciones militares que asestaran golpes mortales al enemigo como para moverse con tanta agilidad. La labor organizativa de Hidma es un testimonio de cómo resurgir la resistencia armada de las profundidades de la desesperación y de su constante experimentación con nuevos métodos.

Hidma era ágil, perspicaz y asimiló el entrenamiento guerrillero enseguida. Aprendió a cantar canciones revolucionarias, a usar instrumentos tradicionales, a administrar primeros auxilios, a preparar remedios herbales y a interpretar la selva como si fuera una escritura sagrada. Se casó incluso antes de unirse al grupo, y tras ascender en sus filas, volvió a casarse. Su segunda esposa, Rajakka, a menudo lo acompañaba en las operaciones.

Contrario a muchos rumores, Hidma no hablaba inglés con fluidez; se comunicaba en gondi, halbi, hindi, telugu y algo de marathi desde su puesto en Gadchiroli.

Lo que le faltaba en educación formal, lo compensaba con un dominio de la tecnología. Antiguos compañeros afirman que siempre llevaba consigo una tableta, un teléfono móvil y, a veces, una cámara o un ordenador portátil. Filmaba cada emboscada, registrando la posición de cada combatiente, cada bala, cada error, convirtiendo el campamento maoísta en un laboratorio y una escuela de sangre y estrategia.

Excombatientes declararon que era duro con las fuerzas de seguridad, pero trataba a sus soldados con respeto y compasión, a diferencia de muchos líderes maoístas. Reía con ellos, cocinaba para ellos, realizaba rituales con ellos y, aun así, los guiaba hacia las emboscadas más mortíferas que India haya presenciado jamás.

Defensores de los derechos humanos niegan que fuera fuego cruzado y afirman que se trató de un asesinato.

Activistas adivasi rechazan categóricamente la versión oficial. “Esto no fue un enfrentamiento ni un fuego cruzado. Hidma fue asesinado, así de simple”, declaró el activista adivasi Soni Sori a TNM, añadiendo que su muerte debe interpretarse en el contexto más amplio de la violencia estatal en Bastar.

El activista de derechos humanos Degree Prasad Chouhan afirmó que, si las fuerzas de seguridad hubieran querido, podrían haber arrestado a Hidma, a su esposa y a los demás maoístas, y haberlos presentado ante un tribunal. “Pero no lo hicieron. La forma en que Hidma fue asesinado es también la forma en que muchos adivasi inocentes son asesinados”, declaró. Añadió que evaluar el movimiento maoísta y su uso de la violencia es justo, pero también lo es examinar los métodos del Estado. “En una democracia constitucional, se puede estar en desacuerdo con Hidma y el movimiento maoísta en general, pero los excesos violentos del Estado deben ser cuestionados en este caso”, concluyó.

Soni afirmó que la decisión de Hidma de tomar las armas estaba vinculada a la lucha por el jal, jangal, jameen: la reivindicación de los derechos de los adivasis sobre el agua, los bosques y la tierra. Durante años, según alegó, estos recursos han sido apropiados por el gobierno y las corporaciones sin el consentimiento de la población local. Argumentó que muchos adivasis veían en Hidma a una defensora de sus derechos.

Harsh Thakor es periodista independiente. 

Información proporcionada por Indian Express, ndtv.com y thenewsminute.com. 

Guerra de agresión imperialista contra Venezuela: Su face actual

Con esta breve líneas buscamos despejar algunas dudas sobre el carácter de la actual intervención del imperialismo yanqui contra Venezuela y América Latina. Veamos:


INTRODUCCIÓN

No estamos ante un caso o situación la intervención indirecta del imperialismo en los asuntos internos de nuestros países, como se dio en el caso de Argentina en las elecciones de medio período en octubre último. En el caso que nos ocupa es intervención directa con el despliegue del conjunto del potencial político, económico y militar de los Estados Unidos, la superpotencia imperialista hegemónica única contra un país débil del Tercer Mundo. En colusión y pugna con Rusia y demás países imperialistas. Será una otra Siria de Assad?

Es guerra de agresión imperialista contra un país oprimido en su primera fase. No estamos en la etapa previa de los preparativos y creación de la opinión pública interna y externa, esto se ha realizado durante varios periodos de gobiernos de los Estados Unidos, varias decenas de anos.

Comenzamos diciendo que la intervención directa contra Venezuela es parte del plan estratégico del imperialismo yanqui para:

El plan yanqui tiene sus raíces en los criterios de la “Iniciativa Bush para América Latina(1992), obviamente más desarrollados, que son los que guían la política del gobierno de Trump; y vemos muy claramente cuan siniestros son los planes que encierra infamar de "narcoterrorismo" para imponer la rendición incondicional y el cambio de gobierno en Venezuela. Como, el imperialismo yanqui, desde los 80 lo emplea para infamar a la guerra popular en el Perú y a los movimientos guerrillero en América Latina. Es parte de la intervención imperialista en América Latina.


LA ACTUAL FASE DE LA GUERRA DE AGRESIÓN IMPERIALISTA CONTRA LA NACIÓN VENEZOLANA


Los Estados Unidos han sitiado a Venezuela con el despliegue del 15 por ciento de su poderío militar para exigir la rendición incondicional de su actual gobierno, encabezado por Nicolás Maduro.

El valiente pueblo de Venezuela ha rechazado esta agresión imperialista yanqui y se mantiene firme en la resistencia contra el imperialismo y por la defensa de la independencia y soberanía del país.

Debilidad y atraso de las fuerzas de la resistencia: hay que desarrollar la conciencia nacional y la confianza en las propias fuerzas en la lucha contra el imperialismo.

Las condiciones son magníficas para la reconstitución del Partido Comunista de Venezuela como partido marxista-leninista-maoísta en la fragua de la guerra de resistencia nacional.

El actual gobierno del Venezuela es quien representa el país y está obligado a defender su independencia y soberanía

El cabeza del Estado imperialista yanqui, Trump, ha declarado que está en conversaciones con representantes del gobierno venezolano y que su gobierno, dice el genocida Trump, no ha aceptado ninguna de las propuestas de Maduro, como la de ceder a los monopolios de los Estados Unidos la explotación en condición de privilegio de las riquezas del país sitiado y, tampoco, la de renuncia del presidente Nicolás Maduro, luego de un periodo de transición de dos a tres años (capitulación con condiciones).

La situación es que la guerra de agresión imperialista contra el país oprimido Venezuela, en esta fase, se desarrolla principalmente como sitio militar de todo un país exigiendo su rendición incondicional para imponer un gobierno títere; como parte del asedio bélico mediante el sitio de la plaza fuerte ( el país agredido Venezuela).

El imperialismo norteamericano y sus lacayos de la región llevan a cabo un creciente bloqueo político, económico y militar del país con ataques militares puntuales contra toda actividad civil en aguas del Caribe o adyacentes del Pacífico. El resultado hasta la fecha es de más de 15 embarcaciones pesqueras destruidas y más de 80 pescadores asesinados (esas son las bajas mortales de la guerra que reconocen las propias autoridades de los EEUU).

Los preparativos del imperialismo yanqui para pasar a la siguiente fase de su guerra de agresión. Solicitud del gobierno de Trump al judicativo para que declare como “organización narcoterrorista” al gobierno, militares, etc. de Venezuela para para pasar del sitio militar al país a la acción en su interior, mediante la invasión con propias fuerzas o el uso de fuerzas títeres.

El bombardeo de campamentos de las llamadas fuerzas guerrilleras de “los disidentes de la FAR” por parte del gobierno colombiano de Petro, ubicados cerca a la frontera con Venezuela, son parte importante del desarrollo de la agresión, de la guerra imperialista contra Venezuela. Losniños y combatientes asesinados por el gobierno de Petro siguiendo las ordenes de Trump es sangre derramada del pueblo colombiano en esta guerra de agresión derl imperialismo yanqui no solo contra Venezuela sino contra los pueblos de toda América Latina. Así, todo lo que Petro dice o hace solo son palabras y poses para servir mejor al amo imperialista yanqui.


ALUNAS PRECISIONES COMPLEMENTARIAS.


Guerra de agresión del imperialismo yanqui contra Venezuela en fase de sitio y bloqueo del país exigiendo su rendición.

El valiente pueblo venezolano cierra filas contra la guerra de agresión imperialista yanqui.

Problema en el frente único nacional es la falta de dirección proletaria, necesidad de Partido Comunista marxista-leninista-maoísta que dirija la guerra de liberación nacional. Lo que necesariamente se materializará.

Conjurar las amenazas de capitulación, las tentativas de capitulación en la resistencia nacional, principalmente por los gobernantes del país agredido de la facción burocrática de la gran burguesía.

Ante el peligro de capitulación el proletariado, el campesinado, la pequeño-burguesía, burguesía nacional y otras fuerzas patrióticas deben persistir en la resistencia con el apoyo del proletariado y pueblos del mundo.

Los países luchan por su independencia, las naciones por su liberación y los pueblos por la revolución.

La base del frente contra el imperialismo es la alianza obrero-campesina dirigida por el Partido Comunista.

La guerra de resistencia contra el imperialismo es por la liberación nacional y forma parte de la revolución de nueva democracia, que se lleva a cabo mediante la guerra popular para barrer las tres montañas: el imperialismo, el capitalismo burocrático y la semifeudalidad.

En ninguna fase de la revolución de nueva democracia podemos separar la tarea antiimperialista (nacional) de las otras dos tareas, el que una devenga principal en el proceso de desarrollo de las contradicciones fundamentales de la revolución democrática, no implica que las otras no estén presentes o dejen de actuar, solo se reajusta la lucha contra una u otra como principal.

Necesidad de Partido Comunista para trasformar la lucha armada de resistencia nacional en guerra popular.

Esto es todo por el momento.

Extraído del blog AND 

 

jueves, 20 de noviembre de 2025

Enfrentamiento con Hidma: Fue arrestado hace dos días y asesinado - por ICSPWI

Traducción no oficial


Madavi Hidma, miembro del Comité Central del PCI (Maoísta), su esposa Raje, Lakmal, Malla, Deve y Kamlu murieron en un enfrentamiento en Maradi Milli, Andhra Pradesh. Sin embargo, todos los demás, incluido Hidma, fueron arrestados hace dos días. El gobierno de Telangana ha declarado que la policía ha arrestado a seis personas y que corren peligro de muerte. Según la Comisión de Derechos Civiles de Andhra Pradesh, todos los demás, incluido Hidma, se habían refugiado en una casa en Andhra Pradesh desde el mes pasado y la policía los capturó y asesinó con base en información confidencial.

Declaración de la Comisión de Derechos Civiles:

Los líderes maoístas Hidma y otros fueron víctimas de un montaje policial. La policía los arrestó y asesinó.

El 28 de este mes, Hidma, quien se encontraba en un refugio en Andhra Pradesh, fue capturado por un hombre que, con información proporcionada por otro hombre, lo llevó al bosque de Maredumilli y lo asesinó brutalmente. La Comisión de Derechos Civiles condena enérgicamente este montaje policial. Existe la posibilidad de que haya más personas asesinadas. Exigimos que los responsables sean llevados ante la justicia de inmediato, que se detengan los asesinatos y que se lleve a cabo una investigación judicial a cargo de un juez de la Corte Suprema. Toda la ciudadanía condena estos brutales asesinatos.

Vegani Chittibabu, Presidente

Chiluka Chandrasekhar, Secretario General

Comisión de Derechos Civiles de Andhra Pradesh

18 de noviembre de 2025

lunes, 10 de noviembre de 2025

Aktionsrapport: Västerås.- Informe de acciiones en: Västerås

Kommunistiska Föreningen har genomfört flertalet aktioner i Västerås under hösten. Torgmöten har anordnats som har uppmanat massorna att organisera sig kommunistiskt samt ett torgmöte genomfördes i anknytning till 33-årsdagen av Ordförande Gonzalos mästerliga tal från buren. Hundratals flygblad har delats ut till massorna. Dessutom har det affischerats runt om i staden särskilt i proletära förorter och kring universitet.

 La Asociación Comunista llevó a cabo diversas acciones en Västerås durante el otoño. Se organizaron mítines en la plaza para instar a la población a organizarse comunistamente, y se celebró otro mítin con motivo del 33.º aniversario del magistral discurso del Presidente Gonzalo desde la jaula. Se distribuyeron cientos de folletos entre la población y se pegaron carteles por toda la ciudad, especialmente en los barrios proletarios y cerca de las universidades.

 

Suecia: ¿Cómo deben trabajar los comunistas en el movimiento internacional de solidaridad?

¡Proletarios de todos los países, uníos!

¿Cómo deben trabajar los comunistas en el movimiento internacional de solidaridad?

Desde la heroico diluvio de Al-Aqsa, en los países imperialistas ha surgido un amplio y poderoso movimiento de solidaridad en torno al pueblo palestino y su movimiento armado de liberación nacional. Esto ha generado la necesidad de que los comunistas en formación, es decir, quienes trabajan para reconstituir los partidos comunistas, y todas las fuerzas revolucionarias honestas elaboren una política al respecto. Los revisionistas, anarquistas y otras fuerzas burguesas o bien condenan el movimiento de solidaridad, adoptando en la práctica una postura sionista e imperialista, o bien lo siguen, lo que en la práctica puede manifestarse en una línea oportunista que busca obtener beneficios a corto plazo a expensas de los objetivos a largo plazo, descuidando el arduo y difícil trabajo comunista, lo que por extensión implica una línea liquidacionista. Los marxistas, hoy marxistas-leninistas-maoístas, comprenden que, independientemente de los cambios en la situación internacional, la tarea principal sigue siendo reconstituir los partidos comunistas en todo el mundo, y para ello se necesita un trabajo político capaz de generar comunistas.

Durante estos dos años, se han aprendido lecciones importantes tanto sobre la relación entre los comunistas en formación y el movimiento antiimperialista espontáneo, como sobre las limitaciones de este último. Ahora, tras la firma de los “acuerdos de paz” y una vez que el entusiasmo dentro del movimiento de solidaridad con Palestina en Europa se ha atenuado, es el momento oportuno para evaluar la postura sobre este tema y contrastarla con la de otros grupos en nuestro propio país. Esto con el fin de extraer lecciones importantes y demostrar cómo todas las luchas deben servir al mismo objetivo: la revolución proletaria mundial.

Los comunistas tienen el deber proletario internacionalista de llevar a cabo acciones, actividades, reuniones, etc., en apoyo de las guerras populares en curso (guerras revolucionarias lideradas por los partidos comunistas) y los movimientos revolucionarios en todo el mundo, así como del movimiento de liberación nacional que constituye la base del movimiento comunista internacional. Esto no significa, sin embargo, que deban ser los comunistas en formación quienes realicen el trabajo principal. Estas acciones, actividades o reuniones no deben operar dentro del marco legal del Estado burgués. Esto sería una actividad completamente inútil, que de ninguna manera contribuye a la reconstitución ni desafía al Estado burgués.

Dentro del movimiento de solidaridad con Palestina, debido a la falta de dirección política, existe una tendencia a sobrevalorar la importancia de las manifestaciones masivas, que terminan convirtiéndose en un lastre por el parlamentarismo, ya que los oportunistas electoreros se contentan con apoyar verbalmente algunas demandas irrealistas de las manifestaciones con tal de ganar unos pocos votos. Vemos esto, por ejemplo, en la llamada “Izquierda del Futuro”, que lidera una coalición de diversas organizaciones y partidos revisionistas y reformistas unidos en la ambición de formar una alianza electoral para las elecciones parlamentarias del próximo año, con el fin de transformar la ira y la rabia de las masas en un lodazal parlamentario. ¿Es esto lo mejor que dos años de movilización masiva en torno a una guerra de liberación nacional en Suecia podrían haber producido?

Por otro lado, existe una tendencia al activismo dentro del movimiento de solidaridad con Palestina que se conforma con acciones y actividades que, en la práctica, son completamente permisibles dentr del oden vigente. Pero no basta con tener carteles aburridos, colgar pancartas, pintar grafitis en túneles, participar en manifestaciones legales o "dirigirlas", etc., que solo ofrecen palabras y promesas vacías. Lo mismo ocurre con reducir el trabajo de solidaridad a reuniones informales en un sótano sobre la resistencia palestina. Las masas ya están hartas de eso por parte de los revisionistas.

Entonces, ¿por qué deberíamos hacer lo mismo y arrastrarlas a un lodazal de legalismo y promesas vacías, como han hecho reformistas y revisionistas durante décadas? La única forma real de apoyar al pueblo palestino es asumir nuestro deber de hacer la revolución, es decir, la lucha armada, y aplastar el imperialismo sueco, y para ello se necesita el partido comunista.

Aquí, la violencia revolucionaria debe primar sobre el legalismo que caracteriza a los revisionistas que parasitan el movimiento de solidaridad con Palestina. ¿Por qué? Porque sirve a nuestra tarea principal: la reconstitución o constitución de los partidos comunistas. El partido debe militarizarse. Un partido cuya tarea es librar una guerra revolucionaria contra el viejo Estado debe ser capaz de dominar los asuntos y las acciones militares; por lo tanto, esta labor debe llevarse a cabo incluso durante la reconstitución, no puede relegarse a un segundo plano ni posponerse hasta que se den las condiciones objetivas adecuadas. Esto se materializará, y de hecho se materializa, en acciones modestas y de pequeña escala, como el sabotaje, la agitación armada y la propaganda. Esto es positivo y marxista. Debe evolucionar hacia acciones más amplias, complejas y de mayor impacto. Algunos revisionistas se oponen a este hecho. Muchos objetan, pues, porque les resulta más conveniente actuar como «grupos de apoyo» a la lucha revolucionaria en el Tercer Mundo que seguir su ejemplo y aplicar la violencia revolucionaria en nuestros países. Forjarse en la violencia revolucionaria no es una desviación «ultraizquierdista», como suelen insinuar los revisionistas. Se trata de comprender la construcción del partido, de su reconstitución, de entender que ningún cambio real puede darse sin violencia. Descuidar la necesidad de dominar la violencia revolucionaria es, por otro lado, una capitulación total ante el legalismo socialdemócrata que ha caracterizado al movimiento revolucionario en nuestro país durante décadas, además de una excusa para su propia autopreservación burguesa y una muestra de pura cobardía.

Los comunistas en formación deben marcar una clara diferencia con los revisionistas ineficaces de los países imperialistas, cuya única estrategia es depender totalmente de los movimientos espontáneos. Todos los revolucionarios genuinos comprenden que la tarea principal hoy es la reconstitución o constitución de los partidos comunistas en todo el mundo, porque sin un partido no tenemos nada. Pero la cuestión es: ¿por qué esta es la tarea principal? Puede haber confusión.

No exigimos un partido por el partido mismo; no se trata de una fórmula vacía. El partido comunista es la vanguardia capaz de dirigir a cientos, miles e incluso millones de masas combatientes en la lucha revolucionaria y la guerra contra la vieja sociedad. Se trata de un cuerpo de combatientes integrado por los mejores hijos e hijas de la clase, capaces de implementar lo anterior, encarnando la ideología y la política del partido. El partido es, por supuesto, también una máquina de guerra, un aparato que sabe cómo librar esta guerra mediante acciones y planes militares, y que está preparado y paciente para recibir fuertes golpes de la reacción sin quebrarse, sino que, al igual que el Partido Comunista del Perú, continúa perseverando, librando, dirigiendo y desarrollando la guerra popular incluso en las situaciones y circunstancias más difíciles. Concretamente, esto significa que nuestro trabajo debe servir para generar el contingente de militantes que puedan asumir estas tareas, que la ideología que estudiamos y aplicamos, la política que producimos, se encarne en un grupo de individuos que serán identificables como comunistas; estos constituirán el glorioso Partido Comunista de Suecia e iniciarán la invencible guerra popular. ¡Tengamos en cuenta que el Partido Comunista del Perú contaba con algunas decenas de miembros al inicio de la guerra popular en 1980! No se trata, pues, de una cuestión de cantidad, sino de calidad: de la determinación de los comunistas, de la capacidad de, mediante una línea ideológico-política correcta, elevar la lucha de las masas a niveles superiores, al nivel de la guerra popular.

Debemos tener presente que la revolución en Suecia forma parte de la revolución proletaria mundial, una guerra global donde las fronteras nacionales representan distintos frentes. Nuestra tarea como revolucionarios, comunistas en formación, es crear y desarrollar varios frentes en esta guerra para debilitar el imperialismo. Este es, de hecho, el único antiimperialismo genuino, porque nos exige, tanto a nosotros en los países imperialistas como a quienes viven en el Tercer Mundo, lo mismo: desarrollar la violencia revolucionaria al servicio del inicio y desarrollo de la lucha armada.

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sábado, 8 de noviembre de 2025

Más acciones de la nueva campaña de solidaridad con la Resistencia Palestina

 

Tras el anuncio del alto al fuego en Gaza, la Corriente del Pueblo Sol Rojo y el Comité Promotor de la Liga Anti-imperialista (Mx) lanzamos un llamamiento a desplegar una nueva campaña de solidaridad con la Resistencia Palestina. 

Aquí presentamos el reporte de nuevas acciones registradas en estados como Querétaro, Puebla y Tamaulipas donde se han sumado compañeros de la Liga de Acción Comunista.

Querétaro

Campaña de pegas dentro de las instalaciones de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ).




Puebla 

Campaña de pegas en las calles de la Ciudad.


 

Tamaulipas  

Campaña de pegas en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) y las calles de Tampico.


 

Oaxaca

Queremos destacar la “Jornada de Solidaridad con Palestina”, un evento unitario realizado el pasado 25 de octubre donde hubo un Tianguis Cultural Indígena, un Foro de Debate y aportaciones culturales entre las que agradecemos la colaboración del músico Gael Mochila –siempre solidario con las luchas del pueblo-; del Mtro. “O” con su poesía subversiva; y de las compañeras del MFP que proyectaron tres documentales que permitieron a los asistentes conocer más sobre la situación y lucha del pueblo palestino por su liberación nacional.

Gael Mochila rapeando por Palestina
 




El evento contó con la asistencia de organizaciones como el Frente Indígena Zapoteco (FIZ), la Alianza de Mujeres Oaxaqueñas en Movimiento (AMOM), el Consejo de Comunidades Indígenas de la Sierra Sur (COCISS), el Comité de Defensa de los Derechos de los Pueblos de Oaxaca (CODEPO), el Frente Popular 14 de Junio (FP14J), las Brigadas Juveniles del Pueblo (BJP), el Movimiento Femenino Popular (MFP) y Periódico Mural (PM), quien participó con la presentación pública de su número 26 durante el Foro de Debate.

 




La Jornada fue convocada por la Corriente del Pueblo Sol Rojo y el Comité Promotor de la Liga Anti-imperialista (Mx), quienes expusimos acerca de la línea política y las tareas de la LAI a nivel internacional y nacional, planteando la necesidad de conformar el Capítulo México de dicha organización internacionalista. 




 

Seguiremos documentando más acciones de la campaña de solidaridad con la Resistencia Palestina. 

¡El alto al fuego no detiene la Resistencia!

¡Palestina vencerá!

El campo, un poderoso fermento revolucionario

 

¡Proletarios de todos los países, uníos!


 
EL CAMPO, UN PODEROSO FERMENTO REVOLUCIONARIO

La contradicción principal de nuestra época se desarrolla entre el imperialismo de toda laya, en especial, el yanqui,  y las naciones oprimidas del mundo. Las potencias imperialistas pugnan  y a la vez coluden para repartirse territorios, recursos y rutas; sin embargo, el teatro decisivo de esta contradicción es el Tercer Mundo, escenario donde se concentran las guerras, ocupaciones, bloqueos y contrarrevoluciones. Ahí están, entre otros, Palestina, Siria, Líbano y Yemen; Afganistán, Irak y Libia; Sudán y Sudán del Sur, Etiopía y Somalia en el Cuerno de África; Mali, Nigeria y Burkina Faso; la República Democrática del Congo y Mozambique; el Sáhara Occidental y Haití. En Asia se extienden conflictos y resistencias en Myanmar, Bangladesh, Pakistán, India, Filipinas y Papúa Nueva Guinea; en Asia occidental asedian Irán, y en Turquía y Kurdistán persiste con sus guerras multiformes o híbridas. En América Latina los tambores de guerra, sanciones e injerencias retumban sobre Cuba, México y Venezuela, la militarización y la guerra interna atraviesan Colombia, Perú, Ecuador, Haití y amplias franjas de Centroamérica y el escenario náutico de convergencia en El Caribe.

En ese marco, las guerras populares que apuntan al Poder como las que se desarrollan en la India, Turquía, Filipinas y el Perú; y las guerras de liberación nacional en otros países, expresan una ley ineluctable: donde el imperialismo estrangula y embate, las masas aprenden en el curso de la guerra a combatir, levantando las banderas de la guerra justa contra la guerra injusta. En muchos lugares, armadas de manera precaria y rudimentaria, las masas desbordantes de optimismo ponen el pecho y la cuota a la amenaza nuclear, tecnológica y numérica que el imperialismo pretende aplicar fatuamente. En ese sentido, nos corresponde convertir la indignación en organización, la defensa en ofensiva y la crisis en oportunidad estratégica para abrir paso a la derrota del imperialismo y sus lacayos, e imponer la Nueva Democracia, que es dictadura conjunta de obreros-campesino y pequeña burguesía, siendo centro, el proletariado:  y, sobre sus conquistas y trasformaciones, al socialismo.

Sujetos de este análisis, podemos entender de mejor manera la agresiva presencia del imperialismo yanqui en centro y sud América; : su amenaza de invadir Venezuela, estrangular a Colombia y poner en funcionamiento, a su favor, la maquinaria burocrática-terrateniente del viejo Estado del Ecuador, en un contexto de pugna que mantiene con Rusia y China y, de hecho, con algunos países de Europa.

En esta ofensiva yanqui, el Ecuador, y en él, el gobierno títere de Noboa, juagan un rol importante en el médula de esa estrategia. No es gratuito el proceso de fascistización de Noboa, sus pretensiones legales para reformar o generar una nueva constitución, cuyo centro es avalar la presencia de bases militares extranjeras (no rusa, china, o de cualquier otro país, aspecto que también sería rechazado y combatido), sino yanqui, específicamente; además, otorgar super poderes al gobierno y a las FFAA, quienes, precisamente este momento, son total y absolutamente manejados por los EEUU e Israel.

Cuando señalamos que Noboa es fascista y títere, nos remitimos a los hechos; sobre todo, títere, porque su condición de fascista deriva de su posición servil al imperialismo. Basta ver que, por primera vez, Ecuador, de la mano de la Cancillería, dirigida por una agente del sionismo internacional, se abstuvo ante la ONU de votar contra el criminal bloqueo a Cuba; pero eso sí,  declaró a Hamás, Hezbollah y a la Guardia Revolucionaria de Irán como organizaciones “terroristas” siguiendo el mandato de los EEUU.

Esto debe entenderse en su verdadera dimensión: servilismo, testaferrismo político de Noboa y, sobre todo, la creciente incidencia política de EE. UU. en el país. Es decir, poco a poco estamos perdiendo esa relativa independencia política que se supone teníamos y que nos caracteriza como un país semicolonial/semifeudal.

El Ecuador actual es una sociedad semicolonial y semifeudal. Cuando decimos que es semifeudal, no estamos diciendo que no hay capitalismo; lo que decimos es que el imperialismo desarrolló, de manera tardía, un capitalismo atado a los intereses de los grandes terratenientes en la segunda mitad del siglo XIX; que estos, antes y hoy,  no tienen intención alguna de eliminar esos remanentes feudales, sino de evolucionarlos a nuevas formas. Capitalismo (burocrático) que no desarrolla las fuerzas productivas, que fomente la industria nacional, sino que es entregado al imperialismo, fundamentalmente yanqui. Que es quien delinea las formas y relaciones de producción ceñidas a sus intereses.

Este capitalismo está en crisis, enfermo, patojo, cuyas contradicciones no se resuelven pensando en “levantamientos” o rebeliones circunstanciales, coyunturales, sino con un programa y proceso revolucionario profundo, dilatado, con correcta dirección ideológica y con guerra popular.

Entender esto es fundamental para una apropiada comprensión de las dinámicas de lucha en el país, particularmente en el campo, donde el rol del campesinado pobre ha sido determinante, sobre todo en los tres últimos levantamientos populares.

Nosotros, los comunistas, no concebimos la sociedad como un todo delimitado por razas, grupos étnicos, nacionalidades o de actores que promueven las reivindicaciones de género.   Nosotros concebimos la sociedad a partir de un análisis materialista histórico-dialéctico y que, por ello, primará siempre el análisis de clase: su composición, campos y contradicciones. En ese sentido, observamos campesinos y su relación con los medios de producción; las relaciones de producción; el hecho de que, en la actualidad, algunos campesinos que están alineados con reivindicaciones étnicas, siendo principal, su condición de campesino pobre, sin tierra;  otros que, de labrar tierra ajena, también devienen, eventualmente, en mineros artesanales; aspectos que determinan la particularidad y diversidad de centros de contradicción en el ámbito productivo. Entendemos que, al no haberse materializado la revolución democrática-burguesa de viejo tipo; el campesinado pobre es la clase que deviene en la más explotada ya que está sumida y atada a relaciones de producción pre capitalistas o, para decirlo de manera clara, feudales y semifeudales.

Con esos antecedentes queremos centrarnos en aspectos coyunturales del país.

Ha culminado el levantamiento indígena-popular tras 31 días de álgida e incansable lucha; una brega en la que las masas, además de movilizarse, han puesto su cuota de sangre: muertos, heridos, mutilados; además, detenidos y perseguidos.

Al igual que en los levantamientos de 2019 y 2022, las masas campesinas fueron la fuerza principal de la movilización, acompañadas por obreros, estudiantes, vendedores y sectores populares que se rebelaron con determinación contra gobiernos que, como el actual, han estado ajenos a los intereses de las grandes mayorías. Es decir, en estas rebeliones, el campesinado ha sido la fuerza principal.

Este ciclo demuestra que el campo continúa siendo un “poderoso fermento revolucionario” y que, al establecer correcta alianza de clases con obreros y demás masas explotadas,  en estos contextos y formas de lucha, se convierte en una fuerza capaz de desestabilizar el viejo Estado.

La combatividad de las bases del movimiento indígena-campesino, más allá del discurso etnocultural de cierta dirigencia oportunista que ha focalizado el vórtice de las contradicciones existentes en el campo en la pluriculturalidad, los derechos colectivos y la defensa del “territorio”, subsumiendo la contradicción principal:  masas-semifeudalidad, que tiene rostro y voz propia: campesinos sin tierra o con poca y de mala calidad; producción artesanal como estrategia de subsistencia; mutación cíclica del campesinado pobre en semiproletariado en la minería informal; servilismo, expropiación de tierras y migración forzada. Todas, expresiones de la más abyecta semifeudalidad que mantienen al campesinado, sea este “indígena” o no al filo de la rebelión.

Eso es lo que hay que ver y procesar. El movimiento indígena, alentado por su dirigencia, habla de “territorialidad”; sin embargo, en su seno coexisten latifundios y minifundios: hay tierras en manos de comuneros, pero también grandes extensiones controladas por terratenientes nacionales y extranjeros. Curiosamente, los indígenas/campesinos que habitan los llamados ‘territorios’, que en verdad son propiedades privadas, minifundios, son los peones, labradores, y trabajadores de los grandes latifundios que están dentro de esas circunscripciones.

El latifundismo, en lugar de menguarse se ha incrementado. Ejemplos sobran: el consorcio de los Wong, exministro del Interior de Noboa, concentra alrededor de 30.000 hectáreas en Guayas (Marcelino Maridueña); en Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas cerca de 300.000 hectáreas de palma africana están en manos de un puñado de propietarios; el consorcio Nobis, del propio Noboa, posee tierras en distintos puntos del país; la azucarera Valdez administra cerca de 10.000 hectáreas; además de extensas haciendas bananeras. En Cotopaxi, Aglomerados Cotopaxi y Durini suman aproximadamente 30.000 hectáreas, y Cobo controla unas 19.000 hectáreas en pleno corazón de lo que la CONAIE denomina “territorios indígenas”. A esto se añaden los miles de hectáreas de la hacienda Fukurama, sí, la misma denunciada por prácticas de esclavitud en pleno siglo XXI. Los jornaleros, arrimados, arrendatarios y trabajadores que laboran en estos predios suelen estar sometidos a relaciones laborales de corte feudal o semifeudal.

Los camaroneros cuentas a su haber con 233.000 hectáreas, la misma cantidad de tierras con las que cuentas 1´800.000 campesinos pobres. A este ‘fenómeno”, debemos sumar los millones de hectáreas entregadas a las grandes empresas mineras; vehículo que ha generado una nueva corriente de latifundistas vinculados a estas transnacionales de la minería, pero también a la pequeña y mediana minería, escenarios donde las masas campesinas pobres son despojadas violentamente de sus pequeñas parcelas, además, son quienes ponen el trabajo, y también la vida, ante los desafueros y violencia estatal, para estatal y sicarios.

Además de la alta concentración extrema de la tierra: predios individuales o consorciados de 10.000, 20.000 o 30.000 hectáreas se presenta el monocultivo y control de cadenas completas: caña, palma, banano y forestales con integración vertical (tierra–procesamiento–exportación).

Escenarios con relaciones laborales precarias o serviles: pago por tarea, tercerización, endeudamiento con tiendas internas, vivienda dentro de haciendas y desplazamientos forzados. Reclutamiento forzado de campesinos para trabajar en la minería; arrendamiento de tierras y trabajo bajo la modalidad de “al partir”. Control de bienes comunes y servidumbres: acaparamiento de agua, caminos y servidumbres de paso, con seguridad privada y criminalización de la protesta. Captura regulatoria y fiscal: ventajas normativas y logísticas que refuerzan la concentración y dificultan la reforma agraria real.

Estos rasgos, sumados a los casos concretos citados, muestran que el problema no es solo de “territorialidad” como consigna general, hueca; sino de poder de clase sobre la tierra y el trabajo, expresado en un régimen que reproduce relaciones feudales y semifeudales en pleno siglo XXI.

Es de ese tipo de cosas que se debe preocupar la dirigencia del movimiento indígena, de que los campesinos viven en condiciones precarias, que eso hay que eliminar, y no se hace con consultas, con votos o en el cuchitril de la Asamblea, no, imposible, eso se lo hace con violencia revolucionaria. Hay que arrasar el poder gamonal y para hacerlo, hay que abatir de todas las formas a sus testaferros, los caciques locales, aquellos campesinos vendidos al gamonalismo que son quienes reproducen el viejo Estado en las relaciones de producción y los ejecutores directos de los procesos de corporativización de las masas campesinas.

En este contexto, urge reconocer que, ante la ausencia de correcta línea ideológica, la lucha campesina, sin desestimar su constancia, sobre todo en torno a la necesidad de resolver el problema agrario, tiene cierto carácter espontaneísta, muchas veces espoleado por su dirigencia, la misma que históricamente ha demostrado que, además de traidora y oportunista, tiene agenda propia, sin más norte que el electorerismo y la burocratización del movimiento indígena-campesino. Además, propia de la incidencia del trotskismo, sostenido por Iza y sus colaboradores, promueven la idea de lanzar al movimiento indígena a jornadas ‘insurreccionales’; pues consideran que es el mecanismo y forma de lucha que permitiría que esas masas ‘conquisten el poder’.  Es algo así como pretender seguir el camino ruso combinado con electorerismo y oras patrañas burocráticas.

El último levantamiento indígena-popular, como los anteriores, fue traicionado por su dirigencia; esta vez bajo el mando de Marlon Vargas, un inestable y cobarde representante de una pléyade de dirigentes que han tenido la misma hoja de ruta: inicialmente con discurso radical, incendiario; posteriormente, amigable, conciliador con el gobierno y las clases dominantes, y el corolario, la cereza del pastel, ¡terminan como candidatos presidenciales!

Toda esta verborrea va de la mano de un ‘proyecto’ centrado en el «comunismo indoamericano», una patraña que descontextualiza a Mariátegui, que se presenta como una relectura “originaria” del marxismo para América Latina que privilegia lo indígena/andino como núcleo civilizatorio, que toma elementos sueltos del Amauta, del indigenismo y del comunitarismo andino, y los combina con agendas que tratan de buscar programa en el pasado; que absurdamente desplaza el eje de la lucha de clases hacia una identidad étnico-cultura , Mitifica la “comunidad originaria” como forma superior ‘precapitalista’ y rehúye examinar sus contradicciones internas (patriarcales, jerárquicas (cacicazgos), mercantilización creciente). Sin crítica de estas relaciones, el “retorno a lo comunitario” funciona como romanticismo restauracionista. Un comunismo “ni calco ni copia” que omite su núcleo, lo fundamental: revolución agraria y socialista dirigida por la clase trabajadora en alianza con el campesinado indígena.

En esta ocasión, Vargas, con el pretexto de “salvar la vida de los manifestantes” y de “preparar la campaña por el NO en la consulta popular”, desmovilizó a las masas y las arrojó, una vez más, al estercolero electorero. No actuó solo: contó con el apoyo cómplice de Lourdes Tibán, desde la Prefectura de Cotopaxi, y de otros actores “indígenas” de ideología domesticada que repiten, cacofónicamente, que “solo con trabajo podemos hacer que el país mejore”.

Estos perros del viejo Estado sustituyeron el levantamiento popular, por la campaña electorera del NO en la consulta popular. hay que combatirlos, sin lugar a dudas.

Por su parte, el gobierno de Noboa, fascista, entreguista y tremendamente violento, ha utilizado medios, tácticas y estrategias pocas veces vistas para reprimir al pueblo. Ya se ha señalado: Noboa ha convertido al Ecuador en un laboratorio de la nueva línea militar del imperialismo con soporte sionista para neutralizar la insurrección y las luchas populares en los países del tercer mundo. No ha escatimado en bombardear con artillería y aviones de guerra sus objetivos ‘militares, como sucedió en Imbabura y Azuay; movilizar miles de tropas escoltadas por vehículos blindados, helicópteros de guerra y demás equipamiento militar para combatir masas básicamente armadas con voladores, piedras y palos: expresiones, sí, de lucha, pero que, como siempre, resultan insuficientes para enfrentar a un enemigo que, sin miramientos, reprime abyectamente al pueblo, siempre con la anuencia de dirigentes revisionistas y/o oportunistas que han servido de catalizadores para corporativizar a las masas utilizando un burdo, y en cierto modo, efectivo populismo basado en bonos, días de asueto en el trabajo, regalo de cerdos, sorteo de vehículos en los motines que organiza;  y otras baratijas que recuerdan las épocas del coloniaje español, donde el espejo de entonces, ha devenido en ‘bono’.

Hoy el viejo Estado burocrático-terrateniente, bajo el gobierno de Daniel Noboa, expresión concentrada de la burguesía compradora y de los grandes terratenientes, se recompone subordinado a los intereses del imperialismo yanqui y del capital comercial y de intermediación financiera israelí.

El país opera como enclave estratégico: logística militar, inteligencia, penetración económica y tecnológica. No se trata de una “desviación” coyuntural, sino de una forma concreta de dominación semicolonial y de transición corporativa.

El imperialismo exige “estabilidad”, “seguridad” y “control social” para su expansión. De ahí las reformas de Noboa: incremento del IVA, eliminación de subsidios, privatización de sectores estratégicos y endurecimiento represivo bajo la retórica de “seguridad nacional”,  “lucha contra el terrorismo” y la convocatoria a una nueva Constituyente convertida, desde ya, en un “cheque en blanco” para el imperialismo y la reacción. La actual constitución poco o nada sirve a las masas; mucho menos a la reacción, ellos, la reacción, requieren una constitución que avale y proyecte lo que ya están haciendo, un proceso de militarización de la vieja sociedad donde el ejecutivo y las FFAA cuenten con todo el Poder coercitivo y represivo. Estas medidas corresponden a un reajuste general corporativo del Estado en los planos económico, político e ideológico.

A la dictadura de grandes terratenientes y grandes burgueses no le alcanza bombardear dentro del país, reprimir, matar, encarcelar, perseguir y comprar conciencias; también necesita echar mano de su discurso electorero. Ahora combinan la violencia y la represión con la farsa electoral. Quieren hacernos creer que, con la consulta popular, el pueblo elegirá una nueva Constitución, cuando no es sino la expresión concentrada de la política del viejo Estado, del capitalismo burocrático y del imperialismo. No es más que eso.

¿Qué recibió el pueblo con la Constitución de 2008? ¡Nada! Igual nos han explotado, oprimido, agredido y violentado; es más, nos hemos ahogado en sangre y nos hemos visto forzados a migrar o a morir en el intento. Ahora nos quieren imponer otra Constitución. ¿Cambiará con relación a la anterior? Posiblemente en sus formas, pero no corresponde al proletariado, al campesinado pobre y a las demás masas explotadas avalar un instrumento político que legitima al viejo Estado y lo presenta en su versión más “sutil” en el terreno del sistema de gobierno. Pueblo del Ecuador, recuerda: asistir a las urnas, ya sea para elegir autoridades o para una nueva Constitución, solo avala lo actuado por todos los gobiernos, particularmente por este último, sostenido en la violencia imperialista, la mentira y gobernar en función de los intereses de la gran burguesía y de los grandes terratenientes.

El problema de la constituyente no es un problema de las masas; es un asunto de las contradicciones Interburguesas llevado al plano popular. Nosotros no negociamos a nuestros muertos en las urnas ni caemos en el entrampe de los oportunistas, de los electoreros y de los vendevotos. Fortalezcamos la organización, luchemos, preparemos y desarrollemos guerra popular: es lo que debemos hacer.

No podemos ni debemos avalar el viejo sistema electorero del país; no debemos participar en la consulta, por el contrario, debemos boicotearla. Es algo que compromete a los principios; es no fomentar un viejo sistema de gobierno que nos hace creer que, participando en él, estamos definiendo o marcando las pautas de la participación popular en los designios de un Estado que no nos pertenece.

En esa perspectiva, el levantamiento reabre una vez más la senda histórica que debe ser cualificada de mejor manera: cercar las ciudades desde el campo.

Las jornadas en Imbabura, Cotopaxi, Chimborazo y Loja muestran un aprendizaje profundo y ya expuesto en otras ocasiones: hay que destronar a los “curacas”, a los “caciques” de la dirigencia de las organizaciones campesinas-populares y dotar a las masas de un instrumento organizativo que se ponga al frente de sus luchas, instrumento que no puede ser otro que el Partido Comunista de Nuevo Tipo, que, sin miramientos ni cálculos oportunistas, barra con toda la podredumbre que envuelve al campo popular.

Establecer una alianza de clases correcta no significa negar las particularidades, sino reconocerlas y convertirlas en un organismo concreto y operativo, capaz de encarar las contradicciones que el gobierno genera y exacerba coyunturalmente, y de avanzar hacia la resolución de las contradicciones fundamentales: nación frente a imperialismo; masas y campesinado frente a la semifeudalidad y el gamonalismo; y pueblo frente al capitalismo burocrático de la gran burguesía. Todo ello sin perder de vista la colusión y pugna entre la burguesía compradora, hoy personificada por Noboa, y la burguesía burocrática, el correísmo, escenario al que se ha arrastrado a las masas, desviándolas de sus objetivos históricos. Hay que entender. Las reivindicaciones indígenas no pueden seguir en manos de la dirección ideológica de la pequeña burguesía, o del nacionalismo burgués, es y será, sin lugar a dudas, una tarea del proletariado. La burguesía ha caducado como clase encargada de llevar las tareas democráticas que compromete al indígena y al campesinado en general; esa tarea solo puede ser plasmada en la revolución de Nueva Democracia, tránsito al socialismo.

Pueblo del Ecuador: hemos entrado en una etapa de inflexión, cargada de nudos críticos que frenan o entorpecen las tareas necesarias para abrir paso a la revolución de Nueva Democracia. No podemos seguir endosando el esfuerzo vital de las masas a oportunistas y traidores. La dirigencia de la CONAIE, Pachakutik y las centrales sindicales ha reiterado, sin rubor ni consecuencia, su traición en favor del viejo Estado; han devenido en uno de los obstáculos más serios para que se desate la tormenta de la guerra popular de obreros y campesinos. Corresponde desenmascararlos, ubicarlos donde están y aplastarlos. Ya lo dijo magistralmente el presidente Gonzalo: “Desarraiguemos las hierbas venenosas… desterremos esas siniestras víboras… reventemos esa pus, de otra manera la ponzoña sería general. Venenos, purulencia hay que destruirlas”.

El momento es duro, sí, pero nos sostiene un optimismo histórico que desborda trabas y dificultades. La ruta es sinuosa y exige confrontar sin titubeos al enemigo: imperialismo, gran burguesía y grandes terratenientes, y también a sus operadores internos: caciques, oportunistas  y revisionistas. A estas alturas, nadie queda fuera del mapa: todos son piezas de la estrategia global del imperialismo y sus lacayos para mantener al pueblo oprimido y explotado.

No arrastremos a las masas a la movilización sin una clase dirigente ni una ideología que tracen el rumbo. Es inviable persistir en discursos cansinos sobre “derechos colectivos” o en salidas electoralistas que maquillan el continuismo y conjuran cualquier transformación de fondo. No se trata de “indianizar” el comunismo, sino de proletarizar ideológicamente al movimiento indígena para que, en su agenda nacional, se consideren las contradicciones de clase existentes; que sus reivindicaciones se articulen con las de obreros, campesinos y demás sectores populares; solo así las luchas coyunturales dejarán de ser descargas episódicas y se convertirán en procesos sostenidos de movilización, militarización y combate.

Tenemos un escenario político favorable para la revolución. Las condiciones históricas están en su punto; debemos aprovecharlas. Debemos resolver todos los problemas políticos que tenemos al frente con lucha armada: no hay otro camino; es lo que nos corresponde hacer.

Sin un Partido Comunista que organice, eduque y conduzca, toda acción, por coyuntural que sea, quedará atrapada en el corporativismo administrado por una dirigencia oportunista. Se impone construir una dirección capaz de convertir el descontento en programa, el programa en organización y la organización en una fuerza avasalladora nucleada en el Partido Comunista de Nuevo Tipo; en el Frente y, obviamente, en el Ejército Popular, la forma más importante  y  decidida para que, con guerra popular, avancemos al comunismo.

¡EL PROLETARIADO ES LA CLASE FUNDAMENTAL DE LA REVOLUCIÓN!

¡EL CAMPESINADO, ES LA FUERZA PRINCIPAL DE LA REVOLUCIÓN DE NUEVA DEMOCRACIA!

SIN UN EJÉRCITO POPULAR, NADA TIENE EL PUEBLO

¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOÍSMO-PENSAMIENTO GONZALO!

PUEBLO DEL ECUADOR, ¡NO VOTAR EN LA CONSULTA POPULAR!

¡PREPARAR Y DESARROLLAR LA GUERRA POPULAR!